Gramsci Por R Von Sprecher

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Analisis de los principales conceptos de Antonio Gramsci por Roberto Von Sprecher.

Citation preview

Captulo 5.

LOS ESCRITOS DE ANTONIO GRAMSCI COMO TEORA SOCIAL

Por Roberto von Sprecher

A. BREVISIMAS REFERENCIAS BIOGRAFICAS

Antonio Gramsci naci el 22 de enero de 1891 en Ales, Cagliari, en la isla de Cerdea (Italia). Es uno de los pocos intelectuales surgidos efectivamente en el seno de las clases subalternas que alcanza la categora que el propio Gramsci va a denominar de intelectual orgnico de las clases subalternas, creador de ideologa. La mayora de los intelectuales que lideraron movimientos revolucionarios eran de origen burgus (Marx, Lenin, Castro) o de la nobleza (Kropotkin). Una serie de situaciones, en partes aleatorias, tuvieron que ver con alcanzar esa condicin, como el hecho de que su hermano mayor fuera a cumplir el servicio militar a Turn, ponindolo en contacto con posturas y textos que no hubieran sido de tan fcil acceso en Cerdea, y su posterior beca al mismo lugar, sede por entonces del ms importante y combativo proletariado industrial italiano.

En 1911 se matricul en Filologa Moderna en la Facultad de Letras de Turn, merced a una beca para los estudiantes pobres de las provincias del antiguo reino de Cerdea. En 1913 ingres al Partido Socialista Italiano e inici una activa militancia por la causa proletaria. En 1917 pas a formar parte del Comit Provisional del Partido Socialista Italiano.

En 1919 el Partido Socialista Italiano adhiri a la Tercera Internacional a cuya formacin haba llamado Lenn. Desde marzo de 1922 Antonio Gramsci represent -en Mosc- al Partido Comunista Italiano (en el cual se convirtiera el PSI) en la Internacional.

En octubre de 1922 se produjo la marcha de Mussolini sobre Roma y la toma del poder por el fascismo. Al ao siguiente, se orden el arresto de Antonio Gramsci. Sin embargo, en 1923, Gramsci fue elegido diputado por el Veneto (Venecia). En 1926 es designado Secretario General del Partido Comunista Italiano y es detenido el 8 de noviembre de 1926, comenzando un peregrinar carcelario que slo culminar seis das antes de su muerte.

El fiscal fascista que pidi la condena de Antonio Gramsci aleg que haba que evitar que su mente pensara durante veinte aos. Gravemente enfermo, sin dientes, con trastornos digestivos, tuberculosis pulmonar, arteriosclerosis, frecuentes desmayos, etc., Antonio Gramsci escribir en la crcel una obra que transciende largamente al marxismo, y cuya influencia, en la actualidad, abarca las ciencias sociales de todo el mundo, incluyendo especialmente los estudios sobre comunicacin social.

En noviembre de 1932 el gobierno fascista ofreci la libertad condicional a Gramsci, siempre y cuando realizara un pedido de gracia, se neg y fue incomunicado. El 21 de abril de 1937, cumpli su condena y fue puesto en libertad; el 25 de abril sufri una hemorragia cerebral. Muri el 27 de abril.

En la crcel Antonio Gramsci escriba fragmentariamente en pequeos cuadernos, no era el tratado de un acadmico, era la teora que un militante que pensaba para encontrar herramientas que le ayudaran a cambiar la realidad. Los cuadernos de la crcel fueron inicialmente divididos en seis volmenes, segn una organizacin temtica, posteriormente el Instituto Gramsci public las obras en el orden cronolgico en que fueron escritas.

B. LA ELABORACION TEORICA DE GRAMSCI.

B.1. BLOQUE HISTORICO, CONSTRUCCION Y LOGRO DE LA

HEGEMONIA.

En su doble carcter de terico y militante, y en el hecho de escribir en la crcel, est la explicacin de la escritura de Gramsci, difcil y engorrosa de leer, porque utilizaba claves para eludir la censura, fragmentaria en cuanto eran notas relativamente sueltas, pero clara y brillante una vez que se encuentra su hilo conductor.

Gramsci se plantea dos objetivos que funciona como ejes de sus anlisis y teorizaciones: Explicar por qu la revolucin proletaria haba tenido xito en oriente (cuando en el texto usa este trmino se refiere a Rusia y a su conversin en la Unin de Repblicas Socialistas Soviticas) y por qu haba fracasado en occidente (trmino con el que se refiere Europa occidental) Y, consecuentemente desde su perspectiva de militante revolucionario, cmo elaborar estrategias adecuadas para el triunfo de la revolucin en occidente.

Efectivamente, en 1917, por primera vez en la historia, haba triunfado una revolucin de inspiracin marxista, liderada por Lenin, en Rusia. El triunfo haba sido producto de lo que Gramsci denomina una guerra de movimientos, un rpido y violento avance sobre el poder poltico, la ocupacin del mismo y a partir de ello la construccin de la sociedad socialista. Seala Hobsbawn que una oleada revolucionaria barri el planeta en los dos aos siguiente a la revolucin de octubre (1995: 72) y en Europa occidental se produjeron numerosos movimientos revolucionarios, principalmente en Alemania, pero fueron reprimidos y fracasaron. El historiador recin citado considera que aunque la situacin europea no estaba ni mucho menos estabilizada, en 1920 resultaba evidente que la revolucin bolchevique no era inminente en occidente (1995: 77).

La frmula central, en el intento de explicacin de Gramsci, ser la del desarrollo del concepto de Hegemona , a travs de la cual alguna de las clases fundamentales, en el caso del capitalismo la burguesa o una fraccin de la misma , dominan por el consenso y slo usan la coercin como complemento. Consecuentemente, la conclusin era que en las situaciones en que el dominio se basaba en la hegemona (sociedades con una sociedad civil desarrollada) el triunfo de las clases subalternas slo sera posible a partir de la construccin de un nuevo sistema hegemnico, que tendiera a la sociedad sin clases.

Es la propuesta de pasar de la guerra de movimientos a la guerra de posiciones, una guerra larga, ardua y trabajosa, donde las posiciones se van conquistando lentamente, donde el consenso se va construyendo lentamente. Y si bien la hegemona es para Gramsci econmica, poltica y cultural, el espacio clave de su logro es la Sociedad Civil -y el sentido comn del pueblo- desde donde se puede lograr la direccin cultural de la sociedad. Gramsci llega a la conclusin de que la guerra de movimientos, que haba resultado exitosa en la Rusia zarista con un rgimen sustentado en la coaccin-, no era posible en los casos en que la clase dominante ejerca la hegemona sobre el conjunto de las clases subalternas.

Esta hegemona precaria por definicin, adelantemos, implica una negociacin, una transaccin; no es por un acto de magia que las clases subalternas ceden su consenso, sino a partir del hecho de que la clase dominante cede beneficios, materiales y/o simblicos, , cede espacios, dentro del lento proceso de construccin y de logro del consenso, como veremos luego.

Esos espacios que cede la clase dominante, para lograr el consenso, son justamente la posibilidad abierta a que se desarrollen visiones del mundo y organizaciones alternativas en el sentido de alternativas a lo dominante-. Esos espacios, entonces, al menos en potencia, pueden ser el lugar desde el cual empiece a construirse una contra-hegemona. La burguesa debe ceder esos espacios como parte necesaria de las negociaciones, y esos espacios son espacios de luchas y competencias que pueden dar lugar a alternativas; si no los ceden no logran el consenso, pero al cederlos establecen la base de la precariedad constitutiva de toda hegemona, su equilibrio inestable.

Para A. Gramsci est claro que la hegemona no se logra de una vez y para siempre, sino que requiere ser construida y lograda permanentemente, con un trabajo continuo en pos del mantenimiento del consenso. Caso contrario, puede producirse una crisis de la hegemona y eventualmente su perdida.

De cualquier manera, para la burguesa en las democracias liberales occidentales la situacin de hegemona resulta ms econmica, ms conveniente, que el mantenimiento de un orden indefinidamente a travs de la coercin, de la fuerza, de la dictadura. Por ello, la implantacin de una dictadura suele dar lugar, a posteriori, a un nuevo sistema hegemnico comandado por esa burguesa. Hemos esquematizado en el cuadro de arriba los ejes de la teora gramsciana, organizados alrededor del concepto de bloque histrico.

Se puede considerar que el concepto de bloque histrico, permite sobre una situacin en que existe hegemona, pensar la articulacin orgnica entre la estructura y la superestructura.

En el planteo de Gramsci se constituye un bloque histrico cuando existe hegemona de una clase fundamental. Si la clase hegemnica enfrenta una crisis orgnica y no puede resolverla, pierde la hegemona, se quiebra el consenso y el bloque histrico tambin entra en crisis y desaparece.

Es clave tener en claro como plantea Gramsci el nexo entre estructura y hegemona, para no caer en una lectura idealista. En este sentido hay una cierta tensin en sus escritos, entre seguir los planteos de Marx y su propia elaboracin que plantea finalmente- una relacin de mutua constitucin entre estructura y superestructura.

J.C. Portantiero considera que el concepto de bloque histrico permite a Gramsci superar la dicotoma arquitectnica de estructura y superestructura, que, naturalizada, da lugar a una relacin de causalidad mecanicista, haciendo caer al marxismo en los criticados vicios del determinismo positivista (1999: 188) y considera que, as, la labor cientfica de Gramsci se puede pensar junto a la de socilogos, como Max Weber, que buscan fundar una teora no determinista de la accin. (1999: 189)

Respecto de las tensiones sealadas, por un lado, Gramsci sostiene:

No es verdad que la filosofa de la praxis [que son los trminos con que se refiere al marxismo en la mayor parte de la obra, trminos que no son por otra parte casuales si pensamos en los planteos de Marx] separe la estructura de las superestructuras, ya que en realidad concibe su desarrollo como ntimamente ligado y necesariamente interrelativo y reciproco. (...) La afirmacin de las Tesis sobre Feuerbach sobre el "educador que debe ser educado", no concibe una relacin necesaria de reaccin activa del hombre sobre la estructura, afirmando la unidad del proceso real? El concepto de "bloque histrico" construido por Sorel aprehende plenamente esta unidad sostenida por la filosofa de la praxis. ... (Gramsci, 1984: 238/239)

Pero, al mismo tiempo, plantea en algunas de sus anotaciones- la determinacin de la superestructura: La estructura y la superestructura forman un bloque histrico, o sea el conjunto contradictorio y discorde de las superestructuras es el reflejo del conjunto de las relaciones sociales de produccin. (las negritas son nuestras)

Frecuentemente resalta observaciones de Marx, ms bien aisladas, que avalaran una teora de que estructura y superestructura se constituyen mutuamente:

Recordar escribe para s mismo- la frecuente afirmacin de Marx sobre la solidez de las creencias populares como elemento necesario de una determinada situacin. Dice, ms o menos, cuando este modo de concebir tenga la fuerza de las creencias populares. Otra afirmacin de Marx es que una persuasin popular tiene a menudo la misma energa que una fuerza material, o algo similar; afirmacin muy significativa. El anlisis de estas afirmaciones, creo, lleva a reforzar la concepcin de bloque histrico, en cuanto las fuerzas materiales son el contenido y las ideologas la forma, siendo esta distincin de contenido y de forma puramente didasclica [didctica], puesto que las formas materiales no seran concebibles histricamente sin forma y las ideologas seran caprichos individuales sin la fuerza material.

Lo importante es que plantea, insistentemente, que la nocin de bloque histrico supone una relacin orgnica entre estructura y superestructura. Y ms all de plantear, en algn prrafo, que las superestructuras son el reflejo del conjunto de las relaciones sociales de produccin, considera que existe un proceso dialctico entre estructura y superestructura en cuanto reciprocidad necesaria, rechazando las frecuentes explicaciones mecanicistas de lo que el denomina el marxismo vulgar:

La pretensin (presentada como postulado esencial del materialismo histrico) de presentar y exponer cada fluctuacin de poltica y de la ideologa como una expresin inmediata de la estructura, debe ser combatida tericamente como un infantilismo primitivo, y prcticamente con el testimonio autntico de Marx

Volviendo al esquema, debemos que considerar que como ligazn entre la estructura y la superestructura, se encuentran los intelectuales. Los intelectuales orgnicos permiten la existencia de una relacin orgnica entre estructura y superestructura, como entre sociedad civil y sociedad poltica. Si bien, el consenso se construye y se logra a nivel de la sociedad civil, tiene un vnculo orgnico con la estructura, en cuanto es consenso logrado por alguna de las clases fundamentales, que lo son por su ubicacin en las relaciones sociales de produccin, y cuya posicin reafirma ese consenso. En el caso del capitalismo son clases fundamentales, para Gramsci, solamente la burguesa o el proletariado, lo cual significa que para l slo estas dos clases tienen posibilidades de convertirse en hegemnicas, de lograr consenso.

A nivel de la superestructura el bloque histrico puede se divide en sociedad civil y sociedad poltica. Gramsci plantea: Se pueden fijar dos grandes planos superestructurales, el que se puede llamar de la SOCIEDAD CIVIL, que est formado por el conjunto de los organismos vulgarmente llamados privados, y el de la sociedad poltica, y que corresponden a la funcin de hegemona que el grupo dominante ejerce en toda la sociedad y a la de dominio directo o de comando que se expresa en el Estado y en gobierno jurdico.

Los intelectuales permiten el vnculo orgnico entre la estructura y superestructura, y entre la sociedad civil y la sociedad poltica.Quines son los intelectuales?Gramsci no est usando el trmino como suele utilizarse en el lenguaje diario; los intelectuales son todos aquellos que tienen como papel principal en la sociedad el de intelectuales, sin importar la calidad de esa tarea, y pueden ir de un gran socilogo, a un periodista, a un maestro, al burcrata de una oficina municipal. Puede ser l que crea ideologa, como l que la difunde, como l que la administra. Todos los hombres son intelectuales, pero, slo parte de ellos tienen esa tarea como la central de sus vidas. Seala:

de hecho la actividad intelectual debe ser distinguida en grados tambin desde el punto de vista intrnsico, grados que en los momentos extremos de oposicin dan una verdadera diferencia cualitativa: en el ms alto grado se colocarn los creadores de las diversas ciencias, de la filosofa, del arte, etc.; en el nivel ms bajo, los ms humildes administradores y divulgadores de la riqueza intelectual ya existente, tradicional, acumulada. ()

En el mundo moderno la categora de los intelectuales se ha ampliado de modo increble. Es sistema social democrtico-burocrtico ha gestado masas imponentes, no todas justificadas, por la necesidades sociales de la produccin, aunque justificadas por las necesidades polticas del grupo dominante. A diferencia de los intelectuales orgnicos los intelectuales tradicionales son quienes fueron intelectuales orgnicos en un modo de produccin anterior, como los eclesisticos antes de la revolucin industrial. Estos tratarn de ser captados por la nueva clase dominante, o que est en vas de serlo: Una de las caractersticas ms relevantes de cada grupo, que se desarrolla en direccin al dominio, es su lucha por la asimilacin y la conquista ideolgica de los intelectuales tradicionales, asimilacin y conquista que es tanto ms rpida y eficaz cuando ms rpidamente elabora el grupo dado, en forma simultanea, sus propios intelectuales orgnicos.

La ausencia de intelectuales orgnicos habra facilitado el desarrollo de los Estados Unidos de Norteamrica, y, al contrario, su ausencia lo habran retrasado en la Amrica conquistada y colonizada por Espaa:

En Estados Unidos, en cierta medida, es dable notar la ausencia de los intelectuales tradicionales, y de ah el diverso equilibrio de los intelectuales en general. Se dio una formacin maciza sobre la base industrial de todas las superestructuras modernas, mientras que en Amrica del Sur y Central la cuestin de los intelectuales me parece debe ser examinada en cuanto a estas condiciones fundamentales: en Amrica del Sur y Central tampoco existe una vasta categora de intelectuales tradicionales, pero la situacin no se presenta en los mismos trminos que en los Estados Unidos. En la base del desarrollo de estos pases encontramos los cuadros de la civilizacin espaola y portuguesa del 1500 al 1600, caracterizada por la contrarreforma y por el militarismo parasitario. Las cristalizaciones an resistentes hoy en estos pases son el clero y una casta militar, o sea dos categoras de intelectuales tradicionales fosilizados como en la madre patria europea. La base industrial est muy limitada y no ha desarrollado superestructuras complicadas: la mayor parte de los intelectuales son de tipo rural, y como predomina el latifundio, con extensas propiedades eclesisticas, estos intelectuales estn ligados al clero y a los grandes propietarios.

Los intelectuales orgnicos son los vinculados a un grupo fundamental. Grupo fundamental para Gramsci, ya lo sealamos, es aquel que lo es por su necesaria existencia en las relaciones de produccin de un determinado modo de produccin y, por lo tanto, grupo fundamental en la estructura. En el capitalismo seran grupos fundamentales la burguesa y el proletariado. Esos intelectuales, no slo son los encargados de la construccin de la hegemona, tambin le dan conciencia y homogeneidad al grupo fundamental que surge de la estructura, y le permiten ser la direccin del bloque histrico.

A partir de su posicin en las relaciones sociales de produccin material, las clases crean a sus intelectuales:

Cada grupo social asevera Gramsci-, al nacer en el terreno originario de una funcin esencial en el mundo de la produccin econmica, se crea conjunta y orgnicamente uno o ms rangos de intelectuales que le dan homogeneidad y conciencia de la propia funcin, no slo en el campo econmico sino tambin en el social y el poltico; el empresario capitalista crea junto a l al tcnico industrial y al especialista en economa poltica, al organizador de una nueva cultura, de un nuevo derecho, etc., etc. Es importante recordar, entonces, que el papel de los intelectuales no slo pasa por construir y lograr el consenso de las clases subalternas, sino tambin por dar homogeneidad, coherencia y conciencia a la clase dominante, a la burguesa. Estos intelectuales, relativamente autnomos, son encargados de crear la ideologa, la visin del mundo, que corresponde a los intereses de la burguesa:

Los intelectuales son los empleados del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemona social y del gobierno poltico, a saber:1) Del consenso espontneo que las grandes masas de la poblacin dan a la direccin impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante ();

2) Del aparato de coercin estatal que asegura legalmente la disciplina de aquellos grupos que no consienten ni activa ni pasivamente, pero que est preparado para toda la sociedad en previsin de los momentos de crisis en el comando y en la direccin, casos en que no se da el consenso espontneo...

Seala, entonces, el papel de los intelectuales no solo en la sociedad civil (funcin de consenso), sino tambin en la sociedad poltica (funcin de coercin).

En sus apuntes, Antonio Gramsci considera la jerarqua de los intelectuales, pudiendo distinguirse: Creadores. educadores. Administradores Divulgadores DifusoresSon los encargados de la elaboracin, administracin y difusin de la ideologa, como visin del mundo de la clase dominante, o de la fraccin dominante de la clase dominante, y estas tareas estn correlacionadas con los grados cualitativos de la ideologa y con los tipos de intelectuales.

La sociedad civil cumple la funcin de consenso, en ella logra una clase fundamental la direccin cultural de la sociedad, mientras que a la sociedad poltica le corresponde la funcin de coercin, complementaria de la de consenso. Esta ltima, comprende lo que comnmente llamamos el Estado o el Estado gobierno, es el uso en sentido restringido del trmino que hace Gramsci. Incluye, en el caso de las democracias liberales que son las sociedades tpicamente gestionadas a travs de la construccin del consenso- los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial; pero, adems las fuerzas armadas (ejrcito, armada, aviacin, etc., segn el pas) y las fuerzas policiales.No hay que olvidar que esta divisin en sociedad civil y sociedad poltica es una divisin meramente analtica, didctica como dice en ocasiones Gramsci. Entre ambas hay amplias zonas grises, zonas incluso indeterminables. Organismos, como la iglesia verbigracia- que en un momento histrico pueden formar parte de la sociedad poltica y en otro de la sociedad civil. Gramsci le otorgaba un papel muy importante a los partidos polticos, considerndolos como el nexo clave entre sociedad civil (donde tenan su base) y la sociedad poltica (en la cul poda cumplir la funcin de gobierno).En el caso de Argentina, el Estado gobierno ha tenido, en mayor o menor grado, en conexin estrecha con la sociedad civil y dirigiendo a menudo los partidos polticos, un papel clave en la construccin de la hegemona. Esto es muy evidente en el caso de los primeros gobiernos de Juan Domingo Pern, donde no slo el consenso se construye a partir del Estado gobierno y alrededor de dos lderes carismticos como Pern y Eva Pern-, sino que desde l mismo se lanzan estrategias para integrar las ms importantes organizaciones de la sociedad civil, como los sindicatos por ejemplo, a un complejo aparato de la sociedad poltica.Para Gramsci los partidos polticos, y el pensaba directamente en el caso del Partido Comunista italianos, tenan un papel central en la posible construccin de un nuevo sistema hegemnico, en la elaboracin y direccin de una contrahegemona a la burguesa, a tal punto que los consideraba el nuevo Principe. Sealaba:Hay que destacar la importancia y el significado que tienen, en el mundo moderno, los partidos polticos, para la elaboracin y la difusin de las concepciones del mundo [las ideologas], en cuanto elaboran la tica y la poltica conforme a las mismas, es decir, funcionan como experimentadores de dichas funciones () los partidos son los elaboradores de las nuevas intelectualidades integrales y totalitarias (...)Habr que volver a tener en cuenta la ltima parte de la cita cuando nos refiramos al sentido comn. En la misma, sin decirlo explcitamente recordemos que escriba en la crcel y sus escritos eran sometidos a control- est planteando que esa lite deba ser el Partido Comunista italiano, al cual designa como El Prncipe moderno, para el caso de su pas : El Prncipe ocupa, en las conciencias, el lugar de la divinidad o del imperativo categrico, deviene la base de un laicismo moderno y de una completa laicizacin de toda la vida y de todas las costumbres. (Gramsci, 1984b)

Volvamos a la sociedad civil, partiendo de un esquema. La misma supone, en el planteo gramsciano, centralmente el campo de la ideologa, que comprende:. La ideologa de la clase dirigente;

. La concepcin del mundo difundida entre todas las capas sociales;

. La direccin ideolgica de la sociedad: tarea educativa y formativa del Estado Etico, sin sanciones ni obligaciones taxativas La poltica y la tica como normatividad- se elabora a partir de la ideologa.

Con la tarea educativa y formativa del Estado Etico, Gramsci se refiere alproceso de construccin del consenso y est usando Estado en sentido ampliado.Sin sanciones ni obligaciones taxativas, hace referencia a ese proceso donde el consenso no es evidentemente- resultado de la coercin, sino de penetrar en las normas que convertidas en normas de conducta se siguen en cuanto estn incorporadas al sentido comn. Se trata de la construccin de lo que va a llamar el hombre colectivo y el conformismo social (consecuencia del consenso), donde el Estado en sentido ampliado tiene la funcin de educar a los hombres en funcin de las necesidades de una clase fundamental:Tarea educativa y formativa del Estado que tiene siempre el fin de crear nuevos y ms elevado tipos de civilizacin, de adecuar a la civilizacin y la moralidad de las ms vastas masas populares a las necesidades del continuo desarrollo del aparato econmico de produccin y, por ende, de elaborar, tambin fsicamente los nuevos tipos de humanidad. Pero, de que manera lograr cada individuo incorporarse al hombre colectivo y en qu sentido deber ser dirigida la presin educativa sobre los individuos si se quiere obtener su consenso y colaboracin, haciendo que la necesidad y la coercin se transformen en libertad? [La respuesta supone tener en cuenta] el derecho, cuyo concepto deber ser entendido, comprendiendo tambin aquellas actividades que hoy estn involucradas en la frmula de jurdicamente indiferente y que son del dominio de la sociedad civil, la cual opera sin sanciones y sin obligaciones taxativas, ms no por ello deja de ejercer una presin colectiva y de obtener resultados objetivos en la formacin de las costumbres, las maneras de pensar y obrar, la moralidad, etc.

Seala tambin, y habr que conectarlo con la estructura y el material ideolgico: Me parece que lo ms concreto y sensato que se puede decir a propsito del Estado tico y de cultura es lo siguiente: cada Estado es tico en cuanto una de sus funciones ms importantes es la de elevar a la gran masa de la poblacin a un determinado nivel cultural y moral, nivel (o tipo) que corresponde a las necesidades de desarrollo de las fuerzas productiva y, por consiguiente, a los intereses de las clases dominantes. La escuela como funcin educativa positiva y los tribunales [donde los jueces aplican el derecho, aplican las sanciones] como funcin educativa represiva y negativa son las actividades estatales ms importantes en tal sentido. Pero, en realidad, hacia el logro de dicho fin tienden una multiplicidad de otras iniciativas y actividades denominadas privadas, que forman el aparato de la hegemona poltica y cultural de las clases dominantes. () El Estado tiene y pide el consenso, pero tambin lo educa por medio de las asociaciones polticas y sindicales, que son sin embargo organismos privados, dejados a la iniciativa privada de las clases dirigente.

El consenso, la tica necesaria a los intereses de una clase se construye. Por otra parte prev, aunque no va a ocuparse demasiado de ello, la construccin de consensos a nivel internacional, lo cual ocurri en buena parte del planeta, en los noventa, con la hegemona que alcanza el neoliberalismo, la versin neoliberal de la globalizacin y la utopa tecnocrtica desarrollada alrededor de las nuevas tecnologas informticas: Cada relacin de hegemona es necesariamente una relacin pedaggica, y se verifica, no slo en el interior de una nacin, entre las diversas fuerzas que la componen, sino en todo el campo internacional, entre complejos de civilizaciones nacionales y continentales. Siguiendo el esquema, al considerar la Sociedad Civil, hay que considerar la ideologa y con relacin a ella: 1) La ideologa propiamente dicha;

Ideologa, significa para Gramsci concepcin del mundo y de la vida, incluye, por un lado, el significado ms alto de concepcin del mundo que se manifiesta implcitamente en el arte, en el derecho, en la actividad econmica, en todas las manifestaciones de la vida intelectual y colectiva (). Pero, tambin incluso en la ms mnima manifestacin de una actividad intelectual cualquiera, la del lenguaje, est contenida una determinada concepcin del mundo

Frecuentemente usa la palabra filosofa como sinnimo de ideologa en general, tambin usa dicha palabra en un sentido restringido para referirse al grado ms elaborado de la ideologa, el grado cualitativo ms alto de la ideologa, resultado de la creacin de los filsofos.Eventualmente utiliza el trmino ideologa en sentido peyorativo al referirse a un sistema dogmtico de verdades absolutas y eternas. En esto, consideraba, devena el marxismo en su versin economicista y mecanicista.Recordemos, que tambin se refiere a ideologas arbitrarias[31], signadas a no tener trascendencia histrica, en cuanto no tienen nexo con la estructura, e ideologas orgnicas, que son histricamente necesarias a determinada estructura, y cuyo valor histrico () puede ser calculado por la eficacia prctica que ha logrado. Estas ideologas orgnicas afirma- tienen una validez que es psicolgica, organizan las masas humanas, forman el terreno en el cual se mueven los hombres, adquieren conciencia de su posicin, luchan, etc.

Movimientos como el hippismo, el espiritismo, o la diversidad de grupos orientalistas de moda en uno u otro momento, o cualquier tipo de ideologa que no est conectada con las clases fundamentales de la estructura, pueden tener difusin, o meter bulla, en un determinado momento, pero no tienen posibilidad de trascendencia histrica. Afirma Gramsci:

La adhesin o no adhesin de masas a una ideologa es el modo como se verifica la crtica real de la racionalidad e historicidad de los modos de pensar. Las construcciones arbitrarias son ms o menos rpidamente eliminadas de la competicin histrica, aun cuando a veces, por una combinacin de circunstancias inmediatas favorables, alcanzan a gozar de cierta popularidad, mientras que las construcciones que corresponden a las exigencias de un perodo complejo y orgnico terminan siempre por imponerse y prevalecer, aun cuando atraviesen muchas fases intermedias durante las cuales su afirmacin se produce slo en combinaciones abigarradas y heterclitas. ... (Gramsci, 1984: 23)

Claro que cuando se refieren a las construcciones que corresponden a las exigencias de un perodo, Gramsci est pensando en el marxismo y ms especficamente en el Partido Comunista (en la poca en que escriba) que tendra la eficacia prctica de organizar y concienciar a las masas humanas. A pesar de la importancia que otorga a la voluntad y a la construccin, y a sus refutaciones del marxismo mecanicista que afirmaba el fatal e inoperable advenimiento de la sociedad sin clases, quedan algunas de sus notas en las cuales Gramsci no puede sacudirse totalmente de un cierto mesianismo de izquierda. Y difcilmente hubiera podido hacerlo a partir de su posicin en el Partido Comunista Italiano y en la militancia poltica en el mismo, an cuando estaba en la crcel. 2) La estructura ideolgica.

La estructura ideolgica comprende las organizaciones que crean y difunden la ideologa, y que realizan el trabajo ideolgico permanente que requiere la construccin y el mantenimiento del consenso.

Desde la crcel, Antonio Gramsci se planteaba que

sera interesante estudiar en concreto, para un pas determinado, la organizacin cultural que mantiene en movimiento el mundo ideolgico y examinar su funcionamiento prctico. Un estudio de la relacin numrica existente entre el que profesionalmente se dedica al trabajo cultural activo y la poblacin de cada pas, sera til junto con un clculo aproximativo de las fuerzas libres. La escuela, en todos sus grados, y la iglesia son las dos mayores organizaciones culturales de cada pas, por la cantidad de personal que ocupan. Los diarios, las revistas, la actividad literaria y las instituciones escolares privadas, ya sea como integrantes de la escuela del Estado o como instituciones de cultura del tipo de las universidades populares. (1984: 24)

Seala que las actividades estatales ms importantes de la estructura son la escuela como funcin educativa positiva y los tribunales como funcin educativa represiva y negativa.

Los intelectuales aparecen en diversas instituciones, incluso aquellas ubicadas, ms bien, en la esfera represiva de la sociedad poltica: Otras profesiones incorporan a su actividad especializada una fraccin cultural no indiferente, como la de los mdicos, oficiales del ejrcito, magistratura. (Gramsci, 1984: 25)

Gramsci, lgicamente respecto de la poca en que vivi, considera que la Escuela era la organizacin que cumpla el papel ms importante en la difusin de la ideologa:La escuela es el instrumento para formar los intelectuales de diverso grado. La complejidad de las funciones intelectuales en los diversos Estados se puede medir objetivamente por la cantidad de escuelas especializadas y su jerarquizacin: cuanto ms extensa es el rea escolar y cuanto ms numerosos son los grados verticales de la escuela, tanto ms complejo es el mundo cultural. 1989: 14/15) La idea de qu comprenden las estructuras ideolgicas es amplia incluyendo las bibliotecas, los crculos y los clubes de distintos temas, desde la arquitectura hasta la disposicin y los nombres de las calles. La mayora de los estudiosos que han seguido trabajando con la teora gramsciana (Raymond Williams, Stuart Hall, David Morley, Gaye Tuchman, Maria C. Mata, Jess Martn Barbero, por ejemplo), suelen considerar que en la actualidad son las organizaciones comunicacionales complejas, que gestionan a los medios masivos de comunicacin social, las ms importantes. Gramsci en realidad apenas atisba los medios masivos de comunicacin a distancia, pero considera que la prensa es la parte ms dinmica de esta estructura ideolgica.

Ya sealamos que, en cuanto a la creacin y difusin de la ideologa que corresponde a la construccin de un nuevo bloque histrico, considera crucial a los partidos polticos para la elaboracin y difusin de las concepciones del mundo, en cuanto elaboran la tica y la poltica conforme a las mismas.

3) El material ideolgico (medios tcnicos de difusin).

Cuando seala losfocos de irradiacion de innovaciones lingsticas en la tradicin y de un conformismo nacional lingstico en las grandes masas nacionales, Gramsci elabora un listado, que pareciera ser en parte jerarquco y donde incluye tanto organizaciones como medios tcnicos de difusin:

1. La escuela;

2. los peridicos;

3. los escritores de arte y los populares;

4. el teatro y el cinematgrafo sonoro;

5. la radio;

6. las reuniones publicas de distintos gneros,

comprendidas las religiosas;

7. las relaciones de conversaciones entre los distintos estratos de la poblacin mas cultos

y menos cultos;

8. los dialectos.

As, como consideraba a la prensa como la parte ms dinmica de la estructura ideolgica intuye la importancia que pueden alcanzar nuevos medios, que se caracterizan por la instantaneidad o simultaneidad, verbigracia, al mismo tiempo que las comunicaciones cara a cara:

Tambin actualmente la comunicacin oral es un medio de difusin ideolgica que tiene una rapidez, un rea de accin, una simultaneidad emotiva enormemente ms amplia que la difusin escrita (el teatro, el cine y la radio, con la difusin por altoparlantes, con los cuales en las plazas baten todas las formas de comunicacin escrita, del libro a la revista, del diario al peridico mural) aunque ms en superficialidad que en profundidad

Las relaciones de conversaciones, las comunicaciones verbales cara a cara, no slo entre individuos de distintas clases sociales, sino tambin entre aquellos que pertenecen al mismo grupo, devendrn fundamentales para el largo proceso de imperceptible conquista del sentido comn.

Cuando, reflexiona sobre las formas ms efectivas de la propaganda ideolgica (Por qu y cmo se difunden y llegan a ser populares, la nuevas concepciones del mundo?), realiza planteos que coinciden en buen grado con algunas de las conclusiones de la mass communication research norteamericana en particular los estudios dirigidos por Paul Lazarsfeld-, respecto de los factores intermediarios, cuando se estudian las influencias de los medios masivos de comunicacin a corto plazo, a nivel individual y en situacin de campaa. Seala Gramsci que en la difusin de las nuevas concepciones del mundo:

influyen (...) la forma racional mediante la cual la nueva concepcin es expuesta y presentada, la autoridad (en cuanto sea reconocida y apreciada, por lo menos genricamente) del expositor, y de los pensadores y cientficos a los cuales llama en su apoyo el expositor; el pertenecer a la misma organizacin de quien sostiene la nueva concepcin (pero luego de haber entrado en la organizacin por un motivo que no es el de participar de la nueva concepcin). Estos elementos, en realidad, varan segn el grupo social de que se trate y el nivel del mismo. Pero la investigacin interesa especialmente en lo que respecta a las masas populares, que cambian de concepciones ms difcilmente y que, en todo caso, no la aceptan jams en la forma "pura", por decirlo as, sino siempre y solamente como combinacin ms o menos heterclita y abigarrada. La forma racional, lgicamente coherente; la amplitud del razonamiento que no descuida ningn argumento positivo o negativo de cierto peso, tiene su importancia, pero estn lejos de ser decisivas; pueden ser decisivas de manera subordinada, cuando determinada persona se halla ya en crisis intelectual y vacila entre lo viejo y lo nuevo, ha perdido la fe en lo viejo sin decidirse todava por lo nuevo, etctera. (Gramsci, 1984: 20/21)

4. GRADOS CUALITATIVOS DE LA IDEOLOGIA

Es imposible lograr una explicacin y una comprensin satisfactoria de la construccin de la hegemona sino se tienen en cuenta y se analizan con cuidado los grados cualitativos en que separa A. Gramsci la ideologa como concepcin del mundo que se manifiesta implcitamente en el arte, en el derecho, en la actividad econmica y en todas las manifestaciones de la vida individual y colectiva. De hecho, el sentido comn es la tabula respecto de la cual se puede comprobar el logro de la hegemona. El trabajo de construccin de la hegemona no implica, necesariamente, su logro.

Distingue los siguientes grados cualitativos:

*filosofa

*sentido comn * folklore Fe en el grupo de pertenencia, normas de conducta, conductas, modos de pensar, moralidad, norma de accin colectiva que devienen actividad prctica. En trminos de la sociologa actual se planteara todo aquello que orienta las prcticas sociales, como el habitus las orienta en la teora sociolgica de Pierre Bourdieu, verbigracia. Estos grados cualitativos deben ser considerados en relacin entre ellos y con los tipos de intelectuales, que de hecho tambin son distinguidos cualitativamente, jerrquicamente, por Gramsci:

Desde el punto de vista que nos interesa, el estudio de la historia y de la lgica de las diversas filosofas de los filsofos no es suficiente. Por lo menos como orientacin metdica, es preciso atraer la atencin hacia otras partes de la historia de la filosofa, esto es, hacia las concepciones del mundo de las grandes masas, hacia las que los ms estrechos grupos dirigentes (o intelectuales) y, finalmente, hacia las relaciones existentes entre estos distintos complejos culturales y la filosofa de los filsofos, de tal o cual grupo de intelectuales, de tal o cual sector de las masas populares; es la combinacin de todos estos elementos, que culmina en una determinada direccin y en la cual esa culminacin se torna norma de accin colectiva, esto es, deviene "historia" concreta y completa (integral).

La ideologa de una poca

no es () otra cosa que la "historia" de dicha poca; no es otra cosa que la masa de la variaciones que el grupo dirigente ha logrado determinar en la realidad precedente: historia y filosofa son inseparables en ese sentido, forman un "bloque". Se pueden "distinguir" los elementos filosficos propiamente dichos, en todos sus diversos grados: como filosofa de los filsofos, como concepciones de los grupos dirigentes (cultura filosfica) y como religiones de las grandes masas; vase cmo en cada uno de estos grados es preciso vrselas con formas diversas de combinacin ideolgica. (Gramsci, 1984: 27)

4.a. FILOSOFIA

As como Gramsci distingue grados cualitativos de la ideologa teniendo en cuenta el grado de elaboracin de la misma, establece correlativamente una jerarqua de intelectuales. El nivel ms elevado es el de los filsofos, que son los encargados de plasmar una ideologa en su grado ms acabado de elaboracin. Podemos pensar que Gramsci estaba pensando en Marx y en el mismo, respecto de Italia seala a Benedetto Crocce como uno de los creadores de ideologa de la burguesa. Anota:

el filsofo profesional o tcnico no slo piensa con mayor lgica, con mayor coherencia, con mayor espritu sistemtico que los dems hombres, sino que adems conoce toda la historia del pensamiento, es decir, sabe determinar el sentido que el desarrollo del pensamiento ha tenido hasta l y se halla en condiciones de retomar los problemas desde el punto en que se hallan ()

Claro que la filosofa (como ideologa en su grado ms elaborado) de los filsofos, no se convierte en la filosofa de una poca histrica, sino se torna norma de accin colectiva, eso es, deviene historia concreta y completa (integral). Esto suceder cuando esa filosofa, por accin de otros intelectuales de menor grado, logre pasar a forma parte del sentido comn, el segundo grado cualitativo de la ideologa.Recordemos que Gramsci plantea un rol central de los partidos polticos en la construccin de la filosofa considerando al Partido Comunista italiano, como el Prncipe moderno-:

el filsofo real no es y no puede ser otras cosa que el poltico, es decir, el hombre activo que modifica el ambiente, entendido por ambiente el conjunto de relaciones de que el hombre forma parte. (Gramsci, 1984: 27)

Por lo dems, -asevera Gramsci- estas lites no pueden constituirse y organizarse sin que en su interior se verifique una jerarquizacin de autoridad y competencia intelectual, que puede culminar en un gran filsofo individual, si ste es capaz de revivir concretamente las exigencias de la slida comunidad ideolgica, de comprender que sta no puede tener la rapidez de movimientos propia de un cerebro individual y, por lo tanto, logre elaborar formalmente la doctrina colectiva y de la manera ms adherente y ms adecuada al modo de ser colectivo.

4.b. SENTIDO COMUN

En el sentido comn sobresalen difusos, dispersos e, incluso, contradictoriamente los elementos de la ideologa del ambiente popular y esas concepciones de la vida aparecen a quienes los viven como absolutos, como naturales. Esta frase de Antonio Gramsci, sobre la naturalizacin de las distintas concepciones de la vida, coincide claramente con las principales teoras sociolgicas contemporneas.

Si el sentido comn que sostienen los hombres del pueblo, como visin del mundo, es slo un conjunto disgregado de ideas y opiniones, Gramsci no deja de sealar que no es algo rgido e inmvil y que hay un ncleo de buen sentido presente en el mismo, que puede ser la base de una concepcin crtica, como un dinamismo de los procesos de produccin de la cultura:

Cada estrato social tiene su sentido comn y su buen sentido que en el fondo es la concepcin de la vida y del hombre ms difundida. Cada corriente filosfica deja una sedimentacin de sentido comn: este es el documento que prueba su efectividad histrica. El sentido comn no es algo rgido e inmvil, sino que se transforma continuamente, enriquecindose de nociones cientficas y de opiniones filosficas incorporadas a las costumbres. El sentido comn es el folklore de la filosofa y est siempre entre el verdadero folklore (como se entiende comnmente) y la filosofa, la ciencia, la economa de los especialistas. El sentido comn crea el futuro folklore, o sea una fase relativamente rgida de los conocimientos populares de cierto tiempo y lugar. (1989)

Dnde se pueden encontrar indicadores del ncleo de buen sentido?

Qu idea se hace el pueblo de la filosofa? Se la puede reconstruir a travs de los modos de decir del lenguaje comn. Uno de los ms difundidos es aquel de "tomar las cosas con filosofa" que, una vez analizado, no tiene por qu ser rechazado totalmente. Es cierto que se contiene en l una implcita invitacin a la resignacin y a la paciencia; pero, a lo que parece, el punto ms importantes es su invitacin a la reflexin, a tomar conciencia de que lo que sucede es en el fondo racional y que como tal es preciso encararlo, concentrando las fuerzas racionales y no dejndose arrastrar por los impulsos instintivos y violentos. Se podran reagrupar estos modos de decir populares junto a las expresiones similares de escritores de carcter popular -tomndolas de los grandes vocabularios-, de las que forman parte los trminos "filosofa" y "filosficamente", y se podr ver que stas tienen un significado muy preciso, de superacin de las pasiones bestiales y elementales, en una concepcin de la necesidad que da al obrar una direccin consciente. Este es el ncleo sano del sentido comn, lo que podra llamarse el buen sentido y que merece ser desarrollado y convertirse en cosa unitaria y coherente. As aparece claro por qu no es posible separar lo que se llama "filosofa cientfica" de la filosofa "vulgar y popular", que es slo un conjunto disgregado de ideas y opiniones. (Gramsci, 1984: 11/12)

Cmo se produce el consenso de las masas populares? Cmo del proceso de construccin de la hegemona se pasa al logro concreto de la misma?

Se pregunta Gramsci: Por qu y cmo se difunden, y llegan a ser populares, las nuevas concepciones del mundo? En este proceso de difusin (que es al mismo tiempo, de sustitucin de lo viejo y, muy a menudo de combinacin entre lo nuevo y lo viejo)

Plantea que los elementos autoritario y organizativo tienen una funcin central, y que las nuevas concepciones van a funcionar para las masas como una fe: las masas, en cuanto tales, slo pueden vivir la filosofa como una fe. Pero, para convertirse en normas de conducta que orienten las prcticas sociales del hombre del pueblo, sostenidas en la fe en su propio grupo, habr un proceso extenso en el que las conversaciones, las relaciones cotidianas, los mltiples contactos diarios en la vida privada y en el trabajo, en las relaciones cara a cara, sern tejido central de la lenta difusin de las visiones del mundo que van ganando el consenso. Ser donde la ideologa difundida por los intelectuales de segundo rango (los educadores), los que tienen el contacto con los simples (como lo tenan los sacerdotes de campaa con el pueblo, anteriormente), pasa a constituirse en sentido comn.

Pensemos para imaginar este largo proceso, que decamos ms atrs- suele llevar largos aos, como en Argentina se pas de un consenso muy generalizado, en particular en los sectores populares, sobre la conveniencia de un Estado social e interventor, a un consenso sobre un Estado prescindente neoliberal. El consenso era respecto de que el Estado gobierno deba intervenir activamente para asegurar salud, educacin, vivienda y, claro est, fuentes de trabajo. Este estado deba intervenir para que no se perdieran industrias locales, deba hacerse cargo de los recursos bsicos de la nacin como del petrleo, a travs de YPF (Yacimientos Petrolferos Fiscales)-, intervenir activamente regulando las relaciones entre patrones y obreros, promoviendo el desarrollo de la industria nacional, etc., etc. Este modelo se consolid a tal punto en el sentido comn, que si alguien planteaba un modelo de Estado, como l que luego se impuso, poda ser considerado no slo un bicho raro, sino tambin un enemigo del pueblo. De hecho, cuando en junio del ao 1975 se intent aplicar un plan econmico con el Ministro de Economa Celestino Rodrigo a la cabeza- que supona un Estado prescindente y un proceso que implicara retrocesos en los beneficios obtenidos por los sectores populares los sindicatos llevaron a cabo una huelga general de rechazo. Ese plan no obtuvo consenso y fue impuesto por la fuerza a travs del terrorismo de Estado de la dictadura militar que comenz el 24 de marzo de 1976.

Martnez de Hoz, primer Ministro de Economa, de la dictadura del 76, tuvo el aval de la coercin y del terror, para imponer el plan que un ao antes haba sido rechazado. El nuevo modelo neoliberal, que supona que la burguesa industrial era desplazada por la burguesa financiera -aliada a las transnacionales- como fraccin dominante de la clase dominante, fue brutalmente impuesto. Los intelectuales de los sectores subalternos fueron asesinados, o, en el mejor de los casos encarcelados o se debieron exilar.

Pasaron los aos de plomo, vino la trgica guerra de Malvinas y la vuelta a la democracia, conseguida ms por los desatinos de los militares que por los mritos de los polticos de los tradicionales partidos, con honrables excepciones. Paso el gobierno de Alfonsn y luego triunf Menem, prometiendo la revolucin productiva. Sin embargo, en lugar del salariazo y la revolucin productiva, coloc pronto a un ex funcionario de la dictadura militar como Ministro de Economa para comandar el ms tremendo proceso de desmontaje del Estado social, acompaado con un proceso de privatizacin, desindustralizacin, venta del patrimonio nacional a las transnacionales, perdida de los derechos de los trabajadores, en nombre de la flexibilidad laboral que el nuevo orden global demandaba. No pas mucho tiempo para que Martnez de Hoz, primer Ministro de Economa de la dictadura, afirmara que Domingo Cavallo, Ministro de Economa de Menem, haba terminado de cumplir con lo que l no haba podido terminar de hacer. Pero, adems, para mediados de la dcada del noventa, el nuevo modelo de Estado haba alcanzado consenso.

Cmo ocurri esto? Por un lado, estuvo la imposicin del terrorismo de estado, pero cuando regres la democracia hubo una insistente y prolfica campaa desde lo privado, desde los medios masivos de comunicacin, desde algunos partidos polticos, desde fracciones de los partidos polticos tradicionales como en el caso de Rodolfo Terragno dentro del radicalismo-, desde las asociaciones publicitarias, desde las cmaras empresarias, etc., etc., una insistente y omnipresente campaa promoviendo el nuevo orden global, las bondades de un mundo globalizado, neoliberal claro est, que traera la fortuna de la mano del increble desarrollo de las nuevas tecnologas informticas y de la apertura de los mercados Fue un largo proceso, mucho ms intrincado y complejo de lo que aqu podemos desarrollar, donde el modelo recin fue adquiriendo verosimilitud en las conversaciones cara a cara, entre los propios grupos de el hombre del pueblo, durante el gobierno de Menem que ofreca algunos beneficios concretos, como el fin de la inflacin, y otros como promesas a futuro, como una recomposicin en la participacin de los obreros en el producto bruto interno cuando en realidad las fuentes de trabajo iban desapareciendo-, y la apertura a un mercado mundial que llenaba de chucheras las gndolas-. Argentina ingres al primer mundo en versin todo por dos pesos. Cunto llevo el proceso de conquistar el consenso? Primero una dictadura, terminada la misma por lo menos unos diez aos ms. Sin saber muy bien en que momento comenz a suceder, como no se sabe cuando los granos de arena se convierten en un montn no hay un grano a partir del cual se pueda definir la conversin-, el hombre de pueblo se encontr con que ya sus pares no pensaban como l haba pensado hasta no hacia mucho. Sin darse cuenta, la mayora sostena que era evidente que el Estado era ineficiente en todas partes, que el mundo haba cambiado que el peronismo o el radicalismo tenan que aggiornarse a las nuevas condiciones y que no poda seguir sostenindose lo mismo que en los aos cuarenta, que la apertura de los mercados traera inversiones productivas (mientras que la inversin era financiera y especulativa, simplemente para obtener ganancias en el pas y girarlas al exterior) Poco a poco, el bicho raro paso a ser el que antes se senta parte de una mayora. La espiral del silencio hizo el resto, bastante despus llegaron las cacerolas, pero era ya bastante tarde.

Cundo se pas de un consenso a otro? Imposible saberlo, es un proceso lento que involucra a la poblacin y a su vida cotidiana, no slo a los diseos externos. Cmo dice J.M. Barbero, la hegemona se construye desde dentro de los sectores populares, no es simplemente algo impuesto desde afuera.

Respecto de que la fuerza de las creencias est en lo que sostienen los pares, deca Gramsci:

Es de imaginar, por otra parte, la posicin intelectual de un hombre del pueblo: se ha formado opiniones, convicciones, criterios de discriminacin y normas de conducta. Cada sostenedor de un punto de vista opuesto al suyo, en cuando es intelectualmente superior, sabe argumentar sus razones mejor que l, y, lgicamente lo derrota en la discusin. Debe, por ello, cambiar de convicciones el hombre del pueblo? Y por el hecho de que en la discusin inmediata no sabe hacerlas valer? Si as fuese, eso debera sucederle una vez por da, cada vez que enfrentase a un adversario ideolgico intelectualmente superior. Sobre qu elementos se funda, entonces, su filosofa, y especialmente su filosofa en la forma que tiene para l la mayor importancia como norma de conducta? El elemento ms importante tiene, indudablemente, carcter no racional, de fe. Pero en quin y en qu cosa? Especialmente en el grupo social al cual pertenece, en cuanto piensa las cosas difusamente como ste: el hombre del pueblo piensa que entre tanta gente no puede equivocarse de raz, como el adversario argumentador quiere hacerle creer; que l mismo, es cierto, no es capaz de sostener y desarrollar las propias razones como el adversario las suyas, pero en su grupo hay quien lo sabe hacer incluso mejor que ese adversario determinado, y l recuerda haberlo odo exponer las razones de su fe, detenida y coherentemente, de tal manera que le ha convencido. No recuerda las razones en concreto y no sabra repetirlas, pero sabe que existen porque las ha odo exponer y le han convencido. (Gramsci, 1984: 21/22)

Claro, que en el proceso argentino que en una esquemtica simplificacin expusimos ms arriba, las lites de intelectuales estaban aliadas con la burguesa y no promovan un nuevo sistema hegemnico.

De cualquier manera, Gramsci estaba convencido de que el ncleo de buen sentido presente en el sentido comn, permitira superarlo, dando lugar a una filosofa crtica, desde el trabajo de los intelectuales orgnicos de las clases subalternas. Una concepcin crtica, coherente y reflexiva, poda convertir aquellos que a travs de su sentido comn daban el consenso a sus dominantes en un ser racional en el cual se torna coherente la propia concepcin del mundo. Este paso al ser crtico permite plantea- participar activamente en la elaboracin de la historia del mundo (elevarla hasta el punto que ha llegado el pensamiento mundial ms avanzado).

Portantiero observa, que para Gramsci, es desde el terreno del sentido comn (y no fuera de l) [que] debe ser elaborada una visin crtica que supere las limitaciones de esa concepcin tradicional popular del mundo, que sea capaz de arrancar los ncleos de buen sentido que sta ayuda para depurarla de sus residuos y convertirla en algo unitario y coherente. (1999: 137/138)

Recordemos que un poco ms arriba- observabamos que Antonio Gramsci planteaba que el sentido comn, como norma de conducta que orienta las prcticas del hombre del pueblo, el elemento ms importante tiene (.) carcter no racional, de fe. ()en el grupo social al cual pertenece, en cuanto piensa las cosas difusamente como el propio hombre de pueblo. que los elementos autoritario y organizativo tienen una funcin central, y que las nuevas concepciones van a funcionar para las masas como una fe: las masas, en cuanto tales, slo pueden vivir la filosofa como una fe. Sin embargo, est claro que considera que la conciencia puede pasar a un nivel crtico, a una concepcin del mundo coherente y reflexiva, y en este proceso de construccin de una voluntad popular crtica considera que es clave el papel del Prncipe Moderno (el partido poltico de la clase obrera), de sus intelectuales, en promover el surgimiento de intelectuales orgnicos desde dentro de la propia clase obrera. Considera que:

El Prncipe moderno debe ser () el abanderado y organizador de una reforma intelectual y moral, lo cual significa crear el terreno para un desarrollo ulterior de la voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de civilizacin moderna

Cmo caracteriza a esa voluntad? Teniendo en claro que la voluntad es, para Gramsci, un elemento significativo en las posibilidades de transformacin social. La considera clave en el paso de la falsa consciencia a la concepcin crtica que permite convertirse en un participante activo en la elaboracin de la historia del mundo (hombres constructores de su propia realidad, en trminos de la sociologa ms reciente):

es necesario que la volunta colectiva y la voluntad poltica en general sean definidas en el sentido moderno; la voluntad como conciencia activa de la necesidad histrica, como protagonista de un drama histrico efectivo y real.

4.c. FOLKLORE

Dentro de los grados cualitativos de la ideologa, el folklore constituye, para Gramsci, el nivel ms bajo; un aglomerado indigesto de resabios de visiones del mundo que se desarrollaron en modos de produccin anteriores y que sobreviven. Define al Folklore como la

Concepcin del mundo no slo no elaborada y asistemtica, ya que el pueblo (es decir el conjunto de las clases subalternas e instrumentales de cada una de las sociedades hasta ahora existentes) por definicin no puede tener concepciones elaboradas sistemticas y polticamente organizadas y centralizadas an en su contradictorio desarrollo ... un aglomerado indigesto de fragmentos de todas las concepciones del mundo y de la vida que se han sucedido en la historia, de la mayor parte de los cuales slo en el folklore se encuentran, sobrevivientes, documentos mutilados y contaminados.

Esta concepcin del mundo aparece en una moral del pueblo:

entendida como un conjunto determinado (en el tiempo y el espacio) de mximas para la conducta prctica y de costumbres que se derivan de ella o la han producido, moral que est estrechamente ligada, como la supersticin, a las reales creencias religiosas: existen imperativos que son mucho ms fuertes, tenaces y efectivos que aquellos de la moral oficial.

En otras nota, aclara que la concepcin del mundo y de la vida de determinados estratos, que seran los menos cultos ( y aqu pareciera usa el trmino culto en relacin a la vieja concepcin de cultura elevada, o cultura de lite), en cierta poca histrica (determinados en el tiempo y el espacio), concepciones que corresponden a ambientes sociales tradicionales y que se contraponen a la concepcin de las partes cultas de la sociedad, y, ms importante an, el folklore sera una concepcin que se contrapone a las concepciones del mundo oficiales. Pero, en cuanto, visin contrapuesta, en cuanto resabios tradicionales que se suelen manifestar como un sistema de creencias, supersticiones, considera que el folklore es tanto una traba para que la burguesa logre que la visin del mundo que corresponde a sus intereses alcance difusin y consenso, como es una traba tambin para el proletariado, o el partido del proletariado, y sus intelectuales, que tratan de construir una nueva concepcin del mundo y un nuevo bloque histrico, una nueva hegemona que apunte a una sociedad sin clases. El folklore es considerado, centralmente, en el pensamiento de Gramsci como una valla, un inconveniente, que deben sortear, como una concepcin del mundo, que deben combatir no slo los intelectuales de la burguesa sino tambin los intelectuales de las clases subalternas. Constituyen una traba en cuanto esta moral del pueblo, que incluye supersticiones, creencias religiosas , en tanto son maneras de ver y de obrar.

El Estado que tiene una concepcin de la vida que debe difundir educando a las masas nacionales, utiliza a la escuela y a los maestros para combatir al folklore, que est en contradiccin con ests concepciones de debe educar el Estado:

Conocer el folklore significa para el maestro, conocer cuales otras concepciones del mundo y de la vida trabajan de hecho por la formacin intelectual y moral de las generaciones ms jvenes, para extirparlas y sustituirlas , con concepciones consideradas superiores. () El folklore no debe ser considerado como algo raro, o extrao o como un elemento pintoresco, sino como algo muy serio que exige ser tomado en cuenta. Slo as ser ms eficiente su enseanza y determinar realmente el nacimiento de una nueva cultura moderna y cultura popular o folklores.

S bien, en la mayora de las notas sobre el folklore, Gramsci lo considera como una traba no slo para la cultura del burguesa sino tambin para la construccin de una concepcin del mundo crtica, tambin seala, en un nico prrafo la posibilidad de existan objetivamente- elementos progresivos, que puedan favorecer la construccin y difusin de la nueva concepcin del mundo:

En esta esfera [el folklore] es necesario tambin distinguir diversos estratos: los fosilizados, que reflejan condiciones de vida pasados y que son, por lo tanto conservadores y reaccionarios; y los estratos que constituyen una serie de innovaciones frecuentemente creadoras y progresivas determinadas espontneamente por formas y condiciones de vida en proceso de desarrollo y que estn en contradiccin, en relacin diversa, con la moral de los estratos dirigentes.

Este planteo, que en Los Cuadernos de la Crcel no tiene ms desarrollo que el trozo transcripto arriba, ha servido para innumerables planteos e investigaciones de corte populista que sostienen, en su posicin ms simplificada, el espontanesmo revolucionario de los sectores populares ms bajos en la escala social. Esto no es justificable por lo que escribe Gramsci, queda claro que generalmente el folklore es un inconveniente tanto para la burguesa como para el proletariado. Aunque si permite pensar en aspecto de la cultura popular, que con diversas races, implican frente a la postura de la burguesa, un desconocimiento de la misma, aunque sea simblico, de la visin de la burguesa y en ello existe una potencialidad, pero slo una potencialidad, progresiva. Estas son las situaciones que minuciosamente explora Jess Martn Barbero al revisar el desarrollo de la cultura popular, en su libro De los medios a las mediaciones.

Revisemos, sintticamente, los ejes centrales considerados hasta ahora:

En la sociedad civil se efectiviza la funcin clave del logro de la hegemona por parte de una clase fundamental, a travs de sus intelectuales orgnicos.

El conjunto de la sociedad poltica y de la sociedad civil constituyen lo que Gramsci denomina Estado en sentido ampliado.

Los intelectuales son funcionarios de la clase fundamental, encargados de lograr el nexo orgnico entre estructura y superestructura, y entre sociedad civil y sociedad poltica. Son los constructores del consenso.

La ideologa es el material clave en la tarea de los intelectuales, tanto en la construccin de una visin del mundo como en su difusin. Esta tarea de construccin cultural del hombre colectivo, necesario para los intereses de una determinada clase fundamental, tiene su espacio lgico en la sociedad civil. Para ello existen diversos grados cualitativos de intelectuales: desde los grandes creadores hasta los divulgadores y los burcratas. La tarea se articula a travs de las estructuras y materiales ideolgicos.

En la construccin de la hegemona no se puede dejar de tener en cuenta los grados cualitativos en que se divide la ideologa (los cuales deben ser relacionados con los tipos de intelectuales): la filosofa, el sentido comn y el folklore. En lograr explicar cmo las normas y valores del sentido comn se convierten en prcticas, se encuentra una de las claves del logro del consenso.Asimismo, el otorgamiento del consenso no podr ser explicado si no se tienen en cuenta los beneficios que la clase dominante cede a las clases subalternas. La situacin de hegemona constituye un equilibrio precario; para obtenerla, la clase dominante debe ceder beneficios (materiales y simblicos). Los espacios que cede pueden, potencialmente, convertirse en lugares que pongan en cuestin la propia hegemona, desde los cuales se comience a construir un nuevo sistema hegemnico. La hegemona, constitutivamente, no puede ser monoltica, es precaria y debe ser permanentemente reconstruida para ser conservada.

B2. CRISIS NO ORGANICAS Y ORGANICAS DEL BLOQUE

HISTORICO. CAUSAS Y POSIBLES RESOLUCIONES.

Ahora veremos como considera Antonio Gramsci aquella situacin en que el bloque histrico, y por lo tanto la dominacin a travs del consenso, entran en crisis: la quiebra del bloque histrico. Si se quiebra el bloque histrico, y deja de existir por lo tanto, podemos estar seguros de que tambin se ha quebrado la hegemona y por lo tanto se ha perdido el consenso.

Sin embargo, hay situaciones en que una crisis del bloque histrico logra ser resuelta por la clase dominante, o por una fraccin de las clases dominantes, y entonces se habr tratado de una crisis no orgnica. Gramsci plantea que las mismas suelen ser resueltas con un recambio del elenco de gobernantes. Justamente, este es un recurso podramos hipotetizar- pautado institucionalmente, en las democracias liberales modelo tpico del consenso-, con las elecciones regulares. En Argentina, el deterioro del gobierno durante un lapso de seis aos, fue una de las razones esgrimidas para llevar a cabo, como parte de la reforma constitucional, un cambio de seis a cuatro aos de duracin para el mandato presidencial.Previendo ese desgaste se acort el ciclo presidencial, lo cual es clave en un pas donde el Estado gobierno sigue siendo muy importante en la construccin del consenso.

La crisis de diciembre del 2001 no alcanz a convertirse en orgnica, adems de por la falta de alternativas organizadas y de preparacin de las clases subalternas para ofrecer un modelo alternativo, por el recurso constitucional a cambio de elencos gobernantes y el posterior llamado a elecciones. De cualquier manera, contribuy centralmente a que no se produjera una crisis orgnica el hecho de que se mantuviera un hilo delgado pero resistente- de consenso, entre casi la totalidad de los sectores involucrado, en cuanto al mantenimiento de la democracia. Los saqueos, los cacerolazos, las asambleas populares, cuestionaban un modelo, gobiernos, pero no a la democracia en s misma. La aceptacin de la legalidad del nombramiento de Eduardo Duhalde como presidente, an sin que fue reconocido como legtimo, es un indicador que haba un fuerte consenso sobre la necesidad de mantener la democracia ms all de los cuestionamientos al Estado gobierno.

En las notas sobre las crisis del bloque histrico se insertan la mayora de los planteos de Gramsci que apuntan a la construccin de un nuevo sistema hegemnico que derive en la sociedad regulada, o sea en la sociedad sin clases.

A diferencia de los planteos dogmticos del marxismo mecanicista, para Gramsci las crisis del bloque histrico no derivan necesariamente de la estructura, como sigue lo aclara Portantiero:

Ante todo, la crisis no es para Gramsci un derivado necesario de los movimientos de la economa: se puede excluir que las crisis econmicas produzcan por s mismas acontecimientos fundamentales; slo pueden crear un terreno ms favorable a la difusin de ciertas maneras de pensar, de plantear y resolver las cuestiones que hacen a todo el desarrollo ulterior de la vida estatal. Pero, la crisis no es tampoco puramente poltica: Gramsci acua el concepto de crisis orgnica para referirse a un proceso largo y complejo en el que es necesario distinguir lo orgnico de lo coyuntural, para fundar a partir de ello las probabilidades de la iniciativa poltica.

La crisis orgnica es una crisis del Estado en su conjunto; esto es una crisis de los modos habituales con que se haba constituido hasta entonces el compromiso entre dominantes y dominados ().

Cules son las circunstancias que pueden llevar a una crisis orgnica? Se distinguen crisis que son provocadas por acciones de los propios sectores dominantes y otras que son provocadas por la actividad de las clases subalternas.

Entre las provocadas por la propia clase dominante, Gramsci considera:

que se produce o bien porque dicha clase fracas en alguna gran empresa poltica para la cual requiri o impuso por la fuerza el consenso de las grandes masas (la guerra, por ejemplo). (1989)

La clase hegemnica compromete a las otras clases en una guerra, compromete all su prestigi y legitimacin, y la guerra se pierde. Esto ocurri en algunos pases europeos durante la primera guerra mundial. Pero, tambin su compromiso y fracaso, con la consecuente perdida de la hegemona, puede provenir de la convocatoria a un plebiscito, donde de hecho plebiscita su prestigi, y fracasa. Cmo el plebiscito llamado por Pinochet en Chile, alrededor de un s o un no. Tambin puede ser el compromiso asumido al proponer un Plan Econmico, que luego fracasa. De alguna manera este elemento est presente en la cada de De La Rua, con el plan propuesto por el Ministro de Economa Domingo Cavallo, que termina con la expropiacin de los depsitos de los ahorristas.

Las clases subalternas pueden provocar la crisis a partir de un movimiento inorgnico, que se caracteriza por su virulencia, pero carece de una direccin y una alternativa a la del bloque histrico que contribuyen a quebrar:

vastas masas (especialmente de campesinos y de pequeos burgueses intelectuales) pasaron de golpe de la pasividad a una cierta actividad y plantearon reivindicaciones que en su catico conjunto constituyen una revolucin. (1989)

En cambio si las clases subalternas han logrado organizarse, se han dado sus intelectuales, y han conquistado la direccin cultural, han logrado consenso en la sociedad civil para una nueva concepcin del mundo, para la ideologa del nuevo bloque histrico, pueden provocar la crisis y convertirse, aunque no necesariamente ello ocurrir, en la nueva clase dirigente, pueden constituir un nuevo bloque histrico.

Cmo se resuelven las crisis orgnicas? Slo pueden resolverse a favor de las clases subalternas, lideradas por el proletariado, en el caso sealado en el caso anterior. Pero, Gramsci tiene claro que la situacin es generalmente ms difcil para las clases subalternas que para la burguesa:

La crisis crea peligrosas situaciones inmediatas porque los diversos estratos de la poblacin no poseen la misma capacidad de orientarse rpidamente y de reorganizarse con el mismo ritmo. La clase dirigente tradicional, que tiene un numerosos personal adiestrado, cambia hombres y programas y reasume el control que se le est escapando con una celeridad mayor de cuanto ocurre en las clases subalternas; si es necesario hace sacrificios, se expone a un porvenir oscuro cargado de promesas demaggicas, pero se mantiene en el poder, lo refuerza por el momento y se sirve de l para destruir al adversario y dispersar a su personal directivo [los intelectuales]. (1989)

La respuesta ms frecuente de la burguesa frente a la crisis orgnica, a su perdida de hegemona, es la dictadura que le permite mantenerse en el poder, an recurriendo al ms estricto terror, aniquilando a los intelectuales de las clases populares y quebrando la organizacin y movilizacin hasta entonces alcanzada. Tal como ocurri en Argentina en 1930, en 1955, en 1968 y en 1976.

Cuando la crisis no se resuelve a favor de uno u otro bando, cuando existe un virtual empate, cuando existe un equilibrio esttico (), que ningn grupo, ni el conservador ni el progresista tiene fuerzas como para vencer (Gramsci, 1989), la resolucin suele ser el cesarismo, con el recurso a un jefe carismtico:

Se puede decir que el cesarismo expresa una situacin en la cual las fuerzas en lucha se equilibran de una manera catastrfica, o sea de una manera tal que la continuacin de la lucha no puede menos que concluir con la destruccin recproca. () Pero si bien el cesarismo expresa siempre la solucin arbitraria, confiada a una gran personalidad, de una situacin histrico poltica caracterizada por una perspectiva de fuerzas de perspectiva catastrfica, no siempre tiene el mismo significado histrico. Puede existir un cesarismo progresista y uno regresivo; y el significado exacto de cada forma de cesarismo puede ser reconstruido, en ltima instancia, por medio de la historia concreta y no a travs de un esquema sociolgico. El cesarismo es progresista cuando su intervencin ayuda a triunfar a las fuerzas progresivas aunque sea con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la victoria; es regresivo cuando su intervencin ayuda a triunfar a las fuerzas regresivas, tambin, en este caso con ciertos compromisos y limitaciones, los cuales, sin embargo, tienen un valor, una importancia y un significado diferente que en el caso anterior. Cesar y Napolen I son elementos de cesarismo progresivo, Napolen III y Bismarck de cesarismo regresivo. (1989)

Para que la crisis pueda resolverse con la constitucin de un nuevo bloque histrico, liderado por el proletariado y el conjunto de las clases subalternas, es necesario que estn organizados, movilizados, y preparados desde la fuerza obtenida por la direccin cultural en la sociedad civil- a tomar el poder, incluido el poltico, en caso de crisis orgnica, recurriendo si efectivamente hay posibilidades reales de vencer- si es necesario, y slo entonces, a la violencia:

El momento decisivo de toda situacin es la fuerza permanente organizada y predispuesta desde hace mucho a la que se puede llevar adelante cuando se juzga que una situacin es favorables (y lo es slo en la medida en que una fuerza semejante existe y est impregnada de ardor combativo). Es por ello una tarea esencial velar sistemtica y pacientemente por formar, desarrollar y tornar cada vez ms homognea, compacta y consciente de s misma a esta fuerza. ( Gramsci, 1981)

BIBLIOGRAFIA

Arico, J. (1988) La cola del diablo. Itinerario de Gramsci en Amrica Latina. Punto Sur. Buenos Aires.

Gramsci, A. (1984) El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Crocce. Ediciones Nueva Visin. Buenos Aires. (Hay otras ediciones) (1984b) Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica y sobre el Estado moderno. Nueva Visin. Buenos Aires. (Hay otra ediciones)

(1988) Los intelectuales y la organizacin de la cultura. Ediciones Nueva Visin. Buenos Aires. (Hay otras ediciones)

Hobsbwan, E. (1995 ) Historia del siglo XX. Crtica. Barcelona.

Portantiero, J.C. (1999) Los usos de Gramsci. Grijalbo. Buenos Aires. (Hay edicin anterior)

Portelli, H. (1973) Gramsci y el bloque histrico. Siglo XXI. Bs. Aires. (Hay edicin posterior)

Sacristn, M. (1992) Antonio Gramsci. Antologa. Siglo XXI Ediciones. Mxico. (Hay ediciones anteriores y posteriores)

Juan Carlos Portantiero considera que oriente no es para Gramsci () una zona geogrfica sino la metfora para aludir a una situacin histrica. Oriente equivale a las condiciones generales econmico-cultural-sociales de un pas donde los cuadros de la vida nacional son embrionarios y desligados y no pueden transformarse en trinchera o fortaleza. En oriente, el estado es todo y la sociedad civil, una relacin primitiva. En occidente, una poderosa lnea de trincheras en la sociedad (las instituciones de la sociedad civil, los aparatos hegemnicos) custodia cualquier temblor del estado. En una palabra, esa situacin calificada como occidente se presenta en cada nacin en que la sociedad civil se ha convertido en una estructura muy compleja y resistente a las irrupciones del elemento econmico inmediato. (1999: 87)

En realidad fue un proceso que tiene sus momentos ms lgidos de marzo a noviembre de 1917. Segn Erick Hobsbawn durante el movimiento de marzo de 1917, que acab con el zarismo: Cuatro das de anarqua y de manifestaciones espontneas en las calles bastaron para acabar con un imperio y que el costo humano fue mayor que el de la revolucin de octubre [del mismo ao] (1998: 98).

Segn Perry Anderson el trmino hegemona fue una de las consignas polticas ms cruciales en el movimiento socialdemocrata ruso a partir de finales de 1890 y hasta 1917. [...] La consigna de la hegemona del proletariado en la revolucin burguesa fue por lo tanto una herencia poltica comn a bolcheviques y mencheviques en el II Congreso del POSDR en 1903. [...] El proletariado, nica clase revolucionaria hasta el fin en la sociedad contempornea debe ser el dirigente y tener la hegemona en la lucha de todo el pueblo por la revolucin democrtica completa, en la luchas de todos los trabajadores y explotados contra los opresores y explotadores. El proletariado slo es revolucionario cuando tiene conciencia de esta hegemona y la realiza. [Lenn] Luego de la derrota de la revolucin de 1905 . El trmino [hegemona] Forjado para teorizar el papel de la clase obrera en una revolucin burguesa, se volvi inoperante con el advenimiento de una revolucin socialista. [...]

En el Cuarto Congreso, en 1922, [de la III Internacional Socialista] el trmino hegemona se extendi -por lo que parece ser la primera vez- al dominio de la burguesa sobre el proletariado si aqulla lograba confinar a este ltimo a un papel corporativo inducindolo a aceptar la divisin entre luchas econmicas y polticas en su prctica de clase. [Gramsci participa de este Congreso y se podra segn Anderson considerar que su tratamiento de la idea de hegemona desciende directamente de las definiciones de la III Internacional] [...] ... Gramsci tambin acentu ms elocuentemente que cualquier otro marxista ruso antes de 1917 el ascendiente cultural del que debe dar muestras la hegemona del proletariado sobre las clases aliadas [...]

...Gramsci extendi la nocin de hegemona amplindola de su aplicacin original a las perspectivas de la clase obrera en una revolucin burguesa en contra de un orden feudal, a los mecanismo del rgimen burgus sobre la clase obrera en una sociedad capitalista estabilizada. Cmo se recordar haba un precedente para esto en las tesis de la comitern. An as, el pasaje en cuestin era breve y aislado, no se introduce en un relato ms detallado sobre el predominio del capital. Gramsci, por el contrario, emplea ahora el concepto de hegemona para un anlisis diferencial de las estructuras del poder burgus en Occidente. (Perry Anderson)

Por ejemplo, en los ltimos cincuenta aos de la historia argentina, van a ser sucesivamente fraccin dominante la burguesa industrial (que haba desplazado a la oligarqua agro-ganadera) y la burguesa financiera.

Al leer los originales de los Cuadernos de la Crcel, hay que tener en cuenta que hay varios conceptos que A. Gramsci usa con, por lo menos, dos sentidos. Por un lado en sentido restringido y, por otro, en sentido ampliado. Esto ocurre particularmente con los conceptos de dominacin, hegemona y Estado. La dominacin en sentido restringido es aquella en que se domina por el consenso y la coercin slo funciona complementariamente, dentro de la legalidad; en sentido ampliado, y en este sentido usa muchas veces el trmino dominacin sin previo aviso-, es la dominacin por cualquier medio, incluyendo la pura coercin. En su momento veremos como plantea la hegemona y el Estado en sentido restringido y en sentido ampliado.

Por otra parte hay trminos que los utiliza, segn el contexto, con sentidos distintos, como el de filosofa.

Este es el uso de dominacin, o dominio, en sentido restringido.

Tomando la figura de la guerra de trincheras que fue caracterstica de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Aqu aparece el trmino hegemona en los dos sentidos en que los usa, frecuentemente, Gramsci: hegemona en sentido ampliado refirindose a la hegemona econmica, poltica y cultural, y hegemona en sentido restringido refirindose a la hegemona cultural.

Ya en la ltima parte del siglo XIX cuando Kautzky le pregunta a F. Engels sobre la posicin de la clase obrera inglesa respecto de la poltica de imperialismo llevada a cabo por Inglaterra y que le haba permitido expandirse en todo el mundo, a travs de la conquista territorial -como en la India- o del dominio indirecto a travs de las relaciones econmicas -como con Argentina-, Engels contestaba:

"Me pregunta usted que piensan los trabajadores ingleses de la poltica colonial. Pues bien, exactamente igual a lo que piensan sobre la poltica en general; es exactamente lo que piensan los burgueses. Usted ya sabe que aqu no hay partido obrero, no hay mas que conservadores y radicales liberales, Y los obreros comen alegremente su parte de lo que acarrea el monopolio de Inglaterra sobre el mercado mundial en el terreno colonial." (Engels, carta a kautsky, 1882)

De lo que est dando cuenta Engels, cuando dice que los obreros ingleses piensan lo que piensan los burgueses, es de lo que luego Antonio Gramsci iba a conceptuar como hegemona. La visin del mundo de la clase dominante, su ideologa, haba logrado formar parte del sentido comn del hombre del pueblo, de sus opiniones, convicciones, criterios de discriminacin y normas de conducta en trminos de Gramsci- que orientan las prcticas.

Hacia fines del siglo XIX las condiciones de explotacin extrema del proletariado por parte de la burguesa inglesa, que haban caracterizado a gran parte de ese siglo, y que inclua situaciones tales como el trabajo infantil durante jornadas de hasta 14 horas en las minas de carbn en condiciones infrahumanas, se haban ido morigerando y los obreros empezaban a ver satisfechas muchas de sus demandas, que hasta entonces haban acompaado a movimientos radicalizados. El nmero de horas laborables por jornada se fueron reduciendo, se legalizaron a las organizaciones obreras, los salarios aumentaron, etc., etc. Esto, entre otros innumerables factores, fueron tanto resultado de las luchas de los obreros y de sus conquistas, como de las ganancias que obtenan las empresas en la Inglaterra que, hasta la Primera Guerra Mundial, era la mxima potencia mundial, que permitieron mejorar las condiciones de vida de los obreros sin sacrificar demasiados beneficios, gracias a la plusvala que extraan de la explotacin de los despus llamados pases del tercer mundo.

Los beneficios materiales y simblicos que se cedi la burguesa industrial, nueva fraccin dominante de la clase dominante, durante el primer gobierno y parte del segundo de Juan Domingo Pern (de 1945 a los primeros aos de la dcada del cincuenta), se sintetizan en el slogan justicialista: Pern cumple, Evita dignifica. No slo se trataba de beneficios materiales, como mejores condiciones de trabajo, educacin, salud, etc., sino tambin, y no menos importante, de una dignidad que permita a obreros y a cabecitas negras estar orgullosos de su condicin.

Incluyendo espacios para la expresin de ideas, para la existencia de organizaciones con visiones del mundo divergentes; con una visin del mundo, verbigracia, radicalmente opuesta a la de la burguesa, siempre claro est- que las prcticas que promueven esas ideas se desarrollen dentro del marco legal, sino se les puede aplicar el uso de la coercin dentro de trminos legales, justamente porque esas prcticas han rebasado la legalidad. As, se puede ceder espacio a la existencia de un grupo de ultra izquierda que promueve la destruccin del capitalismo y la implantacin de la sociedad sin clases, pero si dicho movimiento intenta pasar a acciones violentas o a la lucha armada ser reprimido por las fuerzas armadas y/o policiales.

En la sociedad civil se estructura la hegemona de una clase, pero tambin [es] en donde se expresa el conflicto social. Porque la caracterizacin de una sociedad como sistema hegemnico no supone postular un modelo absolutamente integrado de sta: las instituciones de la sociedad civil son el escenario de la lucha poltica de clases, el campo en el que las masas deben desarrollar la estrategia de guerra de posicin. (Portantiero, 1939: 131)

Dice Gramsci si se quiere obtener su consentimiento y su colaboracin

haciendo que la necesidad y la coercin se transformen en libertad. Lo que claramente conecta con la necesidad convertida en virtud en las clases dominadas, segn el planteo contemporneo de Pierre Bourdieu (socilogo francs, 1931/2002)

Esto se puede verificar en la historia argentina en un frecuente movimiento de dictadura/democracia. De cualquier manera, Gramsci seala que en esos momentos de coercin la clase dominante aprovecha para descabezar literalmente- a los intelectuales de las clases subalternas (las clases subalternas comprenden tanto al proletariado, como a otros grupos sociales que se encuentran en situacin de subordinacin respecto de la burguesa). Esto es lo que ocurri con la dictadura implantada en Argentina en 1976: la mayora de los 30.000 desaparecidos no eran miembros de las organizaciones armadas revolucionarias, las guerrillasque en ese momento ya estaban derrotadas militarmente, ms all de que pudieran producir una u otra operacin espectacular-, sino que el grueso de esos desaparecidos formaban parte de los cuadros medios de sindicatos, organizaciones rurales, centros de estudiantes, etc., etc.; los cuadros intelectuales de las clases subalternas, que venan trabajando en la construccin de otro tipo de sociedad.

A. Gramsci toma la nocin de bloque histrico de George Sorel.

Pensada en los trminos de Marx, lo cual supone que comprende las fuerzas productivas y las relaciones sociales de produccin, y por lo tanto las clases y su propiedad -o no- de los medios de produccin.

Las citas sin referencia bibliogrfica corresponden a una Breve seleccin de textos de Antonio Gramsci, realizada por R. von Sprecher, y publicada por el Centro de Estudiantes de Ciencias de la Informacin, U.N.C., en 1993, con diversas reimpresiones posteriores.

Distingue a nivel de la superestructura- entre ideologas orgnicas e ideologas arbitrarias, las primeras se corresponderan con la realidad histrica (que se verifican en los hechos histricos reales) y, por lo tanto, podran realizarse histricamente, como supona el que ocurrira con el marxismo:

Es preciso distinguir entre ideologas histricamente orgnicas, es decir, que son necesarias a determinada estructura, e ideologas arbitrarias, racionalista, queridas. En cuanto histricamente necesarias estas [las orgnicas] tienen una validez psicolgica; organizan las masas humanas, forman el terreno en medio del cual se mueven los hombres, adquieren conciencia de su posicin, luchan, etc.

Sobre ideologa nos extenderemos en un apartado posterior.

Esto se suele ejemplificar con l caso, que funciona como una especie de leyenda urbana, de una novela que trataba sobre la saga de una familia en Ucrania zona triguera-, y de un anlisis que supona poda explicar todo lo que iba ocurriendo a la familia a travs del tiempo, como un resultado de la variacin del precio del trigo (explicar las relaciones familiares como determinadas por un elemento econmico, estructural).

Hay que tener en cuenta que el trmino Estado lo usa, a veces, en sentido restringido y, en otras circunstancias, en sentido ampliado. En sentido restringido es lo que comnmente entendemos por Estado gobierno,

al que ubica en la sociedad civil; pero, en sentido ampliado: Por Estado debe entenderse

no slo el aparato gubernamental sino tambin el aparato privado de