Nussbaum Ocult de Lo Humano

Embed Size (px)

Citation preview

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    1/32

    Martha C. NussbaumEI ocultamiento de 10 humaneRepugnancia, vergiienza y ley

    I'IOHlucidopor Gabriel Zadunaisky

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    2/32

    Nussbaum , M arthaEl ocultam iento de 1 0 hum ane : repugnancia, vergiienzay ley - la ed. - Buenos A ires: Katz, 2006.420 p. ; 23xlS cm .T raducido por: G abriel Z adunaiskyISBN 987 -1283-01-6

    1. Filosoffa. 2. M oral. I. Gabriel Zadunaisky, trad. II. T ituloCDD 190

    Prim era edici6n, 2006 K atz EditoresSinclair 2949, Sll B142S, B uenos A ires

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    3/32

    IILa repugnanciay nuestro cuerpo animal

    Ei profesor de Ginecologia comenz6 su serie de conferencias comosigue: "Caballeros, la mujer es un animal que orina una vez por dia,defeca una vez por semana, menstrua una vez al mes, pare una vez.ti atio y copula siempre que tiene la oportunidad de hacerlo".Me pareci6 una oraci6n bellamente equilibrada.W. Somerset Maugham, A writer's notebook,;Ilabia por virtud algun caso de escandalo 0 de infamia,l'11 particular respecto de la vida cultural, en el que no estuvieseinvoiucrado al menos un judio?

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    4/32

    9 0 I E l O C U L T A M IE N T O D E L O H U M A N O

    1. LA REPUGNANCIA Y LA LEGISLACI6N

    La repugnancia esuna poderosa emoci6n para lamayoria de los seres hurna-nos.> Ella modela nuestra intimidad y provee gran parte de la estructurade nuestra rutina diaria, en tanto lavamos nuestros cuerpos, buscamos pri-vacidad para orinar y defecar, eliminamos los olores desagradables conun cepillo de dientes y enjuague bucal, olemos nuestras axilas cuando nadienos ve, nos miramos en elespejo para asegurarnos de no tener rnocos atra-pados entre los pelos de la nariz, En muchos senti dos, nuestras relacionessociales tambien estan estructuradas alrededor de 10 repugnante y de nues-tros diversos esfuerzos por evitarlo. Lamanera en que disponemos de cier-tas sustancias animales repulsivas, como las heces, los cadaveres y la carnepodrida son penetrantes fuentes de nuestras convenciones sociales. Y lamayor ia de las sociedades ensefian a eludir cier tos grupos de personasfisicamente repugnantes, portadores de una contaminaci6n que los ele-mentos respetables de la sociedad deben mantener a raya.

    Larepugnancia tarnbien cumple un rol poderoso en la legislaci6n. Figura,en primer lugar, como iustificacion primaria, e incluso (mica, de ciertosactos ilegales. Asi, las leyes contra la sodomia han sido frecuentementedefendidas por una simple apelacion a la repugnancia que las personasbienpensantes supuestamente sienten al pensar en tales actos. Durante elsegundo juicio penal contra Oscar Wilde, eljuez dijo que preferiria no des-cribir "los sentimientos que deben nacer en el pecho de todo hombre dehonor que ha escuchado los detalles de estos dos juicios terribles" pero suvirulenta condena de los acusados hizo que su repugnancia se tornaraampliamente evidente.! Lord Devlin (1965: 17) sostuvo admirablementeque esa repugnancia social era un fuerte motivo para estar a favor de laprohibic ion deun acto, aunque no cause dafios a un tercero que no 10 con-siente; aplico su conclusion explicitamente a laprohibici6n de actos homo-sexuales consentidos.4 En su reciente trabajo sobre larepugnancia, un teo-

    2 Vease un excelen te tratamiento del tema en Miller ( 1997 ), al que me refer ir ea menudo en 10 que sigue.3 Iuez Wills , s entenc ia c it ada en Hyde (1956).4 La posici6n de Dev lin respecto de actos homosexuales era en rcalid ad cornpleju: sibien era partidario de retener la Figura mas seria de "sodomia, prol' oni' l laaboli ci6n de ofensas menos se ria s como "indcccnc ia grosc ra" y "alaque illde(Tlllc':a menos que se cometie ran contra " jt JVCIlt 'S' :Su razol la lu iel li ll na 'lilt' < I , ' "slemodo era probable que s( \lo S(' juzgaral l"casl ls c lnros y l1'IW'lllII'S", Y .II-\II'I-\.IhaI"I'nun en lo s caso s en (IUl' S l' huhicr.r 1IlItII'Iidll"Sodllltll.I", 1 1 0 1'1111',lIlid.1Iill de 1 " ' 1 1 . 1 . 's('vnas (v v I). Sill ('Iuhargll, revela 111101",iuu] Itilly dur,1 h'I' ill 1.1

    L A R E P U G N A N C IA Y N U E S T R O C U E R P O A N IM AL I 9 1

    rico del derecho como William Miller (1997: cap. 7), si bien no apoya lasrccomendaciones de politicas concretas de Devlin, da sustento a su ~rien-t.icion general alargumentar que elgrado de civilizacion de una sociedadpuede medirse adecuadamente - p o i l a s barre.ras que ha logrado colocar /entre SI y 10 repugnante. Desde este punto de VIsta,lasharreras legales pue-den considerarse facilmente como agentes del proceso civilizador. Masrccientemente, elbioetico conservador Leon Kass, que ahora encabeza unannision a la que el presidente Bush le encargo que examinara las cues-Iioues morales relacionadas con la investigacion de las celulas madre, ha' ,t)stenido que en generalla sociedad haria bien en confiar en "la sab~du-1101 de la repugnancia" cuando pondera las nuevas p~sibilidades medl~as.1 : , 1 l un ensayo en favor de la prohibicion de la clonacion humana, sU~lere

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    5/32

    1 )1 I El O C U L T A M IE N T O D E L O H U M AN O

    v.uue en la evaluaci6n de un homicidio en la que estan bajo considera-11011factores potencialmente agravantes.

    Scgun uno de los puntos de vista sobre estas cuestiones, la emoci6n de1.1I cpugnancia es altamente relevante para el derecho y un componentev.rlioso del proceso legal. Para Devlin (1965:13,16), la sociedad no puededdl'llderse sin hacer leyes que respondan a las reacciones de repugnancia.I..sus miembros, y toda sociedad tiene el derecho de preservarse. Toda'.1" iedad, por 10 tanto, esta autorizada a traducir en leyes las reacciones.I.. rvpugnancia de sus miembros. Segun Kass (1998: 19), la repugnancia11111"riza una profunda sabiduria que "nos alerta a no transgredir aque-110

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    6/32

    94 I E L O C U L T A M IE N T O D E L O H U M A N O

    Especificamente, sostendre (en el capitulo 3) que la repugnancia de unacusado por su supuesta vfctima nunca esuna evidencia relevante en un pro-ceso penal; que la repugnancia es un factor totalmente engafioso de la leyde pornografia, porque encubre las cuestiones relevantes del dafio e inclusoentran en colusi6n con los factores que perpetuan esos dafios; que larepug-nan cia nunca es buen motivo para tornar ilegales determinadas practicas(por ejemplo, lasodomia); que incluso cuando un homicidio parece peorque otro porque es inusualmente repugnante, debe desconfiarse de esta

    . reacci6n de repugnancia por tratarse de un dispositivo que empleamos

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    7/32

    96 1 E l O C U L T A M I E N T O D E L O H U M A N O

    sarle a la sociedad laproliferacion del "vicio", esdecir, que no puedan rea-lizarse importantes actividades porque la gente esta demasiado distraidacon sus "vicios" Laconducta sexual no estandar figura entre sus argumen-tos como un tipo de adiccion (los homosexuales, escribe , son de hecho"adictos"), que Ieimp ide a la personalidad llevar a cabo sus asuntos ordi-narios. Asi,escribe que "los hombres que estan constantemente ebrios, dro-gados 0 son depravados no t ienden a ser miembros utiles de la comuni-dad" (Devlin, 1965: 106) .10 Aun mas vividamente, sostiene que "[una 1 nacionde depravados no hubiera respondido sat isfactor iamente al llamado deWinston Churchill a dar sangre y esfuerzo y sudor y lagrimas" ( ibid: in).De este modo, intenta convencer alpartidario de Mill de que la inmorali-dad causa un grave dana social, erosionando el tipo de auto control y declaridad de propositos que debemos esperar del ciudadano medio para quese realicen las principales actividades de la sociedad.

    Sobre esta base existen validos argumentos, si pensamos en el abusodel alcohol y de las drogas, aunque no esta claro en absoluto que lalegali-dad de estas sustancias sea un peligro social del tipo que contempla Devlin(que cause una decadencia social generalizada a traves del "contagio" desu abuso). Pero, en 10 que concierne a los homosexuales, su argumentoparece compartir una especie de "panico moral" que tendremos ocasionde investigar en el capitulo 5.11 La idea de que la tolerancia publica de lahomosexualidad de algun modo vago y no especificado erosionara eltejidosocial, no espara nada nueva. Tampoco es anticuada. Poco despues del 11de septiembre de 2001, el reverendo Jerry Falwell ernitio una declaracion

    ,~ . . .r- a nivel nacional en que atribuia la responsabilidad por elataque alWorld. 1 ' ; - . y!.'" tL,~"~:'Trade Center a "gays y lesbianas', pensando quizas, al modo de Devlin, quer : : ' ~ su presencia de algun modo debilita a los Estados Unidos.? Pero tales

    afirmaciones, aunque aun sean escuchadas, son tanto ultrajantes comocompletamente inverosimiles. Debemos tener presente este aspecto delargumento de Devlin, porque gran parte de 10 que afirma parece descan-sar en premisas facticas falsas respecto de la conducta hacia personas del

    10 Seencuentra en un ensayo sobre Mill.11 Ir6nicamente, Devlin expres6 estas afirmaciones en una exposici6n pronunciada,por primera vez,en la Conferencia Ernst Freund en la Facultad de Derecho delaUniversidad de Chicago. Freund, valiente defensor de losderechos legales de losdisidentes de todo tipo, siendo el mismo el primer profesor de derccho judiode los EstadosUnidos, era conocido principalmente por defender 101lihcrt.ul depalabra de losdisidentes politicos durante laguerra, en pnrticulnr d t ' 11 ,1 I 1\ " l IeI>Chs.

    12 Falwelltambien aludio a la idea de que Dios cst,\ cnojudo 1'01 11111,,11,1pcnuisividad y , por 10 tanto, 1l0S h u rerirado su prott'n i" 11i

    L A R E P U G N A N C IA Y N U E S T R O C U E R P O A N IM A L 1 97

    mismo sexo y su efecto sobre la personalidad. Por cierto que no presentaa los heterosexuales como "adictos", ni define su preferencia sexual comouna adicci6n que drene la fuerza vital de la sociedad."

    Segun Devlin, no todas las amenazas al codigo moral de una sociedadson 10 suficientemente serias como para exigir la intervenci6n legal, dadalaimportancia de lalibertad personal. Por 10 tanto, elpropone una pruebapara determinar elpunto mas alla del cual no debe pedirsele a lasociedadque tolere una conducta inmoral. Para encontrar un estandar apropiado,Devlin recurre a la conocida ficcion legal del "hombre razonable", a quientambien describe como "el hombre en el omnibus de Clapham" (Devlin,1 96 5 : 1 5) . Cuando esta persona reacciona frente ala conducta de otros conuna forma muy intensa de desaprobaci6n, la conduct a en cuesti6n puedeser prohibida por ley.Devlin habla de una emoci6n intensa como "Ia into-lerancia, la indignacion y la repugnancia" Estas, dice, "son fuerzas que res-paldan la leymoral"; sin ellas la sociedad no tiene derecho a pr ivar a losindividuos de su libertad de eleccion ( ibid: 17)' Si bien enumera aqui tressentimientos muy diferentes, e l contenido de su argumento pareceriacentrarse en la repugnancia, tal como la definite. La indignacion cormin-mente esentendida como respuesta a un dano 0 perjuicio que ha sido infli-gido injustamente; pero Devlin no insiste en que tal dano este presente, ypor cierto todo su argumento va dirigido contra el de Mill de que solo ta ldano justifica la regulaci6n legal. Alavanzar en su argumento, solo aludeala repugnancia diciendo que 10 que sedebe preguntar respecto de lahomo-sexualidad es"si analizandola con calma y desapasionadamente, lavemoscomo un vicio tan abominable que su mera presencia esuna ofensa" ( ib id .) .Sugiere asi, aunque no claramente, una investigaci6n en dos etapas: pri-mero, el"hombre razonable" siente repugnancia por la conducta homo-sexual; segundo, toma distancia y sepregunta con calma sirealmente tieneraz6n en sentirse asi,

    lPor que piensa Devlin que la repugnancia es una base confiable paralcgislar?Aunque le concedamos que hay algunos vicios que, suficientementediseminados, erosionarian la capacidad de la sociedad para funcionar,tpor que debemos suponer que la repugnancia es un indice confiable delas actividades que tienen esa propiedad? El mestizaje ha sido objeto dercpugnancia generalizada, pero ni siquiera Devlin, que parece contento concualquier forma de matrimonio heterosexual, argumentaria que esta repug-

    1.1 A If \l Il lo s d l' S Ii S comcntarios sohn- 101Pl 'Clst i l lic ion sl lp,ic 'n 'l l l 'sta oricntuciou d e S IiSi c ic ' '' s (V ' \I S l' 1 ', 1 2), p el'l l p or ric 'r lo 1 11 11 .1d "N ll rro ll,1 II i t lllll l" "" 1 01s lIg ie n' e nrdnc'llli,,;, los .u I , , , Sl 'X1101e " 110101 l ll ' II I , ti ," . ' , 1 0 , IlI 't"1 II,>,,'X l I ,t i, ' .' ,

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    8/32

    nancia detecta el pcligro social de un m odo confiuhlc. 1. pl't'~I'IHIiImism.tde los discapacitados mentales y fisicos en nuestras UIIII""id,Idl's, lll""doactuan a la vista del publico, a menudo ha provocado rcpugn.uuia: pcn>seria diftcil sostener que ellos representen un peligro para cl tcjido social.Por elotro lado, hay formas de conducta que son c1aramente peligrosas parael te jido social , pero que no tienden a provocar repugnancia , porque songeneralizadas e incluso populares. El racismo y el sexismo han tenido eserol en much as sociedades; la avaricia y las practicas empresarias agresivaspueden incluso provocar admiraci6n. Por 10 que en un punto crucial deldebate quedamos a laderiva; y Devlin tam poco nos ofrece un analisis masdetallado del contenido de la emoci6n 0 de sus probables objetos, que nosayude a evaluar su posicion con mas profundidad. Debemos, por 10 tanto,dejar a Devlin eneste punto, para dedicarnos a otros autores que quiza pue-dan responder a algunas de estas preguntas.

    La posici6n de Leon Kass es muy similar a la de Devlin, pero es masrica en terrninos de una reflexi6n acerca de la emoci6n de repugnancia yde su rol social. Kass no presenta una teoria general de regulaci6n legal,pero esposible afirmar sin temor a equivocarse que no esde ningun modopartidario de Mill. La sociedad claramente puede prohibir una conductasin comprobar que "atafia a terceros" en el sentido de Mill al perjudicar"derechos constituidos" de terceros que no la consienten. Pero la visi6nde Kass del peligro para la sociedad esdiferente de la de Devlin, asi comodifiere tambien su argumento respecto de por que esimportante larepug-nancia. El pcligro que preocupa a Kass no esla desintegraci6n de la capa-cidad de la sociedad de actuar y planificar, que pod ria causar la"deprava-cion" generalizada. En cambio, le preocupa que de un modo mas sutil quelos valores human os centrales puedan verse erosionados por la crecienteaceptaci6n de practicas que tratan a los seres humanos como medios paralos fines de otros. El mundo que teme es aquel "en que todo se considerapermisible mientras sehaga con libertad, en elque nucstra naturaleza hu-mana tal como nos es dada ya no provoca respeto" (Kass, 1998: 19). Hastaaqui, Kass parece argumentar plenamente de acuerdo COil los parametresde latradici6n liberal: porque sin duda elrespeto por ladignidad hum anadebe contarse entre los valores politicos centrales de cualquier forma via-ble de liberalismo politico. (Sin embargo, las p ala bru s " na lura leza hum anatal como nos esdada" van mas aliade laidea politica de la dignidad humana,pues sugieren una visi6n metafisica 0 religiosa cSI'Ccif"iC'lde la humani-dad.) Y,sin duda, un liberal puede facilmente conceder quc 1I1l0 de losprin-cipales peligros de los que debe cuidarse una socicdud lilx-ral cs el de quela humanidad sea util izada como un medio y no COIII0 un fin. Sipudiera-

    1ll0S couvcnccruos de que In I'l'I'UiJ,lIilllliasc corrclaciona de modo COII-fiahlc COil violacioncs de la dignid'HI humana, al mcuos cstariamos CI1vias de percibirla como rclcvantc para la regulacion legal."

    Scgun Kass,existe una "sabiduria" en nuestro sentimiento de "repug-nancia", que subyace a todo argumento racional. Ante ciertas visiones, sen-timos repugnancia "porque in tuimos y sentimos, inmediatamente y sinargumento, la violaci6n de cosas que con razon valoramos". La repug-nancia use rebela contra los excesos de la voluntad human a, nos alerta ano transgredir aquello que por profundo esindecible" (Kass,1998: 19).Kassadmite que 1a"repugnancia no esargumento", pero cree que nos da acceso ta un nivel de 1apersonalidad que en algunos sentidos es mas profundo ymas confiable que el argumento. "En casos cruciales [.. . Jla repugnancia\esla expresion emocional de una profunda sabiduria" ( ibid.: 18). c hA continuacion, Kassenumera seis actos que supuestamente nos resul-

    tan repugnantes, afi rmando que cualquier intento de dar un argumentode nuestra repu1sa seria en si mismo sospechoso, un intento superficialde "eliminar nuestro horror por via raciona1" ( ibid.: 18-19). Sus ejemplos '-f.son: e1incesto de padre e hija (aun con consentimiento), las relaciones illlO pri I1ll'I';ICI11IT los vicios', sill prestar atcn-cion a nucstras reuccioncs dc I'l'pugllallcia y perrnitir que influyan en lagcstacion del derecho (Miller, 1

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    11/32

    1 04 I E L O C U L T A M IE N T O D E L O H U M A N O

    extendido su argumento para responder a cuestiones legales. is Kahancomienza reconociendo que la apelaci6n a la repugnancia generalmentecorresponde a te6ricos del derecho conservadores que defienden valorestradicionales. Pero seriala, de manera plausible, que no hay necesidad deque esto sea asi. Dada la tesis de Miller de que los objetos que provocanrepugnancia cambian con eltiempo, tambien esposible que quienes pro-ponen nuevos 6rdenes sociales apelen a la repugnancia para rebajar a losque consideran viles y rastreros y dar mayor realce a personas y a valoresno tradicionales. Por consiguiente, Kahan concluye que los pensadores pro-gresistas del derecho han rechazado la repugnancia de manera prerna-tura: es un senti miento moral cormin y seria mejor que los progresistasusasen su poder en favor de su causa.

    Pero uno podria preguntar tpor que apelar a la repugnancia? Si deacuerdo con la visi6n de Kahan (siguiendo a Miller) la repugnancia estarelacionada con lajerarquizaci6n y con la calificaci6n desigual de las per-sonas en cuanto a su valor, tpor que habriamos de atender a ella al hacerleyes, en vez de basar elderecho en sentimientos diferentes? En este pun to,elargumento de Kahan sevuelve poco claro. Porque, a diferencia de Devliny de Kass, no defiende el uso de la repugnancia para tornar ilegales actos"respecto de uno rnismo" Tampoco seopone a tales "Ieyes morales", y por10que sabemos incluso podria avalar eluso de la repugnancia como crite-rio para apoyar la regulaci6n de algunas formas de acci6n "respecto deuno mismo", como el consumo de drogas, la prostituci6n y el juego. Sinembargo, a juzgar por sus ejemplos, su enfoque se centra por entero encrimenes que responden facilmente al criterio de Mill. A 10largo de su ar-ticulo seconcentra en elasesinato y acepta lavisi6n de Miller de que lacruel-dad es la peor forma del mal. No necesitamos apelar a la repugnancia paraque nos digan que el asesinato y la crueldad son nocivos.

    La posici6n de Kahan parece sostener , sin embargo, que ciertos asesi-natos son peores que otros y que confiar en nuestros sentimientos derepug-nancia es una buena manera de categorizar los asesinatos y,especialmente,a los asesinos. Podemos confiar en la repugnancia para identificar rasgosagravantes legalmente significativos, 0 juzgar que ciertos asesinos son espe-cialmente rastreros 0 viles. Larepugnancia, entonces, cumple un rol en lasentencia; de ese modo, refuerza nuestra condena y oposici6n a la cruel-dad. (Analizare esta afirmaci6n en detalle en el capitulo 3.) Aunque no laacepto, tiene una especie de posibilidad limitada, porque Kahan ha perrni-

    IX Kahun (1

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    12/32

    difercnte: 10 rastrero y vii que cs cl criminal. En cstc puutu, Kuhnn St' .ilcjude Mill, aunque mucho menos que Devlin y Kass,

    Para Devlin y Kass, la repugnancia tiene mucho mas alcancc, Aunquela mayo ria de los ejemplos de Kass respecto de 10 repugnanLe involucran,de hecho, el dafio a terceros , esta claro que no acepta el principio limi-tante de Mill y que esta dispuesto, junto con Devlin, a regular la conductainofensiva. No obstante, el argumento que usa para defender la regula-cion es muy diferente al de Devl in, pues emplea un cuadro muy diversode por que la repugnancia debe considerarse un criterio confiable. ParaDevlin, la repugnancia es engendrada socialmente y es valiosa porquenos informa acerca de normas sociales profundamente enraizadas. ParaKass, la repugnancia es presocial 0 extrasocial, y su valor reside en alertar-nos depeligros para nuestra humanidad que una sociedad corrupta puedehaber ocultado a lavista. Ambos, sin embargo, concluyen que la repugnan-cia nos da informacion que no tendriamos sin ella. Tambien concuerdanen que espertinente para la regulacion legal, mas alla de que sus posicio-nes puedan ser sostenidas 0 no por un analisis racional.

    Como ya he mostrado, estas posiciones presentan problemas internos.Todas contienen lagunas y hacen demasiado poco por confrontar contra-ejemplos posibles. Pero han sido 10 suficientemente influyentes y persis-tentes como para que valga lapena seguir investigando las cuestiones queplantean. Parece obvio que tal investigacion deberia comenzar con lamejordescripcion posible de la repugnancia y de sus operaciones, dado quesolo tal examen puede responder a algunos de los interrogantes que hemosplanteado respecto de la confiabilidad de larepugnancia y de su rol social.

    3. EL CONTENIDO COGNITIVO DE LA REPUGNANCIA

    Larepugnancia parece ser una emocion especialmente visceral. Involucrafuertes reacciones fisicas a estimulos que a menudo tienen marcadas carac-teristicas corporales. Su expresion clasica es el vomito: sus estimulantesclasicos son olores despreciables y otros objetos cuya apariencia mismaparece asquerosa.'? Sin embargo, importantes investigaciones realizadaspor el psicologo Paul Rozin han mostrado que la repugnancia tiene un

    19 Por "clasico", Rozin y yo queremos significar que setrata de ocasiones ubicuas derepugllailcfa, asi como de casos centrales paradigmaticos a los que serefiere lagente al explicar la repugnancia, 0por que determinada cosa es repugnante.

    contcuid cognil ivo complcjo.veu! uulo ('11 la idea de la incorporuciou deun conlalllinante.JO S II defini. it'IIIII'lllral . 1 , ' 1 0 1 repuguancia l'S "rcpulsi(!na la pcr~p_c_g!vade la incorporaci(1I1 (oral) de lin objeto ofcnsivo. Losobjetos ofensivos son contuminanlcs: cs dccir, si toman contacto inclusobrevemente con alimentos aceptables los vuelven inaceptables" De modosimilar, Win fried Menninghaus (1999: 7) habla de la repugnancia comouna "crisis de autoafirrnacion contra 10 otro inasimilable", un repudio deuna "proximidad que no se desea" en la que un objeto es "evaluado comocontaminacion y violentamente distanciado". Los objetos de la repugnan-cia deben verse como contaminantes, no solo como inapropiados para suingestion. Asi, e l papel, las margaritas y la arena son inapropiados perono repugnantes (Rozin, Haidt y McCauley, 2000: 639)

    Rozin no discute que la repugnancia pueda muy bien tener una baseevolucionista subyacente; de hecho, acepta elargumento de Darwin (1872)de que la repugnancia era originalmente un tipo de rechazo, sobre todode alimentos no rechazados, relacionada en forma estrecha con experien-cias sensoriales negativas fuertes. Muestra, sin embargo, que es difer~Il.tetanto del disgusto, una reaccion negativa motivada por factores seps()ria-les, como ~ sensacion de) peligro, un rechazo motivado por previ-sibles consecuencias daninas. La repugnancia no es un simple disgusto,porque el mismo olor provoca distintas reacciones de repugnancia segunla concepcion del sujeto respecto del objeto." Los participantes de su inves-tigacion huelen olores de descomposicion de dos recipientes distintos, quecontienen en realidad la misma sustancia; seles dice que un recipiente con-t iene heces y que el otro posee queso. (Los olores reales son confundi-bles.) A aquellos que creen que huelen queso, por 10 generalles gusta elolor; quienes piensan que estan oliendo heces 10 encuentran repelente ydesagradable. "Es la concepcion del sujeto acerca del objeto y no las pro-piedades sensoriaI~bjeto: loq~~-d~terrE~E_~_p!.i_r.n~Ecl_i~lmentel valorhed6n[co:'JRo'iin y F-allon~1987: 24 n. 1).22En general, la repugnanCia es -t20 Rozin ha publieado muehos articulos sobre aspectos de la repugnancia, pero se

    encuentra una presentaci6n general de sus puntos de vista en Rozin y Fallon(1987). Vease tarnbien Rozin, Haidt y McCauLey(2000). Un abordaje influyenteanterior es eI de Angyal (1941).

    21 Este eontraste Lograsuperar el argumento convineente de Korsmeyer (1999), deque elgusto mismo no esdel todo "brutal", sino que frecuentemente involucra un ~elcmento cognitive. I

    22 Pord'esgracia, sin embargo, la llamada "Escala D" introducida en Haidt, McCauleyy Rozin (1994) no siempre tiene en cuenta estas distinciones. Asi,a quienescontestan selcs da un puntaje positive respecto de la repugnancia por responder"cierto" a "probablemente no iria a mi restaurante favorite sidescubro que el

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    13/32

    motivada en primer lu ga r po r Ia ctorc s id cu cio nulc s: la n.u ura lc z 1I ori-gen del elemento y su historia social (es dccir , quicn 1 0 toco ) , Incluso silos sujetos estan convencidos de que la cucaracha seca y molida tiene clsabor del azucar, se niegan a comerla 0, si la ingieren, dicen que su sabores repugnante.Tampoco la repugnancia es10mismo que un peligro (percibido). Ele-

    mentos peligrosos (por ejemplo, hongos venenosos) setoleran en elmedioambiente, mientras no seingieran, mientras que los repugnantes no setole-ran del mismo modo. Cuando se elimina elpeligro, el elemento peligrososera ingerido: los hongos venenosos a los que seelimina eltoxico son acep-

    'j tables. Los elementos repugnantes siguen siendolo incluso cuando se eli-mina elpeligro. Lagente seniega a comer cucarachas esterilizadas; muchosincluso se niegan a tragar una cucaracha dentro de una capsula plastic aque se eliminaria sin digerir en las heces del sujeto.

    La reI:~~Ilancia atafie a los limites del cuerpo:se centra en la perspec-tiva de que una sustancia problematica pueda ser incorporada en unomismo. Para muchos elementos y para muchas personas, la boca, es unlimite particularmente cargado (Rozin Haidt y McCauley, 2000: 640). Lorepugnante tiene que ser visto como extrafio: los productos corporales pro-pios no son vistos como repugnantes mientras esten dentro del propiocuerpo, aunque sevuelven repugnantes cuando 10dejan.La mayoria de lagente siente repugnancia debeber en un vaso en elque haya escupido, aun-que no sea sensible a la saliva en su propia boca. EI contenido ideacionalde la repugnancia es que el si mismo se volvera vii 0 contaminado por laingestion de la sustancia considerada como ofensiva. Varios experimen-tos de Rozin y de sus colegas indican que la idea involucrada es que "unoes10que come": si se ingiere 10que esvii, uno se envilece (ibid.)!3

    cocine ro tie ne un resfrlo', a un cuando uno podria pensar legitimamente que losgerrne ne s del c oc inero son fuente de peligro. Algunas pre gunta s eran confusa s e no tro sen tido . Los sujetos r ec iben un punta je pos it ivo re spec to de la repugnanciapor una respuesta a firmativa a "c re o que e s inmora l que la s pe rsonas busquenplace r se xua l c on anima les", a unque el motivo pa ra la obje ci6n podria se r el da fiocausa do al a nimal, no la propia repugnancia por el acto. Y tarnbie n se rec ibepuntos positivos por re sponder "falso" a "quiz a pudie ra esta r dispue sto a tra tarde comer ca rne de mono bajo alguna s circunst ancia s", aunque uno podri a servege tariano por raz one s mora les y rec ha zar la ca rne por ese moti vo, junto contodas las carne s y no por r epugnanc ia .

    23 Los autores seflala n que, si bien esta creenci a a ve ces se c onside ra carac teristica de"cu ltura s t radicionales ', en real idad t ienen raice s profundas en e l sen tido cornun:si dos c osa s se combinan, e l producto se parece ra a amba s.

    l.os oiJjdos d e r cpu gnun , i ll NOll de uuu gran vuricdad, pcro cl cent ro l'sl.1pucsto en lo s animales y en lo s productos animalcs. Angyal sostuvo 111{IScspcctficamcnte que cI c en tro d e la rc pug na nc ia son los productos dedcsccho animal (incluidos los humanos), que vemos como envilccedores(Angyal, 1941;cf . Rozin, Haidt y McCauley, 2000: 640). Rozin ha confir-mado experimentalmente nuestra preocupacion con la materia animal,pero agrega que la repugnancia puede ser transferida a objetos que hantenido contacto con animales 0 con productos animales, y una de lasprincipales fuentes es haber tenido contacto con "personas que disgustano se yen como desagradables". En seguida analizaremos estas extensiones.-ozin tambien insiste, junto con Miller, en que larepugnancia secentra en1

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    14/32

    cioncs corporales animalcs, en cambio, sc consider.ln cont.uninnnres: noquerernos ingerirlas y consideramos contaminados a quicncs Icncn COI1-tacto regular con elias. (Asi, los antiguamente lIamados "intocables", en elsistema de castas indio, eran aquellos cuya funcion diaria era limpiarletrinas; en muchas culturas, la recepcion oral 0 anal del semen se consi-dera una contaminacion y un signo de estatus bajo 0 vil.) Comemos carnesin que nos resulte repugnante disfrazando su origen animal, quitandolela piel y la cabeza, y cortandola en pequenos trozos.wAngyal, Rozin y Miller infieren que la repugnancia esta vinculada con

    nuestra relacion problematica con nuestra propia condicion anim~1. Suidea central es l a creencia de que si incorporamos el carac ter animal desecreciones animales nos veremos reducidos a la condicion deanimales.De modo similar, si absorbemos 0 entramos en contacto con cosas endescornposicion, serernos mortales y estaremos en estado de descompo-sicion. La repugnancia, por 10 tanto, rechaza tanto la condicion animal engeneral como la mortal idad que t iene un lugar tan des tacado en nuestrorechazo a la condicion animal. Por cierto, necesitamos agregar esta restric-cion para explicar por que algunos aspectos de nuestra condicion animal-por ejemplo, fuerza, agilidad- no resultan repugnantes. Los productosque son repugnantes son los que relacionamos con nuestra vulnerabilidada la descornposicion ya convertirnos en productos de desecho. Comodice Miller (1997: XIV), "finalmente, la base para toda repugnancia somosnosotros: que vivimos y morirnos, y que elproceso es sucio, pues emiti -mos sustancias y olores que nos hacen dudar de nosotros mismos y temera nuestros vecinos".Ala luz de este analisis, no deber ia sorprendernos que en todas las cul-

    turas conocidas una marca esencial de dignidad humana sea la capacidadde lavarse y de eliminar desechos. Rozin senala el analisis de las condicio-nes en prisiones y campos de

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    15/32

    ruuzus Y SliCIlOS'>' As], las cxplicacioncs psicoanaltticns dl' III l'l'plIgll.lllCiilconvergen aqui nuevamentc con los descuhrimicntos 1 1 I , i s reciclltcs de lilpsicologia experimental."

    Las investigaciones de Rozin entonces tienen un amplio apoyo tantode otras investigaciones experimentales, como de otras teorias que seorien-tan en elsenti do de la experiencia. Suteoria de la repugnancia parece cla-ramente preferible a su alternativa teorica mas famosa, la teoria de MaryDouglas (1966) sobre la pureza y el peligro. Para Douglas, la repugnanciay la impureza son nociones socialmente contextuales, y laidea guia es lade~n

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    16/32

    11 4 I E L O C U L T A M IE N T O D E L O H U M AN O

    '. II

    des. En gran medida, esta repugnancia es una construcci6n social, por10 que nuestro analisis acerca de ella corresponde a nuestro abordajesiguiente acerca de la extensi6n s.

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    17/32

    lit, I I I IIII1IIAMIINIII III III IIIIMANIl

    de los tres 0 cuatro afios tampoco hay evidencias del rechazo de olores ,fuera de los que son irritantes. La repugnancia entonces es enseiiada porlos padres ypor la sociedad. Esto no muestra que no tenga un origen evo-lufivo: rnuchos rasgos pertenecientes albagaje innato tardan en madurar.Pero manifiesta que con la repugnancia, tal como ocurre con ellenguaje,la enseiianza social cumple un gran papel en la modelaci6n de la formaque adopta elbagaje innato.

    Por 10general, esta enseiianza comienza cuando seIe inculca alnino eluso del inodoro ya pesar del gran interes de los psicoanalistas en esteproceso, aun necesitamos estudios empiricos mas precisos acerca de comofunciona (Rozin, Haidt y McCauley, 2000: 646). Resultarian de particularinteres los estudios comparativos de culturas. Es obvio que en la rnayoriade las sociedades, sino en todas, los padres comunican a sus hijos mensa-jes poderosos tanto de disgusto com~-d~~epugI1anaarespectoa:esus heces,y que estos mensajes convierten la atracci6n en aversiono, alm!!!lQs_,cau-san una muy fuerte represi6n, detras de la avers i6n, de cualquiera at rae-cionque persis ta. Pero no son del todo claras las etapas por las que suelentransitar los ninos hacia la plena repugnancia adulta. Rozin sostiene, ten-tativamente, que los nines no desarrollan inmediatamente una repugnan-cia plena hacia sus heces; en cambio, en respuesta a las indicaciones desus padres, primero s610desarrollan eldisgusto. Luego de repetidas mues-tras de repugnancia por parte de sus padres y de otros, sin embargo, final-mente llegan a compart ir esa repugnancia plena (ibid.). Los niveles derepugnancia de los nif ios se relacionan de manera estrecha con los de suspadres y,como muestran los estudios empiricos de Rozin, existe una con-siderable variaci6n individual en los niveles de repugnancia hacia objetosprimarios (ibid.: 647; Rozin, Fallon y Mandell, 1984).36

    tS e podria criar nines que no sintieran repugnancia hacia sus desechoscorporales? Claramente hay tendencias evolutivas que podrian hacer difi-cil esta tarea. Tampoco seria muy sabio intentarlo. La repugnancia proveeun enfasis_~~i_cj_~al_alentido del peligro, 10que lIeva a evi tar muchos,--J6 Miller (1997) cuenta las siguientes historias sobre sus hijos. "Una de mis hijas

    sentia tal repugnancia hacia las heces inmediatamente despues de que Ieensenarnos a usar elinodoro, que senegaba a limpiarse por temor a contaminarsela mano. Yuno demis hijos a los 3 anos no solo sequitaba los calzoncillos, sinotambicn los pantalones sicaia almenos una gota de orina luego de iral bano. Estopodia significar cambiarse varias veces la ropa en un dia [... J . Mi hijo Louis, a los~anos, mientras se banaba hizo la observacion de que como elinterior del cuerponunca se lavadebe cstar muy sucio. Ellector hostil podria discernir aqut unuasl iliadd mismo palo."(1),270, n. 46.)

    I

    I

    L A R E P U G N A N C I A Y N U E S T R O C U E R P O A N IM AL I 11 7

    elementos que son realmente peligrosos. Si bien 10repugnante no coin-cide exactamente con 10peligroso, ofrece una heuristica 10suficientementebuena para muchos prop6sitos diarios ya que, incluso hoy, no tenemos laopci6n de analizar elambiente en cada caso en busca de germenes ybac-terias. Mas alia de estos vinculos evolutivos, la repugnancia hacia objetosprimarios lIeva a evitar cuestiones con las que es realmente diflcil convi-vir,y 10hace cada vez mas almadurar lacomprensi6n de una persona acercade la muerte y de la descomposici6n. Parece improbable que alguna vezpodamos lIegar a estar tranquilos respecto de nuestra propia muer te y dela descomposici6n que la rodea; en la medida en que la repugnancia nacede nuestra relaci6n inc6moda con la descomposici6n y la mortalidad, esprobable que tarde 0 temprano salga a la superficie y posiblemente seanecesaria para poder vivir.

    Una pregunta que sigue sin respuesta es en que medida la repugnan-cia ha~~~~~l~!()spdP1iil()sesa.compaflada pox una atraccion hacia losniis; ;:;os objetos . Freud argumenta de modo convincente que un nifio esatraido p-~~-~~~he~~sy retiene esta atracci6n detras de la repugnancia quela reprime. Pero la fuerza de esta atracci6n retenida puede diferir en granmedida entre individuos y,por cierto, entre sociedades. Probablemente, seyea influida por la ensefianza del uso del inodoro, proceso en el que lospadres a menudo festejan al hijo por producir una deposici6n y el ninolIega aver el producto como un regalo que hace a sus padres. Necesita-mos saber mucho mas acerca de este fen6meno. En 10que concierne a larepugnancia hacia otros objetos primarios, es menos claro que exista cual-quier atracci6n inicia l. El vornito, el moeo, los animales pegajosos, lassustancias en descornposicion, los cadaveres: tnos atraen 0 simplementenos repugnan? Y en la medida en que son objetos de atracci6n 0 de fasci-naci6n, testo es simple mente porque son prohibidos 0 esa atracci6n esanterior a la prohibici6n?

    Estas cuestiones probablemente no tengan una respuesta simple 0 unica.Los nifios por cierto disfrutan con las cosas viscosas aunque les resultenrepugnantes. Pero a veces tam bien las disfrutan precisamente en lamedidaen que los padres les indican que son repugnantes. Ysi bien la mayoria delas personas no siente atracci6n por los cadaveres, en algunas ocasioneshan sido objeto de atracci6n. Asi,Plat6n espera que sus lectores reconoz-can como ejemplo central de atractivo apetitoso el de Leontio, que deseamirar los cadaveres expuestos de soldados, aunque sabe que no deber iahacerlo (Republica IV). A lamayoria de los lectores estadounidenses moder-nos cI pasajc les resulta ininteligible: tPor que Plat6n no eligi6 un apetitocon clque tocios cstcmos lamiliarizados siqueria ilustrur clcontlicto entre

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    18/32

    apctito c indignacion moral? Pero PIaton debi6 halx-r l"Onfiado l'll 'IlIl' tcuiaun auditorio para el que era fuerte el dcsco de mirur lad;jvl'l'l'S en des-cornposicion, quiza porque las tradiciones griegas sostenian que un cada-ver expuesto era algo tan profundamente indigno. Asi, en este caso y enotros, parece probable que haya considerable variacion individual y entresociedades en cuanto al grado en que la repugnancia ejerce atractivo y,especialmente, respecto del grado en el que este atractivo es en si mismoun resultado de prohibiciones sociales,

    Mas ana de cual sea elcuadro cornpleto del desarrollo de la repugnan-cia hacia objetos primarios, esta claro que las ideas de contaminacion indi-recta y psicologica, que son tan importantes en la experiencia del adultocon larepugnancia, se desarrollan mucho mas tarde, cuando los nines soncapaces de tener los tipos mas complicados de pensamiento causal invo-lucrados en ella: pensamientos relativos, por ejemplo, al contagio ya lasimilitud. En estos desarrollos interviene la ensenanza tanto de los padrescomo de la sociedad. La repugnancia, como dice Rozin, es, por 10 tanto,un vehiculo especialmente poderoso de ensefianza social. A traves de laensefianza relativa a la repugnancia y sus objetos, las sociedades trans-mitende modo potente .actitudeshacia la coridlclon aniirial.Iarnortali-dad y aspectos relacionados de 'genero y sexualidad. Sibienelcoriteiiidoy hietiologia cognitivos de la repugnancia sugieren que e n todas las socie-dades los objetos primarios -heces, otros fluidos corporales y cadaveres-tienden a ser relativamente constantes, las sociedades tienen considera-ble margen en cuanto a como extienden sus reacciones de repugnancia aotros objetos que consideran similares, de modos relevantes, a I

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    19/32

    es irrelevante para la historia de cada uno de el las: las dos categorias deexperiencias comienzan a superponerse y a entrecruzarse, de modo quea .1' :~_I)ersonaspercibidascomobajas en el sentido jerarquico de fasti-dlurrzseles puede imputar facilmente propiedades repugnantes: y aque-llas asociadas con una propiedad repugnante seran considerada bajasyse las mirara con condescendencia. Todo esto no es total mente extranoal terrnino en el ingles Iy en espanol], dado que la repugnancia cons-truye habitualmente jerarquias sociales, pero la mezcla peculiar de des-precio aristocnitico con repugnancia, y las idas y venidas entre los dos,parece una construccion distintivamente romana, 10que da origen a algu-nas experiencias y juicios que son sutilmente diferentes de los de otrassociedades.Un buen trabajo como este, preciso en su analisis cultural, nos muestra

    que con la repugnancia tanto como con otras emociones, el estudio y lacritica deben comenzar con las especificidades de la cultura en cuestion,analizando en profundidad su comprension particular de 10que eshumanoy de 10que esasqueroso. De todos modos, la repugnancia parece ser unaernocion con gran coincidencia transcultural; tam bien ha tenido una for-macion cultural occidental influyente, que ha asegurado una considerablesimilitud a 10largo del tiempo yen diversos lugares. Por 10tanto, conscien-tes de que tales generalizaciones son siempre incompletas, podemos seguirtratandola como un solo fenomeno,

    4 REPUGNANCIA E INDIGNACI6N

    La repugnancia, como podemos ver a esta altura, no solo esdistinta del te-mor al peligro, sino tam bien de la ira y de la indignacion, Laidea centralde larepugnancia esla decontaminacion del propio ser; laernocion expresae~rechazo de un posible contaminante. Los objetos centrales de repugnan-cia son recordatorios de la mortalidad y de la condicion animal, conside-rados como contaminantes para los humanos. Laindignacion, en cam-bio, involucra central mente la idea de un malo un dano, Lasdefinicionesfilosoficas de la ira comunmente implican la idea de un mal perpetrado,sea a lapersona enojada 0 a alguien 0 algo a 10que lapersona otorga impor-tan cia. Asi, las usuales definiciones griegas antiguas, descritas y analiza-das en S ob re la ira de Seneca, son "el deseo de vengar un mal ': "el deseo decastigar a alguien que uno considera que leha causado un mal"y el"deseode represalia contra alguien que uno considera que Ieha causado un mal

    I A "I I'll(, A N ( I A Y N I I I \ I I I n I II I U I' I l A N I M A l I II I

    m as alia de 10 que cs upropiado" Ij ( I . a definicion anterior de Aristotelescs muy similar .P" Notcsc que la idea de (algo que seconsidera) un mal estan importante que laultima definicion de los estoicos la incluye dos veces,al agregar "mas alla de 10que es apropiado" a la palabra "mal". Lamayoriade las definiciones de ira e indignacion subsiguientes en la tradicion filo-sofica occidental contimian esta orientacion-? y la psicologta siguio unalinea similar."

    Debido a que la nocion de dana 0 perjuicio esta en la base del conte-nido cognitivo de laira, resulta claro que sebasa en un razonamiento quepuede ser articulado y moldeado publicamente. Los perjuicios y danos sonparte central de 10que cualquier cultura publica y cualquier sistema dederecho deben manejar; son, por 10tanto, un factor basico de la persua-sion y de laargumentacion publica. Esto ha sido observado frecuentementeen lahistoria dela filosofla. Asi,tal como mencione en elcapitulo 1,la Reto-rica deAristoteles leda alaspirante a orador recetas elaboradas para pro-vocar indignacion en un auditorio a traves de la presentacion de razonesque pueden compart ir con respecto a un presunto mal. Tambien le pro-porciona al orador recetas para eliminar la indignacion convenciendo alauditorio deque en realidad no habia sido objeto deun perjuicio del modoen que pensaba iRetorica 11.3).

    Como sostuve en el capitulo 1, los motivos que subyacen a la ira (0 a lafal ta de ella) en una persona pueden ser falsos 0 no tener fundamento, yesto ocurre de varias maneras distintas. Es probable que elperjuicio no sehaya producido. Quiza, siocurrio, pero 10produjo otro que no eselblancode la indignacion de la persona. Quiza ocurrio y se conoce a quien 10hizo, pero no setrata del acto malo que lapersona cree. (Pudo haber sido,por ejemplo, un acto dedefensa propia.) Demodo mas sutil, quiza elaspecto

    37Seneca, De ira, 1.3.3,1.2.3b;10prirnero esla version de Seneca del punto de vistaaristotelico, 10segundo esla version de Posidonio; 10tercero seencuentra enDiogenes Laertio y Stobeo, Fragmentos III, 395-397.

    38 Aristoteles, Retorica II.2.1378a31-33.Agrega que eldeseo esacompaii.ado por doloryespecifica 10injusto como un "desprecio" inapropiado hacia uno mismo 0 hacialos familiares.

    39Asi Espinoza: "La indignacion esodio hacia uno que ha perjudicado a otro" (l~ticaIII,D e fi ni ci on d e l as emociones, 20).

    40 Vease Lazarus (1991),que defiende y desarrolla la vision de Aristoteles de la iray muestra que trabajos experimentales recientes Iedan sustento. Vease tambienOrtony, Clore y Collins (1988),que definen laira como 10que involucra"dcsaprobar laaccion de alguien que amerita culpa" (p,148);y Averill (1982),que dcstuca cl rol de normas socialmente determinadas en la ira.

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    20/32

    perjudicado 0 ugravi.ulo 110 rill' t un impo rt an tc COl1l0 (H'l' 1 0 1 pcrson.t CIlcucsiion. Asf, Aristotclcs senalu quc mucha gcntc sc sicntc Illoiesia si alguicnolvida SII nornbre, aunque esto no sea tan importante como crecn. Comovimos, Seneca sost iene que elmismo seenoja siun anfit ri6n leda unlugaren un banquete que considera insuficientemente honorable; nuevamente,se critica por sobrevalorar estas muestras superficiales de honor. Mas pro-fundamente, la mayoria de los fi l6sofos griegos y rornanos piensan que lagente comunmente exagera el valor de ciertos t ipos de "bienes externos"tales como el honor y el dinero. Muchas de sus reacciones de ira se basanen esta sobrevaloraci6n y en esa medida su ira es no confiable como basede razones publicas. Tambien pueden subvalorar algo que es importante:Arist6teles menciona a las personas que no se enojan cuando sus parientesseyen sometidos a indignidades, aunque deberian hacerlo. Debemos agre-gar que a menudo no nos enojamos por males hechos a personas que vivenen lugares distantes 0que son distintas de nosotros. A veces,ni siquiera 10percibimos como un mal. Asi, la esclavitud no Ieparecia mal a la mayoriade las peronas que la practicaban; la violaci6n de las mujeres dentro delmatrimonio durante much os siglos fue considerada simplemente como elejercicio de un hombre de sus derechos de propiedad.Entonces, en todos estos sentidos, la ira (0 la falta de ella) puede estarmal orientada, pero sitodas las ideas relevantes soportan elanalisis, pode-mos esperar que nuestros amigos y conciudadanos las compartan y com-partan nuestra ira. En ese sentido, como comento Adam Smith, la indig-naci6n es muy distinta del amor rornantico: "Si nuestro amigo ha sidoperjudicado, espontaneamente compartimos su resentimiento y nos eno-jamos con la misma persona con la que el esta enojado [ ... J . Pero si estaenamorado, aunque podarnos pensar que su pasion estan razonable comocualquiera de sutipo, nunca nos sentimos obligados a tener una pasion delmismo tipo y hacia la misma persona" (L a teo r ia d e lo s s en tim ie nto s m ora -les, I.II.2.1). Debido a que el amor se basa en reacciones idiosincrasicasque generalmente no pueden ponerse enpalabras, mucho menos ser com-part idas por otro, no podemos esperar que nuestros amigos compartannuestro arnor, aunque, como agrega Smith, pueden compartir las ansieda-des de los amantes y sus esperanzas respecto del futuro." Al argumentarque elespectador juicioso sentira ira en solidaridad con otro pero no amor,

    41 Smith relaciona esteaspecto del amor con elhecho de que literatura seria que seocupa del amor secentra en los problemas de los amantes y no en lafelizconcentracion de uno en la idiosincrasia del otro. Esto ultimo, sostiene, suele sercornico. Vease"Steerforth's arm'; en Nussbaum (1990).

    Smnh sugierc que la ira, a dilcn-ucia del .uuor crotico, cs adccuada comosustcnto de la accion publica CII una socicdud que apunta a basar sus jui-cios en el intercambio publico de razones,

    La repugnancia es muy distinta de la ira y, de maneras cruciales, massimilar al amor erotico. Sibien algunas reacciones de repugnancia pue-den tener una base evolutiva y,por 10 tanto, ser compartidas en gran medidapor distintas sociedades y,aunque los t ipos mas mediados de repugnan-cia puedan ser mas ampliamente compart idos dentro de una sociedad, esono significa que la repugnancia de a la persona que siente repugnancia unconjunto de motivos que puedan ser utilizados para la persuasion delpublico. Se puede ensenar a un nino a sentir repugnancia hacia una sus-tancia, por reacciones fuertes de los padres y otras formas de influenciapsicologica. Pero imaginense tratar de convencer a alguien que no sienterepugnancia por los murcielagos de que estos en realidad son repugnan-tes. No hay razones publicas que se puedan esgrimir de modo tal que eldialogo sea una pieza real de persuasion. Todo 10 que haria esdescribir conalguna extension las supuestas propiedades de los murcielagos, tratandode encontrar alguna conexion, algun eco con 10 que el interlocutor yaencuentra repugnante: la boca humeda y codiciosa, el cuerpo parecido alde un roedor. Pero sia la persona esas cosas no Ieresultan repugnantes, alIise termin6 la cosa."

    Trate de imaginarse convenciendo a alguien, a quien loshombres homo- \,sexuales no repugnan, de que en realidad son repugnantes. lQue haria?Como demostro la campafia por la Segunda Enmienda en Colorado, esposible hacer dos cosas." Por un lado, sepuede tratar de pasar dela repug-

    42 Un dla un murcielago bebe saco lacabeza por eldrenaje del fregadero de micocina en Cambridge, Massachusetts. (Habia entrado al departamento de algunamanera y luego sehabia rnctido en eldrenaje del bane del piso superior y sigui6por lacaneria hacia abajo.) Diun respingo de horror y repugnancia. Lepedi a lamujer que hace la limpieza que me ayudara. Ellatambien sinti6 horror yrepugnancia. Juntas logramos meter elmurcielago en una olla, Iepuse la tapa y lasaque afuera. Cuando deje laulla de costado en elpasto y elmurcielago logro salir,una vecina que trabajaba en su jardin exclam6: "[Que cosa tan bonita! [Estarabien?" Dcspues me senti muy tentada de tirar laolla,pero logre convencerme deque podia desinfectarla y continuar usandola, No menciono esta anecdota cuandotengo invitados a comer.

    43La Segunda Enmienda fue una enmienda a laconstituci6n estadual, aprobada porlos votantes en un referendum, que nego a las comunidades locales elderecho ahacer ordenanzas contra la discriminacion sobre la base de la orientaci6n sexual.Fue declarada inconstitucional por la Corte Suprema de los Estados Unidos enR om er v . E v a ns , 116S. Ct. 1620 (1996).

    I '" It I I I I I I I I I 1'1 r I N r I I I I I I I I M N (I I A N I I ' I I I , N A N I I A Y N I I I \ I I I O I I I I U i ' 1 i A N I M A l I I l l )

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    21/32

    nancia a sentimientos mas basados en larazon, tales COIllO eltcmor (lc qui-taran sus hijos) 0 la indignacion (se les esta dan do "derecho~ especiales").Por el ot ro, si s igue en clterre~ de la repugnancia, tendra que centrarseen supuestas propiedades de los gaysque inspiren repugnancia. Y,de hecho,quienes proponlan el referendum hicieron circular panfle tos en los quesedecia que los homosexuales comen heces y beben sangre humana+' Perota les apelaciones a la repulsion no son razones publicas en las que puedabasarse un tratamiento diferencial bajo laley.Los que proponian la SegundaEnmienda parecian ser conscientes de esto, y por 10 tanto, eran renuentesa admiti r las tacticas que habian util izado. Su testimonio directo se cen-traba en los "derechos especiales" ylos peligros para 1asociedad; fueron losdemandantes los que al interrogar a testigos introdujeron pruebas de que1acampana apelo a 1arepugnancia.

    La repugnancia es problematica de un modo diferente al de la indig-nacion y por mas de un motivo. En primer lugar, laindignacion concierneal dana 0 alperjuic io y es una base para la regulacion legal que en gene-ral esaceptada por todos. La repugnancia concierne a la contaminacion,que es mucho mas controvertidacomo base para la legislacion. La indig-nacion t ipicarnente se basa en el pensamiento causal comlin respecto dequien causo el dano y en la valoracion comun de su gravedad. La repug-nancia, en cambio, generalmente seapoya en un pensamiento magico y noen un peligro real. Como ha mostrado Rozin, es insensible a la informa-cion acerca del riesgo y no esta bien correlacionada con fuentes reales dedano. Finalmente, la indignacion, en su naturaleza general, responde alhecho de que somos vulnerables al per juicio y que incluso las cosas quemas nos importan pueden ser danadas por el acto injusto de otro. Este esun hecho relevante de la vida humana y po cos 10 negarian.o'La repug-nan cia, en cambio, gira en torno del deseo de ser un tipo de ser que no sees, a saber, no animal e inmorta l. Estos pensamientos acerca de la conta-minacion sirven al deseo de hacernos no humanos y este deseo, por ubi-cuo que sea, esproblematico e irracional, pues involucra elautoengano yla aspiracion vana.

    Puede ocurri r que todas las sociedades conocidas intenten controlarlas fronteras de la condicion animal humana con esta fuerte ernocion:incluso puede ser que en nuestra historia evolutiva ta l busqueda de con-

    44 Testimonio de Will Perkin s, juicio de la Segunda Enmienda, que escuchepersona lmente , octubre de 1994.45 Los estoicos extremos 10 negarian: 10 unico que esta ju stificado valor ar es lavir tud, que s iempre se hal la bajo nuest ro control .

    lrol sc dcmucsrrc COIllO val io s. r r -n la mcdida en que logro delimitar a ungrllpo contra sus vccinos y proiIlOVl'rlasolidaridad del clan. Quiza, inclusohoy las sociedades ncccsitcn de csto para poder progresar, porque las per-souas no pueden sopor tar el enfrentamiento diar io con sus propios cuer-pos en descornposicion. Pero no esposible negar que este intento de con-1 1 ' 1 1 1 , en su extension social, funciona de formas que no soportan elanalisisdc la razon publica. Hay, en principio, algo equivocado en la repugnanciaWIllO base para el derecho, no solo en la practica,En este punto, es importante recordar la distin cion entre la repugnan-cia como criterio y la repugnancia como dano putativo. A veces, ser obli-gado a estar en presencia de una sustancia profundamente ofensivapuedeinfligir algo muy parecido a un dana 0 perjuicio: comunmente se consi-dcra que los olores y las sustancias ofensivas crean "perjuicios publicos" y,como he mencionado, hubo presos que sostuvieron, exitosamente, que serobligados a convivir con inodoros quimicos que se rebalsaban era un"castigo inusual y cruel"," Estos casos de repugnancia son importantes yen el capitulo 3 argumentare en favor de que exista alguna regula cionlegal en esta area.Pero, en este argumento 10 que encontramos mayormente es otro t ipode apelacion a la repugnancia: un uso de la repugnancia como cr iterio deconducta que podria ser regulada legalmente, inflija 0no algo sobre par-re s que no 10consienten y esten conscientes 0 no de su presencia. Es 10que Millllamaba un perjuicio "rneramente constructive": e l per juicio '>que una persona imagina que padeceria siestuviera presente donde sepro-ducen tales actos ( Sob re l a l ib er tad : cap. 4). Eseltipo de apelacion a larepug-nancia que encontramos en los argumentos de Devlin y Kass. Por supuestoque imaginarse tales actos puede efectivamente causar malestar genuino,pero esto debe distinguirse cuidadosamente del caso en que una personaes sometida contra su voluntad a la presencia de un objeto que Ieresul tarepugnante. Como sostendre, no todos los casos de este tipo constituyenun fundamento para la regulacion legal. Pero el tipo de caso "meramenteconstructive" esproblernatico en general y probablemente nunca deba darlundamento a una regulacion legal.

    Ellimite entre la repugnancia y la indignacion a veces seve oscurecidopm el hecho de que la repugnancia puede venir revestida de una forma

    1 ( , Vcasc tambien LaReau v. MacDougall, 473 F.2d 974, CA. 2 (1972). EI tribunalconcluyo que forzar a un prisioner o a "vivir, comer y quiza dormir confinadojunto con sus descchos humanos" era demasiado degradante y denig rante comopara pcrmitirsc,

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    22/32

    moralizantc. (:01110 vcrcm os lucgo, cl jucz en cl juicio dl' l)Slar W ilde scprcscnta como expresando un sentimicnto 1 1 1 0r a l a n ' r l" a dc 1 0 1 1 1 01 1 0 de Iasodomia; en esa medida, sostuvo que ofrecia un tipo de razon publica.Rozin y otros psicologos han encontrado que eltermino "repugnante" muya menudo esaplicado a fen6menos morales de un modo que parece inter-cambiable con palabras indicativas de perjuicio, tales como "horrible" y"escandaloso", En un principio, escribe Rozin, su tendencia fue a pensarque esto era un accidente del uso del ingles, simplemente una Iocucion des-cuidada de algun tipo (Rozin, Haidt y McCauley: 2000). Pero un estudiomas detallado revelo que personas que hablan otros idiomas tambien hacenel mismo tipo de extension. lComo entender entonces el fenomenor lSedebe hacer una distin cion entre Iaindignacion y la repugnancia en estoscasos moralizados?Creo que aqui deberiamos decir que suceden varias cosas diferentes.

    Algunos casos probablemente sean el resultado de un uso poco preciso 0descuidado dellenguaje, 10 que seexplica, almenos en alguna medida, porel hecho de que el ingles no tiene ningun adjetivo afectivamente fuerte paraexpresar laira. ("jEso esescandaloso!" [outrageous] parece bastante blando,de modo que a veces se sustituye con "eso es repugnante" [disgusting].)En otros casos, como el de Wilde, el moralismo parece buscar ocultar untipo bastante familiar de repugnancia, que expresa la contarninacion porla presencia de una criatura supuestamente vil, un habitante de las zonasintermedias humanas que analizaremos en la seccion v. En otros casos, sevincula un juicio genuinamente moral con un juicio de repugnancia: asi,un asesinato escabroso se considerara tanto rnuy malo en el sentido delperjuicio como repugnante por la sangre y el dano causado al cuerpo dela victima. (Analizare este tipo de casos en el capitulo 3.) En otros casosprobablerncnte haya una extension genuina, pero la idea de distanciarsede un contaminante sigue siendo central. Asi,lagente que dice que los poli-ticos corruptos son "repugnantes', afirma algo distinto que cuando expresasu ira 0 su indignacion ante esta misma gente (ibid.),47 No afirma que lospoliticos han causado dafio, sino que son contaminantes para la comuni-dad, mas bien como babosas que quisieramos hacer desaparecer. Senti-mientos similares podrian expresarse respecto de los racistas, los sexistasy otros por el estilo.

    Este ultimo tipo de repugnancia plantea algunas cuestiones interesan-tes que necesitamos investigar, con un sentido positivo. AIser tan criticarespecto de la repugnancia en el presente capitulo, para ser justa quiero47 Setrata de un caso tipico de extension.

    tllIst rur cstc punto con un rjcmpl . It ' 1 ' l' l ll lf ', I" l I ll ' ia quc II ll' ( 011 1111Ieve proluud.uucntc Y COil cl qu e 1Ill' idl'lllililCl,,, saber, cl " g ri to d e r cp ug ua nc ia "en cl Icrccr m ovim iento dc I.. Sf'glilltitl Sillji1llia de Mah le r. L as p ala bra s110 pucdcn cxpresar plcn.nncntc csta experiencia musical pero, para citarl'i programa de Mahler, la idea es la de mirar el"ajetreo de la existencia',1 0 1 supcrficialidad yel egoismo de manada de la sociedad, hasta que "sevuclvc horrible, como los rnovimientos de figuras danzantes en un salondc baile brillantemente iluminado al que miramos desde Iaoscura noche,.ifuera... La vida Ie parece a uno sin senti do, un fantasma que da mil'do,del que uno quiza quiere alejarse con un grito de repugnancia'r" Podria-1110S pensar que esta repugnancia es una respuesta moral valiosa al pesomuerto de las interacciones sociales, muy cercaria a una emocion de indig-nacion ante los males causados por la hipocresia, las costumbres esclero-sadas que ahogan y la ausencia de una genu ina compasion. La respuestade Mahler frente a esto, en elsiguiente movimiento, escentrarse en lacom-pasion pura por elsufrimiento humano, corporizada en un texto tornadode la poesia folclorica y en una musica que alude central mente a Bach."?lAcaso esto no significa que exista un tipo de repugnancia que ofrece algu-nas razones publicas muy aptas para criticar ciertas formas sociales e ins-tituciones?

    Creo que no, Por mas cercano que sea el "grito de repugnancia" a la indig-nacion, su contenido esantisocial. Su contenido es:"Repudio este mundohorrible que no es parte de mi. Vomito a esas instituciones paralizantes yme niego a dejar que sean parte de mi ser (puro)" La indignacion tieneuna funcion constructiva; ella afirma: "estas personas han sufrido una injus-ticia y no deberian haberla padecido" En simisma, laindignacion da incen-tivos para enmendar el mal; por cierto esdefinida tipicarnente como aque-110que involucra un deseo de corregir 10que esta mal. En cambio, elartistaque escapa del mundo con repugnancia no esen ese momento un ser poli-tico, sino un ser romantico antisocial.

    Asi, el hecho de que Mahler recurra a lacornpasion en elsiguiente movi-miento de lasinfonia no surge directamente de su repugnancia; en efecto,1 0 obliga a superar la repugnancia, como dramatiza al describir los senti-mientos compasivos que se corporizan en la mente de un nino, que sim-plemente no tiene esa emocion, "Ah la pequena rosa roja, la humanidadesta grandemente necesitada', comienza lapoesia: y la figura de ladelicadaflor es su propio antidoto frente a Ia repugnancia que la precede. Ahora

    48 Mahler, "Carta a Max Marschalk", citada en Cooke (1980).49 Analizo este movimiento de la sinfonia en Nussbaum (zooia: cap. 14).

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    23/32

    Vl'Il10S .i lu humuuid.ul como delicudu y vuhu-ruhlc.vou: 111I,111or:omossupcrudo la tcntacion morncnuinca dl' vomitur allll' sus illll'cril'cciollcs.De esta manera, sostcndria, con Mahler, que aun la Iorrnu moralizada dela repugnancia es una ernocion sumamente problematica. Debe ser COIl-tenida, e incluso quiza superada, camino de una conmiseracion socialgenuina y constructiva.

    Mi propia experiencia de la repugnancia moralizada toma la siguienteforma. Cuando la politica semuestra demasiado grosera y vil, imagino y,a veces, evaluo seriamente la posibilidad de mudarme a Finlandia, unanacion en la que he pasado ocho veranos trabajando en un Instituto delas Naciones Unidas, una nacion que por consiguiente conozco mediana-mente, pero no del todo. La imagino, no del todo falsamente, como unatierra de lagos azules palidos y transparentes y bosques no contaminadosy,al mismo tiempo, como una tierra de virtud socialdernocrata, no man-chada por la avaricia, la agresion y la corrupcion, En sintesis, mi fantasiaes una fantasia de escape, que tiene mas que ver con el deseo de huir delos desagrados del presente que con elde establecer una relacion construe-tiva con la sociedad finlandesa. Laira hacia los politicos estadounidensestiende en la direccion de la protesta y la participacion constructiva. Larepugnancia hacia los politicos estadounidenses lleva a escapar ya no com-prometerse.

    lPodria existir un tipo de repugnancia dirigida contra uno mismo yIapropia sociedad en Iaque uno seencuentra, que este relacionada de modoproductivo con el avance morali'" La retorica profetica a veces evoca larepugnancia frente a las malas costumbres, junto con la ira hacia ellas. Yal menos resulta posible pensar que usar imagenes de repugnancia acercade 10 que uno es podria vincularse con una accion que ayude a superar alser contaminado. Pero soy esceptica: porque si 1

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    24/32

    sicntun rcp ugn an cia co nt ra los tcrroristas? Y o nco qllC 1111,('II gr.lIl mcdiduporquc csto pucdc cxtcndersc facilmcute, hacicndonos 1'('IlSdI" quc debe-mos encerrar a todos los musulmanes y arabe-amcric.mos en campos deinternacion 0 expulsarlos de nuestras fronteras. La ira y ladecision de rec-tificar la situacion son sentimientos apropiados. Larepugnancia esmas pro-blematica, Muy cerca de la fantasia de un estado puro habita una xenofo-bia altamente peligrosa y agresiva.

    5. LA REPUGNANCIA PROYECTIVA Y LA SUBORDINACI6NDE GRUPOS

    Sila repugnancia es problernatica en principio, tenemos tantos mas rnoti-vos para desconfiar de ella wando observamos que a 10 largo de la histo-ria ha sido utilizada como un arma poderosa en los esfuerzos sociales rea-Iizados para excluir ciertos grupos y personas. EI deseo de separarnos denuestra condici6n animal es tan fuerte que a menudo no nos Iimitarnos alas heces, las cucarachas y los animales viscosos. Necesitamos un grupo dehuman ospara unirnos contra ellos, que vienen a ejemplificar lalinea limi-trofe entre 10 realmente humano y 10 vilmente animal. Siesos casi anima-les estan entre nosotros y nuestra propia condici6n animal, entonces esta-mos un paso milsIejosde ser animales y mortales, Asi,a 10 largo de Iahistoria,ciertas propiedades repugnantes -10 viscoso, elmal olor, 10 pegajoso, la des-composicion, la podredumbre- han sido monotona y repetidamente aso-ciadas, verdaderamente PE.9y'~~lS sobre determinados grupos, en refe-rencia a los wales agrupaciones privilegiadas buscan definir su estatushumano superior. Indios, mujeres, homosexuales, intocables, individuos declase baja son imaginados como manchados por la suciedad corporal.

    Consideremos algunas de estas llamativas construcciones con mayoratenci6n. En la propaganda antisemita de la Edad Media en adelante, laimagen comun de los judios era la de ser blandos y porosos, receptivos delos fluidos y pegajosos, femeninos por su viscosidad. Durante los siglos XIXYXX, tales imagenes se generalizaron y fueron elaboradas aun mas hast ael punto de percibir al judie como un paras ito infecto dentro del cuerpolimpio del hombre aleman. Fue particularmente influyente ellibro Sexo ycardcter deOtto Weininger, un homosexual judio que se odiaba a S I mismoy que se suicide en 1903. Weininger sostiene que eljudie esen esencia unamujer: "Con alguna reflexion se llega al sorprendente resultado de que eljudaismo esta saturado de feminidad, precisamente con esas cualidades

    cuya escncia sc uhica en Iii m ayor posicion a la n atu ralcza m ascu lin a,sq~(111he dcmostrado", l.ntr los rasgos judco-Icmeninos que cxplora, schalla la incapacidad de cntcndcr cl listado-nacion como el objetivo de loscslucrzos masculinos: asi, los judios y las mujeres, sostiene, tienen afini-dad con las ideas del marxismo. Tampoco logran entender las diferenciasde clase:estan "en elpolo opuesto alde los aristocratas, para quienes Iapre-scrvacion de los limites entre los individuos esla idea dominante" (Wei-ninger, 1906: 306-322).Tales ideas, ya presentes a fines del siglo XIX, se volvieron sumamente

    intluyentes luego de la devastaci6n que provoc6 la Primera Guerra Mun-dial. Sin duda, impulsados por el temor a la muerte y a la desintegraci6nque no podia menos que hacerse sentir con gran potencia entonces, muchosalemanes proyectaron sobre los judios, asi como sobre las mujeres, propie-dades misoginas repugnantes que les provocaban tanto temor como aver-si6n. La dureza segura y limpia del verdadero hombre aleman (a menudoalabado con imagenes de metal y maquinaria) solia ser contrastada con elbarro fernenino-judfo-comunista fluido ymaloliente (Theweleit, 1987, 1989:vol. 2, 160). Como sostiene Klaus Theweleit en su impresionante estudioacerca de las cartas y las memorias de un grupo del Freikorps, una agru-pacion elitista de oficiales alemanes de este periodo: "La tarea mas urgentedel hombre de acero es perseguir, poner coto y someter cualquier fuerzaque amenace con transformarlo en la mezcolanza horriblernente desor-ganizada de carne, cabello, piel, huesos, intestinos y sentimientos que sellama humana: elviejo ser humane" La aspiracion de alejarse de la suciay pegajosa humanidad aparece muy bien descrita en una novela de ErnstJunger, K am p f a ls i nn er es E rle bn is [La guerra como experiencia interior].

    Estas son las figuras de acero cuyos ojos de aguila se mueven entre lashelices que giran, para atravesar Ianube; los que seatreven alcruce infer-nal de campos de crate res rugientes, atrapados en el caos de motoresde tanques [ ... ] hombres saturados sin desmayo con el espiritu de labatalla, hombres cuyo deseo urgente sedescarga en una Iiberacion sin-gular concentrada y decidida de energia.

    Al verlos cortar silenciosos los callejones con alambre de pua, afir-mando elpaso para continuar el asalto, sincronizando sus relojes lumi-nosos, encontrando elNorte por las estrellas, destella el reconocimiento:esel hombre nuevo. Los pioneros de latormenta, los elegidos de Europacentral. Toda una raza nueva, inteligente, hombres de voluntad solida[... ] depredadores agiles llenos de energia. Ellos seran los arquitectosque construiran sobre los cimientos destruidos del mundo.

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    25/32

    Ell cste pasajc fascinanrc, Hinger comhina illli'~l'I1l'S dl' muquinaria COilimagenes de vida animal para expresar la idea de que cl humhn- nuevo debeser en algun sentido una poderosa bestia como dios, lanlo dcpredadorcomo invulnerable. Lo que nunca debe ser es un humano. Su masculini-dad no secaracteriza por la necesidad y lareceptividad, sino por una "libe-racion singular concentrada y decidida de energia" No conoce eltemor nila tristeza. lPor que debe tener estas propiedades el hombre nuevo? Por-que los cimientos del mundo han sido destruidos. Iunger sugiere que lasunicas opciones para los hombres que viven en medio de la muerte y ladestruccion son ceder a una inmensa e ineluctable tristeza 0 deshacerse dela humanidad que de modo inconveniente inflige dolor. La repugnanciahacia losjudios y hacia las mujeres seconvirtio para estos hombres en unamanera de afirmar su propia diferencia de los meros mortales.

    Como podemos ver,la repugnancia esta estrechamente vinculada a expe-riencias de vulnerabilidad y de verguenza. Por debajo de esta concentra-cion obsesiva de imagenes de acero y de metal, subyace laidea de que nues-tra mera mortalidad es algo vergonzoso, algo que tenemos que ocultar 0,mejor aun, trascender por completo. No es sorprendente que emocionestan complejas fueran liberadas por la devastacion de la Primera GuerraMundial, aunque seguramente podrian surgir en much as circunstanciasdiferentes dado que los seres humanos tan a menudo aspiran alcanzaruna invulnerabilidad que no pueden lograr. Asi,la repugnancia sefiala haciaatras en elcido de lavida humana ciertas experiencias anteriores de impo-tencia , y de verguenza respecto de esa impotencia. Como sostendre en elcapitulo 4,tanto laverguenza primitiva como las respuestas agresivas a ellason rasgos profundos y arcaicos de la mayoria de las historias humanas,aunque algunas historias culturales y familiares hagan que adopten for-mas mas moderadas y armoniosas que otras. Los trabajos de Theweleit yotros establecen que laconstruccion social y familiar del ser masculino ale-man estaba en ese momenta estrechamente vinculada a un tipo de ver-guenza patologica y narcisista que es negativa, como sostendre, para lasrelaciones con otras personas. 53Esen esta antitesis entre eljudio feminizado, fluido y pegajoso, y el cuerpo

    masculino aleman limpio y saludable que encontramos los origenes de laafirmaci6n de Hitler, senalada en elepigrafe de este capitulo, de que eljudioesun gusano en un absceso infectado, oculto dentro del cuerpo aparente-mente limpio y saludable de la naci6n. Las imagenes de los judios comoviscosos y repugnantes son ubicuas en el periodo, e induso aparecen en53Vease, por ejemplo, Glover (2000) y Adorno e t al. (1950).

    cucntos dl' hadas para ninos, dOlldc los judios suclen ser rcprcscntadosCOll10 animalcs rcpugnuntes que iicncn las propiedades repugnantes basi-cas." En paralelo con esto, cl discurso medico de aquel tiempo comun-mente deshumanizaba a los judios (y comunistas), presentandolos comocclulas cancerigenas, tumores, bac ilos, "crecimientos fungoideos" Y en unallamativa inversion, el cancer mismo era descrito como un grupo socialsubversivo dentro de un cuerpo sano, incluso, mas precisarnente, como"bolcheviques"y"gorrones" (una descripci6n comun de los judios) (Proc-tor, 1999: 46-48).Elcaso de los judios nos muestra que la repugnancia hacia ciertos gru-

    pos frecuentemente sebasa en una ingenieria social elaborada. Esta inge-nieria no necesita siquiera estar apoyada en respuestas human as amplia-mente compartidas. Si bien la repugnancia hacia los judios parece habertenido raices profundas en experiencias de verguenza, temor y devasta-cion, elhecho de que estuviera dirigida hacia ellos en particular esun resul-tado del exito social de los judios, combinado con camp anas ideologicassofisticadas que apuntan a desprestigiarlos. Una manera certera de des-prestigiar a un grupo es hacer que ocupe un estatus entre 10 plena mentehumano y 10 meramente animal. No esporque de algun modo intrinsecolos judios efectivamente, "originalmente" 0 "primariamente" resultaranrepugnantes que lIegaron a ser asociados con estereotipos de 10 repugnante.Lacausalidad se da mas bien a lainversa: fue porque era necesario asociara los judios (0 al menos a aigun grupo, y por varios motivos venian facil-mente a la memoria los judios) con estereotipos de 10 animal, distancian-dolos asi del grupo dorninante, que fueron representados y sehabl6 de elIosde tal manera que llegaron a ser considerados repugnantes.

    Como quiera que funcionen estas cadenas causales, sellego a creer amplia-mente que los cuerpos de los judios eran realmente diferentes, de manerascruciales, de los cuerpos de la"gente normal 'l" Desde el siglo XIX en ade-54Vease la interesante muestra de tales libros infantiles en el Historisches Museum

    de Berlin. Del mismo modo, los intocables, en elsistema de castas indiotradicional, eran vistos como cuasi animales, manchados por la poluci6n de losaspectos animales de losindividuos superiores a ellos.

    55 Boyarin (1997) sugiere que hay un importante nucleo de verdad en talespercepciones, en cl scntido de que los judios no s610valoraban ocupacionessedentarias e intelectuales, sino que tambien cultivaban un conjunto denormasmasculinas junto con elias.Almenos en algunas partes importantes y de largavigencia de la tradici6n judia, el hombre judio essuave, contemplativo, gentil,gracioso, muy distinto al"hombre de acero" Esta norma feminizada, subraya, nolIev6 a un mayor apoyo a las aspiraciones de las mujeres reales ni hizo que lareligi6n fuera menos patriarcal que otras.

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    26/32

    lantc, un cuerpo de l it cru tura s cudoc icnuf icu desnibit',I.ls ~lIplIl'slas PI'O-piedades unicas del pie judio, la nariz judla, la prctcudida ('1111.'rllli/,aicljudia y las supuestas enfermedades judias (tales COIllO la s i f i l i s hcrcdita-ria) (Gilman, 1991), La nariz judia fue ampliarnente vinculada a la condi-cion animal (pues elsentido del olfato es,segun se afirma, el mas animalde los sentidos) , a los olores y a lasexualidad femenina, incluso a la mens-truacion; y se creia que los judi os tenian un olor distintivo y repulsivo, amenudo comparado con el supuesto olor de una mujer durante su perio-do menstrual (Geller, 1992),56Y,por cierto, e ll oc u s c la s si cu s de Iarepugnancia proyectiva dirigida con-tra un grupo es el cuerpo femenino, La repugnancia mis6gina tiene algu-nos puntos de partida empiricos que ayudan a explicar por que esta formade proyeccion aparece con tan monotona regularidad en casitodas las socie-dades, Las mujeres dan a luz, por 10que estan estrechamente vinculadas ala continuidad de Iavida animal y a lamortalidad del cuerpo, Ellas tarnbienreciben semen: asi , si ( tal como sugieren las investigaciones) el semen lesdisgusta a los hombres solo cuando deja elcuerpo masculino, esmuy pro-bable que lleguen a ver a lasmujeres como contaminadas por esta sustan-cia (para ellos) repugnante, mientras que el hombre se vera no contam i-nado, excepto en lamedida en que este en contacto con ella, En relacion conestos hechos, a menudo seimagine a lamujer como blanda, pegajosa, fluida,olorosa, cuyo cuerpo seasociaba a una zona sucia de polucion, Miller sos-t iene que la misoginia esta muy cerca del corazon ideacional de la repug-nancia, Sibien podria haber sido alguna otra minoria distinta de los judiosa la que seviera como viscosa y olorosa, no escasual idad que a lasmujeresse las perciba asi de modo ubicuo, porque los hombres se sienten pertur-bados por el nacimiento y especialmente por su propia sexualidad y flui-dos corporales, Miller (1997: 109-142) afirma que a los hombres elsernen Iesresulta tanto perturbador como profundamente repugnante: asi, aquelque 10reciba esta contaminado. Siguiendo a Freud, argumenta entonces quelos hombres siempre tendran gran dificul tad en no ver a su objeto sexualcomo envilecido, y tenderan a buscar objetos ya envilecidos de modo depoder satisfacer sus propios deseos -entendidos como aquello que pro-voca el envilecimiento del objeto que recibe esos fluidos- sin la culpa deenvilecer a un ser que no 10esta, Asimismo, sost iene que elamor causa larelajacion de la repugnancia, pero solo en forma breve y limitada. En gene-

    56Estos populares puntos de vista fueron apoyados y promovidos no solo porrnisoginos y antisernitas, sino tarnbien por intelectuales judios destacados: vease elanalisis de Geller acerca de la correspondencia entre Freud y Fliess,

    rul, porquc lu muicr rccil ic 1, 1 ""111l'1Icl hombre, "cs 10 quc (OIllC" (ya seal'll cl scntido de inrorpor.uiou 01',110 vaginal); ella scconvicrtc en la pcga-iosa parte mortal del hombre til' la que este necesita distanciarse."

    Uno pucde preguntarsc si Mil ler ha descubierto un fenorneno univer-sal; y,por cierto, la idea de que elsemen esparadigmatico de larepugnan-ria no encuentra un consenso universal. Pero, en sus l ineamientos gene-rales, su explicacion de la repugnancia masculina rastrea un tipo demisoginia de larga data y muy extendida. En muchas culturas y epocas,las mujeres han sido presentadas como suciedad y polucion, como fuen-tes de una contaminacion que atrae y debe, por 10tanto, ser mantenida arayay castigada," En laobra Sonat a Kr eu t ze r de Toistoi, estrechamente vin-culada a lapropia lucha del autor C

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    27/32

    Porquo cl j udio cs una mujcr Y l'S rcpugnanu- d el m od o ,'II qll(' l as m u jc -res 1 0 son, las mujerr-, judias, segun Sciningcr, SOil dohlcnu-nu- rrpuguuu-tes, seres hiperanimales que ejercen un atractivo f as cin an rc p ero q ue d cb enser alejados.s''Esposible hallar variantes sobre estos temas en practicamente todas las

    sociedades, al convertirse las mujeres en vehlculos para la expresi6n delasco masculino por 10fisico y 10potencialmente descompuesto. Los tabuesque rodean al sexo, al nacimiento, a la menstruaci6n expresan el deseode rechazar algo que es demasiado flsico, que participa demasiado de lassecreciones del cuerpo. Considerese el profesor de ginecologia de la citade Maugham en elepigrafe: para el, la mujer es emblemat ica de todas lasfunciones corporales; es, en efecto, el cuerpo del hombre, y su urgenciasexual receptiva es la culminaci6n de sus multiples rasgos repugnantes. Laingeniosa versi6n de la historia del traje sastre que relata Anne Holander(1994), da una narraci6n penetrante de la manera generalizada en la quesepen saba que las faldas de las mujeres ocultaban una zona repugnante desuciedad y polucion, de la que era bueno estar distanciado y a resguardopor amplias y voluminosas faldas, hechas de metros de tejido. S610recien-temente se ha permit ido a las mujeres mostrar las piernas, y revelar quetienen una anatomia humana similar a lade los hombres, no una sucia sen-tina de fluidos.

    Piensese, finamente, en ellocus central de la repugnancia en los EstadosUnidos de hoy: la execracion de la homosexualidad mascui ina por partede los hombres. Las mujeres homosexuales pueden ser objetos de temor, deindignaci6n moral 0 de ansiedad generalizada, pero no suelen ser objetos

    continuidad de la espccie."Toda forma de fecundidad es odiosa [... J . No es deningun interes en absoluto que la raza humana persista; elque quiere perpetuar lahumanidad quierc perpetuar elproblema y laculpa, el unico problema y la (micaculpa" (1'. 346). Sostiene que solo tal rcnunciacion general liberara a la mujer de suestatus meramente sexual, pcrrnitiendole ser humana. En ese futuro, "los hombrestendran que superar su disgusto por lamujer masculina, porque eso no esmasque un mero egoismo. Sialguna vez las mujeres sevuelven masculinas haciendoselogicas y eticas, yano serian tan buen material para la proyeccion del hombre;pero csa no esuna razon suficiente para elactual metodo de atar a las mujeres alas necesidades de su marido e hijos y prohibirles ciertos tipos de cosas porqueson masculinas" (p. 340).

    60 Trabajo no publicado de Rachel Nussbaum, basado en investigaciones sobremujcres judias en novelas antisemitas de las decadas de 1920 y 1930. Weiningertambien tiene esta idea: sieljudio esuna rnujer, lamujer judia esconcordantemente la mas sensual y corporal, la"odalisca" Hay estereotipos de lasmujeres negras relacionados con este,

    de rcp ugnancia. I ll'llllislllo u uu lu , la s m ujc rc s h crc ro sc xu alc s p ue de n sen-I i I ' c mo cio nc s n cg ar iv as h ar ia c l h om bre h om o sc xu al= te mo r, indignacionmoral, ansiedad- pcro rurnVl'Z sicntcn ernociones de repugnancia. Loquesuclc inspirar repugnancia es la idea del hombre respecto del homosexualvaron, imaginado como penetrable analmente. Laidea del semen mezcladocon heces en el interior del cuerpo de un hombre es una de las mas repug-nantes que puedan ser imaginadas por los hombres, para quienes la ideadc no penetrabilidad esuna frontera sagrada contra 10pegajoso, 10viscosoYla muerte. Lapresencia de un hombre homosexual en elbarrio inspira elpensamiento de que uno mismo podria perder su estado puro de seguri-dad, convertirse en elreceptaculo de esos productos animales. Asi,larepug-nancia es, en su esencia, repugnanci ala propia penetrabilidad y viscosi-dad imaginadas, y es por ello que el hombre homosexual es consideradotanto con repugnancia como con temor, como un depredador que podriatornar repugnantes a todos. EIaspecto mismo de estehombre esen simismocontaminante, como vemos en los extraordinar ios debates acerca de lasduchas en las fuerzas armadas. Lamirada del homosexual varon es perci-bida como contaminante porque dice: "Tu puedes ser penetrado" Y estosignifica que puedes estar hecho de heces, semen y sangre, no de plasticolimpio." (Lo que quiere decir: pronto estaras muerto.)

    Tanto la repugnancia misogina como la homof6bica tienen profundasrakes en la ambivalencia (especialmente masculina) acerca de productoscorporales y su relaci6n con la vulnerabilidad y la muerte. Estas reaccio-nes por cierto involucran sabiduria y formaci6n social, pero tienden a sercompart idas ampliamente en todas las culturas de un modo en que no 10esla repugnancia hacia los judios. A diferencia de 1 0 que ocurre en el casode la repugnancia antisemita, en estos casos no tenemos la sensaci6n deque las propiedades ftsicas reales del grupo hayan sido mas 0 menos irre-levantes para su eleccion como objeto de repugnancia: una ansiedad amplia-mente compartida acerca de los fluidos corporales encuentra su expre-sion en tener como blanco a quienes reciben esos fluidos. Por elotro lado,la repugnancia en estos casos es sin duda aumentada por el elemento deconstrucci6n deliberada que caracteriza larepugnancia antisemita. EIinte-61 Asi,no essorprendente que (para los hombres) la idea del sexohomosexual sea

    incluso mas repugnante que la del sexo reproductive, pese a la fuerte relacion deeste ultimo con lamortalidad y elcicio de las generaciones. Porque en elsexoheterosexual elhombre imagina que no es el sino un ser inferior (Ia mujer, vistacomo un animal) quien recibe la polucion de los fluidos corporales; al imaginar elsexohomosexual, seve obligado a pensar que elmismo podria verse contaminadode ese modo. Esto inspira una mayor necesidad de establecer fronteras.

  • 5/9/2018 Nussbaum Ocult de Lo Humano

    28/32

    re s p or tcu cr lIll g rllJ1 0 su bo rd in ud o (tly o cs t.u us lIlsi unim.rl d is tu nc ic il lgrupo dominantc aun ll1,IS de Sll propia condiciou unim.rl l l c -v a , aqui lam-bien, a laconstruccion de lamujer, 0 del hombre homosexual, COIII 0 repug-nantes por la imp uta cion de mas propiedades considcradas rcpugnantes,EImal olor, 10 pegajoso, comer heces seproyecta sobre elgrupo de modosque estan al servicio de un objetivo politico.

    Un ejemplo reciente del rol polit ico de la repugnancia, que reune todasestas areas cornbinandolas con una imagen ansiosa de pureza nacional, esel uso de la repugnancia para motivar laviolencia por los hindues contralos musulmanes en Gujarat, India, en marzo de 2002.62 La retorica nacio-nalista hindu cornunmente sevale de las ideas de pureza y de contamina-cion para referirse a los musulmanes presentados como foraneos que ensu-dan el cuerpo de la nacion. Esta idea general de pureza adopta una formainsistentemente corporal, dado que presenta a los hombres y las mujeresmusulmanes como seresanimales hipersexuados, cuya fertilidad fisica ame-naza el control del hombre hindu puro.v Durante los disturbios, circula-ron panfletos que presentaban obsesivamente estas imageries sexuales, eimaginaban eldesquite contra los cuerpos de hombres y mujeres musul-manes en terrninos de una violacion de sus partes sexuales (ano y vagina)por elfuego y por objetos metalicos, Las torturas mencionadas fueron per-petradas sobre cuerpos de mujeres que fueron violadas en rnasa, tortura-das con grandes objetos metalicos insertos en sus vaginas y quemadas vivas(Sarkar, 2002). Este ejemplo, como tantos otros, muestra claramente la rela-cion entre la repugnancia y un tipo de agresion cuya fantasia anima doraes la de liberar a la nacion de un contam inante.

    6. REPUGNANCIA, EXCLUSI6N Y CIVILIZACI6N

    William Miller (1997: cap. 7), siguiendo al sociologo Norbert Elias, sostieneque cuanto mas cosas reconoce como repugnantes una sociedad, tanto masavanzada es en su civilizacion." Si bien sostiene esta tesis, aun acepta la

    62 Para un trat amiento mas extenso vease Nussbaum (2003c) .63 Golwalkar, eI fundador del nacionalismo hindu, admiraba y alababa el

    naciona lsoc ia li smo en Alemania, por 10que la afinidad entre sus imageries y l as delos alernanes respecto de los judios no es casual, aunque no es facil decir si fueinfluido por eI naz ismo 0 se vio a traido hac ia el por una afinidad preexis tente .

    64 Vease Elias (1994). Sobre Elias , vease tambien Kim (2001: 158-165).

    distincion (jUl' haec Rozin en tre rep"gnancia y pcligro genuin~), y accp~atodo 1 0 qUl' acabo de dccir sobrc 1 < 1 rclacion entre la repugnancia y el 0~1Oa los judios, las mujeres, los homosexuales y otros grupos que se convier-ten en emblematicos de 10 animal. Tampoco limita su afirmacion a los casosde repugnancia moralizada como elejemplo que di sobre Mahler; almenosesposible sostener que podriamos medir elavance social por el grado enque las personas aprenden a sentir repugnancia por elracismo y por otrasformas de injusticia social. Pero el enfoque de Miller esta puesto solo en10 corporal. Sostiene que cuanto mas nos centramos en la higiene y cua~tomas intolerantes nos volvemos al fango, la suciedad y a nuestros proplosproductos corporales, tanto mas civilizados somos. "

    Esta afirrnacion es totalmente inconcebible, tanto en terrnmos des-criptivos como historicos. En terrninos descriptivos, porque plantea .u~progreso unilineal en elarea de larepugnancia, ignorando las grandes VICI-situdes de las sociedades a 1 0 largo de los tiempos en cuanto ala toleran-cia de los desechos corporales y otras sustancias repugnantes. Centrandoseen un limitado perlodo de la historia europea, Elias y Miller no adviertenque las practicas sanitarias de Ia antigua Rorna eran, en muchos sentidos,bastante mas avanzadas que las existentes en Gran Bretana hasta muy cercadel presente , si no hasta ahora. El soldado comun romano, destin ado enNorthumberland, en el norte de Inglaterra, uno de los puestos mas remo-tos del imperio, disponia de un asiento sobre elcual sesentaba para hacersus necesidades, debajo del cual fluia agua corriente en laque podia sumer-gir una esponja para limpiarse. Cada romano en las principales ciuda~estenia abundante agua corriente, conducida a traves de acueductos cuya in-genieria era llamativa; elsistema separaba el agua util izada para cocinar ybeber del agua empleada para desagotar las sentinas." Tanto ~qui com~ enelextranjero, habia gran disponibilidad de banos de muchos tipos y elmyelp