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_Ilunuummuununmmuuuullluluuuuuluumuuuuuunmumunuuulunmunuuummmuumnuunmuumlu--
= MINISTERIO DE AGRIC'ULTURA =___ SECCION DE PUBLICACIONES, PRENSA Y P[tOVAGANDA =
- IInIIIIIIIIIIII11111111111111IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII1111111111111111111111IIIIIIIIIIIIII11111111Hlllnllllllllllllllllllllllllllll IIIIIIIIIII:1111111111 ^
__ I^0_JAS DI_VULGA_DORAS_ __ ^ -- AfVO XXXIV i E N E R O, 1 9 4 2 II 2.° SERIE. N.° 1=
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- Cuándo es acoose^ahle el cu{tiufl de plaatas medicinales =_ _]'or 1\7.4ti^u^a. DZnvu^ÑO I^o^. __
Ingeniero Agrónomo. _
Plantacil"^n rcciente de renue^^u. ^le menta Iliherita, {le cu}^a< huja: ĉ =_>umidade^ ^c c^tr^u^ la cscncia llc tncnta ^^ cl mcntl^l. _. _
I:n la I I11^.^ 1)I^-^-I.I,:^I^olzn níini. ;, cclrre>I^r,l^lliente al Inc^; _
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lalln "Las I{lanta>; mcllicinalcs en Ia^^aiia", rlur j^rc- _
tcndía clcmust^rar la inil,urYr.tncia l^uc ésta; tc^iían cn =
Ilillllllllllllllllllllllllllllllllllllilllllllllllllllllllllllllllll IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIilllllllllllllllllll^'
Estas Ho7.4s. se remiten gratis a quicn las pida a la Secci^n dePuillicaciones, Preusa y Propa^anda, del Ministerio de Agricultura.
^ ^' (U^ T.
- 2 -
nuestra nación, riqueza hasta ahora prácticamente desaprovechada por
nosotros, no obstante sus posibilidades de aplicación para las necesidades
nacionales y fortnar parte del corto número de materias primas españo-
las que cuentan en la actualidad con mercado de exportación. Tambiénind'icábatnos en el artículo mencionado que debía fomentarse` el ctxltivo
de las especies oficinale5 y sólo utilizarse la flora espontánea en aquellos
casos en que la cotización de la droga no consintiera los gastos culturales.
Cuanto más apropiadas sean las condiciones en que se intenten producir
las plantas, tanto menores serán dichos gastos, lo que hará posible nuevos
cultivos o elevará el rendimiento económico de los ya existentes. Porello; nos vamos a ocupar en las páginas siguientes de los requisitos que
deben cumplirse para la obtención racional de plantas rnedicinales. ^
Nuestras características de clima y suelo permiten obtener tan nume-
rosas como excelentes drogas vegetales, pero para ello el agricultor ha de
procurar aprovechar convenientemente estos magníficos factores naturales,
o, lo que es igual, debe aspirar siempre a obtener una mercancía de ex-
celente calidad, único medio de que el mercado nacionál abandone la có-
moda postura de importar lo que preĉise y de que la demanda extranjera
nos abra nuevos horizontes. Este metódico esmero en la producción re-
quiere constancia y ciertos conocimientos, no por s.encillos menos nece-
sarios. A cambio de esto se conseguirá un progresivo beneficio, que si
pocas veces alcanza proporciones considerables, con frecuencia implica
un sumando importante en la total ganancia de la explotación. Por ello,quien no esté propicio a reaHzar con perr,everancia un cultivo esmera-
do, . no conozca las elementales características de esta producción o
sólo pretenda aprovechar una coyuntura favorable al lucro inmode-
rado, no debe dedicarse al cultivo de vegetales oficinales. '
Esto en cuanto al hombre. Respecto al tipo de explotación conveniente,
ha de considerarse que esta clase de producción requiere mucha mano
de obra en las épocas de siembra o plantáción y recolección, sobre todo
si se trata de drogas de hojas (e ŝtramonio, beleño, laurel-cerezo), flores
(matricaria, malva, pelitre). o sumidades (ruda, melisa, albahaca). La ex-
^tracción de las drogas de raíces (valeriana, malvavis^co,^ruibarbo) también^
requiere muchos jornales, pero, por realizarse aquélla a fines de otoño 0
principios de invierno, el problema que plantea su recolección es de más
fácil solución que el de las sumidades, flores u hojas. Se ve, pues, que esta
clase de cultivos resultan muy apropiados para el tipo de huerta familiar,
ianto por contar en ella con el eventual suplemento de mano de obra
suministrado por las mujeres y íos chicos, como por el más eficaz y uni-
form4 adieUtramiento de este personad, ^lo que repercute en la homogenei-dad cualitativa de ]a producción.
I^especto a la srip^e^r^ici,e que deba destinarse a estos cultivos, se com-hrendc que no ^es posible cifrarla, puesYo que depende del número de miein-bros de la familia, mayor o n^enor facilidad de asalariados eventuades„capa-cidad econóinica, condiciones de mercado, etc. ; pero ha de significarse quesi perjudica d^edicar a este esquilino una e^aensión superior a las posibilida-des del cultivacíor, tampoco es conveniente utilizar parcelas e^tremada-
L-na parcela de valeriana, cuya raíz, de olor característic^o cuando scca, entra en lacomp^isiciún de preparados coutra lo^ trastorn^^s nerviutos.
u^ente pequeñas, que íorzosatuente elevan el precio dc coste. ^n muchos
casé^s plieden tomarse los cien metros cuadrados como límite míuirno con-
veniente.
La esplotación estensiva de plantas medicinales sólo ^s aconr^ejahle
en cl^ caso cle tratarse de ^randes e^npresa^ qtie, dotadas de snficiente
]^crs<mal v medios de ctiltivo, recolección ^^ clesecación, procltizcan ]a n^a-
teria 1^>riina nccesaria para sus necesidadec c^ tengau ^r^anizada la venta
eu gran escala; o si se trata cle círogas de grano (anís, comino, cilantro), ya
c^ur los gastos cle re^colección y de desecación se aminoran e<^nsiderable-
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mente con relación a las drogas de hojas, sumidades o flores. Ejemplos
de cultivos de estas especies tenemos en las provincias de Cuenca, Jaén,Toledo, CórdoUa, etc.
Un principiante debe sieinpre iniciar sus culEivos en tal extensión y
con aquellas especies (poleo, manzanilla, hinojo) que su cosecha pueda
satisfacer la demanda familiar, caso de que la calidad, desconocimientodel mercado u otras circunstancias, aun inconsideradas, no le permitieran
su venta en forma remuneradora. '
El carácter de rusticidad atribuído a muchas plantas medicinales, en
menor número, sin embargo, de lo que vulgarmente se cree, no debe ^con-
fundirse con la falta de exigencias dé clima y suelo. Por pequeñas queéstas sean en determinadas especies, siempre existen y deben ser tomadas
en consideración, habida cuenta de la idea fundamer,tal que debe pre-sidir, esta claŝe de producción : obtener planta de excelente calidad, es
decir, con gran riqueza en principios activos. Así, mientras el pelitre pre-
fiere terrenos secos, la salicaria va bien en los húmedos, el espliego ^°n
los calizos y la digital en los silíceos. En tanto que la menta da su mayor
porcentaje en esencia hacia los r.ooo metros de altitud, la lobelia diemi-
nuye constantemente en alcaloides por encima de los 70o metros y la
cebollZ albarrana prospera mejor al nivel del mar; y mien.tras el ricino
exige situaciones soleadas, el Hydrastis necesita para su desarrollo una
sombra tupida.
Elegidor, terreno y climá apropiados, es fundamental disponer de sc-
millas o purt,es de pla,nt.as selectas, sin que en su adquisición se deba es-
catimar nada, ya que el coste de una simiente buena quedá ^obra-
damente compensado con el mayor rendimiento del cultivo. La elec-
ción de uno u otro de los procedimientos de multiplicación de-
pende de las circunstancias que ^concurran en cada especie, y así podrían
citarse numerosos ejemplos, desde el espliego, que puede obtenerse por
semilla, por esqúejes sémiherbáceos, por trasplante de individúos jóvenes
o por división de pies viejos, ĥasta la menta piperita, que no fructifica
generalmente, pero que, aunque madure el grano, no conviene emplearlo^ara reproducción, ya que es esta variedad producto de una triple hibri-
dación, por lo cual sólo un pequeño número de las plantas nacidas de la se-
milla serían de características análogas a los progenitores, mientras que la
mayor parte retrocederían a]as formas originarias o tendrían peculiari-
dades nuevas que alterarían el aroma.
Por lo poco desarrollado que está todavía el cultivo de plantas medi-
cinales, no es fácil encontrar en el comercio simientes-y menos aún plan-
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tas-que ofrezcan la suficiente garantía. Acíemás, salvo raras excepciones,
las casas vendecloras no aseguran la calidad en cuanto. a fa^cultacl germi-
nativa e identificación de ]a especie o variedad, pues, sobre todo para estaúltima comprobación, tropiezan con serias dificultades los comerciantes de
buena fe que quieren expedir mercanĉ ía selecta. Por ello, cacla vez se hace
más uecesario el establecimiento de un Regir,tro de variedades y ln•oce-
dencias, no sólo de especies medicinales, sino hortícolas, forrajeras e in-
Para la siembra cíe un área de beleño, en líneas a medio inetro de separacieín, seprecisan unos cien gramos de semilla previamentc tratada con agua caliente durante
seis horas.
dustriales, aparte de la conveniencia de limitar las clases comerciales a
las más adecuadas e imprescindibles.)3ntre tanto, todo cultivador que piense inici<1r una producción de dro-
gas vegetales debe intentar por todo ŝ los medios adquirir grl,no o planta
escogida, aunque sólo sea en la pequeña cantidad suficiente para empren-
der una multiplicación. A tal fin, el Servicio de Plat^,tas DZedicinales cle
la Dirección General de Agricultura suministra a quien lo solicite pe-
queiias muestras de semillas cíe aquellas espe^cies que tiene actualmente
en cultivo en su campo de experimentación.
Los ensayos sobre aban.a^d^o de plantas medicinales son numerosísimos,
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y esta misma abundancia, unida a la falta de unas normas internacionales
que pudieran hacer cómparativos los resultados, dificulta extraordinaria-
mente la interpretación de éstos, no siempre .concordantes. Así, el esplie-
go en suelos calizos produce mayor contenido total de esencia que en te-
rrenos silíceos, pero mientras este incremento ^e refleja en las propor-
ciones de ciertor componentes (fenol y carvacrol), la cantidad de otros
(timol) es mayor en la segunda clase de tierras. Además, en estos culti-
vos es erróneo aspirar sólo a elevar el rendimiento cuantitativo, pues,
^por ejemplo, una fuerte dosis nitrogenada, de no ir acompañada de las
correspondientes de potasa y forfórico, origina una vegetación exuberante,
pera, con frecuencia, acompañada de alteraciones en la composición quí-
mica del principio,activo o en los ^caracteres arganolégticos de la droga,que hacen desmerecer su calidad, más aún si se considera la sensibilidad
de los conocedores, de cuya finura da idea el hecho de apreciar en el
aroma de la menta piperita si está abanada con estiércol o con materias
fecales. Ahora bien : desgraciadamente, rió está aún aclarada la accián
de Ios elémentos fertilizantes sobre la forniación dé los principias activos,
y ello, unido a las grandes oscilaĉiones que experimenta el contenido deé6tos, aun déntro del mismo día, hace iinposible dar normas concretas y
sólo cahe realizar la experimentación en cada caso según las normas dadas
por el Servicio de Plantas Medicinales.
Las considerácionés generales qué pueden hacerse sobre labo^res pre-
p^aratorias, si,e^i^ibra y cui^d,a^d,os culturales de plantas medi^cinales, de per-
fume o candimentárias, son idénticas a las que figuran en cualquier tra-
tado de horticultura. Las escardas, 'siempre necesarias, lo son más cuandó
se utiliza como droga toda la planta, ya que en este caso nó uólo perjudi-
can las malas hierbas la vegetación de aquélla, al mermarle espacio y ali-
mentos, sino que cleprecian su valor comercial, al venir mezclada en la
recolección con especies extrañas, cuándó no perjudiciales.También conviene una constante vigilanciá de la plantación con vis-
tas a atajar ias plag^as, bien de origen animal (pulgones, altica, etc.) o ve-
getal (royas, peranospora, et^c.). En su lucha debe considerarse que en la
estimación de un cultivo medicinal intervienen tres factores difíciles de
cons.ervar íntegramente con muchos de los procedimientos utilizados :
rendimiento, calidad y aspecto. Por lo ^tanto, la orientación a seguir es
el empleo de variedader resistentes.y si hay que recurrir a medios de lu-
cha, usar, por orden de preferencia, los mecánicos, físicos y químicos.
La yecalección de las drogas debe efectuarse en el momento de ma-
yor riqueza en prinCipio activo y supeditar a dicha época la de máxi,mo
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rendinliento eu cantidad. ^un para una especic dada, no sicmpre es fácil
detcrminar esc iustante ; pero, a título de orientación, puecíc decirse que
las raí^ces, rizonlas, bulbo5 y tubérculos sc recolectan en el otoño o prin-
cipio del invierno del prinler año de ctiltivo para ]as especies bisanuales
(angélica), y del segun^lo o tercer ailo, para las p^ercunes (genciana), pues
]uás tarde se hacen, en general, demasiado •leñosas y propensas a eu-
fe.]'111C(lade5.
Las hojas deben recogerse en el momento de ]ná^ima^ energía vege-
])el malvavi,co se utiliza priucipalmente, como droga, 1a raíz reco^ida en el otoñodel segunclo año. En menor escala, también son empleadas ]as hojas ^• ftores.
tativa que antecede a la floración (belladona, estramonio). Hay plantas
en las que interesa aprovecllar ]as sulnidader, florales, es clecir, la parte
tenuinal del tallo provista de hojas y flores, y entonces será nloll ^ento
oporttmo el de la floraci^u (ruda, salvia). Cuando sólo se trata de flores,
conviene a veces que no estén completamente abiertas (malva, rosa), y
aun en ciertos casos, se recolectan los botones florales (pelitre, á]-^lica).
Los frutos carnosos se cogen cuando están en plena madurez (enebro),cl un poco autes en aquellos casos en que rápiclaulente se hace su .pulpa
viscosa o alterable (groséllero). I?n ^cuanto a los frutos secos, es el nio-
mcnto oportuno, en general, al iniciarse la ]nadurez (unlhelíferas), y en
aquellos dehiscentes (es decir, que se abren espontáneamente), antes de
iniciarse su desecación natural, para evitar alteraciones pasibles al quedarel interior del fruto en contacto con el aire.
No sólo hay que corlisiderar la época de recolección, ya que también
con la hora del día sufre oscilaciones el contenido en glucósidos, esencias,
etcétera, de las drogas. Tal es el caso de las pertenecientes a la familia
de las Solanáceas, cuya riqueza en alcaloides sufre variaciones diarias
hasta del a5 por ioo. Como precauciones de caráctér general deben ob-servarse las siguientes:
r.° Las plantas no estarán húmedas por la lluvia o el rocío, lo queimpediría una buena conservación.
z.° Las partés fres^cas recolectadas se evitará que sufran magulla-mientos, que alteran el color y dificultan' 1a desecación.
3.° Las plantas u órganos de las mismas no se amontonarán mien-
tras aun estén frescos, defecto frecuente en las explotaciones desprovis-
tas de espacio apropiado para 1a desecación.
4° Se procurará obtener una mercancía lo •más limpia posible de
tierra, basura o malas hierbas, ya que estas impurezas rebajan extraor-dinari^ámente su valor.
La desecación de hojas, sumidades, flores y raí^ces tiene por objeto
extraer el contenido acuoso y mantener el color más parecido al de laplanta fresca. En regiones de poca humedad ambiente puede utilizarse
como fuente térmica el ealor natural, siempre que una corriente de aire
puro y seco separe de la materia vegetal tratada al vapor de agua des-
prendido. En caso contrario, habrá que recurrir a la desécación artificial,
para lo. que se han ideado diversos aparatos, de los que nos ocuparemos
en otra ocasión. Naturalmente, esfe segundo procedimiento eleva el coste
de preparación de la droga y no, es asequible a pequeñas explotacionefsde carácter hortícola.
Cuando no se dispone de bastante superficie para la desecación, es
ĉorriente formar con las plantas montones demasiado altos, para cuyaventilación se precisa removerlos con frecuencia, inconvenientes ambos
que dificultan el proceso que se intenta des^rr411ar, al magullarse las hier-
bas, hojas y flores, no mantenerse el color y ser alterado el contenido en
principio activo.
Contra lo que a primera vista pudiera creerse, no es ^^onveniente ladesecación a pleno sol, que por su a^cción rápida e intensa puede modifi-
car los caracteres organolépticos de la droga y disminuir su riqueza eri
substancias volátiles. Por lo tanto, lo más conveniente es la desecación
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entre sol y sombra, mejor aún utilizando locales cubiertos (graneros, al-macenes, cobertizos, etc.) que preserven a la mercancía de las inclemen-
cias del tiempo. Las plantas se dispondrán en capas delgadas y bien ven-tiladas, y por esto debe existir sietnpre cierta Proporción entre el local
de desecación y la superficie cultivada, que pu.ede cifrarse para aquél enla décima parte de ésta.
Cuando se vayan a desecar raíces gruesas (inula, apio de montaña), setrocearán previatnente en sentido longitudinal; las fasciculadas (augélica,
Aunque, hoy surgen nuevos veg^etales de aplicaciones insecticidas (Tephrosia, De^rris, etc.) por su coñtenido en rotenona, es el pelitre la planta awi más utilizada
para fabricar ,polvos y extractos cuyo principio activo es la piretrina.
valeriana) se dividirán en pequeños manojos; en el caso particular de
]as raíces de malvavisco, es conveniente mondarlas.
Rerpecto^a la temperatura apropiada para la desecación, no debe pa-
sar, en general, de los treinta a treinta y cinco grados centígrados. No
obstante, para las flores de manzanilla y las hojas de menta o melisa,
dicha temperatura es la óptima, y si está dispuesta la mercancía en capas
delgadas suficientemente aireadas, quedan desecadas a las seis o siete
horas. Otrar, especies prefieren aun temperaturas mrás elevadas : cuarenta
y cinco grados las hojas de digi.tal purpúrea y hasta cincuenta las flores
de verhasco, a las que conviene una r.ápida desecación por ser muy higros-
- IO -
cópicas, es decir, muy ávidas de la humedad ambiente. Aunque en menor
proporción, otro tanto ocurre con la belladona, estramonio y beleño, y
como además una desecación prolongada disminuye su contenido alca-
loidico, es en estas drogas especialmente recomendable el procedimientoartificiaL
Las pérdidas ocasionada,s por el desecado varían mu^ho según la
clase de drogas. Así, las de grano (comino, álcaravea, cilantro, etc.), querecién trilladas conservan, en números redondos, un zo por roo de hu-
medad, pierden el cinco sólo con, un almacenamiento prolongado en un
local seco, siendo el quince restante el poncentaje corriente admitido en
el comercio para dichas seinillas. Además, durante el tiempo que dŭra
dicha desecación, aumenta el ^contenido en esencia de dichas umbelíferas.Las drogas de hoja (albahaca, ajedrea, mejorana, etc.) experimentan
al desecarse una mayor reduación en el peso, que cifraremas, por tér-
mino medio, en cinco lcilogramos de mercancía fresca por uno de droga
seca. Para las raíces (rábano rusticano, regaliz, etc.) esta pérdida llega
a la séptima u octava parte en el caso de ejemplares tiernos. Por último,
para las drogas de flore^, dicha proparción puede incluso alcanzar la dé-
cima, parte, como es natural, puesto que es el órgano más acuoso de la
planta; y•aun dentro de esta clase de drogas, se comprende que una florcompuesta (pelitre, cardo santo, etc.) experimentará menos pérdida que
la de malva o gordolobo.La ca^^s^rv^ació^i de drogas vegetales requiere tm local seco, bien ven-
tilado, sin excesiva iluminación, que pueda ai ŝlarse del exterior en caso
necesario. Es recomendable, si ello es factible, tener envasada la mercan-
cía, y si ésta fuera muy higroscópica, los recipientes deberán sex met "álí-
cos, con doble fondo y provistos de cloruro cálcico, buen absorbente de
la humedad. Nunca se almacenarán mezcladas plantas de perfumes di-
versos o tinas aromáticas con otras inodoras. Las aspecies de alcaloides
(belladona, beleño, etc.) se guardarán en sitio aparte.
La vigilancia de las materias alma,cenadas debe ser constante, para
comprobar su estado de conservación y evitar posibles daños. Entre és-
tos, el más corriente es el enmohecimiento, si las plantas vuelven a tomar
humedad. Como esto ocurre casi siempre a fines de otoño o durante el
invierno, la nueva desecación que se precisa tiene qtte ser artificial. Otra
precaución que debe tomal-se con las drogas provistas de mucho follaje
es no removerlas en días que haya helado, pues entonces se desprenden
con facilidad las hojas de los tallos y desmerece en presenta ĉión la mer-
cancía. .
Hasta ahora puede decirse que el cultivo de plantas medicinales no
existía en E^paña, ya que estaba límitado a pequeñas extensiones, dondeel aficionado realizaba ensayos o el pequeño consumidor obtenía alguna
de las drogas que precisaba. En el momento actual existen claros indicios
cie que el interés por dichos cultivos empieza a despertarse, ante la nece-
sidad de proveerse el mercado interior de Inaterias primas, cuya importa-
ción es hoy difícil. Además, ciertas industrias transformadoras de estas
plantar, organizan en diversas regiones españolas su obtención en gran
escala. Todo ello implica la creación de un merca^do estable que animará
al cultivador a cosechar esta clase de vegetales, y tanto mejor colocación
encontrará para sus productos cuanto que de más excelente calidad sean.
Conveniente en todos los casos, cuancío las exigencias de lá demandá
sean distintas de las normales, se hace también necesario ^stablecer las
relaciones entre el consumidor y el productor mediante contratos de cul-
tivo, semejantes a los que se suscriben para la producción de remolachaazu^carera, sistema favorable para ambas partes, ya que si asegura una
salida a la droga cosechada por el cultivador, garantiza al comprador un
mínimo de calidad.
Como resumen de las ^consideraciones anteriormente expuestas, acon-sejatnos a todo agricultor que desee cultivar por primera vez plantas
medicinales, aromáticas o de perfume que tenga en cuenta los siguientes
puntos :
i.° Para la obtención y preparación de especies oficinales se requiere
efectuar co^n estnero y constancia cierto^ trabajo^ tan sencillos como ne-
tiesarios, ĉuyo conocimiento, del dominio vulgar en las zonas ya produc-
toras, precisa cierto tiempo e instrucción en las que de nuevo se incorpo-
ran a estos cultivos.
a° Excepto para las drogas de semillas, el sistema de explotaciónmás conveniente es el de la pequeña húerta familiar, que, en los momen-
tos adecuados, facilita el suplemento de mano de obra que exigen la
siembra o la recolección.
3.° La extensión y especies con que' debe ini^ciarse esta clase de
cultivo deben ser tales que su cosecha pueda utilizarse para satisfacer la
detnanda familiar y que un probable fracaso no suponga perjuicio con.-
siderable en la economía del agricultor.
4.° Las condiciones de clima y suelo deben ser las apropiadas para
las plantas que se pretendan conseguir. Intentar forzar este requisito es
lograr, cuando más, un mezqurno rendimiento.
5.° En la instalación de nuevos campos sólo ha de utilizarse semi-
lla o planta de absoluta ĝarantía. Es preferible abandonar el cultivo a em-
plear grano de dudosa identidad o de malas condiciones germinativas.6.° La recolección se efectuará con planta no mojada ni magullada,
y lo más limpia po ŝ ible de tierra, basura o malas hierbas.7.°° Para la desecación de los vegetales recolectadas deberá dispo-
nerse de una superficie, a ser posible cubierta, que sea como mínimo la
décima parte de la cultivada, y donde se dispondrán aquéllos extendidos
en capas delgadas. '
8.° El almacenado se efectuará en locales secos, ventilados y no ex-
cesivamente iluminados, y la mercancía allí depositada se vigilará con
frecuencia.
9° E's aventurada obtener una especie determinada' ŝ in conocer las
circunstancias que concurren en ella respecto a probables demanda y
precio. Sieínpre que sea posible, debe procurar el productor concertar un
contrato de cultivo con el consumidor.
> o. El Servicio de Plantas Medicinales, dependiente de la Sección
Cuarta de• la Dirección General de Agricultura, Paseo de Atocha, núm i,
Madrid, tiene establecido tln consultorio gratuito al que .pueden acudir
todos cuantos cultivadores deseen produ^cir plantas medicinales, aromáti-
cas o de perfume, en solicitud de cuantas dudas íes sugiera las condicio-
nes de clima, suelo y abonos convenientes, labores preparatorias, forma
de sieinbra o plantación y cuidados culturales, modo de colnbatir las pla-
gas que se presenten, época oportuna de recolección y medio de efectuarla,
requisitos que precisa la desecaCión, cómo ha de realizarse la conserva-
ción, etc., etc. Además, dada la escasez que de esta clase de simientes
aun existe en el comercio nacianal, dicho Servicio sumini^^tra, también
gratuitamente, pequeñas muestras de semillas, aunque en cantidad sufi-.
ciente para emprender un ensayo de la especie correspondiente.
(Fotografías del Servicio de Plantas ^Iedi ĉ inales.)
«
Gráflcas Uguina. Meléndez Valdés, 7.-Madrid.