Rudolf Hilferding, La Crítica de Böhm Bawerk a Marx (1904)

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    La aparicin del tercer tomo de El capital tuvo muy escasa

    resonancia en el mbito de la economa burguesa. No se produfola "jovial cacera" que Sombart1 esperaba. No estall una nuevaguerra entre intelectos, y falt la lucha i n maj orera scientae glo-r i am\ * En efecto, hoy la economa burguesa ya no conduce enr-gicas y alegres batallas en el plano terico. En tanto portavoz dela burguesa, interviene slo all donde sta tiene interesesprcticos* reflejando fielmente los intereses conflictuales de laspandillas dominantes en las luchas econmicas cotidianas, peroevitando con cuidado tomar en cuenta la totalidad de las rela-ciones sociales, considerando justamente que hacerlo sera incon-

    ciliable con la propia existencia de la economa burguesa, inclusocuando por necesidad en sus "sistemas" y en sus "compendiosdebe expresarse sobre nexos de la totalidad, slo puede aphenderla totalidad juntando los fragmentos individuales. Habiendo de-jado de basarse en principios y de ser sistemtica, se ha conver-tido en eclctica y sincrtica. Por eso es coherente la posicinde Dietzel, el terico social que haciendo al mal tiempobuena cara erigi al eclecticismo como su principio.

    La escuela psicolgica de la economa poltica constituye lanica excepcin. Como los clsicos y como el marxismo, tam-

    bin ella trata de comprender los fenmenos econmicos desdeun punto de vista unitario. Se contrapone al marxismo comoteora completa y por ello puede ejercer sobre l una crtica sistemtica, crtica que era inevitable, dado que los respectivospuntos de partida son diamentralmente opuestos. En 1884, BohmBawerk en su Geschi cht e und Kr i t i k der Kapi tlzins-theori e [His

    * Para la mayor gloria de la ciencia. [N. del JE. ]

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    tona y critica de la teora del inters del capital], inici unacrtica al primer volumen ce El capital; ahora ante la aparicindel tercer tomo volvi a actuar con una refutacin muy deta-llada,2 cuyas tesis se encuentran tambin en la reciente segundaedicin de su Geschichte,' Considera que demostr la insostemfailidad del marxismo econmico y proclama con seguridad

    que la aparicin del tercer volumen seala el comienzo del finde la teora del valor del trabajo.Su crtica ele principio, que no ataca puntos particulares o razo-

    namientos elegidos arbitrariamente sino que pone en discusin yrechaza como insostenibles las bases mismas del sistema marxista, nos ofrece la posibilidad de un fecundo ajuste de cuentas;pero ya que fue puesto en discusin el sistema en su totalidad,este ajuste de cuentas deber ser ms profundo que el que porlo comim requieren las equvocas objeciones de los eclcticos,que atacan slo aspectos parciales.

    I, El, VALOR EN TANTO CATEGORIA ECONMICA

    El anlisis de la mercanca constituye el punto de partida delsistema de Marx. La crtica de BohmBawerk se dirige ante todocontra ese anlisis.

    Afirma que Marx, para sostener su tesis, o sea que el principiodel valor debe buscarse en el trabajo, no proporciona unademostracin emprica ni tampoco una psicolgica; prefiere en

    cambio presentar un tercer tipo de demostracin, sin dudasingular para un argumento del tipo: escoge en efecto la vade una demostracin puramente lgica, de una deduccin dia-lctica de la esencia del cambio.4

    Marx toma pues de Aristteles la idea de que el cambio nopuede existir sin la igualdad, y la igualdad a su vez no puedeexistir sin la conmensurabilidad. Remitindose a eso, presentael cambio de dos mercancas bajo la forma de una ecuacin,deduce que en las dos cosas cambiadas, y por lo mismo equipa-radas, debe existir un elemento comn y de la misma magnitud, y por lo tanto procede a buscar ese elemento comn al quepueden ser reducidos los objetos equiparados en tanto valoresde cambio. El punto ms doloroso de la teora marxiana seranlas operaciones de lgica y de mtodo mediante las que se

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    obtiene que ese elemento comn" es el trabajo. En opininde Bohro, esas operaciones muestran tantos errores cientficoscuantos son los eslabones del razonamiento. Ante todo Marxpone en el tamiz slo los objetos permutables (se debera depir"''intercambiables, R. H.) que poseen esa cualidad que final-mente piensa poner en evidencia como comn., y deja fueratodas las otras. Es decir, desde el comiendo delimita el mbitoce su investigacin a las "mercancas que seala como' productosdel trabajo en contraposicin a los dones de la naturaleza.Pero es evidente para Bohm que si realmente el cambio signi-fica una equiparacin que presupone la existencia de un algocomn de magnitud igual, debe ser posible encontrar esteelemento comn en todos los bienes permutables; no slo en losproductos del trabajo sino tambin en los meros dones de la

    naturaleza, como la tierra, la lea, las fuerzas hidrulicas, etc. La exclusin de esos bienes permutables es un pecado mortalde mtodo, tanto menos justificable cuanto que muchos de ellos,como la tierra, se encuentran entre los ms importantes objetosde la propiedad y del comercio; y adems no se puede afir-mar en absoluto que en los dones naturales los valores de cambio(naturalmente se debera decir: los precios! R. H.) se esta-blecen siempre slo de modo casual. Marx se cuida mucho derendir cuentas explcitamente de esas exclusiones. Al contrario,

    tambin aqu, como muy a menudo, llega a desmenuzar conescurridiza habilidad dialctica los puntos difciles. Evita poneren evidencia que el concepto de mercanca es ms restringidoque el de bienes permutables. Al contrallo, permanentementetrata de hacer desaparecer esa distincin. Por lo dems, estobligado a hacerlo; en efecto, si en los pasajes decisivos nohubiese1limitado su investigacin a los productos del trabajoy hubiese en cambio buscado el elemento comn tambin enlos dones naturales "permutables, hubiera aparecido en seguidaque el., trabajo no puede ser obviamente el elemento comn.El mismo Marx y sus lectores no hubieran podido menos queenfrentarse con un error de mtodo tan grande, si l hubiesecumplido abiertamente esa limitacin. Slo la asombrosa habi-lidad dialctica gracias a la que Marx evita con rapidez yelegancia los obstculos le permiti llevar a trmino su artificio.

    Con este procedimiento incorrecto, Marx consigui ante todoque el trabajo entrara en la competicin. Las otras propiedades

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    concurrentes son eliminadas de otros dos eslabones del razona-miento; cada uno de los cuales contiene slo pocas palabrasen las que se oculta sin embargo uno de los ms graves errores

    lgicos. En el primero, Marx excluye toda la propiedad geom-trica, fsica, qumica u otra propiedad natural. En efecto, laspropiedades materiales de las cosas slo interesan cuando lasconsideramos como objetos tiles, es decir, como valores de uso.Adems, lo que caracteriza visiblemente la relacin de cambiode las mercancas es precisamente el hecho de hacer abstrac-cin de sus valores de uso respectivos1'. En efecto, dentro deella [la relacin de cambio], un valor de uso, siempre y cuandose presente en la proporcin adecuada, vale exactamente lomismo que otro cualquiera (1, p. 69 [5]).

    Segn BolimBawerk, Marx comete aqu un burdo error.Confunde el hecho de hacer abstraccin de una circunstanciacon el de hacer abstraccin de las especficas modalidades enbase a las que tal circunstancia se manifiesta. Se puede hacerabstraccin de las modalidades especficas en las que puedemanifestarse el valor de uso de las mercancas, pero no delvalor de uso en general. Marx hubiera debido advertirlo slopor el hecho de que no puede existir un valor de cambio queno sea al mismo tiempo valor de uso, cosa que por lo dems lconoce muy bien.

    Pido se me permita interrumpir la recapitulacin de las tesisde BdhmBawerk con un breve parntesis, destinado a aclarar noslo la lgica sino tambin la psicologa del jefe de la escuelapsicolgica. Si hago abstraccin de las "modalidades especficasen las que puede manifestarse el valor de uso, es decir del valorde uso en concreto, hago abstraccin, en lo que a m respecta, delvalor de uso en general porque ste existe para m slo en esaconcrecin, como valor de uso creado de tal y tal modo. Quepara otros sea un valor de uso, es decir que sea til paraalguien, no modifica en lo ms mnimo el hecho de que hadejado de ser un valor de uso para m. Y yo lo cambio slo

    en el momento en que ha dejado de ser un valor de uso para m. Esto vale literalmente para la produccin de mercancas enforma desarrollada. Aqu el individuo produce slo un tipode mercanca que para l puede tener valor de uso comomximo en un solo ejemplar, pero jams en masa. Que esamercanca sea til a otros es una premisa de su permutabilidad;

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    de valor, convierte en significativa I a comprobacin, de estaobviedad.

    Pero volvamos a Bolina. Considera que el segundo miembrodel razonamiento ele Marx es ms errado todava. Marx afirmaque, si se prescinde del valor de uso, a las mercancas no Iesqueda ms que una

    sola cualidad, la de ser productos del trabajo.

    Pero, pregunta Bohm con indignacin acaso las mercancas noconservan muchsimas otras cualidades? Acaso no tienen en co-mn la cualidad de ser escasas en relacin a lo necesario, de serobjeto de demanda y de oferta, o d ser apropiadas o bienproducto de la naturaleza, o de provocar gastos una cualidadque Marx record tan bien en el tercer libro? Por qu elprincipio del valor no debe residir en una de estas cualidades? En realidad Marx no proporcion argumento positivo alguno paraapoyar el trabajo sino slo uno negativo: el valor de uso, delque se puede prescindir con toda tranquilidad, no es el prin-

    cipio del valor de cambio. Pero, a este argumento negativono se adaptan tal vez en igual medida todas las otras cualidadescomunes descuidadas por Marx(I)? Adems: el mismo Marxdice: Con el carcter de utilidad de los productos del trabajodesaparece el carcter de utilidad de los trabajos representadosen ellos, desaparecen tambin pues las diversas formas con-cretas de estos trabajos, que ya no se distinguen sino en que se reducen todos a trabajo humano igual, a trabajo Humanoabstracto. De este modo, l mismo afirma que para la relacinde cambio no ,slo un valor de uso sino tambin un tipo detrabajo siempre y cuando se presente en la proporcin adecuada,vale exactamente lo mismo que otro cualquiera. Por eso, lamisma circunstancia en base a la cual Marx expres su veredictode exclusin contra el valor de uso subsiste retrospectivamentetambin para el trabajo. Trabajo y valor de uso, clice Bohm,tienen un aspecto cualitativo y uno cuantitativo. As como elvalor de uso de una mesa o del hilo es. diferente, tambines diferente el trabajo del carpintero o del tejedor. Y as comopodemos comparar diversos tipos de trabajo de acuerdo con su

    cantidad, igualmente se pueden comparar valores de uso de dife-rente tipo de acuerdo con la magnitud del valor de uso. No secomprende por qu una misma circunstancia deba llevar a laexclusin de uno de los concurrentes, y en cambio a la coronacin

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    con el precio del otro. Marx hubiera muy bien podido procederde manera opuesta y hacer abstraccin del trabajo.

    As es.corno la lgica y el mtodo de Marx se reflejan en lamente de BohmBawerk Marx .ha procedido pues de un modo

    totalmente arbitrario. Criando, con procedimento injustificadoaunque muy astuto, admiti en el cambio slo a los productosdel trabajo, no estaba sin embargo en condiciones de probarde modo alguno que el elemento comn que se presume debaestar presente en el cambio de las mercancas, deba buscarseen el trabajo. Marx lleg a ese resultado slo ignorando arbitra-riamente toda una serie de otras propiedades y abstrayendo,de manera del todo injustificada, el valor de uso. Igual que losclsicos de la economa poltica} tampoco Marx fue capaz dedemostrar, siquiera slo en mnima parte, la tesis de que el trabajo

    es el principio del valor.La pregunta crtica de Bohm, a la que Marx habra respon-

    dido de modo tan errneo, es: con qu derecho pudo Marxproclamar que el trabajo es el nico creador de valor?; nuestraeontracrtica debe pues demostrar en primer lugar que el anlisisde la mercanca contiene la respuesta.

    En el anlisis de Marx, Bohm. ve la contraposicin entre utili-dad y producto del trabajo. Esto, sin embargo, y en eso estamosde acuerdo con Bohm, no es un contraste. En la mayora de loscasos, los objetos deben ser primero elaborados para llegar aser tiles. Por el contrario, para juzgar la utilidad de un objetoes indiferente saber si cost trabajo y cunto. El hecho de ser unproducto del trabajo no hace de un bien una mercanca. Peroslo como mercanca un bien se determina de modo antitticocomo valor de uso y como valor. Pero un bien se convierte enmercanca slo cuando entra en relacin con otros bienes, relacinque se hace visible en el cambio; y la valoracin cuantitativaaparece como el valor de cambio del bien. As la propiedad

    de actuar como valor de cambio crea el carcter de mercanca delbien. Una mercanca no puede sin embargo referirse por s solaa otras mercancas: esta recproca relacin objetiva de los bienesslo puede ser expresin de la relacin personal de sus posee-dores. Como poseedores de mercanca, son tambin portadoresde determinadas relaciones de produccin; productores iguales eindependientes entre s de trabajos privados de un tipo particular;destinados no al uso personal sino al cambio, por tanto trabajos

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    privados destinados a la satisfaccin no de necesidades indivi-duales sino sociales. Por eso, con el cambio de productos serenuevan los nexos sociales de la necesidad descompuesta en sus

    tomos por la propiedad privada y por la divisin del trabajo.La mercanca es por lo tanto expresin econmi ca, o sea expre-sin de relaciones sociales de productores independientes entres, en la medida en que tales relaciones estn mediadas por bienes. Ahora bien, la determinacin contrapuesta de la mer-canca como valor de uso y como valor, su contraste cuandose manifiesta como forma natural o como forma de valor, semuestra ahora como un contraste entre la mercanca que se pre-senta por un lado como objeto natural y por otro como objetosocial. Se trata pues, en' efecto, de una dicotoma, en la que la

    aceptacin de un miembro excluye al otro y viceversa. Peroes slo un contraste del modo de juzgar. La mercanca es unaunidad de valor de uso y de valor, slo el modo de juzgares doble: en tanto cosa natural es objeto de la ciencia natural, entanto cosa social es objeto de una ciencia social, o sea de la economa poltica. Por tanto, el lado social de la mercanca,del bien, es objeto de la economa en tanto smbolo de lavinculacin social, mientras que su lado natural, el valor de uso,permanece fuera del mbito de inters de la economa poltica.5

    Pero la mercanca puede ser expresin de relaciones sociales

    slo en tanto se la considere producto de la sociedad, algosobre la que la sociedad imprimi su sello. Para la sociedad queno efecta cambio alguno, la mercanca no es otra cosa que unproducto del trabajo. Y los miembros de la sociedad puedentener entre s una relacin econmica slo si unos trabajanpara otros. Esta relacin material se expresa como forma hist-rica en el cambio de las mercancas. El producto total deltrabajo se representa como valor total, que en la mercancaindividual aparece cuantitativamente como valor de cambio.

    Si la mercanca es para la sociedad un producto del trabajo,

    ese trabajo adquiere ahora por esta va su preciso carcter detrabajo socialmente necesario; la mercanca no aparece ya comoel producto del trabajo de distintos sujetos, sino que stos apa-recen como meros rganos del trabajo. As, desde el puntode vista econmico los trabajos privados parecen ms bien locontrario: o sea, trabajos sociales. Las condiciones del trabajo

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    creador de valor son pues determinaciones sociales del trabajo osea determinaciones de trabajo social.

    La abstraccin que Marx cumple para llegar del conceptodel trabajo concreto, privado, al de trabajo humano abstracto,trabajo social, no slo no es idntico ai proceso de abstraccin!que excluye el valor de uso, como piensa Bohm, sino que esprecisamente su contrario.

    El valor de uso es una relacin individual de una cosa conun hombre. Si hago abstraccin de su carcter concreto ydebo hacerlo apenas enajeno este objeto y hago que realmentedeje de ser para m un valor de uso destruyo al mismo tiempo

    esta relacin individual Pero el valor de uso poda ser medidade mi valoracin personal slo en su individualidad. Si encambio hago abstraccin del modo concreto en que hice empleode mi trabajo, permanece el hecho de que consum trabajo esngeneral en su forma humana universal; una magnitud objetiva,cuya medida se repone en su duracin.

    T es precisamente a esta magnitud objetiva a la que llegaMarx. Busca el nexo social que subsiste entre agentes de pro-duccin aislados en apariencia. La produccin social, o sea el

    fundamento material de la sociedad, se determina cualitativa-mente por su naturaleza por el modo como se organiza eltrabajo social; esa organizacin que surge casualmente de 3anecesidad econmica, se consolida muy pronto de modo legal,jurdico. Esta "regulacin desde afuera constituye la premisalgica de la economa; proporciona las formas en las que seestablece la relacin recproca entre los miembros individualesde la sociedad miembros que trabajan o miembros que re-gulan el trabajo. En la sociedad en que existe divisin de la

    propiedad y divisin del trabajo, esta relacin se manifiestaen el cambio, se expresa como valor de cambio. El nexo socialaparece como resultado de relaciones privadas, no ya relacionesentre personas privadas sino entre cosas privadas. Y precisamenteesto es lo que mistifica el problema. Pero, en cuanto las cosasse ponen en relacin recproca, el trabajo privado que las creadquiere validez en tanto representa gasto de trabajo socialmentenecesario, que es su contrario.

    El resultado del proceso social de produccin determinado

    as cualitativamente, es determinado cuantitativamente por lamasa total del trabajo social empleado. En tanto parte alcuota

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    el el producto social el el trabajo y slo bajo esta vestidura inter-viene en el cambio, la mercanca individual es determinadacuantitativamente por la cuota del tiempo de trabajo total con-tenida en ella.

    Por eso, en tanto valor, la mercanca se determina socialmente,es una cosa social. Slo bajo este aspecto es objeto de conside-racin de la economa. Pero, si la .misin del anlisis econmico

    de un orden social es el de descubrir la ntima ley del movi-miento de esa sociedad, y si la ley del valor es convocada paracumplir este servicio, el principio del valor slo puede ser aquela cuya variacin en ltima, instancia se deben referir los cambiosde los ordenamientos sociales.

    Cualquier teora clel valor que parta del valor de uso, o seade las cualidades naturales de la cosa, sea de su figura finita decosa til, sea ele su funcin de satisfaccin de necesidades, partede la relacin individual entre una cosa y un hombre, antesque de las relaciones sociales recprocas de los hombres. Cae

    pues en el error de querer deducir de esta relacin subjetiva,individual, que puede ser el punto de partida 'de valoracionessubjetivas, una medida objetiva, social Pero en ese caso, ya queesta relacin individual est presente de igual modo en todoslos tipos de sociedades y no encierra en s principio alguno devariacin porque el desarrollo de las necesidades y de las posi-bilidades de satisfacerlas est a su vez condicionado deberrenunciar a descubrir las leyes del movimiento y las tendenciasde desarrollo de la sociedad. Su mtodo es ahistrico y asocial.Sus categoras son eternas y naturales.

    En tanto Marx parte, por el contrario, del trabajo en su signi-ficado de elemento que constituye la sociedad humana y quecon su desarrollo determina en ltima instancia el desarrollode la sociedad, en su principio del valor aprehende el factorcuya calidad y cantidad organizacin y fuerza productivadominan de modo causal la vida social. Por eso, el conceptofundamental de la economa es igual al concept o f undament alde la concepcin materialista de la historia. Tal identidad esnecesaria en tanto la vida econmica no es ms que una partede la vida histrica, y por tanto la conformidad a las leyes

    econmicas debe ser igual a la conformidad a las leyes hist-ricas. Desde que el trabajo en su figura social deviene medidadel valor, la economa se constituye como disciplina histrica

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    y como ciencia de la sociedad. Con esto el estudio de la economaest simultneamente limitado a la poca determinada del desa-rrollo histrico en la que el bien deviene mercanca, En otrostrminos, se refiere a la poca en que el trabajo y el poderde disponer del misino no son conscientemente elevados aprincipio regulador del metabolismo social y de la adquisicin

    de potencia social, sino que este principio se afirma inconscientey automticamente como cualidad objetiva de las cosas, en tantola forma peculiar que el metabolismo social asumi e.n el cambiohace que ios trabajos privados adquieran validez slo en lamedida en que son trabajos sociales. La sociedad, por as decirlo,reparti entre sus miembros la cantidad de trabajo que necesitae indic a cada individuo particular qu cantidad de trabajodebe emplear por su parte. Y estos individuos singulares olvi-daron y aprenden ahora a posterior! en el curso del procesosocial cul fue su parte.

    Por tanto, el trabajo es el principio del valor, y la ley delvalor es una realidad porque el trabajo es el vnculo que man-tiene unida a la sociedad descompuesta en sus tomos, y no por-que sea .el hecho tcnicamente ms relevante. Tomando como puntode partida el trabajo socialmente necesario, Marx est en con-diciones de descubrir el mecanismo interno de una sociedadbasada en la propiedad privada y la divisin del trabajo. Paral, la relacin individual entre hombre y bien constituye una

    premisa; en el cambio no percibe una diferencia de valoracionesindividuales sino una ecuacin de un proceso de produccinhistricamente determinado; slo en esta relacin de produccin,slo como smbolo, expresin objetiva de relaciones individuales,como portador del trabajo social, el trabajo se convierte enmercanca, y slo como expresin de relaciones de produccinderivadas, lo que no es producto del trabajo puede asumircarcter de mercanca.

    Hemos llegado as a la objecin de Bohm: de qu modo los

    productos de la naturaleza pueden tener valor de cambio?Las condiciones naturales en las que se cumple el trabajo, sedan de manera inmutable a la sociedad; por eso, de ellas nopueden surgir cambios de las relaciones sociales. Lo que cambiaes slo el modo en que el trabajo se apropia de tales condicionesnaturales. El grado de productividad del trabajo est determi.nado por el grado en que se produce tal apropiacin. El cambio

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    de la productividad se refiere slo al trabajo concreto, creador devalor ele uso; pero en tanto la masa de los productos en losque se incorpora el trabajo creador de valor aumenta o dismi-nuye, en el ejemplar individual se incorpora ms o menos trabajo

    que antes. En la medida en que un individuo puede disponerde una fuerza natural y po.r lo tanto trabajar con una produc-tividad superior a la productividad meda social, est en condicio-nes de realizar una plusvala extra. Esta plusvala extra, capitaliza-da, aparece entonces como el precio de esta fuerza natural, inclusode la tierra, de la que es un complemento. La tierra no es unamercanca; pero en un largusimo proceso histrico adquierecarcter de mercanca en tanto es condicin para la produccinde mercancas. La expresin o valor precio de la tierra es portanto slo una frmula irracional, tras la que se oculta una

    real relacin de produccin, por tanto de valor. La propiedadde la tierra no crea la parte del valor que se transforma enganancia excedente; simplemente permite que el propietarioterrateniente transfiera del bolsillo del fabricante al propio talganancia excedente. Atribuyendo a los dones de la naturaleza unvalor propio, Bohm hace suya la ilusin de los fisicratas, en elsentido de que la renta surge de la naturaleza y no de la sociedad.

    As Bohm mezcla a cada paso determinaciones naturales ysociales. Esto es evidente cuando cita las otras cualidades quedeben ser comunes a las mercancas. Se trata de una mezclaverdaderamente pintoresca*, el dato concreto de la apropiacines la expresin jurdica de relaciones histricas, premisa indis-pensable para que los bienes puedan cambiarse, un hecho pre econmico; por tanto no se alcanza a entender cmo pueda seruna medida cuantitativa. Ser productos de la naturaleza es unacualidad natural de las mercancas, pero ni siquiera sta las haceconmensurables cuantitativamente en modo alguno. Por lo dems,ser objeto de la demanda, y por tanto escasas en relacin aella, establece su valor de uso; en efecto, la relativa escasez lashace subjetivamente objeto de una valoracin, es decir, valorde uso, mientras que objetivamente desde el punto de vista de

    la sociedad su escasez es una funcin del gasto de trabajo yencuentra su medida objetiva en la magnitud de tal empleo.

    Como en los pasajes suscitados Bohm no distingue las deter-minaciones naturales de la mercanca de las sociales, en los

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    que siguen confunde el modo de considerar el trabajo en tantocreador de valor de uso con el modo de considerarlo en tan-to creador de valor; encuentra por tanto una nueva contradiccin

    entre la ley del valor y la experiencia, que sin embargo Marx,en su opinin, trata con la habitual "habilidad dialctica no yacomo una manifiesta contradiccin con su tesis sino ms bien co-mo una ligera variante.

    Marx dice que el trabajo complejo es igual a una determinadaporcin de trabajo simple. Sin embargo, ense que las cosasequiparadas entre s en el cambio "deben contener algo comnde magnitud igual, y este elemento comn debe ser el trabajoy el t iempo de trabajo. Sin embargo, los hechos no se corres-ponderan en modo alguno con esta exigencia. En efecto, en eltrabajo complejo, por ejemplo en el producto de un escultor,no se contiene por cierto trabajo simple, tanto menos un trabajosimple en la misma cantidad contenida en cinco productoscotidianos de un picapedrero. La verdad pura y simple [y real-mente es muy simple?] es que los dos pro'ductos incorporantipos distintos de trabajo en cantidades diferentes, o sea lo con-trario del hecho sostenido por Marx, es decir que incorporantrabajo del mismo tipo en cantidad igual.

    Slo desearemos observar, entre parntesis, que la cantidadigual es decir la igualdad cuantitativa, aqu no entra. Se trataslo de la posibilidad de comparar trabajos de diferente tipo,es decir de la posibilidad de reconducirlos a esta unidad, por lotanto de su igualdad cualitativa.

    En realidad, contina Bohm, Marx dice: "Ya la experienciademuestra que esta reduccin [es decir, de un trabajo complejoa una simple] es un fenmeno que se da todos los das y a

    todas horas. Por muy complejo que sea el trabajo a que debesu existencia /una mercanca, el valor la equipara en seguida alproducto del trabajo simple, y como tal valor slo representa,por tanto, una determinada cantidad de trabajo simple. Lasdiversas proporciones en que diversas clases de trabajo se redu-cen a la unidad de medida del trabajo simple se establecena travs de un proceso social que obra a espaldas de losproductores, y esto los mueve a pensar que son el fruto de lacostumbre (I, p. 76 [12]).

    Pero, segn Bohm, esta referencia a la experiencia y al valor

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    representa slo un crculo vicioso. .En efecto, objeto de laexperiencia son para ). las relaciones de cambio de las mer-cancas, por ejemplo tambin el motivo por el que el trabajodel escultor es el quntuplo de un trabajo simple. Marx diceque la experiencia ensea qu es el quntuplo; en efecto, laexperiencia demuestra cmo se produce ese reduccin a travsdel proceso social. Pero es precisamente este proceso social elque debe ser explicado. Si la efectiva relacin de cambio fuese

    de 1:3 en lugar de 1:5, Marx nos invitara a reconocer talmedida de reduccin como la conforme a la experiencia. De estamanera sin embargo, resume Bohm, no aprendemos absoluta-mente nada sobre el motivo especfico por el que productosde difentes tipo de trabajo se cambian en esta o aquella pro-porcin. En este aspecto decisivo la ley del valor fracasa.

    sta es precisamente la conocida objecin, y Bdhm no es elnico que le da una importancia tan grande. Todo "lectorque piense por s i, ese lector que Marx con su conocido opti-mismo social presupone en su Introduccin y que es, por'

    lo que creemos, la nica suposicin injustificada que Marxhaya hecho, individualiza aqu una laguna, que por lo demsfue reconocida tambin por autores ms o menos marxistascomo Bernsten, C. Schmidt y ICautsiky.

    \Observemos esto con mayor detenimiento! Ante todo, el mismoBohm dice que la diferencia consiste slo en esto, que nosencaramos una vez con trabajo complejo y otra con trabajosimple. Es claro pues que la diferencia a nivel del valor debeser referida a la diferencia del trabajo. El mismo producto de 3anaturaleza puede ser objeto tanto de un trabajo simple como

    de un trabajo complejo, y obtiene as un valor diferente. Poreso no existe una contradiccin lgica con 3a ley del valor.El nico interrogante es si se hace necesario encontrar la me-dida de reduccin y si la dificultad de satisfacer tal necesidadno es insuperable, de modo que admitida la necesidad deconocer la medida de la reduccin sin ese conocimiento el con-cepto de valor no estara en condiciones de proporcionar una explicacin de los procesos econmicos.

    Pero examinemos otra vez el razonamiento de Marx. El pasajesuscitador dice: el valor [o sea el de la mercanca producida con trabajo complejo] la equipara en seguida al producto deltrabajo simple. Pero para poder entender este proceso, la teo-

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    ra del valor debe concebir el trabajo que est a disposicinde la sociedad en un memento dado como una suma constituidapor paites homogneas y determinada slo cuantitativamente,y al trabajo individual, en tanto crea valor, slo como una partealcuota de esa suma. Pero puedo considerar como cualitativa-mente igual el trabajo total slo si puedo reducirlo a una unidadde medida comn. Tal unidad de medida es el simple trabajomedio, que consiste en el "empleo de esa simple fuerza cetrabajo que todo hombre comn y corriente, por trmino medio,posee en su organismo corpreo, sin necesidad de una especialeducacin' (I, p. 76 [11])* El trabajo complejo vale como unmltiplo de esta unidad de medida, o sea del simple trabajomedio. Pero qu mltiplo? Esto, dice Marx, se establece me-diante un proceso social extrao a los productores. Pero Bohmno piensa aceptar esta referencia a la experiencia. Para l lateora del valor falla aqu por completo, En efecto, no es deter-

    minada o determinable a priori, por una de las cualidades inhe-rentes a los trabajos calificados, la proporcin en que stos enla valoracin de sus productos deben ser convertidos en trabajosimple, lo que decide es slo el efectivo resultado, las efectivasrelaciones de cambio. Por tanto Bohm reclama la medida de lareduccin para poder establecer a priori el nivel absoluto delos precios; como observa en otro pasaje, es misin de laeconoma proporcionar la explicacin del fenmeno del precio.

    Per,o, es realmente cierto que la falta de la medida de la

    reduccin inutiliza la ley del valor? En decidida oposicina Bohm, Marx ve en la ley del valor no el medio para llegar aestablecer los precios, sino el medio para individualizar las leyesdel movimiento de la sociedad capitalista. La experiencia nosdice que el nivel absoluto de los precios es el punto de partidade tal movimiento; pero por eso el nivel absoluto es un hechosecundario, ya que lo que importa es slo encontrar la ley desu variacin. Es indiferente que un determinado trabajo confiplejo, por ejemplo el del escultor, sea cuatro o seis veces equiva-lente a un trabajo simple, por ejemplo el del sastre. Es importanteen cambio, el hecho que duplicando o triplicando la producti-vidad en la esfera del trabajo complejo, su producto descenderados o tres veces respectivamente en relacin con el trabajosimple que permaneci sin variacin.

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    El nivel absoluto de los precios lo da la experiencia; perolo que nos interesa es la variacin regular que sufren estosprecios. Como todas las variaciones, tambin sta es efecto deuna fuerza; y ya que se trata de cambios en fenmenos sociales, es el efecto ele la magnitud cambiada ele una potencia social: laproductividad social

    Pero, ya que la ley del valor comprueba que este desarrollode la productividad domina en ltima instancia la variacin delos precios, existe la posibilidad de individualizar las leyes de tales variaciones; y ya que todos los fenmenos econmicos s.e mani-fiestan a travs de variaciones de los precios, es posible conocer as los fenmenos econmicos en general Ricardo, conscientede que su anlisis de la ley del valor es incompleto, afirma por eso explcitamente que la investigacin hacia la que desearaorientar la atencin del lector se refiere a las variaciones en elvalor relativo de las mercancas, no ya en su valor absoluto.

    Por lo tanto, la falta de una medida de reduccin no perjudicaen modo alguno la importancia de la ley del valor, en tanto instrumento para individualizar la conformidad a las leyes exis-tentes en el mecanismo econmico. Pero esa carencia tendraimportancia en otro aspecto. Aunque el nivel absoluto del precio,en la prctica, slo puede ser fijado por el proceso social, en elconcepto del valor deben contenerse, sin embargo, todos los ele-mentos que permiten conocer en el pi ano teri co el procedimientoque la sociedad adopta en la reduccin. De otro modo, tal

    procedimiento, que adquiere una influencia decisiva en el niveldel valor, seguira siendo ms bien real, y no constituira enabsoluto una contradiccin con la ley del valor, sino que staexplicara slo una parte, la ms importante, de los fenmenoseconmicos, o sea sus variaciones, mientras que dejara oscuraotra parte, es decir el punto de partida de esas variaciones.

    Pero la pregunta de Bohm acerca de cul es la propiedadinherente al trabajo calificado de la que surge su cualidad decrear valor, tiene ya un planteo equivocado. En efecto, ningnvalor posee la cualidad de crear valor. El trabajo crea valor

    slo en determinado modo de organizacin social del proceso pro-ductivo. Por eso, si se considera el trabajo singular en su aspecto concreto, jams se podr llegar al concepto de trabajo creador de valor. El trabajo complejo slo puede ser considerado creadorde valor, si se lo concibe como parte del trabajo social.

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    Y entonces se plantea la pregunta: qu es el trabajo com-plejo, desde el punto de vista de la sociedad? Slo as podemosesperar alcanzar los puntos firmes, que nos permitan comprender

    en base a qu principios se produce esta reduccin social..Evidentemente, estos principios no pueden ser sino aquellos quese contienen en la ley del valor. Pero aqu tropezamos con unadificultad. La ley del valor vale para las mercancas: pero eltrabajo no es una mercanca, aunque as aparece en la categora del salario. Slo la fuerza de trabajo es mercanca y posee valor;el trabajo crea valor, pero en s mismo no tiene/valor. No esdifcil calcular el valor de una fuerza de trabajo que crea trabajocomplejo; como el de cualquier otra mercanca, es igual al

    trabajo necesario para su produccin y reproduccin, que se com-pone de los costos de mantenimiento y de los costos de apren-dizaje. Pero lo que aqu nos interesa no es el valor de unafuerza de trabajo calificada sino establecer, por qu y en qumedida el trabajo calificado crea valor ms alto que el trabajosimple.

    No podemos deducir el valor ms alto creado por el trabajocalificado, del salario ms alto de la fuerza de trabajo calificada.Sera como deducir el valor del producto del valor del trabajoEn efecto, es lo que propone Bernstein,7 quien considera quepuede apoyarse en una cita de Marx. Pero si esta frase se leeen su contexto, del que en cambio Bernstein la asla, aparececlaro que afirma precisamente lo contrario de lo que Bernsteinquiere obtener de ella. Marx dice: Ya decamos ms arriba que,para los efectos del proceso de valorizacin, es de todo puntoindiferente e que el trabajo apropiado por el capitalista seat rabajo simpl e, t rabajo social medi o, o t rabajo compl ej o, t rabajode peso especf i co ms alto- que l normal . El trabajo consi-derado como trabajo ms complejo, ms elevado que el trabajosocial medio, es la mani festacin de una f uerza de t rabajo querepresenta gastos de preparacin superiores a los normales, cuyaproduccin representa ms tiempo de trabajo y, por tanto, unvalor superior al de la fuerza de trabajo simple. Esta fuerzade trabajo de valor superior al normal se traduce, como eslgico, es un trabajo superior, materializndose, por tanto, durant e los mi smos perodos de t i empo, en valores relativamentems al tos. Pero, cualquiera que sea la diferencia de gradacin

    que medie entre el trabajo del tejedor y el trabajo del joyero,

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    la porcin de trabajo con la que el joyero se limita a reponer elvalor de su propia fuerza de trabajo no se distingue en nada,cualitai ivaniente, de la porcin adicional de trabajo con la quecrea plusvala. En este caso corno en los anteriores, la plusvalaslo brota mediante un exceso cuantitativo de trabajo, prolongando la duracin del m ismo proceso de tr abajo, que en im casoes proceso de rjroduccin de hilo y en otro caso de produccin ele

    joyas (1, p, 231 [1 48]) . Como es evidente, el problema queMarx suscita aqu es: de qu manera un trabajo superior puedecrear plusvala no obstante el alto salarlo, es decir, no obstantela magnitud del trabajo necesario. El concepto de la frase quecita Bernstein si estuviese completa, debera ser por lo tanto elsiguiente: aunque el valor de esta fuerza es superior, sin embargopuede producir plusvala, porque se manifiesta en trabajo supe-rior, etctera.

    Marx interrumpe la frase intermedia y vincula la frase siguientecon un pero5"', mientras que si Bernstein tuviese razn, hubiera

    debido usar un por eso5 en lugar del pero. Obtener el valordel producto del salario constituye la ms borda contradiccincon la teora marxiana. Dado el valor de la fuerza de trabajo,podra calcular el valor creado ex novo por esta .fuerza detrabajo slo si conociera su grado de explotacin. Y aunquetal grado de explotacin me lo diera el trabajo simple, nopuedo por cierto asumir el mismo grado tambin para el trabajoms complejo. Tal vez podra ser mucho menor. Por eso elsalario de una fuerza de trabajo calificada no me dice precisa-mente nada., ni 'directa ni indirectamente, acerca del nuevo valorcreado por esta fuerza de trabajo. La cara que hubiera asumidola teora marxiana si hubiese aceptado la interpretacin .deBernstein Bernstein sostiene en efecto que con su interpretacinhubiera asumido otra cara totalmente distinta muy difcilmentehubiera podido ocultar una mueca irnica. Debemos pues tratarde acrcanos a la solucin del problema de modo diferente*

    El simple trabajo medio es gasto de una fuerza de trabajo simple,el trabajo calificado o complejo es gasto de fuerza de trabajocalificada. Sin embargo, para crear esta fuerza de trabajo com-pleja fue necesaria toda una serie de trabajos simples. stosse concentran en la persona del trabajador calificado; slo cuandocomienza a trabajar, estos productos de su calificacin se vuelvendisponibles para la soci edad. Por tanto, el trabajo de los traba-

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    jadores calificados no slo transmite -valor (que se manifiestaen el salario ms alto) sino tambin la propia fuerza creadora devalor, Por eso los trabajos de los obreros calificados estn latentespara la sociedad y se hacen visibles para la misma slo cuandola fuerza de trabajo compleja empieza a trabajar. Por eso sugasto equivale al gasto de todos los diferentes trabajos simples

    que aparecen, por as decir, condensados en ella.Desde que para la produccin de una fuerza de trabajo cali-ficada se emplea trabajo simple, eso crea en consecuencia porun lado el valor de esta fuerza de trabajo, que reaparece en elsalario de la fuerza de trabajo calificada; pero por . otro lado,a travs del modo concreto de su aplicacin, crea un nuevovalor de uso, que consiste en el 'hecho de que ahora, existe unafuerza de trabajo que puede crear valor elevado a tocias aquellaspotencias que posean los trabajos simples que intervinieron

    en su formacin. 0esde que el trabajo simple se emplea para laproduccin de trabajo complejo, eso crea pues por un. ladonuevo valor y por otro, transmite sobre su producto, su valorde uso, que es el de ser fuente de nuevo valor. Consideradodesde el punto de vista de la sociedad, el trabajo simple estlatente hasta que se lo emplea para la produccin de la fuerzade trabajo compleja. Su efecto para la sociedad comienza slocon la activacin de la fuerza de trabajo calificada, a cuyaformacin concurri. En un acto individual de gasto de estaltima, se gasta por tanto una suma de trabajos simples y secrea por consiguiente una suma de valor y de plusvala quecorresponde a la suma de valor que hubiera sido producidapor el gasto de todos los trabajos simples que fueron necesariospara producir la fuerza de trabajo compleja y su funcin, esdecir, el trabajo complejo. As el trabajo complejo desde el puntode vsta de la sociedad, o sea considerado en el plano econmico,aparece como un mltiplo del trabajo simple, por muy distintosque puedan aparecer el trabajo simple y el complejo desdepuntos de vista diferentes, fisiolgico, tcnico o esttico.

    La sociedad paga pues, en lo que debe dar por el productodel trabajo complejo, un equivalente del valor que los trabajossimples hubieran producido si hubieran sido consumidos direc-tamente por la sociedad misma.

    Cuanto mayor os la cantidad de trabajo simple contenidoen el trabajo complejo, tanto mayor es tambin el valor produ-

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    cid o por este ltimo, porque en efecto son muchos los trabajossimples que se emplean al mismo tiendo para la produccindel mismo producto; en suma, el trabajo complejo es realmentetrabajo simple multiplicado. Un ejemplo debera hacer evidente

    cuanto ha sido dicho hasta aqu. Una persona cualquiera poseediez acumuladores con los que pone en accin diez mquinasdistintas. Para la produccin de un nuevo producto necesita otramquina, que exige un impulso mucho ms fuerte. Utiliza en-tonces los diez acumuladores para cargar otro que est en condi-ciones de hacer funcionar esta nueva mquina. Las fuerzas delos acumuladores individuales aparecen ahora como una fuerzanica en el nuevo acumulador, que representa el dcuplo de lafuerza media simple.

    Un trabajo complejo puede contener no slo trabajos simples

    sino tambin trabajos complejos ele otro tipo, que tambin debenno obstante sufrir la habitual reduccin. Cuanto mayor es elnmero de trabajos complejos que intervienen en un trabajo complejo, tanto ms breve ser el proceso de formacin deltrabajo complejo.

    As la teora marxiana del valor nos proporciona el mediopara reconocer los principios en base a los que se verifica el proceso social de la reduccin de trabajos complejos a trabajossimples. Por eso hace del nivel de valor una magnitud tericament e mensurabl e. Pero, cuando Bohm asegura que Marx hubiera

    debido hacer una demostracin emprica de su teora y piensaque esa demostracin hubiera debido consistir en exponer larelacin entre los valores de cambio, los respectivos precios y lostiempos de trabajo, confunde la mensurabilidad terica con laprct i ca. Lo que puedo asegurar en base a la experienciaes el gasto concreto de trabajo necesario para la produccin de unbien determinado. Hasta qu punto este trabajo concreto signi-fica trabajo socialmente necesario, es decir, hasta qu puntotiene un peso en la formacin del valor, slo podra establecerlo si conociese en cada caso el grado de productividad e intensidadrequerido por la fuerza productiva, y adems la cantidad que

    de este bien requiere la sociedad. Pero eso significa pretenderdel individuo lo que hace la sociedad. En efecto, el nico con-tador capaz de calcular el nivel de todos los precios es lasociedad, y el mtodo de que se sirve a ese fin es la competencia.En la medida en que en la libre competencia en el mercado la

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    sociedad trata como una unidad el trabajo concreto consumidopor todos los concurrentes para 1a. produccin de un bien, y lo

    paga slo en tanto su gasto ha sido socialmente necesario,demuestra hasta qu punto este trabajo concreto concurri a lacreacin de valor y establece el precio del mismo en conformidadcon l.

    Precisamente esta ilusin de que la medida terica fuesesimultneamente una medida prctica directa, condujo a lautopa del dinerotrabajo (Arbeitsgeld) y del valor constituido.Esta concepcin vislumbra en la teora del valor no un mediopara individualizar la ley del movimiento de la sociedad

    moderna, sino un medio para alcanzar una lista de precioslo ms estable y equitativa posible.Precisamente la bsqueda de esta lista de precios llev recien-

    temente al seor von Buch8 a una teora que, para llegar aestablecer los precios, debe presuponer nada menos que el precio.Pero, tampoco la teora psicolgica del valor se encuentra enmejores condiciones.

    La misma designa los diferentes grados de satisfaccin de lasnecesidades con cifras determinadas pero elegidas arbitrariamen-

    te; por tanto asume que tales cifras indican los precios que setiene intencin de pagar por los medios que sirven para lasatisfaccin de las necesidades. El procedimiento est enmasca-rado por el hecho de que se presupone no un solo precio sinouna cantidad de precios arbitrarios.

    Pero la demostracin emprica de la exactitud de la teoradel valor se encuentra en una direccin totalmente distinta dela que busca Bohm. Si la teora del valor debe ser la clavepara comprender el modo capitalista de produccin, debe explicar

    sin contradicciones los fenmenos del mismo. Los procesos efec-tivos del mundo capitalista no pueden contradecirla sino porel contrario 'deben confirmarla. Ahora, contesta Bohm. En suopinin, el tercer volumen de El capi t al, en el que Marx no puedeya hacer abstraccin de los procesos efectivos, demostr queestos procesos efectivos no se pueden hacer concordar con laspremisas de la teora del valor. Por eso los resultados del tercervolumen estn en abierta contradiccin con los del primero.

    Frente a la realidad, afirma Bohm, la teora ha fracasado. Estarealidad, en efecto, demuestra que la ley del valor no es enmodo alguno vlida para el cambio, porque las mercancas

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    se cambian ce acuerdo con precios que divergen continuamentede su valor. La contradiccin surge con evidencia cuando seexamina el problema de la cuota media de ganancia. Marx llega su solucin slo abandonando su ley del valor. Esta acusa-cin a Marx de estar en contradiccin consigo mismo, adelantadapor Bohm, se convirti en un lugar comn de la economaburguesa; a travs de Bohm, criticamos aqu, pues, a ios repre-

    sentantes de a crtica burguesa al tercer volumen de El capit al.

    ' 2. 'Va l o r y g a n a n c i a m e d i a

    t| El problema del que debemos ocuparnos es conocido. En las| diversas esferas de produccin, la composicinorgnica del capi| tai, la proporcin entre capital c(constante, consumido en me-

    dios de produccin) y v (variable, consumido en salario) esdistinta. Pero ya que slo la parte variable produce nuevo valor,por tanto tambin plusvala, la masa de plusvala producida porcapitales de igual magnitud vara de acuerdo con la composicinorgnica de estos capitales, o sea de acuerdo a la proporcinen que el capital total se divide en capital constante y variable.Pero entonces tambin la cuota de ganancia, la proporcinentre la plusvala y el capital total, es distinta. Segn la leydel valor, capitales iguales producen ganancias diferentes deacuerdo con 1a cantidad de trabajo vivo que ponen en movimien-to. Pero esto contradice la realidad, en la que capitales iguales,cualquiera que sea su composicin, producen igual ganancia.Cmo se puede explicar esta contradiccin'?

    Escuchemos previamente a Marx:

    Ante todo, es claro que toda la dificultad proviene del hechode que las mercancas no se cambian simplemente como talesmercancas>sino como productos de capi t ales que reclaman unaparticipacin proporcionada a su magnitud en la masa totalde la plusvala, o participacin igual si su magnitud es igual(III, P; 218 [180]).

    Pero, el capital que se anticipa para la produccin de unamercanca constituye el precio de costo de tal mercanca. En

    el precio de costo desaparece para el capitalista la distincinentre el capital constante y el capital variable ( El costo de una mercanca en cuya produccin invierte 100 libras

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    esterlinas es el .mismo para l si invierte en ella 90c j~ IQv quesi invierte 10c 9k>. Son, tanto en uno como en otro caso,.100 libras esterlinas, ni ms ni menos. Los precios de costo sonlos mismos para inversiones iguales de capital en distintas esferas,por mucho que puedan diferir ios valores y las plusvalas pro-ducidos. Y esta igualdad * ele los precios de costo constituye labase sobre que descansa la concurrencia de las inversiones de

    capital, a travs de la cu al. se forma la ganancia media'"'' ( II I,p. 193 [160]).Para evidenciar el efecto de la concurrencia capitalista, Marx

    mtraza el siguiente cuadro, en el que la cuota de plusvala

    vse considera igual, mientras que en el valor del producto entranpartes diferentes del capital constante, de acuerdo con su con-sumo.

    Cuota de Cuota de Valor deCapital plusvala Plusvala ganancia

    CvOYlV/Tf\ 0'l /? fy las mer

    % % cancas

    x, 8()c f~2G 100 20 20 50 90ix. 70c+ 30 100 30 30 51 111

    ni. 60c 4 40v 100 40 40 51 131iv. 85c I5t) 100 15 15 40 70v. 95c + 100 5 5 10 20

    En este cuadro, a igualdad de magnitud del capital total encinco esferas distintas, y dado el mismo grado de explotacindel trabajo, vemos cuotas de ganancia muy distintas, conformesa las diferentes composiciones orgnicas. Pero si consideramostodos estos capitales invertidos en esferas distintas como uncapital nico, del que I a V constituyen slo partes diferentes(as como en las distintas secciones de una fbrica de algodn,cardado, preparacin del hilado, hilado y tejido, existe unarelacin distinta entre capital variable y constante, y por eso sedebe calcular la relacin media de toda la fbrica), tendremos

    * En la edicin del FCE hay un error: dice desigualdad en lugar deigualdad El mismo error en la edicin de Cartago, p. 154, [N. del E.]

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    entonces un capital total == 500, una plusvala de 110 y unvalor total ele las mercancas de 610. La composicin orgnicamedia del capital sera 500 390c j 110o, en porcentaje,78c j 22 a Considerando cada uno de los capitales de 100 como

    un quinto del capital global, su composicin sera esta media de78c f 22, y por lo tanto, a cada elemento de los 100 corres-pondera una plusvala media de 22; por eso la cuota media de ganancia sera del 22'%. Entonces las mercancas deberanvenderse a los siguientes precios:

    hftO

    >m

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    S wy?5 o5 ^

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    costo

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    que las cuotas de ganancia que rigen originariamente en distintasramas de produccin sean muy distintas. Estas distintas cuotasde ganancia son compensadas entre s por medio de la concu-rrencia para formar una cuota general de ganancia, que repre-senta la media de todas aquellas cuotas de ganancia distinta.La ganancia que, con arreglo a esta cuota general, correspondea un capital de determinada magnitud, cualquiera que sea su com-posicin orgnica, recibe el nombre de ganancia media. El preciode una mercanca equivalente a su precio de costo ms la partede la ganancia media anual que, en proporcin a sus condiciones

    de rotacin, corresponde al capital invertido en su produccin(y no simplemente al consumido en ella) es su precio de pro-duccin. . . . 3 Por tanto, aunque los capitalistas de diversasesferas de produccin, al vender sus mercancas, retiren losvalorescapitales consumidos en la produccin de estas mercan-cas, no incluyen la plusvala ni, por tanto, la ganancia produ-cida en su propia esfera al producirse estas mercancas, sinosolamente aquella plusvala y, por tanto, aquella ganancia corres-pondiente a la plusvala o a la ganancia total del capital total

    de la sociedad, sumadas todas las esferas de produccin, en unperodo de tiempo dado y divididas por igual entre las distintaspartes alcuotas del capital global. Cada capital invertido, cual-quiera que sea su composicin orgnica, deduce por cada 100,en cada ao o en cada perodo de tiempo que se tome comobase, la ganancia que dentro de este perodo de tiempo corres-ponde a 100 como parte alcuota del capital total. Para lo queatae al reparto de la ganancia, los distintos capitalistas se con-sideran como simples accionistas de una sociedad annima enque los dividendos se distribuyen porcentualmente y en que, portanto, los diversos capitalistas slo se distinguen entre s por lamagnitud del capital invertido por cada uno de ellos en la em-presa colectiva, por su participacin proporcional en la empresaconjunta, por el nmero de sus acciones (III, p. 198 ss. [164165]). La ganancia media no es otra cosa que la ganancia sobreel capital social medio, cuya suma es igual a la suma de lasplusvalas, y los precios obtenidos del agregado de esta ganancia

    media a los precios de costo no son ms que los valores trans-formados en precios de produccin. En la produccin simple demercancas, los valores eran el centro de gravedad en tornoal que oscilaban los precios. Pero en la produccin capitalista

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    no se trata simplemente de obtener a cambio de la masa devalor lanzada a la circulacin en forma de mercancas unamasa de valor igual bajo otra forma distinta bajo forma eledinero o de otra mercanca diferente;, sino que se trata de sacardel capital invertido en la produccin la misma plusvala o lamisma ganancia que cualquier otro capital de la misma magnitud

    o en proporcin a. su magnitud, cualquiera que sea la rama deproduccin en que se invierta; se trata, por tanto, por lo menoscomo mnimo, de vender las mercancas por sus precios, preciosque arrojan la ganancia media, es decir, por sus precios deproduccin. Bajo esta forma, el capital cobra conciencia de smismo como una potencia social en la que cada capitalista tomaparte en proporcin * a la participacin que le correspondedentro del capital total de la sociedad. Pues bien, si las mer-cancas se vendiesen por sus valores se presentaran, como yahemos visto, cuotas muy distintas de ganancia en las diversasesferas de produccin [ . . . 1 Pero los capitales se retiran dellas esferas de produccin en que la cuota de ganancia es baja,para lanzarse a otras que arrojan una ganancia ms alta. Estemovimiento constante de emigracin e inmigracin del capital,en una palabra, esta distribucin del capital entre las diversasesferas ele produccin atendiendo al alza o a la baja de la cuotaele ganancia, determina una relacin entre la oferta y la de-manda, de tal naturaleza, que la ganancia media es la mismaen las diversas esferas de produccin, con lo cual los valores seconvierten en precios de produccin w* (XII, pp. 239240 [197198]).

    Cul es pues la relacin entre esta teora del tercer volumeny la clebre ley del valor del primero?

    Segn la opinin de BohmBawerjc, el tercer volumen de Elcapital contiene la comprobacin explcita de una contradiccinreal e inconciliable, y la demostracin de que la cuota mediade ganancia igual slo se puede formar si y en cuanto la supuestaley del valor no sea vlida. En el primer volumen, afirma Bohm,9

    * En la edicin del FCE (p, 198, 2 lnea) dice su produccin por"proporcin. No se comete ese error en la edicin de Cartago. [N. del E.]

    Tanto en la edicin del FCE (p. 198) como en la de Cartago(p. 188) dice "medios de produccin por precios de produccin.[N. del .]

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    se dijo que todo el valor se basa slo en el trabajo; el valor eradefinido como el elemento comn que se manifiesta en la relacinde cambio de las mercancas. En la forma y con la autoridad deuna conclusin obligatoria que no admite excepciones, se nosdijo que la equiparacin de dos mercancas en el cambio significa

    que en ellas existe un elemento comn de la misma magnitud;,al cual cada una de ellas puede ser reducible; por eso, prescin-diendo de anomalas momentneas y casuales, que aparecenno obstante como una violacin de la ley de cambio de lasmercancas, en esencia, deben intercambiarse mercancas queincorporan una cantidad de trabajo igual. Y ahora, en el tercervolumen, se nos explica que lo que deba existir segn la doctrinadel primer volumen no existe y no puede existir: las mercancasindividuales se cambian y deben cambiarse entre s necesariay. permanentemente en una proporcin diferente a la del trabajo

    incorporado.Pero, afirma Bohm, ste no es por cierto el modo de explicar

    y conciliar una contradiccin;, l mismo es una abierta contra-diccin. La teora de la cuota media de ganancia y de los preciosde produccin no concuerda con la teora del valor. El mismoMarx, por lo dems, debi prever esta crtica. Y esa previsinexplica precisamente una autodefensa anticipada, que lo es enesencia si no en la forma. Marx trata de hacer plausible a travsde una serie de observaciones la concepcin por la cual, aun-

    que las relaciones de cambio estn directamente dominadas porprecios de produccin diferentes de los valores, todo se desen-vuelve de todos modos dentro de la ley del valor, y por lotanto es siempre esta ley, al menos en ltima instancia, la qupdomina los precios. Contrariando sus hbitos, Marx no desarrollaeste concepto a travs de una demostracin formal y cerrada,sino que proporciona slo una serie de observaciones casualesy paralelas entre s, que contiene diferentes tipos de argumen-tacin que Bohm resume en cuatro argumentos.

    Pero, antes de encarar estos argumentos y la contraargumen-tacin que les opone Bohm, dediquemos alguna palabra a lacontradiccin o retirada de la que Marx se habra hechoculpable en el tercer volumen. En lo que hace a la retirada,quienes hablan de ella olvidan que el primer volumen se publicslo despus de haberse terminado el captulo del tercer volumenque contiene el punto en discusin. En efecto, el borrador de los

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    dos ltimos volmenes de El capit al fue escrito por Marx en elperodo que va de 1863 a 1867, mientras que, como sabemospor una observacin de Engels (III, p. 220 [182], nota 27 [1]), el captulo X del tercer volumen, que contiene la solucin del

    enigma, es de 1865. Por tanto, hablar de una retirada significadecir que Marx avanz una milla y retrocedi una milla, parapoder quedarse en un punto determinado. sta es precisamentela concepcin que la economa vulgar tiene de la esencia delmtodo dialctico, que sigue siendo para ella un verdaderoabracadabra, ya que jams llega a ver el proceso sino slo elresultado terminado, No es muy distinta por lo dems la otraacusacin, la de contradiccin.

    Bohm distingue una contradiccin en el hecho de que, segnel primer volumen, slo se cambian mercancas que incorporanuna cantidad igual de trabajo, mientras que segn el tercervolumen las mercancas particulares se cambian en una propor-cin distinta a la del trabajo incorporado, Verdad! S Marxhubiese realmente afirmado que, prescindiendo de las oscilacionesirregulares, las mercancas se pueden cambiar slo porque enellas se incorpora trabajo en cantidad igual y slo en la propor-cin en que este trabajo igual se incorpora en ellas, Bohm

    hubiera tenido razn. Pero en el primer volumen Marx desa-rrolla slo las relaciones de cambio que resultan cuando lasmercancas se cambian por sus valores, y slo en base a estaspremisas las mercancas contienen igual cantidad de trabajo.Pero el cambio de las mercancas por sus valores no es una condicin del cambio en general, aunque, dadas determinadaspremisas histricas, tal mtodo de cambio es necesario si estaspremisas histricas deben ser reproducidas continuamente porel mecanismo de la vida social. Al, cambiar las premisas hist-ricas, se producen modificaciones en el cambio; el problemaes slo si esas modificaciones deben reconocerse como conformesa las leyes o si pueden representarse como modificaciones de laley del valor. Si es as, la ley del valor domina tambin ahora, aunque sea de forma modificada, el cambio y el movimientode los precios. Pero entonces el movimiento de los precios debeser entendido como una modificacin del anterior, que estabadirectamente dominado por la ley del valor.

    Bohm comete el error, al que lo induce por lo dems sumisma teora, de confundir el valor con el precio. Slo si el valor

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    prescindiendo de diferencias casuales que se compensan rec-procamente y que por tanto se pueden pasar por alto fueseidntico al precio, una divergencia permanente de los preciosde cada una de las mercancas de los valores constituira unacontradiccin con la ley del valor. Marx ya haba hecho alusinen el primer volumen a la divergencia de los valores de losprecios. Por ejemplo, pregunta: "Cmo puede nacer el capital,estando los precios regulados por el precio medio,/que tantovale decir, en ltima instancia, por el valor de la mercanca?y agrega despus: Y digo en ltima instancia;, porque losprecios medios no coinciden directamente con las magnitudesde valor de las mercancas, como entienden A. Smih, Ricardoy otros (, p. 198 J120], nota 37 [38]. Y luego I, p. 253[187], nota 31 [9 ]) : Se parte, en efecto, de la premisa de quelos precios son iguales a los valores. En el libro III veremosque esta equiparacin no se opera, ni aun respecto a los preciosmedios, de un modo tan sencillo.

    No nos parece pues que la ley del valor haya sido eliminadade los resultados del tercer volumen, sino slo modificada enuna direccin determinada. Comprenderemos mejor estas mo-dificaciones y su significado cuando examinemos con mayordetenimiento las siguientes afirmaciones de Bohm.

    Segn Bohm/0 el primer "argumento que Marx adopta parasostener su tesis es el siguiente: aunque las mercancas indi-viduales sean vendidas por encima o por debajo de su valor,estas diferencias opuestas se eliminan recprocamente, y en lasociedad considerando las ramas de produccin en conjunto,la suma de los precios de produccin de las mercancas produ-cidas sigue siendo igual a la suma de sus valores. Ante todo,

    nos asombra. aqu y podremos repetir esta observacin otrasveces, en el desarrollo del anlisis que Bohm defina comoargumento* lo que para Marx es slo una precisin, consecuencialgica de sus premisas. Por cierto, es fcil demostrar despus queen estas observaciones no se oculta ningn argumento.

    Bohm afirma: Marx admite que las mercancas individualesno se cambian por sus valores. En compensacin, atribuye muchopeso al hecho de que las diferencias particulares se compensenrecprocamente. Pero, se pregunta Bohm, qu queda entonces

    de la ley del valor? La misin de la ley del valor es en efectola de explicar la real relacin de cambio de los bienes. Queremos

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    saber por tanto por qu en eJ cambio un vestido vale exacta-mente lo que 20 brasas de lino. Es evidente que se puede.hablar de una relacin de cambio slo entre mercancasindividuales entre s. Pero cuando se toman en cuenta todas las mercancas en conjunto y se suman sus precios, se abstrae necesariay deliberadamente de las relaciones existentes en el seno de estatotalidad. Las diferencias relativas de precio se compensan pues

    en la suma. Por eso, si se responde con la suma de los precios, seelude la respuesta a la pregunta relativa a la relacin de cambiode los bienes. Pero as es como se presentan las cosas. A lapregunta sobre el problema del valor, ios marxistas respondenante todo con su ley del valor, segn la cual las mercancasse cambian en proporcin al tiempo de trabajo en ellas incor-porado; por tanto, invalidan esta respuesta para el sector decambio de las mercancas individuales, o sea precisamente paraese sector en el que la pregunta tiene un sentido, y la conservanen toda su pureza slo para todo el producto nacional en su

    conjunto, o sea para el sector en el que la pregunta no podraplantearse por ser inconsistente. Como respuesta a la precisapregunta sobre el problema del valor, se admite adems quela ley del valor es desmentida por los bechos; y en la nicaaplicacin en la que no es desmentida por los becbos, no cons-tituye en absoluto una respuesta a una pregunta que requiereuna efectiva solucin. No se trata de ningn modo de unarespuesta sino de una tautologa. Si se prescinde de la formadinero, en ltimo anlisis las mercancas se cambian por mer-cancas. La suma de las mercancas es en consecuencia idnticaa la suma de los precios que se pagan por ellas. O, el precio de

    todo el producto nacional en su conjunto no es ms que el mismoproducto nacional. Dadas estas premisas, es verdaderamenteexacto que la suma de los precios que se paga por todo elproducto nacional coincide con la suma del valor o del trabajocristalizada en l. Pero esta afirmacin tautolgica no aumentanuestros conocimientos, ni demuestra la exactitud de la ley,porla que los bienes se cambian en proporcin al trabajo incorpo-rado en ellos. Hasta aqu, Bobm.

    Pero todo este razonamiento se separa de la cuestin. Marxse pregunta cul es el valor total, y Bobm lo critica porque no se

    pregunta por el valor de la mercanca singular. No entiendepor qu Marx apunta a esta precisin. La comprobacin de que

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    la suma de los precios de produccin es idntica a la suma de iosvalores es importante, porque en primer lugar se compruebaque el precio global de produccin no puede ser mayor que elvalor global; pero eso quiere decir, ya que el proceso de for-macin del valor se verifica slo en la esfera de la produccin,que toda la ganancia surge de la produccin y no de la circu-

    lacin, por ejemplo no de un encarecimiento que el capitalistaopere sobre el producto terminado. Segando: ya que ei precioglobal es igual al valor global, tampoco la ganancia global puedeser otra cosa que la plusvala global. De ese modo se determinacuantitativamente la ganancia global; slo basndose en estadeterminacin se tiene la posibilidad de calcular la magnitudde la cuota de ganancia.

    Pero, es lcito hablar de un valor global sin caer en unabsurdo? Bohm cambia el valor de cambio por el valor. SI valorse manifiesta corno valor de cambio, como relacin determinadacuantitativamente segn la cual una mercanca se puede cambiarpor otra. Pero que, por ejemplo, un vestido se cambie por.20 40 brazas de lino no es casual, sino que depende decondiciones objetivas, o sea de la cantidad de tiempo de trabajosocalmente necesario que se contiene en el vestido o en el lino.Estas condiciones deben hacerse valer tambin en el cambio,dominarlo completamente, tienen una existencia autnoma tam-bin prescindiendo de l, de modo que se puede' hablar sindudas de un valor global de las mercancas.11

    Bohm no comprende que el valor en sentido marxiano esuna magnitud objetiva, cuantitativamente determinada. No locomprende porque el concepto de valor de la teora de la utilidadmarginal carece efectivamente de esta determinacin cuantita-tiva. Admitiendo que yo conozca el valor igual a la utilidadmaginal de la unidad de una suma de bienes, valor que meviene dado por la utilidad conservada por la ltima unidadde esta suma de bienes,eso no me permite en modo algunocalcular la magnitud del valor ele toda la suma. Si en cambio

    se me da el valor de una unidad en el sentido en que lo entiendeMarx, me es posible calcular al mismo tiempo el valor de lasuma de estas unidades.

    Lo que se modifica en el pasaje de la produccin simplede mercancas a la capitalista, es la distribucin del productosocial. El reparto de la plusvala no se produce de acuerdo

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    iiiesiDAD c m m m M

    BIBLIOTECA

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    con el gasto de ir abajo que el productor individual utiliz en suesfera para producir plusvala, sino que se regula sobre la impor-tancia del capital anticipado, necesario para poner en accin eltrabajo que crea plusvala. Es claro que el cambio en la distri-

    bucin no cambia en absoluto la magnitud de la suma de plus-vala a repartir, deja inmutable la relacin social y realiza ladistribucin diferente slo con la modificacin del precio dela mercanca individual. Es claro, entonces, que para determinaresta divergencia se debe conocer no slo la magnitud de laplusvala sino tambin la magnitud del capital anticipado* o me-jor, la magnitud de su valor. La ley del valor permite precisa-mente determinar esta magnitud. Por eso puedo sealar fcil-mente las divergencias, si estn dadas las magnitudes de valor.El valor es pues tambin necesario punto de partida terico

    para explicar el fenmeno especfico del precio provocado porla concurrencia capitalista.Por eso toda la polmica de Bobm es tanto ms equivocada

    en tanto Marx, cuando se pregunta qu es el valor total, lohace solamente para aislar, en el seno del valor total, las partesindividuales de este valor total que son importantes para elproceso capitalista de produccin. Lo que le interesa a Marxes el nuevo valor creado dentro de cierto perodo de produc-cin y la proporcin en que este nuevo valor se reparte entrela clase de los trabajadores y la de los capitalistas, proporcio-nando las utilidades de las dos * grandes clases. Es por tantototalmente falso decir que Marx elimina la ley del valor paralas mercancas individuales y la mantiene slo para su suma total.Bohm llega a tal afirmacin slo porque no distingue el valordel precio. AI contrario, la ley del valor, directamente vlidapara el producto social y sus partes, se realiza slo en tantoen los precios de las mercancas individuales producidas segnel modo capitalista se producen determinadas modificaciones con-formes a la ley; pero, esas modificaciones slo pueden enten-derse cuando se descubre el nexo social; y ste es precisamenteel servicio que nos rinde la ley del valor.

    Por ltimo, la afirmacin de Bohm que la suma de las mer-cancas es idntica a la suma de los precios pagados por ellas,es un puro balbuceo. Ante todo, suma de las mercancas y

    * El texto alemn dice drei, o sea tres. Se trata evidentemente deerror. [N. del E.]

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    suma de los precios son magnitudes inconmesurables. Marx diceque la suma de los valores no ya la suma de las mercancas

    es igual a la suma de los precios de produccin.. Aqu la conmen-surabilidad est permitida por el hecho de que tanto los precioscomo los valores son expresiones de diferentes cantidades detrabajo. En efecto, slo si el precio de produccin es cualita-tivamente igual al valor porque ambos son expresin de trabajoobjetivado es posible comparar sus sumas aunque sean cuan-titativamente distintos.

    Por cierto, Bobm considera que en ltimo anlisis las mer-cancas se cambian por mercancas; por eso la suma de losprecios es idntica a la suma de las mercancas. Pero aqu, lhace abstraccin no slo del precio sino tambin del valorde las mercancas. El problema es: dada una suma de mer-cancas en partes, peso, etc., cul es la magnitud de su valoro de su precio, desde el momento en que, para el producto social,coinciden? Este valor o precio es la magnitud de una deter-minada cantidad de dinero, totalmente distinta a la suma de lasmercancas. Marx busca precisamente esta magnitud, que segnsu teora debe contener la misma cantidad de gasto de trabajoque la suma de las mercancas.

    Tanto el primer argumento como los siguientes deben sea-lar slo hasta qu punto la ley del valor es vlida directamentesin modificaciones. Naturalmente, para Bohm es fcil demostrarque de ese modo no se prueba la modificacin de la ley delvalor, modificacin que ya Marx haba sealado antes comonecesariamente derivada de la naturaleza misma de la concu-rrencia capitalista, y que aqu presupone permanentemente.

    Con su crtica al segundo argumento se verifica lo mismo.Marx dice: La ley del valor preside el movimiento de los pre-cios, ya que al disminuir o aumentar el tiempo de trabajo nece-sario para la produccin los precios de produccin aumentano disminuyen (III, pp. 219222 [183184]). Pero Bohm pasapor alto la condicin en base a la cual Marx establece esta

    propuesta. En efecto, Marx dice: cualquiera que sea el modocomo se regulen o fijen los precios de las distintas mercancasentre s, su movimiento se halla presidido siempre por la ley del

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    valor'. Bohm pasa por alto esta afirmacin y reprocha a Marxque no tenga en cuenta que el trabajo es una de las fuentes delprecio* pero no la nica como pretendera su teora, x esto seraun error lgico tan garrafal que sorprende que Marx lo hayadejado escapar. Pero Marx dice, y en este pasaje no quieredecir ms que esto: ''Variaciones en el empleo del trabajoconllevan variaciones de los precios, y por tanto, una vez dadoslos precios, su movimiento se regula sobre el movimiento de laproductividad del trabajo". El error corresponde pues totalmentea Bohm; le hubiera bastado dar la cita completa para ahorrarsesus objeciones.

    En cambio son mucho ms importantes las objeciones queBohm plantea seguidamente contra las tesis de Marx. steconcibe la transformacin del valor en precio de produccincomo un proceso histrico; as resume Bohm este punto consi-

    derndolo el tercer argumento: la ley del valor segn Marxdomina con intacta autoridad el cambio de las mercancas enciertos estadios primitivos, en los que la transformacin de losvalores en precios de produccin no se ha cumplido todavaPero Marx no desarroll de modo claro esta tesis, ms bienla insert en el resto de la exposicin.

    As es como expone Marx las condiciones necesarias para quelas mercancas puedan ser cambiadas por sus valores. Suponeque los trabajadores estn en posesin de sus medios de produc-cin, trabajan por trmino medio con igual duracin e intensidad

    y cambian directamente sus mercancas. Por eso, en el curso deuna jornada dos trabajadores con su trabajo agregan a su productouna cantidad igual de valor nuevo, pero el producto de cadauno tiene distinto valor, de acuerdo con la cantidad de trabajoincorporado anteriormente en los medios de produccin. Esj;altima parte del valor* representa el capital constante de la eco-noma capitalista; la parte de valor nuevo usado para los mediosde subsistencia del trabajador representa el capital variable; laparte de valor nuevo restante representa la plusvala que corres-ponde al trabajador, Por eso, ambos trabajadores, deducida la

    retribucin por la parte de valor "constante anticipada sola-mente por ellos, reciben valores iguales; pero la relacin entre laparte que representa la plusvala y el valor de los medios deproduccin que correspondera a la cuota capitalista de ganan-cia es diferente para los dos. Sin embargo, ya que cada uno

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    es resarcido en el cambio por el valor de los medios" de produc-cin, esa circunstancia es del todo indiferente, "El cambio de lasmercancas por sus valores o aproximadamente por sus valorespresupone, pues, una fase .mucho ms baja que el cambio a baseele los precios de produccin, lo cual requiere un nivel bastanteelevado en el desarrollo capitalista. Prescindiendo de ladominacin de los precios y del movimiento de stos por la leydel valor, es, pues, absolutamente correcto considerar los valoresde las .mercancas, no slo tericamente sino histricamente, co-mo el prius de los precios de produccin. Esto se refiere a losregmenes en que los medios de produccin pertenecen al obrero,situacin que se da tanto en el mundo antiguo como en el mundomoderno respecto al labrador que cultive su propia tierra y respecto al artesano. Coincide esto, adems, con nuestro criterioexpuesto anteriormente de que el desarrollo de los productos

    para convertirse en mercancas surge del intercambio entre di-versas comunidades y no entre los individuos de la misma comu-nidad. Y lo que decimos de este primitivo estado de cosas esaplicable a estados posteriores basados en la esclavitud y en laservidumbre y a la organizacin gremial del artesanado, en la medida en que los medios de produccin pertenecientes a unarama de produccin determinada slo pueden transferirse condificultad de una esfera a otra y en que, por lo tanto, lasdiversas esferas de produccin se comportan entre s, dentro de

    ciertos lmites, como si se tratase de pases o colectividadescomunistas extranjeros los unos a los otros (II , pp. 219220[181182]).

    Ahora Bohm plantea gravsimas objeciones internas y exter-nas contra estos razonamientos. Afirma en efecto que son inter-namente improbables y que tambin la experiencia atestigua ensu contra, Para demostrar tal improbabilidad, Bohm transformaen cifras el ejemplo utilizado por Marx, Y lo hace de estemodo: el trabajador I representa una rama de la produccin que

    tcnicamente requiere una cantidad relativamente grande decostosos medios de produccin preparatorios, en cuya produccinutiliza cinco aos; se necesita emplear otro ao para llevar atrmino el producto. Por tanto, l mismo fabric sus medios deproduccin; por eso slo despus de seis aos entra en posesinde la retribucin por su trabajo. En cambio, el trabajador II despus de slo un mes llev a trmino el producto terminado

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    y por eso despus de un mes recibe ya la retribucin por suproducto. Pero en la hiptesis de Marx no se considera en abso-luto esta diferencia de tiempo en recibir la retribucin, mientrasque en cambio el retraso de un ao en el pago del trabajo

    constituye tambin un hecho que debe ser compensado, Enefecto, afirma Bohm, las distintas ramas de la produccin no sonde ningn modo accesibles a todos los productores por igual;las que requieren una mayor inversin de capital son accesiblesa una minora cada vez ms reducida. Por ello, la oferta enestas ltimas ramas sufre una cierta limitacin, por lacual elprecio de sus productos se aumenta por encima del nivel relativorespecto de esas ramas en las que se acta sin la odiosa con-dicin accesoria de la espera. El mismo Marx reconoci que enestos casos el cambio por los valores lleva a una desproporcin.

    En su opinin, se manifiesta en el hecho de que la mismaplusvala se representa en desiguales cuotas de ganancia. Peroahora surge un problema: por qu no puede la concurrenciaeliminar esta desigualdad, como ocurre en la sociedad capitalista?Marx responde que para los dos trabajadores lo esencial es recibirvalores iguales por un mismo tiempo de trabajo, una vez dedu-cido el valor del elemento constante anticipado, mientras quelas diferencias de cuotas de ganancia son indiferentes para ellosascomo para los modernos asalariados es indiferente cul seala cuota de ganancia en que se expresa la cantidad de plusvalaque de ellos se extrae.

    Pero para Bohm este paralelo es equivocado. En efecto, lostrabajadores modernos no reciben la plusvala mientras quelos dos trabajadores del ejemplo la reciben. Por eso no es enabsoluto indiferente la medida en la que se les asigna, si esde acuerdo con el trabajo proporcionado o con los medios de pro-duccin anticipados. La desigualdad de las cuotas de ganancia,por tanto, no puede estar motivada por el hecho de que el nivelde las cuotas de ganancia sea del todo indiferente para quienesparticipan en ellas.

    Las ltimas frases son un ejemplo tpico del modo de pole-

    mizar de Bohm. Pasa totalmente por alto la argumentacin real del adversario y presenta en cambio un ejemplo ilustrativo, quedespus l mismo interpreta falsamente, como una presuntademostracin, para anunciar despus triunfalmente que un ejem-plo no es una demostracin. La diferencia que aqu nos interesa

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    se da entre la concurrencia precapitalista y la capitalista. Laprimera, dominando el mercado local, produce en el mismo un

    nivelamiento de los diferentes valores individuales a un solovalor comercial; la concurrencia capitalista provoca la transfor-macin del valor en precio de produccin. Pero esto le resultaposible slo porque puede transferir a su placer capital y dinerode una esfera de, produccin a otra; y esta transferencia sepuede producir slo si no es obstaculizada por impedimentosjurdicos y materiales; es decir prescindiendo de circunstanciassecundarias cuando se haya instituido la libre circulacin del

    capital y de los trabajadores. Esta concur rencia para las esferasde i nversin es imposible en cambio en los estadios precapitalstas,y por eso es imposible tambin la nivelacin de las diversascuotas de ganancia. Estando, planteadas as las cosas, ya queel trabajador que produce por su propia cuenta no puede cam-biar a su gusto la esfera de produccin, la diferencia de lascuotas de ganancia dada una masa igual de ganancia (=* plus-vala) es para l indiferente, as como para el asalariado es

    indiferente cul sea la cuota de ganancia en que se expresala plusvala que se le extrae. En ambos casos, el t ert i um corpo-rations es que lo que interesa a los trabajadores es la masa deplusvala. En efecto, reciban o no plusvala, en ambos casosdeben producirla trabajando. Pero lo que les interesa es preci-samente la duracin de su trabajo. Si queremos expresarlo encifras: supongamos que dos productores trabajan para s; unoemplea medios de produccin por valor de 20 marcos, el otropor 10 marcos, y cada uno agrega diariamente un nuevo va-lor 20 marcos. El primero recibir por su producto 40 mar-cos, el segundo 30; en el primer caso debern ser reconvertidosen medios de produccin 20 marcos, en el segundo 10, de modoque a los dos les quedaron 20 marcos. Ya que no pueden cambiara su gusto la esfera de produccin, la desigualdad de la cuotade ganancia es indiferente para ellos. De los 20 marcos que lespertenecen, diez representan la parte usada para los mediosde subsistencia, por tanto en trminos capitalistas su capital

    variable; los otros 10 constituyen la plusvala. En cambio, paraun capitalista moderno las cosas se producen de un modo com-pletamente distinto: en la primera esfera, debe invertir su capital

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    de 30' marcos en. 20c 4 lO.* para obtener 10 m; en la segundaesfera debe/da invertir el mismo capital en 15c f y obtenerI5m. Ya que el capital puede transferirse a gusto, he aqu elverificarse de la concurrencia en las inversiones de capital hastala igualacin de las ganancias, lo que se produce cuando losprecios no se fijan a 40 y 30, sino a 35 marcos para ambasesferas.

    Pero la polmica ele Bohm celebra su triunfo en la ilustracinnumrica del ejemplo que proporciona Marx. En esta ejemplificacin, la produccin simple de mercancas, presupuesta porMarx, se transforma en un abrir y cerrar de ojos en produccincapitalista. De qu otro modo se puede interpretar el hechode que Bohm provea a un trabajador de los medios de subsistencia para cuya produccin fueron necesarios cinco aos, mien-tras que los medios de produccin del segundo estn listos enun da? No presupone esto acaso diferencias en la composicin

    orgnica de los capitales, que a este nivel son ya el productodel desarrollo capitalista? Los medios de produccin de losartesanos que trabajan para s, que presenta Marx, son instru-mentos relativamente simples; no existe una gran diferencia devalores en las diversas esferas de produccin. Cuando son instru-mentos de cierta importancia( por ejemplo, batanes), pertenecenpor lo comn a la corporacin o a la ciudad, y cada miembrode la corporacin los utiliza de manera no relevante. En losestadios precapitalistas, el trabajo muerto tiene en general unpapel menor que el trabajo vivo. Pero, aunque las diferencias

    existentes no sean de importancia, provocan no obstante ciertadiferencia de las cuotas de ganancia, cuyo nivelamiento es imperdi do por las artificiosas barreras de que se circunda cada esferade produccin. Pero, cuando los medios de produccin son muchoms importantes que el trabajo, se sustituye en seguida la em-presa cooperativa, que se transforma rpidamente en empresacapitalista y obtiene por lo dems, de hecho o de derecho, unaposicin de monopolio (las minas!).

    Adems, Marx presupone trabajadores que cambian sus pro-ductos entre s. Bohm lamenta la injusticia nsita en el hecho

    de que uno de ellos despus de haber trabajado durante seis* El texto alemn dice 20c j 15 Consideramos natural hacer la

    correccin que trae tambin la edicin de Monthly Review Press y 3a italiana.[N. del E.)

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    aos, reciba slo el equivalente de su tiempo ds trabajo y nose le agregue una indemnizacin por el perodo de espera.Pero si uno debi esperar seis aos para la ganancia;, el otro& su vez debi esperar otros seis para el producto; debi alma-cenar sus productos para poder cambiarlos, despus de seis aos,

    por el trabajo del primero finalmente terminado. No existe puesningn motivo que justifique una retribucin. En realidad, laafirmacin de divergencias tan importantes en los perodos detransformacin, es tan poco histrica como la afirmacin respectode la composicin ce los capitales.

    Pero Bohm no se limita al Medioevo, Encuentra tambinen el mmelo moderno condiciones que responden a la hip-tesis de Marx. Tales condiciones se encuentran, como sealel mismo Marx, en el campesino propietario de tierra o en el

    artesano. stos deberan por tanto obtener una entrada igual,sea que su capital invertido en medios de produccin asciendaa los 10 florines o a 10.000 florines, mientras que la realidad esevidentemente muy distinta. ]Lo es, por cierto! Y por otra, parte,Marx nunca afirm que en el mundo moderno se puedanformar los precios por dos vas diferentes, segn el producto seafabricado por capitalistas o por artesanos. Por mundo modernoMarx no entiende aqu el mundo capitalista lo que constituyeun increble equvoco de Bohm sino el medieval en contrapo

    sxcin al antiguo, como surge de t