Hernan Moheno Martin Heidegger y El Nacionalsocialismo

7HEIDEGGER Y EL NACIONAL-SOCIALISMO

UNA FILOSOFA SININTENCIN POLTICAMARTIN HEIDEGGER Y ELNACIONAL-SOCIALISMOHernn Moheno*

En 1962, en Berna Guido Schneebergercon su Nachlese zu Heidegger, y unos aos despus Karl Lwith, GeorgLukcs y Jean Michel Palmier, hicieron explcita la magnitud y forma-lidad de la relacin entre Martin Heidegger, rey secreto del pensamien-to del siglo veinte,1 con el nacional-socialismo. Posteriormente enmayo de 1976, la revista alemana Der Spiegel, public una entrevistaen la que el autor de Sein und Zeit (Ser y Tiempo) buscaba aclarar lasombra que pesaba sobre su obra por los eventos relacionados conel ao 1933. En 1987, el chileno Vctor Faras public en Pars la obraque finalmente desatara la mayor discusin y controversia sobre elpensador y sus nexos con el Tercer Reich, Heidegger y el nazismo.

El presente trabajo parte de dicha discusin, que inicia en 1987 ycontina siendo abordada hasta mediados de los noventa en obras comola compilacin de Richard Wolin.2 Muchos pensadores han tratado defortalecer y argumentar las motivaciones del filsofo alemn, pero elhecho es que la figura y pensar de Martin Heidegger son ya insepara-bles del nazismo. Por mi parte buscar encontrar qu relacin existi

* Presidente Fundacin Cultural Baur, ONG asociada a la ONU.1 Citada en Francisco Gil Villegas, Heidegger y el nazismo, La Jornada

Semanal, n 15, sept. 1989, p. 39.2 A Critical Reader, 1993, London, The MIT Press.

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entre el pensamiento del filsofo alemn y su compromiso polticocon el nazismo a la luz del debate acadmico mencionado, estudiossobre el nacional-socialismo y parte de la obra de Heidegger. Esteartculo busca ser lo ms consistente posible, mas consciente de lacomplejidad del tema no pretende ser un tratamiento exhaustivo delmismo. A su vez, el presente trabajo se encuentra enmarcado dentrode un mayor debate acadmico sobre la relacin entre los grandespensadores de Occidente y su impacto real en la prctica poltica. Final-mente, queriendo ser congruente con el pensamiento heideggeriano,pienso que quien busque la verdad en el sentido griego de la alhqeia(aletheia)3 deber cuestionarse y hacer el ejercicio de levantar losvelos existentes en este proceso de desconstruccin para encontrar larelacin entre Heidegger y el nazismo.

La tesis central que presento en las pginas siguientes, es que elcompromiso de Heidegger con el rgimen del Tercer Reich fue tempo-ral y de carcter poltico, descarto que las obras anteriores y posterioresde Heidegger al perodo 1933-1934 tengan fundamentos nacional-socialistas y menos an antisemitas como lo plante Faras. Descartoa Heidegger como terico nazi, tambin descarto la influencia nazi ensu pensamiento. La nica relacin existente es temporal y no causal;dicha relacin que est vinculada a la interpretacin que Heideggerhiciera sobre la esencia del nacional-socialismo o al menos la asumidaen sus primeros aos que concuerda con algunas nociones de su pensa-miento sobre el entendimiento del dasein (ser ah)4 en el caso nazi,del pueblo alemn. Lo anterior puede explicar por qu el pensadorestuvo involucrado con el nacional-socialismo.

El mecanismo mediante el cual abordar esta tesis es sencillo. Inicial-mente har una breve introduccin a la vida y pensamiento de Heidegger(I), a continuacin presentar un marco terico para el nacional-socia-lismo (II); y finalmente a la luz del pensamiento heideggeriano y los

3 Sin velo o cubrimiento, a diferencia de juicio de adecuacin entre cosa eintelecto.

4 Utilizar indistintamente ser ah o dasein.


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principales argumentos de Faras, ubicados dentro del debate sobreHeidegger y el nazismo, presentar la relacin entre su obra filosficay su compromiso poltico (III).

The gale that blows through Heideggers thinkinglike that which still, after thousands of years, blowsto us from Platos work is not of our century. Itcomes from the primordial, and what it leaves behindis something perfect which, like everything perfect,falls back to the primordial.

Hannah Arendt5

I

Para entender mejor al pensador alemn, considero necesario haceruna muy breve mencin sobre los ms importantes aspectos de suvida y conceptos en su obra; un estudio que considero profundo ycompleto al respecto fue publicado en 1994 por Rdiger Safranski.6Lo que originalmente era un texto sobre Aristteles se convirti hacia1927 en una investigacin fenomenolgica, y su ms grande obra conun lugar eminente en el pensamiento filosfico de nuestro siglo,7Sein und Zeit. Como resultado del impacto y trascendencia inmediatade esta obra, Heidegger se convierte en sucesor de Husserl en Friburgo.Para 1929 inicia sus trabajos ms formales sobre la cuestin de lametafsica y en 1933 se une al Partido nazi; nombrado por el rgimencomo rector de la Universidad de Friburgo el 27 de mayo,8 ocupara el

5 Citada en Rdiger Safranski, Martin Heidegger: between good and evil,1998, Londres, Harvard University Press, trad. Ewald Osers, p. 1.

6 Rdiger Safranski, op. cit.7 Jrgen Habermas, Martin Heidegger. Louvre et lengagement, sept. 1988,

Pars, Editions du Cerf, p. 9.8 El discurso que Heidegger pronunci en la toma del rectorado, La defensa

de la Universidad alemana (Die Selbstbehauptung der deutschen niver-


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cargo menos de un ao, renunciando en 1934 por diferencias irrecon-ciliables con el gobierno y el partido. A partir de ese momento y hastael fin del Tercer Reich, Heidegger permanece constantemente vigiladopor agentes de la Gestapo. Para 1940 se dedica a dar una ctedra sobreNietzsche y discute crticamente el poder ideolgico del nacional-socia-lismo; contina enseando hasta 1944. A mediados de 1945 toda lafacultad filosfica es evacuada al Castillo de Wildenstein y en Juliose presenta ante el comit de desnazificacin donde Karl Jaspers, unantiguo colega, declara en su favor. Ms tarde escribe la Carta sobreel Humanismo y permanece como docente, continuando su trabajocomo filsofo hasta su muerte en 1976. Cinco das despus de sumuerte, la revista Der Spiegel public una entrevista que l solicit yrealiz en 1966 para esclarecer sus nexos con el nazismo.

Heidegger abord a los grandes clsicos del pensamiento, comoPlatn, Aristteles, Herclito, san Agustn, Hegel y Kant. Siempreplanteando nuevas preguntas, principalmente sobre el Ser; buscabaas devolverle el sentido a la pregunta que haba perdido la modernidad.En palabras del mismo Heidegger: La finalidad de las consideracioneshechas hasta aqu era hacer la exgesis ontolgico-existenciaria deltodo original del ser ah fctico, en lo que respecta a las posibilidadesdel existir propio e impropio, desde su fundamento. Este fundamento,y por ende el sentido del ser de la cura, se revel ser la temporalidad.9Para l, el hombre se encontraba en una crisis profunda por haberdejado de hacerse los principales cuestionamientos10 metafsicos y

sitt) es discutido por la mayor parte de los pensadores que abordan surelacin con el nazismo, principalmente Vctor Faras, como un texto queconjuga de forma indiscutible la esencia de su pensamiento y el nacional-socialismo. En la ltima parte de este trabajo har una referencia ms dete-nida sobre el mismo.

9 Martin Heidegger, El Ser y el tiempo, 2000, 2a., Mxico, FCE, p. 469.10 Sobre dicho cuestionamiento Heidegger dice: Hay que hacer la pregunta

que interroga por el sentido del ser. Si es una pregunta fundamental o inclusola pregunta fundamental, tal pregunta ha menester de que se llegue a ver atravs de ella adecuadamente (ibid., p. 14).


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ontolgicos.11 As desarrolla la filosofa del dasein12 que se planteaante la exgesis del ente, cuestionndose sobre la existencia mismadel Ser.13 Heidegger se remonta en un ejercicio de desconstruccin delos conceptos y verdades en un intento de llegar a la primera concep-cin de la pregunta sobre el ser a partir de la existencia del hombrecomo dasein que se interroga sobre su propio origen.14

II

Aunque a partir del holocausto se han escrito incontables obras sobreel nazismo, la mayor parte de estos textos abordan el tema desde elacontecimiento histrico o bajo juicios morales, sin embargo es muylimitada la literatura que lo explica como fenmeno poltico desdeuna visin terica positiva. Para presentar un marco terico sobre elconcepto del nacional-socialismo como movimiento e ideologa, recu-rrir principalmente a Juan J. Linz, y de manera complementaria a

11 Todo este preguntar ontologa en el sentido ms amplio y sin limitacinde direcciones ni tendencias ontolgicas ha menester l mismo de un hiloconductor. (...) La misma investigacin ontolgica bien comprendida da ala pregunta que interroga por el ser su preeminencia ontolgica por encimade la mera recepcin de una tradicin (ibid., p. 20).

12 Este ente que somos en cada caso nosotros mismos y que tiene entreotros rasgos la posibilidad de ser del preguntar, lo designamos con eltrmino ser ah. El hacer en forma expresa y de ver a travs de ella lapregunta que interroga por el sentido del ser, pide el previo y adecuadoanlisis de un ente (el ser ah) poniendo la mira en su ser (ibid., p. 17).

13 La esencia de este ente est en su ser relativamente a. El qu es(essentia) de este ente, hasta donde puede hablarse de l, tiene que conce-birse partiendo de su ser (existentia) (ibid., p. 54).

14 En el ltimo apartado cuando aborde la cuestin sobre el vnculo delpensamiento de Heidegger y el nacional-socialismo profundizar sobre el con-tenido filosfico de Sein und Zeit; este ltimo prrafo slo busca hacer unaprimera aproximacin al contenido y forma del texto.


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Hannah Arendt y a George Steinmetz, quien aporta una visin msfilosfica de gran utilidad para nuestro propsito.

El trabajo de Linz, como lo menciona Francois Furet, parte de lascategoras polticas introducidas originalmente por Hannah Arendtsobre el totalitarismo, siendo el estalinismo y el nazismo los dosejemplos del siglo XX.15 Para Linz, el nacional-socialismo es una ideo-loga y movimiento poltico totalitarista definido a partir de lo querechaza, basado en el nacionalismo exacerbado, la conservacin de lopropio ante enemigos polticos e ideolgicos y formado por un sistemade partido nico que incorpora el sentir popular; el nazismo antepone ala solidaridad de clases, la solidaridad entre individuos nacionales; seenfoca en una forma de rgimen que reorganiza completamente la vidapoltica, ideolgica y social. Las posiciones antitticas del fascismoson esenciales para su entendimiento [...] es antiliberal, antiparlamenta-rio, antidemocrtico, antimarxista y particularmente anticomunista,anti o aclerical, antiburgus, en cierto sentido y anticapitalista.16 Comomovimiento est orientado al futuro y no busca la continuidad conser-vadora con el pasado reciente, mas se relaciona con la tradicin histri-ca nacional. Distinguido por defender lo propio ante valores externos,el nacional-socialismo alemn es adems un rgimen antisemita conmatices extremos de racismo. Se proclama en contra de los sistemaspolticos de principios del siglo, por ser stos incapaces de enfrentarla crisis poltica existente.

Sobre el carcter antisemita del nazismo, Linz profundiza, el anti-semitismo en la Europa de principios de siglo, particularmente enEuropa del Este (Pulzer, 1964; Massing, 1949), tena una larga tradi-cin, y dondequiera que hubiesen judos, el fascismo tenda hacia esaperspectiva que enfatizaba el carcter anacional y cosmopolita deljudasmo, particularmente del sionismo.17

15 Franois Furet en Juan Linz, Totalitarian, p. 4-5.16 Juan J. Linz, Totalitarian and Authoritarian Regimes, 2000, Boulder,

Lynne Rienner Publishers, p. 220.17 p. 221.


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Su autoritarismo, explica Linz, tiene origen en la necesidad decombatir al comunismo. El rechazo total a las polticas de la democracialiberal es explicado por estar basada en la participacin plural, la libreexpresin de intereses, su compromiso horizontal sobre el inters colec-tivo y, como ya fue mencionado, por su incapacidad de resolucin deconflictos. El movimiento tuvo un rpido xito y se consolid comorgimen con nuevas formas y estilos de organizacin poltica que ofre-can oportunidad de accin, involucramieto, participacin y rompi-miento con la monotona. Adems da consuelo a una generacin he-roica aquella de la Primera guerra mundial: satisfaccin de elemen-tos psicolgicos, rompimiento con las convenciones burguesas y pa-trocinio de la lucha generalizada y unificada en contra de los enemi-gos de la nacin.18

Cabe agregar a lo ya planteado, lo que Hannah Arendt expres encuanto a que el nazismo fue un movimiento pan-germnico que busca-ba transformar partidos en movimientos, con la capacidad de adaptarsus polticas a objetivos de corta y amplia temporalidad. Distinguidocomo movimiento, se caracteriza por dar importancia al nimo socialy a la necesidad de dinamismo: el Estado, an como dictadura departido nico, era percibido como un camino de constante cambioante las necesidades cambiantes de un movimiento creciente. Es elEstado, finalmente, la mxima autoridad una vez que est en manosde los miembros de la liga pan-germnica.19

Finalmente, bajo este diseo de formulacin dar un marco tericoque haga ms claro el entendimiento del tipo de relacin entre Heideggery el nacional-socialismo como movimiento poltico; en este caso esenriquecedora la visin de Steinmetz sobre la gnesis y conceptualiza-cin del nazismo. Para l, existe un excepcionalismo en la historiografa

18 Para una lectura ms profunda sobre los conceptos aqu planteados,vase Juan J. Linz, op. cit., p. 14-7, 20-4, 118-28, 218-24.

19 Vase Hannah Arendt, The Origins of Totalitarianism, 1979, Londres,Harcourt Brace & Company, p. 250-65.


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alemana que produce resultados nicos; as, la tesis del Sonderwg.20 Enella propone que el nazismo est formado por un complejo y cambiantediscurso poltico como camino especial a la modernidad, formado porciertos textos e ideas, no por planteamientos unificados. Para este autorel origen del nazismo encuentra sus races en acontecimientos histri-cos alemanes como la reforma protestante y los efectos de las guerrasnapolenicas que dan como resultado una autntica cultura germana.Agrega que el nazismo surgi por la falta de una revolucin burguesademocrtica durante el siglo XIX, aunado a la debilidad del liberalismoy del racionalismo.21 Finaliza diciendo que el nazismo se consolida apartir de retomar antiguos valores germanos, pero casi todos funda-dos en la historiografa alemana.

III

Con el fin de relacionar ahora la obra de Heidegger con la ideologanacional-socialista, abordar los principales argumentos presentadospor los exponentes que ms contribuyeron desde 1987 al debate sobreel nazismo de Heidegger. Vctor Faras propone como tesis central desu obra, demostrar a travs de tres niveles de anlisis22 que el compro-

20 La tesis del sonderwg alemn o camino nico a la modernidad, fue original-mente planteada por Wehler para explicar el origen distintivo del nacional-socialismo, caso excepcional sobre un mecanismo historicista causal. Paraprofundizar al respecto, vase George Steinmetz, German exceptionalismand the origins of Nazism: the career of a concept en Ian Kershaw y MosheLewin, Stalinism and Nazism: Dictatorships in Comparison, 1997, Cambridge,Cambridge University Press, p. 251-53 y Hans-Ulrich Wehler, The GermanEmpire 1871-1918, 1985, Berg, Leamington Spa, p. 7.

21 Vase George Steinmetz, p. 260.22 Estos tres niveles son el del contexto histrico objetivo, el de la prcti-

ca concreta del pensador que adopta sta o aquella opcin poltica y el de lasignificacin sistemtica de las ideas que formula (Vctor Faras, Heideggery el nazismo, 1989, Barcelona, Muchnik, p. 29).


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miso poltico de Heidegger no fue temporal, que exista en su obra yen su pensar en general slidas races nazis e incluso antisemitas.

Para esto, Faras presenta las conclusiones de una investigacinprofunda probablemente la mayor realizada sobre los vnculos nazisde Heidegger revisando las distintas etapas de la vida del filsofo.Para Faras toda la literatura heideggeriana est predispuesta al nacio-nal-socialismo desde su primer publicacin en 1910. Un argumentocentral en Faras sobre el antisemitismo de Heidegger es su admira-cin a Abraham de Sancta Clara, un conocido promotor del pensa-miento antisemita.23 Faras explica la separacin de Heidegger y elrgimen como una frustracin por la predominancia de otras faccio-nes del partido que no le permitiran ascender polticamente. Ademsde probar segn Faras que Heidegger era antisemita, argumentaque la actividad poltica y pblica de Heidegger legitimaron e influen-ciaron al nacional-socialismo alemn.24

Una lectura superficial de Faras parece demostrar el nazismo deHeidegger, poltica e ideolgicamente; sin embargo leyendo cuidadosa-mente y a la luz de otros crticos como Pierre Bourdieu, Richard Wolin,Jrgen Habermas, Karl Lwith, Karl Jaspers, Francisco Gil Villegas,la obra de Faras realmente no aporta nada a la pregunta planteada alprincipio de este trabajo. Tanto los datos biogrficos como sus interpre-taciones sobre la filosofa de Heidegger son manipulados, y como diraTracy Strong, sus demostraciones causales no pasan de suena como,parece que y preguntas retricas.25 Sobre esta discusin, ahondaBourdieu:

Detractores que recusan la filosofa en nombre de la afiliacinal nazismo o laudatarios que separan la filosofa de la pertenen-cia al nazismo, todos estn de acuerdo en ignorar que la filo-sofa de Heidegger podra ser slo la sublimacin filosfica,

23 Ibid., p. 57-74.24 Ibid., p. 141-90 y 249-62.25 Tracy Strong, Book Review: Heidegger and Nazism, en The American

Political Science Review, vol. 84, sept. 90, p. 962-65.


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impuesta por la censura especfica del campo de produccinfilosfica, de los principios polticos o ticos que determina-ron la adhesin del filsofo al nazismo.26

Las crticas ms formales a la obra de Faras, destacan que, en efecto,no aporta datos concretos ni novedosos, y que est plagada de incon-tables falacias, sofismas y asociaciones tramposas.27 Al respecto dela mencin de Abraham de Sancta Clara, Heidegger aborda funda-mentalmente su mensaje mstico; por cierto, gran parte de intelectualesalemanes inclusive judos expresaron su admiracin por este perso-naje.28 Ahondando sobre el supuesto antisemitismo de Heidegger quepara Faras es la fuente que vincula su pensamiento con el nazismocabe recordar la relacin de ste con pensadores judos como Husserl,Marcuse, Hannah Arendt y Karl Lwith, y otros como Max Scheler aquien consider el nico pensador que haba entendido en toda sumagnitud la profundidad del pensamiento de Sein und Zeit.29 Adicio-nalmente como rector de Friburgo, ante los despidos masivos de judos,Heidegger intervino por dos profesores, Eduard Fraenkel y Georg vonHevesy, solicitando al Ministro de Educacin permitirles continuaren la universidad.30

Sobre el compromiso nacional-socialista de Heidegger y su pensa-miento es necesario hacer una diferenciacin. No queda ninguna dudaal respecto que Heidegger se comprometi con el movimiento como inte-lectual e incluso como activista poltico, ofreciendo un apoyo real alrgimen. Sin embargo la influencia de Heidegger en la promocin eideologa nazi durante su afiliacin al partido fue mucho menor quela que pretende Faras. Dice Pierre Bourdieu respecto de la proclama-cin de mayo de 1933: el discurso La defensa de la Universidad, que

26 Vase Pierre Bourdieu, La ontologa poltica de Martin Heidegger, 1991,Barcelona, Paids, p. 15.

27 Vase Francisco Gil Villegas, op. cit., p. 37.28 Ibid., p. 38.29 Ibid., p. 39.30 Vase Rdiger Safranski, op. cit., p. 254.


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ha sido frecuentemente invocado para demostrar la pertenencia deHeidegger al nazismo, puede encontrar sitio en una historia del pen-samiento heideggeriano tan puramente interna como la deRichardson.31 Mientras que sobre el discurso de la toma del rectoradoKarl Lwith comenta: al final de la conferencia, el auditor no sabe sidebe abrir los Presocrticos de Diels o enrolarse en las filas de lasSA. No puede uno por eso limitarse a juzgar este discurso segn unpunto de vista, o puramente poltico o puramente filosfico.32 Sobreeste discurso algunos polticos tambin comentaron: no tendr efec-to alguno en la poltica [...] y eso es una pena en especial para laspolticas futuras.33

Existieron tambin opiniones similares en cuanto a su desempeopoltico, Safranski hace un listado de los comentarios que alrededorde 1934 se hicieron al respecto. Tan slo mencionar algunos parailustrar el argumento:

Walter Gross, cabeza de la Oficina racial del Partido nazi, con-cluy sobre la versin nacional-socialista de Heidegger, queera carente de elementos tiles para el nacional-socialismo.[...] Al interior de los centros de poder nazi, Heidegger eravisto como alguien jugando al nacional-socialismo. Fue Grossquien advirti al idelogo nazi Alfred Rosenberg en contra deHeidegger, cuando a finales del verano de 1934, su nombre apare-ca entre los candidatos para dirigir el Nazi Dozentenakademieque buscaba ser una escuela ideolgica para jvenes cientficos.Para esto Gross hizo referencia a los comentarios de expertoscomo Jaesch y Krieck, as como a reportes no favorables sobrelas actividades de Heidegger en Friburgo.34

31 Vase Pierre Bourdieu, op. cit., p. 17.32 Karl Lwith, Les implications politiques de la philosophie de lexistence

chez Heidegger, Les Temps modernes, n 14, 1946, p. 343-60.33 Vase Rdiger Safranski, op. cit., p. 254.34 Ibid., p. 269.


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A su vez, hacia abril de 1933 Heidegger le escriba a Jaspers diciendoque todo dependera de encontrar en la filosofa el punto correcto deataque dentro de la nueva realidad y auxiliarle a ser escuchada, estanueva realidad es ahora la revolucin nacional-socialista.35

He mencionado ya de forma muy breve algunas caractersticas sobreel desempeo poltico de Heidegger; ahora abordar la cuestin de larelacin con su pensamiento terico. La visin del rgimen sobre su obray en especial Sein und Zeit, era similar a la que exista sobre su desem-peo como rector. En 1934, Ernst Krieck el filsofo oficial del movi-miento nazi, public en la revista Volk im Werden,

En Ser y Tiempo, Heidegger consciente y deliberadamentefilosofa sobre el acontecer diario no hay nada en l sobre lanacin o el estado, sobre la raza, o cualquier otro de los valo-res de nuestra ideologa nacional-socialista. Si de momento sudiscurso rectoral aparece como heroico, entonces es porquefue adecuado a 1933, un discurso en total contradiccin con laactitud general de Ser y Tiempo (1927) y Qu es metafsica?(1931)36

Safranski menciona que Ernst Krieck y Erich Jaensch idelogosnazis no pudieron encontrar en la filosofa de Heidegger elementos afavor de la visin del nacional-socialismo.37 Por otra parte, el pensa-miento filosfico heideggeriano no contiene fundamentos polticosnacional-socialistas. Partiendo del marco terico presentado en el apar-tado II, es claro que la obra de Heidegger orientada hacia la preguntaontolgica del Ser y posteriormente hacia la metafsica, no contieneideas sobre la organizacin del Estado. Ideolgicamente Sein und Zeitconduce al lector a un cuestionamiento sobre el Ser a partir de su

35 Vanse las Cartas entre Heidegger y Jaspers en Rdiger Safranski, op.cit., p. 252.

36 Ibid., p. 268.37 Ibid.


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dasein, un mero proceso filosfico y no un activismo poltico. La nicarelacin que podra existir con la esencia del nacionalismo en la litera-tura heideggeriana es aquella sobre la autenticidad y la historicidad.38Comparada con la concepcin de Linz presentada anteriormente, laobra de Heidegger, no habla sobre movimientos polticos o gruposnicos dirigentes como el Partido Nacional-socialista, ni tampocobusca la solidaridad del pueblo alemn para reorganizar la vida poltica,ideolgica y social, en cuanto a pretensiones ideolgicas implcitas,puede buscar persuadir al individuo al cuestionamiento sobre el Ser.La obra de Heidegger tampoco se postula en contra de los conceptosantitticos del nazismo mencionados anteriormente y esenciales paraexplicar el movimiento como anticomunismo o antiparlamentarismo.

Existen sin embargo algunas caractersticas del nazismo sobre todobajo la concepcin de Steinmetz y algunos postulados de Linz que ensu esencia pudiesen ser compatibles con el pensamiento de Heidegger;mas no son de ndole prctica sino normativa. Encuentro cierto parale-lismo en que en los orgenes Sein und Zeit explica que la necesidad decuestionarse sobre el Ser deriva de una crisis constante del pensamientoque no es resuelta, y el nazismo tambin se reconoce como respuestaa la crisis del pueblo alemn. Para la explicacin de conceptos,Heidegger busca romper con las nociones del pasado reciente y llegara las concepciones originales; el nazismo tambin buscaba relacionarsecon la tradicin histrica. Ideolgicamente, el nazismo, como ya fuemencionado en el apartado II, busca consolidarse a partir de retomarantiguos valores; de alguna manera el pensamiento de Heidegger tam-bin se reafirma en el pensamiento griego. Finalmente, el nazismo erapercibido como un camino de constante cambio ante las necesidadescambiantes de su momento; el cuestionamiento ontolgico del ser queHeidegger propone tambin es cambiante, ya que siempre parte deldasein que no es uno con el paso del tiempo.

38 Esta elemental historicidad del ser ah puede permanecerle oculta aeste mismo. Pero tambin puede descubrirse de cierto modo y experimentarun peculiar cultivo. El ser ah puede descubrir la tradicin, conservarla yseguirla expresamente (El Ser, p. 30).


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Las interpretaciones que hago en el prrafo anterior no muestran,lgicamente, que exista una relacin entre la filosofa heideggeriana yla ideologa nazi, pero sern de utilidad para explicar por qu Heideggera partir de su propia obra explic el nacional-socialismo. La mencio-nada obra de Pierre Bourdieu es enriquecedora para construir puentesentre el pensamiento de Heidegger y el nacional-socialismo.

Antes de pasar a la interpretacin final sobre la relacin que existientre el pensamiento de Heidegger y el nazismo, voy a presentar unprrafo extrado de la ctedra impartida por Heidegger en 1934 sobrela Lgica.

...existe una transformacin de lo mo en lo nuestro. Elser no es una determinacin distintiva del yo. Lo que esimportante es el nosotros. En las tareas del yo, el individuopierde suelo; est parado en donde se pierde el ser pues buscaal ser en el lugar equivocado, en el yo. El ser slo puede serencontrado en el nosotros, aunque no cualquier grupo depersonas representa necesariamente un tal nosotros. La dis-tincin entre autenticidad e inautenticidad radica en lo llanodel nosotros. El nosotros inautntico es el ellos, el nosotrosautntico es la nacin que se defiende a s misma como unhombre. El total de una nacin, es por ende un hombre a granescala.39

Interpretando todo lo ya planteado, Heidegger vio al nacional-socia-lismo como el proceso para encontrar la verdad sobre la existenciadel Volk (pueblo) alemn. Bajo esta luz la hiptesis original no escompleta, faltara agregar que Heidegger vislumbr al movimientonazi como un ejercicio que entenda como el de la cuestin fenomeno-lgica que se preguntaba sobre el ser. Y que de esta forma crey que

39 Logic. Lectures, summer semester 1934 (citada por Vctor Faras, op.cit., p. 26).


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el nacional-socialismo determinara la respuesta a la cuestin del daseindel pueblo alemn.40

Siguiendo esta lnea de pensamiento, al cuestionarse sobre el seralemn y el nacional-socialismo como expresin de su dasein,41 sedesconstruy a s mismo hasta sus orgenes librndose de las concep-ciones que con el tiempo se form sobre s para encontrar en suautenticidad originaria la ontologa del Volk alemn. Bajo el supuestode que en efecto Martin Heidegger utiliz su ontologa para explicarla esencia del nazismo, podemos explicar no justificar su firme adhe-sin al Partido como activista intelectual. Como dice Bourdieu: losdenunciadores ms resueltos de los comprometimientos del autor deSein und Zeit con el nazismo, nunca buscaron en los mismos textoslos indicios, los reconocimientos o las huellas capaces de anunciar ode aclarar los compromisos polticos de su autor.42

Conclusin

La esencia terica de Sein und Zeit permiti a Heidegger explicar elnazismo (a partir de su proclamacin en 1933) como el proceso feno-menolgico que se cuestionaba por el dasein del volk alemn y lahistoricidad del ser,43 esto lo llev a sumarse al movimiento bajo loque l crey como la defensa del pueblo alemn por medio del auto-

40 El ser del ser ah quiere decir: pre-ser-se-ya-en (el mundo) comoser-cabe (los entes que hacen frente dentro del mundo). Este ser es lo queconstituye, en conclusin, el significado del trmino cura. Vase MartinHeidegger, El Ser, p. 213.

41 El ser ah existe fcticamente. Se pregunta por la unidad ontolgicade existenciariedad y facticidad o por la esencial inherencia de sta a aqulla(El Ser, p. 200-1).

42 Pierre Bourdieu, op. cit., p. 13.43 El ser ah tiene fcticamente en cada caso su historia y puede tener-

la porque el ser de este ente est constituido por la historicidad (MartinHeidegger, El Ser, p. 412).


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gobierno44 de la universidad, bajo la conviccin de estar practicandoel servicio al conocimiento.45

Cumplindose lo anterior, la relacin que existe entre su pensa-miento terico y su compromiso poltico, es la de eje explicativo quele permiti por medio de la desconstruccin del cuestionamiento, expli-car la historicidad del dasein del pueblo alemn mediante el nacional-socialismo.46 La relacin es pues de ndole interpretativo, til paraHeidegger, y slo l pudo comprenderla as. Por lo tanto puede decirseque su interpretacin del nazismo fue esencial para explicar su cortoperodo de militancia.

Si nos preguntsemos ahora es la obra Sein und Zeit una explicacino justificacin del nazismo?, la respuesta es claramente no. Sin embar-go, podra recibir como rplica, por qu lo utiliz Heidegger enton-ces para interpretarlo?, y la respuesta sera, porque dicha obra era laconcepcin que el autor guardaba sobre el cuestionamiento ms purosobre una determinada forma de existencia, y probablemente, sloprobablemente, intent encontrar a travs de este texto la explicacindel dasein del pueblo alemn en 1933.47

La interpretacin que Martin Heidegger realiz sobre la esencia delnazismo como l mismo lo reconociera despus48 fue errnea; lanica utilidad de relacionar Sein und Zeit con el nacional-socialismoes para explicar porqu el mismo Heidegger fue nazi. Tendra que

44 Traduccin de self-governance. Vase Martin Heidegger, The Self-Assertion of the German University, en Richard Wolin, op. cit., p. 29.

45 Ibid., p. 35.46 El anlisis de la historicidad del ser ah trata de mostrar que este ente

no es temporal por estar dentro de la historia, sino que, a la inversa, sloexiste y puede existir histricamente por ser temporal en el fondo de su ser(El Ser, p. 407).

47 Un ejercicio constructivo a este respecto y que sin embargo por exten-sin no realizo sera el de establecer un contrafactual, que se pregunte si lafilosofa de Heidegger podra haber interpretado igualmente el dasein delpueblo ingls, francs o judo.

48 Vase la entrevista en Der Spiegel, en Richard Wolin, op. cit., p. 91-116.


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49 Vase Karl Lwith, op. cit., p. 343.

finalizar coincidiendo con Karl Lwith discpulo judo de Heideggersobre la implicacin del compromiso poltico: aquellos que no puedanentender porque l actu de esta manera han fallado en comprenderlo[...] la posibilidad de una filosofa poltica heideggeriana no nacicomo un lamentable descuido, mas de la misma concepcin de la exis-tencia que simultneamente combate y absorbe el espritu de supoca.49


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