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    El sol negro de la modernidadTodos vivimos, por lo menos en algunos momentos,con la idea de que los medios nos engaan, nos adormecen,nos ocultan la naturaleza de una realidad que llama a la

    accin y no a la sumisin. Esta idea casi nunca se consti-tuye en una teora que se asuma realmente, ms all de lasospecha de efectos hipnticos. Desde este punto de vista,el inters de la Teora Crtica aplicada a los medios porAdorno y Horkheimer, en el mbito de la Escuela deFrankfurt, no radica en su exactitud sino en el hecho deque permite sistematizar y radicalizar las crticas dirigidas_a lo que muchas veces se percibe como una cultura degra-dada y degradante: hace explcito aquello que fundamenta'_el rechazo a los medios, suministrando un modelo mycoherente de la dominacin ideolgica que impondranestos lrimos.

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    Enrc M,lrcnELa Teora Crtica es totalmente vigente porque ofreceel prototipo de razonamiento segn el cual cada quien esllevado a suponer que los dems se engaan por algo quea uno mismo no lo engaa. Desde el punto de vista de lasciencias sociales, su inters es el de suministrar un primer

    andamiaje para un modo de la dominacin cultural quese expresa a travs de los medios masivos. A pesar de quesu formulacin sigue siendo rudimentaria y contaminadade prejuicios elitistas, permite delimitar el problema de larelacin entre el mundo de los medios y el juego de lasdesigualdades sociales, es decir, el problema del efectoideolgico.DE I-A CULTURA DE MASAS A LA INDUSTRIACULTURAL

    Creado en 1923, el Franfrfurt Institutfr Sozialforschungestaba integrado por filsofos judos alemanes formadosdurante la Repblica de Weimar, en su mayora obligadosa emigrar a Ginebra en 1933, luego a New York en 1934,debido a las persecuciones y al cierre del Centro decretadopor los Nazis. Theodor Adorno es el lder indiscutible delgrupo quien junto con Max Horkheimer, define las gran-des lneas de una visin crtica de la culura de masas en losaos cuarenta. El adjetivo "crtico" entonces, remite aqu,a una corriente de investigacin muy precisa, lo mismoque la expresin "cultura de masas" que luego se volvitan comn, ms que todo en suacepcin peyorativa13. stase origina en los violentos debates que rodean el descu-13. El pcnudor amcricano Dwight t\fcdonald reivindic la pote rnidad dc la expresin en los aos

    setcnt, cundo menciona un artculo que hrba publiodo en f 938. Pcro los primeros escirosde Adornoy Horkheimer sobre eltcma datan de comienzrx dc los a

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    ERIc J\'f,\IcRETaislamiento y la carencia de relaciones sociales. As mismo,Adorno y Horkheimer ubican, en lo que ellos considerancomo un fenmeno de atomizacin social, el origen de losmales de las sociedades modernas: los hombres estnabandonados a s mismos pero al perder sus races y suscomunidades de origen, se vuelven extraos a s mismos,"alienados". Son entonces susceptibles de ser manipuladospor las nuevas fuerzas que gobiernan a la sociedad, parti-cularmente por los medios a los cuales estn confrontadosdirectamente. Esta manipulacin sigue dos grandescaminos, el de la alabanza y el de la seduccin. El arractivodel lder carismtico que sigue el ejemplo hirleriano,depende de la potencia de la herramienra que utiliza -larepeticin obsesiva de sus discursos difundidos por radio-y de la adulacin de los instintos aurorirarios que sabeexacerbar. De esta manera Adorno se dedic a estableceruna escala que permite medir concretamente el grado deautoritarismo de los individuos, segn la merodologaexpuesta en The Authoritarian Personality (1950).La cultura de masas, rebautizada "industria cultural"para enfatizar su aspecto mecnico, automatizado, no sereduce sin embargo al uso que hizo de ella el dictador sinoque es un bombardeo permanente de entretenimientosque afectan el juicio y adormecen la razn. Desde su apa-ricin reciente en el siglo XIX, lleg a destruir la aurnticacultura popular del pasado, la de las tradiciones orales oculinarias que se fundamentaban sobre un "arte inferior"y las tradiciones del "arte superior" que buscaban la difi-cultad, la distancia en la expresin formal, as como lacrtica de las jerarquas. El poder de lo que se impone entodas partes y que ya no es una cultura real sino una simpledominacin, proviene de su potencia tcnica y de su capa-cidad para producir en cadena programas radiofnicos,I l0

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    Soctol-ocf A DE LA coMUNrcAcrN y DE Los MEDrospelculas o novelas que se basan en morales fciles de en-render y satisfactorias para el espritu.Los medios masivos, administrados como industrias,ejercen una permanente seduccin porque alivian, relajan,permiten soar y tener esperanza. Los estereotipos quesros transmiten reducen la complejidad del mundo ygustan por su monotona tranquilizadora. Los modelos deidentificacin que proponen son solamente derivativosirrisorios o medios de quedar encerrado en un estadoinfinito de pasividad: los juegos de azar permiten asimaginar una solucin rpida y feliz al desamparo perso-nal. Es as como el western se fundamenta por completo enun individualismo que puede parecer triunfante (al final elhroe es el nico vencedor) pero que resulta ilusorio: elgnero hace pensar que los problemas sociales se resuelvencon soluciones fsicas individuales pero slo sirve paraocultar la realidad de la explotacin capitalista que es co-lectiva, al servicio de una clase que controla tanto los me-dios como los dems sectores de la economa junto con elpoder poltico. Nunca se recupera el tiempo pasado enplaceres dulzones, en sueos de desquite con el destino, enadmiracin por lejanas estrellas. Los medios forman unacortina de humo, un vapor que embrutece: la comunica-cin de masa conduce al silencio de las masas. Son el anti-Affikirung, el sol negro de la modernidad: generalizan laausencia de sentido crtico y de respeto por la verdaderacultura, "engaando" a los seres humanos.Cabe anotar que la Tbora Crtica no se fundamenta enla idea vulgar del estmulo. Su gran aporte es que intoduceuna reflexin sobre la ideologa en el campo de la investi-gacin sobre los medios (se hablar aqu de efecto ideol''gico en lugar de reflejo condicionado) y establece el vncu-lo entre historia y comunicacin. De esta manera prolongalas ideas de Marx sobre la explotacin econmica al pro-

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    Enrc Mtcneryectar en el mundo de la cultura la idea de dominacineconmica y social (retoma la mxima marxista -bastanteimprecisa- segn la cual "los pensamientos dominantes sonlos pensamientos de la clase dominante").L" cultura tam-bin es un espacio de relaciones de fuerza, no solamente unentretenimiento inocente o un arte desinteresado. Pero elvnculo que se establece entre cultura y dominacin econ-mica o poltica sigue siendo un vnculo rgido, la infraes-tructura (la econmica) determina la superestructura (lacultura). EnlaTeora Crtica,el hombre de masa slo tieneIa alternativa entre la excitacin (la crispacin reaccionariade la multitud histrica denunciada por los pensadoresconservadores) o la apata ("el suspiro de la criatura opri-mida" que deploran los revolucionarios), los dos efectosdominantes de las drogas sobre la mente. Los medios jue-gan el mismo papel que la religin en Marx, son el nuevoopio del pueblo: "el placer favorece la resignacin quesupuestamente ayuda a olvidar" (La Dialctica de la razn).Existe una contribucin consciente e inconsciente de losindividuos a su propia perdicin: "as como los hombrestomaron siempre ms en serio que sus seores la moralque les vena de ellos, las masas engaadas de hoy padecen,ms fue rte mente que quienes han te nido xito, el mito delxito" ("El funesto apego del pueblo por el mal que le ha-cen supera incluso la astucia de las autoridades", LaDialctica de la razn\.EI pESo DE LA REFERENCIA A LA CUERRAY DEL ELITISMO CULTURAL

    Se pueden hacer muchas objeciones a una visin de estetipo. Adorno opera una fusin entre la teora de la raciona-lizacin y del desencanto de Weber (en su versin mstt2

    Soclot-ocf DE LA coMUNIcActN y DE Los MEDIospesimista, a la cual Weber no siempre adhera) y la teoradel fedchismo de la mercanca de Marxla" Se inscribe en laperspectiva del filsofo marxisra hngaro Georg Lukcs,quien en su Teora de la Nouela (1916), fue el primero enrealizar un anlisis de los contenidos de la novela burguesaen trminos de reflejo del mundo econmico. Los hroesnovelescos de Flaubert o Balzac habiran un universo de-gradado, dislocado, carente de valores, que no hace sinoremitir al vaco del mundo mercantil desertado por el arte.El problema de esta teora es que se fundamenta en presu-puestos muy romnticos, abusivamente melanclicos. Ha-bra como un mundo autntico, lleno de sentido, ontolgi-co, y luego todo se convertira slo en decadencia, enprdida de valores. El llamado a una revolucin que libra-ra el mundo del capitalismo vacila entre un urooismo in-genuo (construir un mr:ndo nuevo) y un existencialismoreaccionario (hay que volver atrs).F.s obviamente difcil no observar la relacin ente elpesimismo extremo de estos filsofos racionalisras y elcontexto histrico en el cual vivieron. Los miembros de laEscuela de Frankfurr fueron irremediablemenre marca-dos por la Segunda guerra mundial, luego por la Shoahcuya experiencia generalizaron en Ia idea misma de mo-dernidad (uno se puede dar cuenra de gsto leyendo laltima obra importante de Adorno, Dalctica negatiun, enla que evoca el impe rativo de siempre "pnsar y actuar detal manera que no se repita Auschwitz"). Antes que ellos,Lukcs confesaba que el punro de partida de su teora dela novela fue la-iniciacin cle la Primera Guerra mundial yel "desespero permanente" que lo habiiaba. El espectculo_

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    Enlc Mnrcnerde los medios alemanes de entretenimiento del perodoentre las dos guerras, considerados como engaifas queocultaban el ascenso del nazismo, y el exilio newyorkinoque los oblig a estrellarse contra una cultura norteameri-cana perturbadora para los intelectuales, dieron igualmenteforma a un juicio hostil respecto a esta ltima. Adornosenta una verdadera aversin contra la radio, el cine y losgneros considerados entonces como "populares" o inclusoms nobles (el jazz). Reserv sus estudios ms interesantes ala msica que le interesaba ("clsica" o "contempornea") yamalgamaba las dems producciones que despreciaba. Suconcepcin del arte, como lo observa Hans Robert Jauss, esmuy claramente elitista porque rechaza toda experiencia -ligada con el goce, con el placer inmediato. El placer es unolvido de s mismo y de su situacin social, es conformarsecon el statu qto. El arte debe ser acusador, "negativo";consiste en un disanciamiento, un ascetismo moral yesttico (que por ejemplo ilustran la pintura abstracta o lenouueau roman). Quien habla de placer, por ejemplo delodo, "se traiciona cuando habla", revela su hostilidadburgr-resa contra una intelecturlizacin del arte: "el burgusdesea la opulencia en el arte y el ascetismo en la vida: seramejor que desease lo contrario" (Teora esttica, 1970). Sinembargo, Adorno reconoce los lmites de cualquierexperiencia asctica delarte: "sise eliminara el goce hasta sultimo vestigio, no se podra contestar a la pregunta desaber para qu sirve que haya obras de are" (Teora esttica).Su rechazo al placer traduce, ante todo, una desconfianzarespecto a la emocin y a lo que no puede ser controlado porlos intelectuales. Se acerca a Platn qtrien deseaba imponeruna tutela a las artes y expulsar a los poetas de la ciudadl5.15. Sin cmbergo,cn Platn existc una durlidad de la cmocin que cn Fedra hace del dc-seo dc lo bcllo una meditacin entrc lo humano y lo divino y en la Repblica unaamenazr para cl orden social.I l4

    Soclouocf DE LA coMUNlcacrN yPnoeLEvIAS DE MTODoS

    La crtica fundamental que se debe hacer a los especia-listas auto-proclamados de la crtica es su rechazo a unexamen emprico de las realidades que estn denunciando.La produccin de los medios se considera como estereori-pada, monoltica en su elaboracin, unificada en sus efec-ros sobre los pblicos. Sin embargo, el mismo Adorno ano-ra que la produccin de pelculas o radionovelas slo esindustrial por analoga, lo que quiere decir que no es paranada industrial. Ciertamente hay bsqueda de beneficio,especializacin del trabajo, voluntad de responder a una"demanda", estandarizacin de ciertas prcticas de pro-duccin y ms que todo de distribucin. Sin embargo, nose fabrica una serie de novelas de xito como se fabricanproductos alimenticios en serie porque los contenidos cul-turales nunca se estandarizan verdaderamente. Adems. esimposible no constatar que los productores,los autores, losanunciadores y todos los dems actores del proceso audio-visual no tie nen necesariamente los mismos intereses y lasmismas historias personales, la idea de identidad de esrosltimos con los intereses de las burguesas industriales rayapor su parte en la teora del complot. "No se debe tornar alpie de la letra el trmino de industrio.(...) Esta esfera esindustrial en el sentido (...) de la asimila'cin con formrsindustriales de organizacin del trabajo en ls oficinas,.ms que por una produccin verdaderamente racionaldesde el punto cle vista tecnolgico. Es por esta razn quelas malas inversiones de la industria cultural son extrema-damente numerosas" ("La Industria Cultural"). Si el xitono es automtico es porque la industria cultural no es esaentidad malfica, casi metafsica, descrira a veces y sobietodo, porque los gustos de los pblicos siguen siendo des-conocidos. Ahora bien, aqu la recepcin slo se capta a

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    nrc Mnrcnertravs de hiptesis muy perentorias Puesto que las consta-taciones de embrutecimiento' o de pasividad, se aPoyannicamente en referencias al psicoanlisis sin dar la pala-bra a los pblicos. Adorno considera cualquier estudio delas reacciones de los pblicos frente a los programas de a-dio o a las pelculas como un arreglo con la industria cul-tural, pero realiza un trabajo emprico cuando se trata dedetectar el autoritarismo de los hombres de masa quevendra a confirmar sus hiptesis16.Sobre este punto es interesante destacar el contrasterelacionado con los esfuerzos realizados por los miembrosms marginales de la Escuela de Frankfurt. El pesimismodel pensamiento de Adorno es compartido por WalterBenjamin y Siegfried Kracauer, quienes conservan el deseocomn de sacar al mundo de su sueo maldito, un mundoconsiderado carente de sentido autntico, que se volvi"infernal" (segn la palabra de Benjamin) por los mitosengaosos que lo gobiernan. Pero all doncle los discursosde un Adorno y de un Hokheimer tienden a transformarseen simples imprecaciones despojadas de vercladeros ele-mentos empricos, los de Benjamin y de Kracauer se carac-terizan por una actitud ms abierta con respecto a lasformas concretas de la modernidacl. Herederos ambos delas enseanzas de Georg Simmel, fundador de la microso-ciologa alemana e inspirador de la Escuela de Chicago consus trabajos sobre los comportamientos urbanos, sus crticasdejan un espacio para una observacin detallada, parl ano-taciones muy finas que, a veces pueden contradecir susl6 lo "*"1, q.,. *rmite mcdir el autoritarisnro sicmpre es utilia

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    Enrc MrcnerLe poSTERIDAD DE LA ESCUELADE FRANKFURTLa reparticin de la modernidad en "fragmentos de mo-

    dernidad", segn la expresin de David Frisby, tan caracte-rstica de estos dos autores, se opone entonces como mtodoa la filosofa muy abstracta de un Adorno cuyos presupues-tos aplastan todas las particularidades de esta modernidad.Pero el suicidio de Benjamin en 1940 (cuando trataba depasar la frontera espaola), el desdibujamiento intelectualde Kracauer despus de la guerra y luego la renovacin enel mbito de la Escuela de Frankfurt de un movimientofuerte de condena a la sociedad de masa con Erich Frommy Herbert Marcuse en la dcada de los sesenta, volvieronautomtica la equivalencia entre Teora Crtica y universa-lismo abstracto. La mayora de los intelectuales de izquier-da, a pesar de se r los ms inclinados a defender ideaies de-mocrticos y a valorizar la participacin de los pblicos, sonentonces quienes ms denuncian la influencia nefasta de losmedios, con y no contra los conservadores, manteniendorelaciones de aversin hacia las "artes populares" (Ross, 1989,Gorman, 1996)17. Esta aversin toma la forma de una clenun-cia nihilista entre los pe nsadores franceses anti-humrnistas,brillantes ensayistas de la desconstruccin. Para Iean Baudri-llard, el poder los medios ni siquiera est ligado al contenidoideolgico de los mensajes sino al sistemr de los intercam-bios, el cdigo, convertido en un universo autnomols que17. [ croca a los medios pucdc cvidcntcmcntc cshr en rcsomrncia con acontccinricntos p;lticoo

    corno cl golx dc Bndo nortcarncricano conrl Salvaclor Allencle cn Chilc, qut a cl rcln defondo de Its trabajcrs dc Dorlrnan y r'frttclard pbrc h indutria amcriana dcl cnrercnimicntoacwde de prcparar y prolongar la hegemona milirrr cle los Esudos Uniclos.

    18. Lr influencia dc lvfcluhur r rnczcla aqu con la dc los penudorcs crticos cn un dcterminismotccnolgico que niega la reciprocidad del intercambio enrrc los hombres y las mqnas, adifcrencia dcl dc fcl-uhan.u8

    SocroLocf DE LA coMUNrcAcrN y DE Los MEDIoslos individuos no pueden esperar sitiar ni modificar (Pourune critiquc de l'conomie politique du sgne, 1972). Losmedios ya no son el centro de efectos ideolgicos sino laideologa misma,la del vaco de la representacin. Baudri-llard actualiza la vieja oposicin entre realidad e ilusin,como si una idea o na imagen no tuviese sentido, nohiciese parte de la construccin de la realidad. Esta opre-sin generalizada est igualmente presente en las obras deMichel Foucault, el de Surueiller et punir (1975) y el de Lauolont de sauoir (1976), que teorizan la presencia de unpoder centralizado y omnipresente, el de los dispositivos dela mirada (el panptco) y el de la confesin que impulsa aexpresar una interioridad individual dominada por lasinstituciones. En el curso de la transicin que se opera entresociedad traicional y sociedacl moclerna, el Estado seibrog" el poder de disciplinar las prcticas invenando unindividualismo que cada uno interpreta ingenuamente co-mo la conquista de una libertad cuando slo sera una tc-nica de control que tendra como resultado la creacin deindividuos conformes. Paradoja final o consecuencia lgicade un movimiento demasiado negativo, la conversin delos pensadores crticos a la modernidad y al humanismoanti-aristocrtico se operar en Alemania con |rgen Ha-bermas y UIrich Beck, ltimos representantes de la Escuelade Frankfurt.

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