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^ _Ilunuummuununmmuuuullluluuuuuluumuuuuuunmumunuuulunmunuuummmuumnuunmuumlu-- = MINISTERIO DE AGRIC'ULTURA =_ __ SECCION DE PUBLICACIONES, PRENSA Y P[tOVAGANDA = - IInIIIIIIIIIIII11111111111111IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII1111111111111111111111IIIIIIIIIIIIII11111111Hlllnllllllllllllllllllllllllllll IIIIIIIIIII:1111111111 ^ __ I^0_JAS DI_VULGA_DORAS_ _ _ ^ - - AfVO XXXIV i E N E R O, 1 9 4 2 II 2.° SERIE. N.° 1= .-°IIIIIIIIIII IIIIIIIIIII IIIIIIIIIIIIII IIIIIIIII IIIIIIIIIIII III III III IIIIII IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIdllllllllll III I Ifllll Illlllilllllllllli'r' =^IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIL - Cuándo es acoose^ahle el cu{tiufl de plaatas medicinales = _ _ ]'or 1\7.4ti^u^a. DZnvu^ÑO I^o^. __ Ingeniero Agrónomo. _ Plantacil"^n rcciente de renue^^u. ^le menta Iliherita, {le cu}^a< huja: ĉ =_ >umidade^ ^c c^tr^u^ la cscncia llc tncnta ^^ cl mcntl^l. _ . _ I:n la I I11^.^ 1)I^-^-I.I,:^I^olzn níini. ;, cclrre>I^r,l^lliente al Inc^; _ clc ahril clcl ^^asall<{ aiiu, ^>ttl{li^canins un trallajl{ titti- _ lalln "Las I{lanta>; mcllicinalcs en Ia^^aiia", rlur j^rc- _ tcndía clcmust^rar la inil,urYr.tncia l^uc ésta; tc^iían cn = Ilillllllllllllllllllllllllllllllllllllilllllllllllllllllllllllllllll IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIilllllllllllllllllll^' Estas Ho7.4s. se remiten gratis a quicn las pida a la Secci^n de Puillicaciones, Preusa y Propa^anda, del Ministerio de Agricultura. ^ ^' (U^ T.

- Cuándo es acoose^ahle el cu{tiufl de plaatas medicinales · (matricaria, malva, pelitre). o sumidades (ruda, melisa, albahaca). La ex-^tracción de las drogas de raíces (valeriana,

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^

_Ilunuummuununmmuuuullluluuuuuluumuuuuuunmumunuuulunmunuuummmuumnuunmuumlu--

= MINISTERIO DE AGRIC'ULTURA =___ SECCION DE PUBLICACIONES, PRENSA Y P[tOVAGANDA =

- IInIIIIIIIIIIII11111111111111IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII1111111111111111111111IIIIIIIIIIIIII11111111Hlllnllllllllllllllllllllllllllll IIIIIIIIIII:1111111111 ^

__ I^0_JAS DI_VULGA_DORAS_ __ ^ -- AfVO XXXIV i E N E R O, 1 9 4 2 II 2.° SERIE. N.° 1=

.-°IIIIIIIIIII IIIIIIIIIII IIIIIIIIIIIIII IIIIIIIII IIIIIIIIIIII III III III IIIIII IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIdllllllllll III I Ifllll Illlllilllllllllli'r'

=^IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIL

- Cuándo es acoose^ahle el cu{tiufl de plaatas medicinales =_ _]'or 1\7.4ti^u^a. DZnvu^ÑO I^o^. __

Ingeniero Agrónomo. _

Plantacil"^n rcciente de renue^^u. ^le menta Iliherita, {le cu}^a< huja: ĉ =_>umidade^ ^c c^tr^u^ la cscncia llc tncnta ^^ cl mcntl^l. _. _

I:n la I I11^.^ 1)I^-^-I.I,:^I^olzn níini. ;, cclrre>I^r,l^lliente al Inc^; _

clc ahril clcl ^^asall<{ aiiu, ^>ttl{li^canins un trallajl{ titti- _

lalln "Las I{lanta>; mcllicinalcs en Ia^^aiia", rlur j^rc- _

tcndía clcmust^rar la inil,urYr.tncia l^uc ésta; tc^iían cn =

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Estas Ho7.4s. se remiten gratis a quicn las pida a la Secci^n dePuillicaciones, Preusa y Propa^anda, del Ministerio de Agricultura.

^ ^' (U^ T.

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nuestra nación, riqueza hasta ahora prácticamente desaprovechada por

nosotros, no obstante sus posibilidades de aplicación para las necesidades

nacionales y fortnar parte del corto número de materias primas españo-

las que cuentan en la actualidad con mercado de exportación. Tambiénind'icábatnos en el artículo mencionado que debía fomentarse` el ctxltivo

de las especies oficinale5 y sólo utilizarse la flora espontánea en aquellos

casos en que la cotización de la droga no consintiera los gastos culturales.

Cuanto más apropiadas sean las condiciones en que se intenten producir

las plantas, tanto menores serán dichos gastos, lo que hará posible nuevos

cultivos o elevará el rendimiento económico de los ya existentes. Porello; nos vamos a ocupar en las páginas siguientes de los requisitos que

deben cumplirse para la obtención racional de plantas rnedicinales. ^

Nuestras características de clima y suelo permiten obtener tan nume-

rosas como excelentes drogas vegetales, pero para ello el agricultor ha de

procurar aprovechar convenientemente estos magníficos factores naturales,

o, lo que es igual, debe aspirar siempre a obtener una mercancía de ex-

celente calidad, único medio de que el mercado nacionál abandone la có-

moda postura de importar lo que preĉise y de que la demanda extranjera

nos abra nuevos horizontes. Este metódico esmero en la producción re-

quiere constancia y ciertos conocimientos, no por s.encillos menos nece-

sarios. A cambio de esto se conseguirá un progresivo beneficio, que si

pocas veces alcanza proporciones considerables, con frecuencia implica

un sumando importante en la total ganancia de la explotación. Por ello,quien no esté propicio a reaHzar con perr,everancia un cultivo esmera-

do, . no conozca las elementales características de esta producción o

sólo pretenda aprovechar una coyuntura favorable al lucro inmode-

rado, no debe dedicarse al cultivo de vegetales oficinales. '

Esto en cuanto al hombre. Respecto al tipo de explotación conveniente,

ha de considerarse que esta clase de producción requiere mucha mano

de obra en las épocas de siembra o plantáción y recolección, sobre todo

si se trata de drogas de hojas (e ŝtramonio, beleño, laurel-cerezo), flores

(matricaria, malva, pelitre). o sumidades (ruda, melisa, albahaca). La ex-

^tracción de las drogas de raíces (valeriana, malvavis^co,^ruibarbo) también^

requiere muchos jornales, pero, por realizarse aquélla a fines de otoño 0

principios de invierno, el problema que plantea su recolección es de más

fácil solución que el de las sumidades, flores u hojas. Se ve, pues, que esta

clase de cultivos resultan muy apropiados para el tipo de huerta familiar,

ianto por contar en ella con el eventual suplemento de mano de obra

suministrado por las mujeres y íos chicos, como por el más eficaz y uni-

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form4 adieUtramiento de este personad, ^lo que repercute en la homogenei-dad cualitativa de ]a producción.

I^especto a la srip^e^r^ici,e que deba destinarse a estos cultivos, se com-hrendc que no ^es posible cifrarla, puesYo que depende del número de miein-bros de la familia, mayor o n^enor facilidad de asalariados eventuades„capa-cidad econóinica, condiciones de mercado, etc. ; pero ha de significarse quesi perjudica d^edicar a este esquilino una e^aensión superior a las posibilida-des del cultivacíor, tampoco es conveniente utilizar parcelas e^tremada-

L-na parcela de valeriana, cuya raíz, de olor característic^o cuando scca, entra en lacomp^isiciún de preparados coutra lo^ trastorn^^s nerviutos.

u^ente pequeñas, que íorzosatuente elevan el precio dc coste. ^n muchos

casé^s plieden tomarse los cien metros cuadrados como límite míuirno con-

veniente.

La esplotación estensiva de plantas medicinales sólo ^s aconr^ejahle

en cl^ caso cle tratarse de ^randes e^npresa^ qtie, dotadas de snficiente

]^crs<mal v medios de ctiltivo, recolección ^^ clesecación, procltizcan ]a n^a-

teria 1^>riina nccesaria para sus necesidadec c^ tengau ^r^anizada la venta

eu gran escala; o si se trata cle círogas de grano (anís, comino, cilantro), ya

c^ur los gastos cle re^colección y de desecación se aminoran e<^nsiderable-

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mente con relación a las drogas de hojas, sumidades o flores. Ejemplos

de cultivos de estas especies tenemos en las provincias de Cuenca, Jaén,Toledo, CórdoUa, etc.

Un principiante debe sieinpre iniciar sus culEivos en tal extensión y

con aquellas especies (poleo, manzanilla, hinojo) que su cosecha pueda

satisfacer la demanda familiar, caso de que la calidad, desconocimientodel mercado u otras circunstancias, aun inconsideradas, no le permitieran

su venta en forma remuneradora. '

El carácter de rusticidad atribuído a muchas plantas medicinales, en

menor número, sin embargo, de lo que vulgarmente se cree, no debe ^con-

fundirse con la falta de exigencias dé clima y suelo. Por pequeñas queéstas sean en determinadas especies, siempre existen y deben ser tomadas

en consideración, habida cuenta de la idea fundamer,tal que debe pre-sidir, esta claŝe de producción : obtener planta de excelente calidad, es

decir, con gran riqueza en principios activos. Así, mientras el pelitre pre-

fiere terrenos secos, la salicaria va bien en los húmedos, el espliego ^°n

los calizos y la digital en los silíceos. En tanto que la menta da su mayor

porcentaje en esencia hacia los r.ooo metros de altitud, la lobelia diemi-

nuye constantemente en alcaloides por encima de los 70o metros y la

cebollZ albarrana prospera mejor al nivel del mar; y mien.tras el ricino

exige situaciones soleadas, el Hydrastis necesita para su desarrollo una

sombra tupida.

Elegidor, terreno y climá apropiados, es fundamental disponer de sc-

millas o purt,es de pla,nt.as selectas, sin que en su adquisición se deba es-

catimar nada, ya que el coste de una simiente buena quedá ^obra-

damente compensado con el mayor rendimiento del cultivo. La elec-

ción de uno u otro de los procedimientos de multiplicación de-

pende de las circunstancias que ^concurran en cada especie, y así podrían

citarse numerosos ejemplos, desde el espliego, que puede obtenerse por

semilla, por esqúejes sémiherbáceos, por trasplante de individúos jóvenes

o por división de pies viejos, ĥasta la menta piperita, que no fructifica

generalmente, pero que, aunque madure el grano, no conviene emplearlo^ara reproducción, ya que es esta variedad producto de una triple hibri-

dación, por lo cual sólo un pequeño número de las plantas nacidas de la se-

milla serían de características análogas a los progenitores, mientras que la

mayor parte retrocederían a]as formas originarias o tendrían peculiari-

dades nuevas que alterarían el aroma.

Por lo poco desarrollado que está todavía el cultivo de plantas medi-

cinales, no es fácil encontrar en el comercio simientes-y menos aún plan-

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tas-que ofrezcan la suficiente garantía. Acíemás, salvo raras excepciones,

las casas vendecloras no aseguran la calidad en cuanto. a fa^cultacl germi-

nativa e identificación de ]a especie o variedad, pues, sobre todo para estaúltima comprobación, tropiezan con serias dificultades los comerciantes de

buena fe que quieren expedir mercanĉ ía selecta. Por ello, cacla vez se hace

más uecesario el establecimiento de un Regir,tro de variedades y ln•oce-

dencias, no sólo de especies medicinales, sino hortícolas, forrajeras e in-

Para la siembra cíe un área de beleño, en líneas a medio inetro de separacieín, seprecisan unos cien gramos de semilla previamentc tratada con agua caliente durante

seis horas.

dustriales, aparte de la conveniencia de limitar las clases comerciales a

las más adecuadas e imprescindibles.)3ntre tanto, todo cultivador que piense inici<1r una producción de dro-

gas vegetales debe intentar por todo ŝ los medios adquirir grl,no o planta

escogida, aunque sólo sea en la pequeña cantidad suficiente para empren-

der una multiplicación. A tal fin, el Servicio de Plat^,tas DZedicinales cle

la Dirección General de Agricultura suministra a quien lo solicite pe-

queiias muestras de semillas cíe aquellas espe^cies que tiene actualmente

en cultivo en su campo de experimentación.

Los ensayos sobre aban.a^d^o de plantas medicinales son numerosísimos,

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y esta misma abundancia, unida a la falta de unas normas internacionales

que pudieran hacer cómparativos los resultados, dificulta extraordinaria-

mente la interpretación de éstos, no siempre .concordantes. Así, el esplie-

go en suelos calizos produce mayor contenido total de esencia que en te-

rrenos silíceos, pero mientras este incremento ^e refleja en las propor-

ciones de ciertor componentes (fenol y carvacrol), la cantidad de otros

(timol) es mayor en la segunda clase de tierras. Además, en estos culti-

vos es erróneo aspirar sólo a elevar el rendimiento cuantitativo, pues,

^por ejemplo, una fuerte dosis nitrogenada, de no ir acompañada de las

correspondientes de potasa y forfórico, origina una vegetación exuberante,

pera, con frecuencia, acompañada de alteraciones en la composición quí-

mica del principio,activo o en los ^caracteres arganolégticos de la droga,que hacen desmerecer su calidad, más aún si se considera la sensibilidad

de los conocedores, de cuya finura da idea el hecho de apreciar en el

aroma de la menta piperita si está abanada con estiércol o con materias

fecales. Ahora bien : desgraciadamente, rió está aún aclarada la accián

de Ios elémentos fertilizantes sobre la forniación dé los principias activos,

y ello, unido a las grandes oscilaĉiones que experimenta el contenido deé6tos, aun déntro del mismo día, hace iinposible dar normas concretas y

sólo cahe realizar la experimentación en cada caso según las normas dadas

por el Servicio de Plantas Medicinales.

Las considerácionés generales qué pueden hacerse sobre labo^res pre-

p^aratorias, si,e^i^ibra y cui^d,a^d,os culturales de plantas medi^cinales, de per-

fume o candimentárias, son idénticas a las que figuran en cualquier tra-

tado de horticultura. Las escardas, 'siempre necesarias, lo son más cuandó

se utiliza como droga toda la planta, ya que en este caso nó uólo perjudi-

can las malas hierbas la vegetación de aquélla, al mermarle espacio y ali-

mentos, sino que cleprecian su valor comercial, al venir mezclada en la

recolección con especies extrañas, cuándó no perjudiciales.También conviene una constante vigilanciá de la plantación con vis-

tas a atajar ias plag^as, bien de origen animal (pulgones, altica, etc.) o ve-

getal (royas, peranospora, et^c.). En su lucha debe considerarse que en la

estimación de un cultivo medicinal intervienen tres factores difíciles de

cons.ervar íntegramente con muchos de los procedimientos utilizados :

rendimiento, calidad y aspecto. Por lo ^tanto, la orientación a seguir es

el empleo de variedader resistentes.y si hay que recurrir a medios de lu-

cha, usar, por orden de preferencia, los mecánicos, físicos y químicos.

La yecalección de las drogas debe efectuarse en el momento de ma-

yor riqueza en prinCipio activo y supeditar a dicha época la de máxi,mo

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rendinliento eu cantidad. ^un para una especic dada, no sicmpre es fácil

detcrminar esc iustante ; pero, a título de orientación, puecíc decirse que

las raí^ces, rizonlas, bulbo5 y tubérculos sc recolectan en el otoño o prin-

cipio del invierno del prinler año de ctiltivo para ]as especies bisanuales

(angélica), y del segun^lo o tercer ailo, para las p^ercunes (genciana), pues

]uás tarde se hacen, en general, demasiado •leñosas y propensas a eu-

fe.]'111C(lade5.

Las hojas deben recogerse en el momento de ]ná^ima^ energía vege-

])el malvavi,co se utiliza priucipalmente, como droga, 1a raíz reco^ida en el otoñodel segunclo año. En menor escala, también son empleadas ]as hojas ^• ftores.

tativa que antecede a la floración (belladona, estramonio). Hay plantas

en las que interesa aprovecllar ]as sulnidader, florales, es clecir, la parte

tenuinal del tallo provista de hojas y flores, y entonces será nloll ^ento

oporttmo el de la floraci^u (ruda, salvia). Cuando sólo se trata de flores,

conviene a veces que no estén completamente abiertas (malva, rosa), y

aun en ciertos casos, se recolectan los botones florales (pelitre, á]-^lica).

Los frutos carnosos se cogen cuando están en plena madurez (enebro),cl un poco autes en aquellos casos en que rápiclaulente se hace su .pulpa

viscosa o alterable (groséllero). I?n ^cuanto a los frutos secos, es el nio-

mcnto oportuno, en general, al iniciarse la ]nadurez (unlhelíferas), y en

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aquellos dehiscentes (es decir, que se abren espontáneamente), antes de

iniciarse su desecación natural, para evitar alteraciones pasibles al quedarel interior del fruto en contacto con el aire.

No sólo hay que corlisiderar la época de recolección, ya que también

con la hora del día sufre oscilaciones el contenido en glucósidos, esencias,

etcétera, de las drogas. Tal es el caso de las pertenecientes a la familia

de las Solanáceas, cuya riqueza en alcaloides sufre variaciones diarias

hasta del a5 por ioo. Como precauciones de caráctér general deben ob-servarse las siguientes:

r.° Las plantas no estarán húmedas por la lluvia o el rocío, lo queimpediría una buena conservación.

z.° Las partés fres^cas recolectadas se evitará que sufran magulla-mientos, que alteran el color y dificultan' 1a desecación.

3.° Las plantas u órganos de las mismas no se amontonarán mien-

tras aun estén frescos, defecto frecuente en las explotaciones desprovis-

tas de espacio apropiado para 1a desecación.

4° Se procurará obtener una mercancía lo •más limpia posible de

tierra, basura o malas hierbas, ya que estas impurezas rebajan extraor-dinari^ámente su valor.

La desecación de hojas, sumidades, flores y raí^ces tiene por objeto

extraer el contenido acuoso y mantener el color más parecido al de laplanta fresca. En regiones de poca humedad ambiente puede utilizarse

como fuente térmica el ealor natural, siempre que una corriente de aire

puro y seco separe de la materia vegetal tratada al vapor de agua des-

prendido. En caso contrario, habrá que recurrir a la desécación artificial,

para lo. que se han ideado diversos aparatos, de los que nos ocuparemos

en otra ocasión. Naturalmente, esfe segundo procedimiento eleva el coste

de preparación de la droga y no, es asequible a pequeñas explotacionefsde carácter hortícola.

Cuando no se dispone de bastante superficie para la desecación, es

ĉorriente formar con las plantas montones demasiado altos, para cuyaventilación se precisa removerlos con frecuencia, inconvenientes ambos

que dificultan el proceso que se intenta des^rr411ar, al magullarse las hier-

bas, hojas y flores, no mantenerse el color y ser alterado el contenido en

principio activo.

Contra lo que a primera vista pudiera creerse, no es ^^onveniente ladesecación a pleno sol, que por su a^cción rápida e intensa puede modifi-

car los caracteres organolépticos de la droga y disminuir su riqueza eri

substancias volátiles. Por lo tanto, lo más conveniente es la desecación

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entre sol y sombra, mejor aún utilizando locales cubiertos (graneros, al-macenes, cobertizos, etc.) que preserven a la mercancía de las inclemen-

cias del tiempo. Las plantas se dispondrán en capas delgadas y bien ven-tiladas, y por esto debe existir sietnpre cierta Proporción entre el local

de desecación y la superficie cultivada, que pu.ede cifrarse para aquél enla décima parte de ésta.

Cuando se vayan a desecar raíces gruesas (inula, apio de montaña), setrocearán previatnente en sentido longitudinal; las fasciculadas (augélica,

Aunque, hoy surgen nuevos veg^etales de aplicaciones insecticidas (Tephrosia, De^rris, etc.) por su coñtenido en rotenona, es el pelitre la planta awi más utilizada

para fabricar ,polvos y extractos cuyo principio activo es la piretrina.

valeriana) se dividirán en pequeños manojos; en el caso particular de

]as raíces de malvavisco, es conveniente mondarlas.

Rerpecto^a la temperatura apropiada para la desecación, no debe pa-

sar, en general, de los treinta a treinta y cinco grados centígrados. No

obstante, para las flores de manzanilla y las hojas de menta o melisa,

dicha temperatura es la óptima, y si está dispuesta la mercancía en capas

delgadas suficientemente aireadas, quedan desecadas a las seis o siete

horas. Otrar, especies prefieren aun temperaturas mrás elevadas : cuarenta

y cinco grados las hojas de digi.tal purpúrea y hasta cincuenta las flores

de verhasco, a las que conviene una r.ápida desecación por ser muy higros-

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cópicas, es decir, muy ávidas de la humedad ambiente. Aunque en menor

proporción, otro tanto ocurre con la belladona, estramonio y beleño, y

como además una desecación prolongada disminuye su contenido alca-

loidico, es en estas drogas especialmente recomendable el procedimientoartificiaL

Las pérdidas ocasionada,s por el desecado varían mu^ho según la

clase de drogas. Así, las de grano (comino, álcaravea, cilantro, etc.), querecién trilladas conservan, en números redondos, un zo por roo de hu-

medad, pierden el cinco sólo con, un almacenamiento prolongado en un

local seco, siendo el quince restante el poncentaje corriente admitido en

el comercio para dichas seinillas. Además, durante el tiempo que dŭra

dicha desecación, aumenta el ^contenido en esencia de dichas umbelíferas.Las drogas de hoja (albahaca, ajedrea, mejorana, etc.) experimentan

al desecarse una mayor reduación en el peso, que cifraremas, por tér-

mino medio, en cinco lcilogramos de mercancía fresca por uno de droga

seca. Para las raíces (rábano rusticano, regaliz, etc.) esta pérdida llega

a la séptima u octava parte en el caso de ejemplares tiernos. Por último,

para las drogas de flore^, dicha proparción puede incluso alcanzar la dé-

cima, parte, como es natural, puesto que es el órgano más acuoso de la

planta; y•aun dentro de esta clase de drogas, se comprende que una florcompuesta (pelitre, cardo santo, etc.) experimentará menos pérdida que

la de malva o gordolobo.La ca^^s^rv^ació^i de drogas vegetales requiere tm local seco, bien ven-

tilado, sin excesiva iluminación, que pueda ai ŝlarse del exterior en caso

necesario. Es recomendable, si ello es factible, tener envasada la mercan-

cía, y si ésta fuera muy higroscópica, los recipientes deberán sex met "álí-

cos, con doble fondo y provistos de cloruro cálcico, buen absorbente de

la humedad. Nunca se almacenarán mezcladas plantas de perfumes di-

versos o tinas aromáticas con otras inodoras. Las aspecies de alcaloides

(belladona, beleño, etc.) se guardarán en sitio aparte.

La vigilancia de las materias alma,cenadas debe ser constante, para

comprobar su estado de conservación y evitar posibles daños. Entre és-

tos, el más corriente es el enmohecimiento, si las plantas vuelven a tomar

humedad. Como esto ocurre casi siempre a fines de otoño o durante el

invierno, la nueva desecación que se precisa tiene qtte ser artificial. Otra

precaución que debe tomal-se con las drogas provistas de mucho follaje

es no removerlas en días que haya helado, pues entonces se desprenden

con facilidad las hojas de los tallos y desmerece en presenta ĉión la mer-

cancía. .

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Hasta ahora puede decirse que el cultivo de plantas medicinales no

existía en E^paña, ya que estaba límitado a pequeñas extensiones, dondeel aficionado realizaba ensayos o el pequeño consumidor obtenía alguna

de las drogas que precisaba. En el momento actual existen claros indicios

cie que el interés por dichos cultivos empieza a despertarse, ante la nece-

sidad de proveerse el mercado interior de Inaterias primas, cuya importa-

ción es hoy difícil. Además, ciertas industrias transformadoras de estas

plantar, organizan en diversas regiones españolas su obtención en gran

escala. Todo ello implica la creación de un merca^do estable que animará

al cultivador a cosechar esta clase de vegetales, y tanto mejor colocación

encontrará para sus productos cuanto que de más excelente calidad sean.

Conveniente en todos los casos, cuancío las exigencias de lá demandá

sean distintas de las normales, se hace también necesario ^stablecer las

relaciones entre el consumidor y el productor mediante contratos de cul-

tivo, semejantes a los que se suscriben para la producción de remolachaazu^carera, sistema favorable para ambas partes, ya que si asegura una

salida a la droga cosechada por el cultivador, garantiza al comprador un

mínimo de calidad.

Como resumen de las ^consideraciones anteriormente expuestas, acon-sejatnos a todo agricultor que desee cultivar por primera vez plantas

medicinales, aromáticas o de perfume que tenga en cuenta los siguientes

puntos :

i.° Para la obtención y preparación de especies oficinales se requiere

efectuar co^n estnero y constancia cierto^ trabajo^ tan sencillos como ne-

tiesarios, ĉuyo conocimiento, del dominio vulgar en las zonas ya produc-

toras, precisa cierto tiempo e instrucción en las que de nuevo se incorpo-

ran a estos cultivos.

a° Excepto para las drogas de semillas, el sistema de explotaciónmás conveniente es el de la pequeña húerta familiar, que, en los momen-

tos adecuados, facilita el suplemento de mano de obra que exigen la

siembra o la recolección.

3.° La extensión y especies con que' debe ini^ciarse esta clase de

cultivo deben ser tales que su cosecha pueda utilizarse para satisfacer la

detnanda familiar y que un probable fracaso no suponga perjuicio con.-

siderable en la economía del agricultor.

4.° Las condiciones de clima y suelo deben ser las apropiadas para

las plantas que se pretendan conseguir. Intentar forzar este requisito es

lograr, cuando más, un mezqurno rendimiento.

5.° En la instalación de nuevos campos sólo ha de utilizarse semi-

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lla o planta de absoluta ĝarantía. Es preferible abandonar el cultivo a em-

plear grano de dudosa identidad o de malas condiciones germinativas.6.° La recolección se efectuará con planta no mojada ni magullada,

y lo más limpia po ŝ ible de tierra, basura o malas hierbas.7.°° Para la desecación de los vegetales recolectadas deberá dispo-

nerse de una superficie, a ser posible cubierta, que sea como mínimo la

décima parte de la cultivada, y donde se dispondrán aquéllos extendidos

en capas delgadas. '

8.° El almacenado se efectuará en locales secos, ventilados y no ex-

cesivamente iluminados, y la mercancía allí depositada se vigilará con

frecuencia.

9° E's aventurada obtener una especie determinada' ŝ in conocer las

circunstancias que concurren en ella respecto a probables demanda y

precio. Sieínpre que sea posible, debe procurar el productor concertar un

contrato de cultivo con el consumidor.

> o. El Servicio de Plantas Medicinales, dependiente de la Sección

Cuarta de• la Dirección General de Agricultura, Paseo de Atocha, núm i,

Madrid, tiene establecido tln consultorio gratuito al que .pueden acudir

todos cuantos cultivadores deseen produ^cir plantas medicinales, aromáti-

cas o de perfume, en solicitud de cuantas dudas íes sugiera las condicio-

nes de clima, suelo y abonos convenientes, labores preparatorias, forma

de sieinbra o plantación y cuidados culturales, modo de colnbatir las pla-

gas que se presenten, época oportuna de recolección y medio de efectuarla,

requisitos que precisa la desecaCión, cómo ha de realizarse la conserva-

ción, etc., etc. Además, dada la escasez que de esta clase de simientes

aun existe en el comercio nacianal, dicho Servicio sumini^^tra, también

gratuitamente, pequeñas muestras de semillas, aunque en cantidad sufi-.

ciente para emprender un ensayo de la especie correspondiente.

(Fotografías del Servicio de Plantas ^Iedi ĉ inales.)

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Gráflcas Uguina. Meléndez Valdés, 7.-Madrid.