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20 22 DE SEPTIEMBRE DE 2013 DOMINGO S La Emperatriz Por MÓNICA ISABEL PÉREZ FOTO ARCHIVO EL UNIVERSAL del labial rojo A Dita Von Teese no le gusta que le digan 'actriz', mucho menos 'modelo'. Ella es bailarina de burlesque y es la reina del género. Gracias a ello ha aparecido en las portadas de las revistas de moda más influyentes, ha sido la imagen de marcas súper prestigiosas y fue esposa de Marilyn Manson. Empresaria poderosa, fantasía erótica y belleza atemporal, ella es el epítome de la feminidad e quita la ropa tan lentamente que re- sulta cruel. No hay prisa. La música marca el ritmo suave, cadencioso, con el que se va despojando poco a poco de las mínimas prendas de encaje negro que cubren su piel blanquísima. Se no- ta, en cada movimiento, su maestría para hacer sufrir. Los minutos que le toma quedar com- pletamente desnuda parecen horas. La tortura se prolonga mientras se sumer- ge, grácil como es, en una copa gigante repleta de champaña. Vaya locura. Pareciera entonces que nació rodea- da de diamantes, que el glamour lo ha vivido desde siempre, pero no es así. Que una jovencita más insípida que atractiva se convirtiera en la fantasía erótica de millones y en la imagen de marcas como MAC, Agent Provocateur, Coco de Mer, Audi TT, Vivienne Wes- twood, Wonderbra, además de ser la embajadora global de Cointreau y pro- pietaria de sus propias marcas de ropa y maquillaje, no ocurrió de la noche a la mañana… fue un camino espinoso que comenzó como hacen siempre las grandes historias: con una acción sim- ple, minúscula, tan común como des- tapar una barra de labial rojo. Para siempre rojo Ella era una típica adolescente es- tadounidense cuando, en los años 80, dejó su natal Michigan para vivir con sus padres y hermanas en California. HISTORIAS

Dita Von Teese

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Domingo; 2013.

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LaEmperatriz

Por MÓNICA ISABEL PÉREZ

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del labial rojoA Dita Von Teese no le gusta que le digan 'actriz', mucho menos 'modelo'.Ella es bailarina de burlesque y es la reina del género. Gracias a ello ha aparecidoen las portadas de las revistas de moda más influyentes, ha sido la imagen demarcas súper prestigiosas y fue esposa de Marilyn Manson. Empresariapoderosa, fantasía erótica y belleza atemporal, ella es el epítome de la femi n i da d

e quita la ropa tan lentamente que re-sulta cruel. No hay prisa. La músicamarca el ritmo suave, cadencioso, conel que se va despojando poco a poco delas mínimas prendas de encaje negroque cubren su piel blanquísima. Se no-ta, en cada movimiento, su maestríapara hacer sufrir.

Los minutos que le toma quedar com-pletamente desnuda parecen horas. Latortura se prolonga mientras se sumer-ge, grácil como es, en una copa giganterepleta de champaña. Vaya locura.

Pareciera entonces que nació rodea-da de diamantes, que el glamour lo havivido desde siempre, pero no es así.Que una jovencita más insípida queatractiva se convirtiera en la fantasía

erótica de millones y en la imagen demarcas como MAC, Agent Provocateur,Coco de Mer, Audi TT, Vivienne Wes-twood, Wonderbra, además de ser laembajadora global de Cointreau y pro-pietaria de sus propias marcas de ropay maquillaje, no ocurrió de la noche ala mañana… fue un camino espinosoque comenzó como hacen siempre lasgrandes historias: con una acción sim-ple, minúscula, tan común como des-tapar una barra de labial rojo.

Para siempre rojoElla era una típica adolescente es-

tadounidense cuando, en los años 80,dejó su natal Michigan para vivir consus padres y hermanas en California.

H I S T O R I AS

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El estereotipo lo llevaba incluso en elnombre, Heather Sweet. Sí, Heather, co-mo las tantas Heather —siempre rubias,siempre dulces, siempre con esa sen-sualidad artificial— que aparecen en laspelículas gringas. Y así era ella: una pre-paratoriana de pelo rubio y largo, sonrisadulce, que tomaba clases de ballet.

Pero pese a parecer sólo una más dela media, había algo en Heather que erapoco convencional: a ella no le intere-saban los neones ochenteros, ni el looka la Madonna en su época de Like a Vir-gin. No. Ella estaba fascinada por unaestética que distaba de lo que la modaimponía en el momento. Había crecidoviendo las películas de la época doradade Hollywood de las que su madre erafanática y, para ella, una mujer de ver-dad debía ser tan elegante y sensual co-mo las famosas pin-ups Betty Grable yBettie Page. Así que cuando tuvo edadsuficiente para maquillarse, no comprólos cosméticos de moda ni usó los de sumadre como habría hecho una chicanormal: “Todas estaban usando esosochenteros tonos durazno brillante por-que era lo que estaba de moda, pero yome compré un labial rojo. Recuerdo elmomento exacto en que lo compré y,por supuesto, la primera vez que me lopuse. No sé cómo, pero sabía que esoestaba cambiando algo. Cuando me vi,supe que no iba a usar otro color en mivida que no fuera rojo”.

“MAQUILLARSE ES PRODUCIRMISTERIO: LAS MUJERESDEBEMOS RECORDAR QUE NOTENEMOS QUE SOMETERNOS A LONATURAL, A LO QUE NOS TOCÓ”

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DITA VON TEESE

Como actriz Dita ha participado en:

2007

Sa i n tFrancis

2005

The Deathof Salvador

Dali

2004

BloomingDahlia

1998

Ma t t e rof Trust

1995

Ro m a n c i n gSa r a

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—¿Fue tan impactante lo que viste enel espejo?

—Sí. Me sentí glamorosa de inmedia-to. Adoro desde entonces el podertransformador del maquillaje.

Cuando cumplió 16, además de loslabios rojos, Heather comenzó a expe-rimentar con otra herramienta que seconvertiría en uno más de sus t ra d e -marks: el delineador negro. “Me pin-taba los ojos al estilo cat eye, justo comohago ahora, pero mucho más sutil. Fuecuando cumplí 18 que empecé a in-tentar copiar, de manera más evidente,el look de Bettie Page”.

Un año después, ya con un look retrobien definido —se pintó el pelo de ne-gro, usaba guantes de encaje y corsés—,Heather abandonó la universidad y co-menzó a trabajar en un club de strip-tease de muy mala reputación en Oran-ge. Sus shows, pese a lo decadente del

escenario, destacaron por el erotismoque lograba por medio de su estilo bur-lesque —género que surgió en el sigloXIX y que luego de permanecer en elolvidó por años, ella resucitó—.

Fue una época sórdida que nunca hanegado, pero de la que tampoco hablademasiado: comenzó a participar enpelículas pornográficas y a usar drogas.En 2009, declaró para el sitio Contac tMusic: “La primera mitad de los 90 lapasé en la fiesta… usaba mucho LSD yéxtasis. Eventualmente mi peso bajóhasta que llegué a los 41 kilos. Me veíaterrible. Fue cuando me di cuenta deeso que dejé las drogas. Subí de peso—a 51 kilos— pero mis pechos nuncavolvieron, así que cuando cumplí 21años me puse implantes”.

Para evitar que recayera en las dro-gas, un amigo le sugirió que cambiarade trabajo… a otro club. A primera vista

no parecía una solución, pero lo fue:ahí la descubrió la revista Playboy.

El regreso del fetiche

Una portada lo cambió todo. Inclusosu nombre.

Cuando consiguió protagonizar unaedición decembrina de Playboy (ellosdicen que la descubrieron, ella diceque hizo todo por ponerse ante susojos), “Heather ” no le pareció suficien-te. Cambió su nombre a Dita, en honora la actriz de cine mudo Dita Parlo.

Los editores le exigieron un apellido,así que ella buscó alguno “i n t e r e s a n t e”en el directorio telefónico. Encontró“Von Treese”… y hubiera sido Dita VonTreese de no ser porque, por error, larevista publicó “Von Teese”. Bajo elnombre equivocado con el que ella sequedaría, había una frase: The Return ofFetish (El regreso del fetiche). Era claroque devolver el placer de los fetichesal mundo del erotismo era su inten-ción: en aquella fotografía Dita posacon un corsé, un liguero y guantes…todo negro, todo de encaje. Su cinturaminúscula, su pelo negro adornadocon una flor blanca, un elegante collara juego con su lencería y los labios rojocarmín funcionaron como un nuevomanifiesto sobre la sensualidad.

Contrario al “look natural” que yapredominaba en esos años, la de Di-ta era una belleza artificial, con un

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nos a lo natural, “a lo que nos tocó”. Po-demos decidir ser bellas y hacernos be-llas según nuestro propio concepto.

—¿Cuál es tu definición del concepto,entonces? ¿Qué es la belleza?

—Creo que hay muchos tipos de be-lleza. Pero principalmente están la na-tural y la artificial. La primera, por ejem-plo, puedes verla cuando aprecias elocéano o ves el paisaje de una isla pa-radisíaca. Son cosas hermosas, sí, peroestán ahí, así son y ya. Ahora, está laotra, y es una que respeto mucho por-que es el lado en el que yo estoy: labelleza a partir del artificio. Contrario alo natural, aquí tendrías que pensar enlo que te hace sentir la belleza de París,por ejemplo, en sus edificios, sus mo-numentos, todo eso que fue hecho demanera tan bella que no puedes hacermás que sentir un profundo respeto…pues eso, yo quiero ser bella como Pa-rís. Respeto mucho a las mujeres quetienen una belleza natural, pero un po-co más a las que se la crearon. Ellas nosólo viven la belleza,la cultivan.

transformamos con el maquillaje. Es-pecialmente las que no nos desperta-mos viéndonos como supermodelos.

—¿?—Bueno, eso no quiere decir que me

de miedo ser vista sin maquillaje, perosí tengo un look completamente dife-rente. Es un aspecto que reservo para lagente más cercana a mí, es algo que esparte de mi intimidad. Cuando salgo, encambio, me preparo mucho, me maqui-llo pensando en que lo que estoy ha-ciendo es crear la imagen con la que megusta presentarme a mí misma ante elmundo. Me gusta tener esa dualidad.

—Creando una máscara…—Creando belleza, más bien. Constru-

yéndola. Maquillarse es producir mis-terio. Estoy segura que un buen maqui-llaje puede hacer que cualquier mujerresulte más fascinante que una super-modelo. Créeme, he estado en habita-ciones llenas de ellas y bueno, no voya decir que no son muy bellas, pero es-toy segura de que yo consigo llamarmás la atención. Hay poder en el arte dela creación. Las mujeres debemos re-cordar que no tenemos que someter-

maquillaje que dejaba clara su oposi-ción a las caras lavadas.

—Lo hago así porque yo nunca me hesentido una belleza natural —me dice…y no entiendo cómo una mujer comoella se atreve a decir algo así.

La veo a mi lado, enfundada en unmarav illoso jumpsuit Gucci de seda ne-gra con un encaje que deja ver su pe-cho y de verdad no puedo creerlo. Te-nerla cerca pone a prueba los nerviosde cualquiera. Es, sin ninguna duda,una de las mujeres más hermosas quehe visto en mi vida. Su sensualidad estan poderosa que al verla tengo querecordar que sí, que me gustan loshombres… ellos, pobres, deben conver-tirse en gatitos indefensos ante ella.

Dita, con su belleza anti (o más biensobre) natural, es capaz de hacer tem-blar a cualquiera.

Bella como París

—Claro que eres una belleza natu-ra l …

—No, no exactamente. Como te de-cía, me encanta cómo las mujeres nos

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DITA VON TEESE

Entre las mejoresdel mundo

Las marcas más reconocidashan tenido a Dita como suimagen. Entre ellas:

- M.A.C.- Peach John- Agent Provocateur- Coco de Mer- Audi TT- Cointreau- Vivienne Westwood- Frederick's of Hollywood- Wonderbra- Jean Paul Gaultier

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Una copa gigante

Si una mujer es capaz de declarar queambiciona compararse en hermosuracon una de las ciudades más bellas delmundo, entonces puede esperarse to-do de ella.

Gracias a su determinación, Ditaconsiguió lo que quería: ser una de laspin-ups con las que tanto soñó. Des-pués de aquella portada de Playboy, suimagen comenzó a darle la vuelta almundo. Los contratos con las grandesmarcas comenzaron a llegar a monto-nes. La sorpresa era: ¿por qué marcasde cosméticos como MAC o de lenceríacomo Agent Provocateur buscaban aalguien como Dita?

La respuesta quizá tiene que ver conla nostalgia. Eran los inicios del sigloXXI y los recuentos sobre cada una delas décadas del siglo XX no se hicieronesperar. Heather se convirtió en Ditaen el momento exacto, en un instanteen el que el mundo —al igual que ella

misma hacía— extrañaba los estánda-res de belleza de las mujeres de losaños 40: maquillaje artificioso contrael contrasentido que es el “maquillajen at u ra l ”, erotismo contra sexo, lentitudcontra rapidez…

Atrapada en el tiempo, Dita comenzóa modelar para las grandes marcas sintener que estar a la moda. Fueron losdiseñadores los que tuvieron que adap-tarse a ella. No hay colección nueva deGucci, Dior, Marc Jacobs o Yves SaintLaurent en la que ella no encuentre ves-tidos adecuados a su imagen atrapadaen el pasado (eso sí, también tiene unaimportante colección de prendas origi-nales de los 40 y 50; quizá una de lasmás grandes de Estados Unidos).

Incluso fue la elegida para modelar elprimer vestido hecho con una impre-sora 3D. Esa alta tecnología, por supuesto, cedió bajo su yugo. El vestido,diseñado por Michael Schmidt y gene-rado por el arquitecto Francis Bitonti, es

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“YO QUIERO SERBELLA COMOPA R Í S . RESPETOMUCHO A LASMUJERES QUECREARON SUPROPIO ESTILODE BELLEZA”

una magnífica red negra que se impri-mió en 17 trozos que luego fueron co-sidos a mano y a los que se le incrus-taron 12 mil cristales Swarovski paraque “lo más nuevo” pudiera tener lafastuosidad de la época de oro holly-woodense que ella encarna.

—¿Cómo resistes a la tentación de es-tar a la moda? ¿En serio nada de lo quesucede actualmente te llena?

—No. Y nunca he seguido las ten-dencias. Claro que me encanta ver lasrevistas y saber sobre lo nuevo y loque la gente está haciendo, pero loque yo amo está en el pasado. Ademáslo retro siempre vuelve y nunca dejade ser una referencia. Sé que me veopasada de moda, pero no me importa.Así es como quiero ser y no quierodejarme llevar por lo que vemos en losmedios tradicionales, porque la belle-za impuesta no es de verdad. Es unestándar que no incluye diferencias: sino puedes tener diferentes tamaños yformas, menos diferentes gustos. Lasmujeres tenemos que pensar más pornosotras mismas…

Y así hizo ella. Lo que no encontró enla actualidad, lo rescató del pasado o locreó ella misma. La fórmula funcionó:mientras las ofertas de modelaje lle-gaban sin parar, ella preparaba sus es-pectáculos de burlesque. Shows alta-mente eróticos, llenos de fetiches y desensualidad que la convirtieron, anteel público y la prensa, en La reina delBurlesque. Y lo es. Fue ella quien re-vivió el género, contagiando a miles demujeres a seguir sus pasos. Por supues-to, ella va a la avanzada. No sólo bailay se desnuda ante el público en espec-táculos producidos por ella misma co-mo el actual Strip Strip Hooray! en elque, ya se dijo, acaba bañándose des-nuda en una copa gigante llena dechampaña; también estudia el tema yhasta ha publicado libros al respecto:Burlesque and the Art of the Teese / Fe-tish and the Art of the Teese, Dita: Strip-teese y Fetish Goddes: Dita.

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DITA VON TEESE

Fue debido a esos intereses y excen-tricidades que un día llamó la atencióndel rockero Marilyn Manson, quien poresos años, 2001 y 2002, era conside-rado por muchos una encarnación delo peor de la cultura estadounidense:el anticristo.

Todo es relativo

Dita siempre habla de belleza. Haydecenas de entrevistas en las que re-vela sus secretos, en las que da con-sejos y hasta recomienda productos,pero pocas veces habla del conceptoen sí mismo. Quizá mis preguntas lehan parecido demasiado o intuye unacuriosidad más personal, así que memira a los ojos —sí, con esos ojos fe-linos— y me dice con su voz exagera-damente baja y dulce:

—No puedes complacer a todos. Pue-des ser muy guapa pero, ¿sabes qué?,siempre hay alguien a quien no le vasa gustar. Debes entender eso.

Dita está por cumplir 41 años y mequeda claro que lo entiende muy bien.Ha aprendido que lo más difícil de labelleza es su relatividad. Lo aprendióde una manera dura: después de seisaños de noviazgo y uno de matrimo-nio con Marilyn Manson —en los quela fealdad de él siempre hizo que fue-ran tratados como una suerte de Bellay Bestia—, el rockero la abandonó porla entonces jovencísima actriz de 19años Evan Rachel Wood.

“No importa qué tan guapa seas,siempre hay alguien a quien no le vasa gustar”, recuerdo. Y pienso tambiénen una escena de la serie Two and aHalf Men, en la que Charlie Harper(interpretado por Charlie Sheen) ledice a su poco galante hermano Alan:“Por cada mujer guapa, hay un hom-bre que está harto de tener sexo cone l l a”. Dita no lo dijo así, pero lo ex-presó cuando en una entrevista de larevista Vanity Fair le preguntaron có-mo se había desatado su peor rom-pimiento. Ella respondió: “CuandoFO

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mi ex esposo se filmó así mismo teniendo sexocon su nueva novia, ennuestra cama, para unvideo musical”.

Cuando Dita y Mansonse casaron en 2005, enuna ceremonia oficiadapor el cineasta chilenoAlejandro Jodorowsky enun castillo en Irlanda, losmedios y sus fans emitie-ron cientos de mensajeshaciendo referencia acuán afortunado era Man-son por tener a una belle-za como Von Teese a sulado. Cuando firmaron eldivorcio, los comentariosse repetían. En los foros deseguidores del músico, to-dos los comentarios coin-cidían al preguntarle cómo había podi-do dejar ir a una mujer así.

—La relatividad de la belleza es muycruel, ¿cómo se escapa de algo así?

—Estando cómoda. Por años he sidocalificada de hermosa por unos, y de feapor otros. Así que lo que hago es noconcentrarme en la gente que piensaque soy fea. El secreto para ser hermosasiempre es rodearte de gente que com-prende tu belleza como es, como hasquerido que esta sea. Debes divertirte,ser aventurera, probar nuevas cosas…

Hoy que estaba caminando por las ca-lles de esta ciudad (el DF) vi a una mujerfascinante. Se puso sombras turquesa,los labios rojos. No podía dejar de verla,era maravillosa, no era ni joven ni par-ticularmente bella según los estánda-res, pero era increíble, yo quedé impac-tada por una presencia tan colorida ypoderosa. Tuve que tomarme una fotocon ella. Creo que, como ella, tienes queaventarte y hacer las cosas. Quizá habráquien te pregunte por qué estás usandotanto maquillaje. Quizá a ella sus hijosle preguntan porqué usa esos coloresen los párpados todos los días, pero sial salir al mundo puedes hacerlo comoun personaje fascinante, ¿por qué nohacerlo? Hay gente con una mente mástradicional que no entiende esas cosas,

¿sabes? Me los he encontradomuchas veces en la vida, pero esono debe impedir que uno siga ha-ciendo lo suyo. Si es algo que tehace feliz e inspira a los demás,debes hacerlo sin importar queotros digan que está mal.

No es el maquillaje —o sí— sinotambién la actitud. Dita será unabelleza “artif icial”, pero jamáshueca. Me dice adiós en un vo-lumen apenas audible, como pa-rece que siempre hace. Es comosi quisiera obligarnos a todos a

leer las palabras en sus la-bios rojos… y todos obe-deciéramos. Me alejo, pe-ro antes de irme vuelvo aechar un vistazo. La sedanegra sobre su cuerpooculta y revela todo. Pa-rece que nació rodeadade diamantes.

MÓNICA ISABEL PÉREZ es una editora y escritora quecolabora desde hace diez años en diversas publicaciones de estilode vida. Mon es una ‘rara avis’ que lo mismo se sumerge en unaconversación sobre arte y literatura que se apasiona por una charlasobre buena mesa y moda digna. Una verdadera hedonista, pues.Es fan de Hello Kitty, pero ahora es más devota de Dita Von Teese

Ícono del glamour. Von Teese ha aparecido en las portadas de las revistas de moda más importantes

LA ERUPCIÓN. Saltó ala fama cuando aparecióen ‘P l ay b oy ’; a partir deentonces usa el nombre‘Dita Von Teese’