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Celia Reyes TÓPICOS DE LA EDICIÓN N° 2 Alejandro de la Rosa Karina Barria Autores:

Lime Green Modern Food Magazine - Mendoza

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Celia Reyes

TÓPICOS DE LA EDICIÓN N° 2

Alejandro de la Rosa

KarinaBarria

Autores:

VOCES QUE DESAFÍAN: - Voria Stefanovsky (Paula Soria). Mujer gitana, doctora y magister en literatura por la Universidad de Brasilia (UNB., Brasil). Tambiénposee graduación en artes. Su tesis doctoral sobre la Identidad y Literatura romaní fue elegida la mejor tesis en Literatura del 2016.Primera mujer de la comunidad gitana que obtuvo un doctorado en América Latina. Tuvo una infancia nómada en el carromato delcirco familiar y una historia sorprendente. “LAS MUJERES GITANAS SOMOS TRES VECES SILENCIADAS”.- Alejandra Manoni, docente de Primer Ciclo, egresada del IES 9-009 “Tupungato”. “LOS PEQUEÑOS INCLUYEN A LO GRANDE”

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“LA PANDEMIA NO NOS DETIENE”

El Programa de Desarrollo Socio-Cultural "La Pandemia No Nos Detiene”, nos interpela, nos cuestiona, nos invita a pensar ysobre todo nos desafía a hacer las cosas de otra manera. Un año más para reflexionar sobre la diversidad cultural. A largo de todo el proyecto y los dispositivos que se han propuesto, siempre hemos materializado su espíritu con el que fueconcebido: dar la voz a quienes no la tienen, los silenciados, aquellos que desde la cotidianidad han dejado huellas muchas vecesno visibilizadas y, por tanto, no reconocidas.En este sentido, el acto de conocer es el paso previo necesario para poder afirmar que respetamos la diversidad.Nadie puede respetar, ni mucho menos valorar “lo diferente” sin conocerlo: sólo así podremos erradicar la estigmatización ydiscriminación que hemos naturalizado (muchas veces sin advertirlo) desde la ignorancia.

Octubre, mes de la Diversidad Cultural

Volver a pasar por el corazónLA PANDEMIA NO NOS DETIENE

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VOCES QUE DESAFÍAN: "Las mujeres gitanas somos tres veces silenciadas"

Su nombre de origen es Voria Stefanovsky, pero en sus documentos figura como Ana Paula Castelo Branco Soria. Entre suspérdidas se contabiliza la de su apellido gitano.

Page 3: Lime Green Modern Food Magazine - Mendoza

ENTREVISTAABIERTA

CON VORIA2

Page 4: Lime Green Modern Food Magazine - Mendoza

-Crecí en un circo internacional, un circo de mi familia. Todos

trabajábamos en él.

- Puedo decir que accedí a la escuela por un tema de

prejuicios. Estábamos con el circo en una ciudad de

frontera en Brasil. No pensábamos quedarnos allí por un

tiempo largo, sino que íbamos a presentar algo e irnos. En

esa región se produjo una pelea y alguien fue asesinado. Se

generó entonces un problema con los gitanos, como suele

pasar siempre. A mi papá junto con otros hombres de la

comunidad lo acusaron del asesinato y lo llevaron preso

injustamente, porque luego se descubrió quién había sido

el asesino y no había sido un gitano. Pero, claro, los gitanos

huyeron porque saben que no tienen voz, que no tienen

derechos, pero para los demás, si huían era porque eran

culpables. Además, como yo era rubia, hubo gente que

denunció ante las autoridades que yo era una niña robada

por los gitanos. Eso es algo que sigue pasando hasta hoy.

Llegó la policía, y sin comprobar si la denuncia tenía

fundamento o no, me separaron de mi familia y fui llevada a

una institución religiosa donde estuve un año y unos meses.

En ese momento me dieron documentos brasileños. Yo no

sabía dónde había nacido.

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-Sé que no te ha sido fácil estudiar. ¿Cómo fuetu historia?

Cuando yo escribo sobre el Holocausto romaní que se

llama Samudaripen o Porraimos, recuerdo a mi abuelo que

quedó tan traumado. A veces decía “hay que matarlos a

todos”, otras veces lloraba. Un día prendió fuego dentro

del circo. El 2 de agosto de 1945 los Aliados recuperaron

Auschwitz y se estableció como el día en que se

conmemora el Holacausto gitano. Pero la matanza masiva

de gitanos fue en el mes de febrero del 44´. Por eso, en

algunos lugares se conmemora en febrero y, en otros, en

agosto, según se tome el día de la matanza o el de la

recuperación. Hay gente que no quiere usar el nombre

Porraimos porque significa “devoración” que es una

metáfora que se puede usar en otros campos como la

gastronomía o el sexo, y no es tan precisa.

-¿Vos qué hacías?-Era payasita, también hacía malabares y bailaba. Hacía las

cosas más graciosas, lo que puede hacer un niño. Como payasa

era muy chistosa, me gustaba contar historias. Además, en la

entrada del circo vendía flores. Recuerdo que para mí cada

flor era una muñeca. Le ponía un nombre a cada rosa e

imaginaba cuál iba a salir e inventaba una historia para cada

una. Mi padre se dedicaba a la administración del circo,

también era músico y, además, domador de animales. Mi

madre no trabajaba en el circo, pero sí mis tres hermanos y mi

hermana. Todos hacían cosas de chicos, ayudaban a los otros

payasos y mi hermano aprendió a hacer equilibrio sobre el

caballo. A medida que crecíamos íbamos aprendiendo nuevas

cosas.¿Qué edad tenías cuando trabajabas en elcirco?

- En una primera etapa trabajé desde chiquita hasta los diez

años. Luego, en una segunda etapa, de los 12 a los 15, pero ahí

ya trabajaba menos porque comencé a estudiar.

-Por América y también por Europa

- ¿Por dónde andaba el circo?

- ¿De dónde proviene tu familia?

- Mis ancestros vienen de Rusia y el grupo sinto, que es el que

más gente perdió durante el Holocausto. Está en la frontera

entre Italia y Alemania. El grupo se achicó porque muchos

fueron exterminados, por eso hubo casamientos con otros

grupos para que aumentara el número. Lo habitual es que la

mujer que se casa siga a la familia del marido, pero en ese

momento se acordó que el marido no pagara la dote

correspondiente para que se quedara en la familia de la novia y,

de esa forma, el grupo se agrandara.

Recuerdo que mi bisabuelo tenía una letra “Z” marcada en la

parte interior de la muñeca. No recuerdo si tenía un número,

pero esa “Z” era la marca del campo de concentración. Había

quedado muy afectado por lo que vivió en ese campo, por lo que

no estaba mucho en este mundo. Nunca hablaba de las cosas

que había vivido.

-Por lo poco que sabemos de la poblacióngitana dicen que gran parte de sucomunidad no accede a la escuela. ¿De quéforma accediste vos?

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- No, dado que es un pueblo que tiene una tradición nómada. Sí

importaba que éramos gitanos y hablábamos en nuestra lengua,

el sinto, además de aprender las lenguas de los diferentes

lugares en los que estábamos. En la institución en que me

internaron aprendí a leer. Yo decía que era gitana, como mis

padres y mis abuelos. Muchos vecinos del lugar y la policía

decían que yo estaba embrujada, que hacía maleficios, magia

negra. Esos son estereotipos que pesan sobre nuestra

comunidad. En una de mis novelas cuento las cosas buenas y las

cosas horribles que me pasaron en ese lugar.

- No, no fue una decisión mía, pero yo, como cualquier chica,

quería casarme. Me parecía linda la boda, las tradiciones, el

vestido, pero quería casarme con un gitano que me dejara

estudiar. Estudié unos meses luego del casamiento, pero

debía tener hijos y yo sabía que eso sería el fin de mis

estudios. Como tenía acceso a otra gente que no era gitana,

accedí también a pastillas anticonceptivas que tomaba a

escondidas. Pero cuando me di cuenta de que iba a tener

otros problemas por mi supuesta infertilidad, decidí huir de

la comunidad. Fueron a recuperarme pero yo ya había

optado por el estudio. Me encontraron con gente no gitana,

con mujeres y hombres. Entonces, pensaron las peores

cosas y la comunidad me cortó el pelo, me cortó la trenza,

que era algo muy ofensivo que significaba perder su respeto

y mi condición de gitana. Eso significaba que ya no había

vuelta atrás. Siempre sentí mucho amor por mis orígenes,

pero quería estudiar. Como toda adolescente, tenía la

fantasía de cambiar el mundo. Pensaba que iba a volver a la

comunidad con algo bueno para ella. Esa fantasía alimentó

mi soledad de haber dejado una cultura, de sentir que mi

pueblo estaba dolido conmigo. Me sentía culpable, además,

porque supe que un año después, como mi marido había

pagado una dote por una mujer que no tenía, se casó con mi

hermana.

De la comunidad salí con Santa Sara, virgen de los gitanos,

una figura hueca. En su interior puse algunas cositas de oro

que tenía y me llevé también un mazo de cartas. Había visto

a las mujeres de mi comunidad y sabía tirar las cartas. De

alguna manera tenía que sobrevivir.

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-¿No es importante para los gitanos saber ellugar de nacimiento?

- Para poder salir del internado tenía que hacerse cargo de

mí alguien que no fuera de la comunidad gitana. Los

gitanos intentaron sacarme de todas formas, pero no

pudieron hacerlo. Quien se hizo cargo de mí fue alguien

cuyo apellido es Castelo Branco, pariente de un

expresidente de Brasil. Él tenía poder, nombre y dinero, y

me sacó con la condición de que me hicieran seguir

estudiando, porque la monja dijo que yo era muy

inteligente. Como yo tenía su apellido, él tenía el poder de

imponerles esa condición a mis padres. Ellos dieron su

palabra, pero no dijeron hasta cuándo podría estudiar

porque en mi comunidad a los 14 años las chicas se deben

casar. Yo me casé a los 14 y pico.-¿Qué fue lo que te pasó?

-Yo estaba allí por la denuncia de que no era gitana, sino que

había sido robada. Pero, a la vez, en la institución me

consideraban gitana. Era una situación muy loca, porque sabían

que era gitana.

Hubo una monja que vio que yo era muy maltratada por los

otros y que me encontró inteligente y con capacidad para

aprender a leer y escribir, por lo que me protegió. Yo le contaba

las historias graciosas que narraba en el circo, y ella quería que

las escribiera. Empezó a alfabetizarme porque yo no sabía ni

leer ni escribir. Me mostró libros sobre los gitanos, los dichos

que aparecían en el Quijote de la Mancha sobre ellos. Eso me

marcó para siempre. Me abrió los ojos sobre tantas cosas, que

después de mucho tiempo terminé estudiando literatura. Fue

con ella que aprendí lo que se decía de nosotros. Ese período

fue muy intenso porque para defenderme de los castigos de los

compañeros y de otras monjas me quedaba en la biblioteca con

ella. Por la mañana había rituales de confesión. Decían “he

pecado, Señor, y pido tu amor”; luego, los niños decían sus

pecados como “yo le pegué a María, pido perdón” o “yo robé

caramelos, pido perdón”. Cuando llegaba mi turno, estaba

obligada a decir “yo soy gitana, pido perdón”. Había una monja

que me obligaba a eso. Si no lo hacía, me quedaba sin postre, sin

poder salir, sin ir a la biblioteca con la otra monja. Ser gitano era

como estar enfermo, una cosa horrible y los demás chicos se

reían de mí. Durante ese período no pude ver a mis padres y

pensé que nos los iba a ver nunca más. Para salir de allí, perdí mi

nombre. En mis tesis doctoral que habla de identidad, pedí que

aparecieran mis dos apellidos, el de origen y el que debí adoptar

después.

-¿Cómo fue que perdiste tu apellido gitano?

-Pero no te casaste por decisión propia.

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Hoy las cosas son distintas y una mujer gitana puede

encontrar el apoyo de sus padres para estudiar. El contexto

histórico cambió, pero los gitanos siguen siendo

estigmatizados. En la escuela me maltrataban, y hace poco

supe de una chica gitana de hoy que abandonó la escuela por

esa situación, la misma que viví en mi infancia y mi adolescencia,

y que callé porque mis padres me hubieran sacado de la escuela

incluso con su palabra empeñada de que seguiría estudiando.

- Les pediría a los docentes que primero se informen sobre

lo que es la cultura gitana, que busquen información y que

no asuman dichos y los estereotipos del colectivo común, de

lo que es ser gitano, que busquen a las personas que las

puedan ayudar a leer, entender y comprender nuestra

cultura.

Y si los docentes pudiesen incluir en sus clases algo de la

cultura gitana y valorar a nuestros niños y saberes, para que

participen activamente en las clases. Las políticas

educacionales no ayudan ni garantizan los derechos de la

comunidad gitana, cuando desde ahí deberían llegar los

cambios a la escuela.

Creo que lo mínimo para hacer, y que sea posible, es que los

docentes desde su labor individual colaboren en el diálogo

entre las culturas y el respeto, atraer a las familias y valorar

lo que puedan trasmitir.

Lo mejor sería que en los manuales esté incluida nuestra

cultura. Lo que a mí me cambió la vida fue la monja, que tuve

la suerte de conocerla, que me valoró y me preguntaba de

mi pueblo, de mi lengua y me enseñaba todo lo que podía de

la cultura de ella. Si no hubiera sido por ella, no hubiera

estudiado.

Tal vez hablé mucho, porque hablé de la memoria. La

memoria es algo que me gusta estudiar y uno sabe que es

siempre afectiva. Gracias por el interés y si hay dudas acá

estoy, gracias por compartir mi historia personal.

- La docente que me dejó huellas es la monja. Muchos docentes

me “elogiaban” “¿cómo sos tan inteligentes si sos gitana?”,

“¡qué lástima que estés en un circo, qué horrible!”. Algunos me

preguntaban si comíamos con las manos, si nos duchábamos y

hacíamos desaparecer cosas, maleficios o brujerías. Yo estaba

siempre en la dirección para decir que no había robado nada,

porque siempre tenía la culpa de todo. Yo nunca robé nada, y

sin embargo muchas veces me pegaron en la escuela. Creían

que yo empezaba los problemas porque era gitana.

Demonizaron mis costumbres y mis creencias.

En cambio, la monja que me cuidó, a diferencia del resto de la

congregación, era profesora.

En esos dos años recibí muchos conocimientos: sentí que era

como si hubiera estado cuatro años. Fui adelantada en la

escuela, nunca se pensó que yo podría lograr algo, se piensan

que los gitanos son personas con necesidades especiales.

Luego encontré otra profesora. Ella estudiaba cómo los niños

aprenden: me testeó y vio que tenía un coeficiente intelectual

muy alto: fue allí cuando me consideraron una alumna

adelantada. Fui adelantada por años. Todo lo que sufrí por el

racismo en la escuela me ayudó a ir rápido y llegar al

doctorado. Solo cuando cumplí los 12 años, comencé a ir todos

los días a la escuela.

De los docentes que me marcaron de manera negativa, me

olvidé de todos sus nombres gracias a Dios.

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- La educación formal es muy importante para los cambios.

Opino que se tiene que dar urgentemente tanto dentro de

la comunidad gitana, como afuera. Hacia nosotros, por

varios motivos porque queremos mantener la tradición, y la

educación nos hará sobrevivir.

Esta primera parte está inspirada en la entrevista realizada porMónica López Ocón, 26 de junio de 2018.

- La educación formal, ¿Qué representapara tí?

- Si tuvieras el poder de cambiar algo de laescuela y de la educación formal, y a travésde ellas a sus docentes ¿qué les pedirías?

Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/nota/las mujeres-gitanas-somos-tres-veces-silenciadas

- ¿Hay en tu memoria algún docente que hayadejado alguna huella en tu vida (una positivay otra negativa)? Contanos brevemente esasexperiencias.

Mail de Voria: [email protected]

Esta segunda parte es un diálogo abierto con los autores de

la revista, 03 de septiembre de 2020.

Video de Youtube:

https://www.youtube.com/watch?v=d7pHKh1FCgw “Mujeres gitanas,conocer para transformar”

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"LOS PEQUEÑOS INCLUYENA LO GRANDE"ALEJANDRA

MANONIDocente de Primer Ciclo, egresada del IES 9-009 “Tupungato”

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Saludo atentamente a todos los lectores de esta hermosa

revista. Primero me presento: soy Alejandra Manoni, docente

titular (hace 11 años) de la Escuela N° 1-437 “Emilia Herrera

de Toro”, en los cuales siempre me he desempeñado a cargo

de primer grado, para ser más específicos. Egresé del instituto

IES N°9-009 Tupungato.

En el tiempo transitado hemos trabajado con muchas familias

de diferentes comunidades, pero el año pasado 2019 fue la

primera vez que nuestra escuela recibió una familia de la

comunidad gitana. En la entrevista los papás manifestaron que

en el único lugar donde no se sentían discriminados era en la

escuela, ya que por su vestimenta muchas veces en los negocios

o en la calle escuchaban comentarios dolorosos.

La familia llega al departamento de Tupungato porque son

vendedores ambulantes, decidieron salir de su comunidad de

Malargüe. Lo cual fue muy duro ya que no podrían volver por la

decisión tomada. En ese momento la mamá del niño estaba

embarazada de mellizos. En una de las ventas llegan al

departamento y comienza con complicaciones en el embarazo;

por falta de controles desconocían que eran dos bebés los que

venían en camino. La mamá es sometida a una intervención

(cesárea) en la cual logran salvar sólo a uno de los bebes. El

bebé queda internado en el hospital Notti, donde le solicitan a

la familia un domicilio fijo para su control, y piden a través de la

Justicia que los niños asistan al colegio, ya que estaban

vulnerando sus derechos. Los papás comentan a los docentes

que ellos desconocían que era obligatorio que los niños fueran a la

escuela ya que ellos nunca habían asistido y no se acostumbraba

en la comunidad donde vivían en Malargüe.

El niño comienza a escolarizarse en el Jardín Exclusivo “Sol de

Tupungato” en el mes de octubre del año 2019. Los papás

comentan que tenían mucho miedo de dejarlo en la escuela ya

que no era habitual para ellos dejar a los niños solos (cabe

destacar que a cada actividad escolar asiste toda la familia:

papá, mamá y sus tres hermanos menores). Se les hizo muy

difícil acostumbrarse a dejarlos en la escuela.

Ambos padres son analfabetos, por lo que requieren de muchas

explicaciones y ayuda de los docentes para acompañar a sus

hijos en el proceso escolar. Cumplen con todo lo solicitado por

la escuela (horarios, materiales, etc.). Es un alumno muy dulce

que se adapta a situaciones escolares con facilidad, es muy

querido por sus compañeros.

Cuando ingresa a primer grado, al cambiar de escuela los papás

vuelven a desconfiar de situaciones como dejarlos en la escuela

solitos. El papá se presentaba en la escuela en diferentes

horarios para saber cómo estaba.

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Allí es cuando comienza a compartir sus experiencias y nos

enseña el dialecto que hablan en su casa, ya que al principio

la comunicación costaba bastante hasta que se fueron

adaptando, y los docentes también. Es un alumno excelente

en matemática y muchas veces ayuda a sus compañeros.

En las salidas extraescolares sus papás tenían mucho miedo

en dejarlo participar por si le pasaba algo. A partir de ciertos

trabajos con la docente y talleres con los papás, fueron

tomando confianza y el niño comenzó a participar de

salidas, encuentros, etc. La familia del niño, vive cerca de

la escuela y son muy ayudados por los vecinos, sobre todo

en esta época de pandemia; ya que el papá no podía salir a

trabajar.

La escuela también colabora con la familia constantemente.

Los docentes de los alumnos llevan cada veinte días las

tareas a los niños y se comunican con la familia, se consigue

ropa, calzado, pañales, etc.

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