JASPERS_Origen y La Meta de La Historia01

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  • 8/3/2019 JASPERS_Origen y La Meta de La Historia01

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    Karl Jaspers

    Origen y mela HistoriaAlianza Universi

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    Ttulo original:

    Vom Ursprung und Ziel des Geschichte

    Primera edicin en Revista de Occidente: 11

    (0 Herederos de Karl laspers

    Lid. casi.: Alianza f-diiorial. S. A.. Madrid. 1980Cal le Mil n. 58: S 200 (H)

    ISBN: 84-206-227 5 7Depsito legal. M. 24-824-1980

    Compuesto en Fernndez Ciudad. S. I. .Impreso en Artes Grficas Ibarra, S, A

    Matild e Hernndez , M Madrid- 19

    Printed in Spain

    INDICE

    Pgs.

    Prlogo 11

    P R IMER A P AR T E: HIST OR IA UN IVER SAL

    Introduccin: La estructura de la historia universal 15

    1. EL tiempo-ej e 19

    A. Caracterstica del tiempo-eje 20B. La estructura de la historia universal sobre la base del

    tiempo-eje 25C. Comprobacin de la tesis del tiempo-eje 28

    1. Es un hecho realmente dado? 282. De qu clase es el paralelismo afirmado? 31

    3. Cules son las causas de este hecho? 344. El sentido del tiempo-eje 41

    2.Esquema de la historia universal 443. Prehistoria 51

    A. Historia y prehistoria 51B. Tratamiento de la prehistoria 54C. Esquema temporal de la prehistoria 57D. Qu aconteci en la prehistori a? 59

    1. Propiedades biolgicas del hombre 612. Adquisiciones histricas 66

    E. Aspecto general de la prehistoria 67

    F. El problema de la copertenencia de todos los hombres. 687

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    Pgs.

    4 Las primeras grandes culturas 71

    A. Ojeada general 71B. Qu acontecimientos han iniciado la historia? 73C. Elementos comunes y diferen tes en las grandes cul-

    turas ms antiguas 76

    5. El tiempo-eje y sus consecuencias 79

    A. La estructuraci n de la histori a por el tiempo-eje ... 79B. La historia universal despus de la crisis 82C. La significaci n de los pueblo s indogermnicos 84D. Histori a del Occidente 86

    6. Carcter especfico del Occidente 91

    7. Oriente y Occidente (tierr as de la maana y de la tarde) . 978. De nuevo, el esquema de la histori a univ ersal 102

    SEGUNDA PARTE: P RE SE NT E Y FU TU RO

    1. Lo absolutam ente nuevo: ciencia y tcnica 113

    Introduccin 113I. La ciencia moderna 114

    A. Caracters tica de la ciencia moderna 115B. El problema del origen de la ciencia moderna 122C. Problem as y tergiversaci ones de la ciencia moderna ... 128II. La tcnica moderna 132

    A. Esencia de la tcnica 136

    1. Definicin de la tcnica 1362. La gran ruptur a histrica en la tcnica 139

    B. Esencia del trabajo 143

    1. Definicin del trabajo 1442. El trabajo despus de la irrupci n de la tcnica

    moderna 147

    C. Valoraci n del trabajo y la tcnica 151

    Valoracin del trabajo 151 Valoracin de la tcnica moderna 154

    1. Distancia cin de la naturalez a y nuevo crecimien-to a la natural eza 155

    2. El desconocimiento de los lmi tes de la tcnica ... 158

    9

    Pgs.

    3. Descubrimiento del carcter demonaco de latcnica 163

    2. La actual situacin del mundo 168

    Introduccin 168 A. Caracter sticas de la situacin actual 169

    1. Las masas son un factor decisivo del acontecer ... 1692. Disolucin de los valores tradiciona les 174

    B. Por qu se ha origina do la situacin presente 179C. Resumen 183

    3. La pregunta por el futuro 186I. La meta: la libertad 200 A. El concepto filos fico de la libert ad 201B. Poder y liber tad poltic a 207II. Las tendencias fundamentales 224

    A. Socialism o 224

    1. Fuentes y concepto del socialismo 2242. Poder 2263. Planifi cacin y planificaci n total 2274. La imagen de la economa: Lib re concurrencia o

    economa planificada? 2305. El instrumento de la planificacin: la burocracia. 2346. Los lmite s de la planificaci n razonable 2377. Socialismo y planific acin total 2458. Motivo de la planifica cin total y su superacin. 248

    B. Unidad del mundo 250Introducci n: Las analoga s histricas con el fin del tiem-

    po-eje 251

    1. Imperio mundi al u ordenacin mundial 2542. Las grandes fuerzas de poder poltico 2603. Peligr os en el camino hacia la ordenacin mund ial. 2644. Objeciones contra la posibili dad de la ordenacin

    mundial 2715. La idea de la ordenacin mundi al 273

    C. Creencia 276Introduccin 276

    1. Creencia y nihil ismo 2762. Aspecto de la situacin presente 279

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    Pgs.

    3. Las categoras fundamen tales de la eterna creen-cia 283

    4. La creencia en el futu ro 287

    TERCERA PARTE: EL SENTIDO DE LA HISTORIA

    Introduccin: Sentido de las reflexiones histricas 297

    1. Lmites de la historia 303

    A. Naturalez a e histori a 303B. Herencia y tradicin 304

    C. Histo ria y cosmos 3062. Estructura fundamental de la historia 310

    A. Lo general y el individuo 310

    B. La historia es constitu tivamen te transicin 313

    3. La unid ad de la historia 317

    Introduccin 317 A. Hechos que indican la unid ad 3181. La unidad de la constitucin humana 3182. Lo universal 3223. El progreso 3234. La unid ad en el espacio y en el tiempo 3255. Unidades especiales 328

    B. La unidad de la historia por su sentido y su meta ... 329C. Unid ad por el pensamien to de una concepcin total

    de la historia 332Resumen 337

    4. Nuestra moderna conciencia histrica 3415. Superacin de la historia 348

    Notas 355

    PROLOGO

    TA historia de los hombres se ha desvanecido en su mayor parte delrecuerdo. Solo se nos hace accesible, en mnima porcin, mediante

    laboriosas investigaciones.ha profundidad de la larga prehistoria, en que todo el resto est

    fundado, todava no ha quedado verdaderamente iluminado por lasdbiles luces proyectadas sobre ella, ha tradicin de los tiempos hist-ricos los tiempos del testimonio escrito es fortuita e incompleta;en realidad, solo desde el siglo XVI pasa a los documentos. El futuroes un campo ilimitado de posibilidades, no est decidido.

    Entre la prehistoria, cien veces ms larga, y la inmensidad del futuro se extienden los cinco mil aos de historia visible para nos-

    otros, un nfimo tro^o en la existencia humana que se prolonga hasta perderse de vista, ha historia est abierta por la prehistoria y por el futuro. Por ninguno de estos lados est conclusa, y no se puede obte-ner de ella una figura cerrada como una imagen integral que se sos-tiene por s sola.

    En medio de la historia estamos nosotros y nuestro presente. Esteno es nada si se pierde como mero presente en el angosto horizontedel da. Mi libro quisiera contribuir a elevar nuestra conciencia del

    presente.El presente, por una parte, est henchido del fondo histrico que

    en nosotros se actualiza la primera parte del libro trata de la histo-ria del mundo hasta nuestros das.

    De otro lado, el presente est penetrado por el futuro en l latente,11

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    cuyas tendencias, sea en oposicin o en adhesin, hacemos nuestrasla segunda parte pretende hablar del presente y del futuro.

    Pero este henchido presente hinca su ancla en el eterno origen.Arribar mediante la historia ms all de la historia, a lo trascendente,que nos envuelve, es lo ltimo, que el pensamiento no puede alcanzar,

    pero que siempre ha de procurar roscar la tercera parte trata de di-lucidar el sentido de la historia.

    K AR L JASP ER S .

    Primera parte

    HISTORIA UNIVERSAL

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    Introduccin

    LA ESTRUCTURADE LA HISTORIA UNIVERSAL

    DOR virtud de la extensin y la profundidad de las transfor-maciones que en ella ha experimentado toda la vida huma-

    na recae sobre nuestra poca la significacin ms decisiva.Sol la totalida d de la historia hum ana pued e sumin istrar losmdulos para entender el sent ido del acontecer actual.

    Pero cuando contemplamos la his tor ia de la humanidad nosencontramos con el mister io de nuestro ser humano. El hechode que tengamos historia, de que por virtud de la historiaseamos lo que somos y de que esta historia haya durado hastaahora un t iempo re lat ivamente muy cor to nos l leva a pregun-tarnos: De dnde viene esto? Adonde va? Qu significa?

    Desde los t iempos ms remotos el hombre se ha formadouna imagen de la totalidad: primero en formas mt icas ( teo-gonia s y cosmogo nas , en las que el hom bre t iene su sit io) ,despus en la idea de que Dios acta a travs de las decisio-nes polt icas en el mundo (visin histrica de los profetas) ,ms tarde como actos de revelacin en el conjunto de lahistoria desde la creacin y el pecado original hasta el fin delmundo y e l ju ic io f ina l (San Agust n) .

    Pero la conciencia histrica es esencialmente dist inta cuan-do se apoya sobre bases empricas y nicamente sobre estas.Las historias, legendarias todava, de una gnesis naturalde la cultura que se ext iende por todas partes, desde Chinahasta el Occidente, ya tenan este punto de vista. Hoy se ha

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    ensanchado ex traordinar iamente e l h or izonte rea l . La l imi-tacin temporal la edad de seis mil aos, segn la creenciabblica ha desaparecido. Hacia el pasado y hacia el futurose abre una infini tud. Con esto se enlaza la inves tigac in delos ves t ig ios h is tr icos , de los documentos y monumentosdel pasado.

    Esta imagen empr ica de la h is tor ia t iene que conformarse ,ante la inmensa multiplicidad de los hechos, con la presenta-cin de algunas leyes regulares y la descripcin inconexiona-ble de lo mltiple; entonces se ve que hay repeticiones y queen lo mlt iple hay lo anlogo ; que hay orden acion es pol-ticas de poder con sus series tpicas de formas y hay tambinla confusin catica; que hay series regulares de esti lo en loesp ir i tua l y hay la n ivelac in de lo i rregu lar permanente .

    Tambin se puede intentar componer una imagen tota l ,unitaria y conexa de la historia de la humanidad. Entoncesse descubren los crculos culturales que han existido y sutranscurso, se les contempla primero separados y despus ensu influjo recproco, se extrae el elemento comn de su sentidoy mutua inteligibil idad y, f inalmente, se piensa un nicosent ido uni ta r io en que quede ordenada toda la mult ip l ic idad(Hegel ) i .

    Quien se dedica a la historia realiza involuntariamente esasintu ic iones universa les que pres tan unidad a su conjunto .Estas in tu ic iones pueden quedar s in cr t ica , inc luso incons-cientes y, por tanto, indiscutidas. En la manera de pensarh is tr icamente suelen es tar presupues tas como cosas ev iden-tes, que van de suyo.

    As, en el s iglo xix se toma por historia universal la que,despus de las etapas previas de Egipto y Mesopotamia, co-mienz a en Greci a y Palestin a y l lega hasta nosotros ; el restopertenece a la etnologa y queda fuera de la verdadera histo-ria. La historia universal era la historia de Occidente (Ranke).

    En cambio, para el positivismo del s iglo xix todos loshombres deban gozar del mismo derecho. Hay historia all donde los hombres v iven . La h is tor ia un iversa l se ext iendeen espacio y tiempo a todo el planeta y queda ordenada geo-grf icamente segn su dis tr ibucin espacia l (Hemot) . Donde-quiera sobre la Tierra hay historia. Las batallas de negros

    Origen y meta de la historia 101

    estn al mismo nivel histrico que Maratn y Salamina, y

    ta l vez fueron ms importantes por e l nmero de hombresllamados a las armas.Pero otra vez pareci advertirse en la historia una ordena-

    cin y estructura al intuirse en ella culturas unitarias 2 . Dela mas a inform e de la exis tencia human a merament e natura l esta era la intuicin surgan culturas semejantes a orga-nismos, a manera de formas de vida independientes que tie-nen principio y f in y no se influyen mutuamente aunque al-gun a vez pueden encontrarse , in terfer i rse y -perturbarse . Spen-g ler conoci ocho de es tos cuerpos h is tr icos , y Toynbee, ve int iuno: Sp leng ler les a tr ibuye una v ida de mi l aos ; Toyn-bee, una duracin indeterminada . Speng ler se v io en la nece-sidad de atribuir a cada uno de estos organismos un proceso

    mis ter ioso tota l , una metamorfos is , cuyas leyes crey des-cubr i r morfo lg icamente por ana log a entre las fases de losdis t intos cuerpos cu l tura les ; porque para l todo es s mboloen la f igura f is iognmica. Toynbee procede, en cambio, aun mltiple anlis is causal desde el punto de vista sociolgico;adems, deja margen a las l ibres decisiones de los hombres,pero de tal suerte que tambin la totalidad se presenta a losojos en la forma intuitiva de un proceso necesario en cadacaso. P or esta razn, amb os ext raen de su conc epci n totalpredicc iones para e l fu turo 3 .

    Aparte de Speng ler y Toynbee, Alf redo Weber ha des -arrollado en nuestros das una gran imagen de la historia.Su concepcin universal de la historia, su sociologa de lacultura queda de hecho abierta, a pesar de su tendencia atomar la totalidad de la cultura como el objeto del conoci-miento . Desarro l lando su c la r iv idente intu ic in con un segurosentido para el rango de las creaciones espirituales, traza elproceso de la historia de tal suerte que no obedece al principiode la dispersin en culturas separadas ni al de la unidad de lahistoria humana. Sin embargo, de hecho resulta a la postrela f igura de un proceso histrico universal que se articula encu l turas pr imar ias ms ant iguas , cu l turas secundar ias de pr i -mero y segundo grado hasta l legar a la historia del expansivoOccidente desde el ao 1500.

    No hay para qu examinar ms estas concepciones; mi pro-

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    psito es ms bien esbozar por mi cuenta el esquema de una

    concepc in to ta l .En mi esbozo voy inspirado, como por un artculo de fe,por la convicc in de que la huma nid ad tiene un orig en nic oy una meta f inal . Pero no conocemos en absoluto ni este origenn i es ta meta . Un icamente lo s en trevemos en e l v i s lumbre des mbolos equvocos entre los que se mueve nuestra existencia .Median te l a medi tac in f i lo sf ica t ra tamos de acerca rnos aambos, a l origen y a la meta :

    Todos los hombres somos pa r ien tes en Adn , p rocedemosde la mano de Dios y hemos s ido creados a su imagen y se-mejanza .

    En el origen, el ser se haca manif iesto en un presente s inconciencia . El pecado orig inal nos puso en el camino de l legar

    a la claridad de la patentizacin consciente mediante el cono-cimiento y la activ idad prctica f inita que se pone f ines en elt iempo. Con la consumacin del f in a lcanzamos la armona delas a lmas y nos vemos unos a otros en un presente amoroso,en una i l imi tada comprens in , per tenec iendo a l n ico re inode los eternos espritus .

    Todo esto son s mbolos , no rea l idades . Sin embargo, nica-mente conceb imos la h i s to r ia un iversa l acces ib le empr i -camente en su sentido, sea que el la lo posea efectivamenteo que se lo demos los hombres , bajo la idea de la unidad delconjunto tota l de la historia . Y en los hechos empricos con-s ideramos en qu medida responden o se oponen en absolutoa esa idea de la unidad.

    De esta suerte se despliega ante nosotros una imagen dela historia en la cual pertenece a la historia , primero, lo quecomo he cho n ico , i r repet ib le , ocupa un lu ga r in t rans fer ib leen el proceso unitario de la historia humana, y segundo, loque t iene su rea l idad e indefectibi l idad en la comunicacin ocont inu idad de l s er humano .

    Esbocemos ahora en una estructura de la historia universa lnuestro esquema que trata de dar a la historia de la humanidadla mxima ampl i tud y l a ms dec i s iva un idad .

    Captulo 1

    EL TIEMPO-EJE

    "TN Occidente, la f i losof a de la historia estaba fundada en^ la creenc ia cris t ia na. En las grandio sas obra s de San Agu st n

    hasta He gel ve a esta creencia el paso de Dios en la historia .Las ac ciones po r las cuale s Di os se revel a son los capt ulosdecis ivos . As deca Hegel todava : Toda la historia va a Diosy viene de El; el adve nim ient o del Hijo de Dios es el eje dela histo ria unive rsa l . Nue str a mane ra de conta r el t i empo esel testimonio cotidiano de esta estructura cris t iana de la his-to r ia un iversa l .

    Pero la creencia cris t iana es una creenc ia , no la creencia dela humanidad. La fa l la estriba en que ta l criterio solo puedetener val idez para los cris t ianos creyentes . Pero tampoco enOcc iden t e e l c r i s t i an ismo ha l ig ado su conc epc in empr icade la historia a esta creencia . Una proposicin de fe no es paral una proposi cin de inte leccin emp rica del proc eso rea l

    de la historia . Para el cris t iano, la historia sagrada seprase dela profana como cosa de dist into sentido. Incluso el cris-t i ano creyen te pued e inves t iga r l a t rad ic in cr i s t i ana mism acomo o tro ob je to empr ico .

    Si hubier a un eje de la histo ria unive rsa l habra que encon-t ra r lo empricamente co mo un hecho que, com o ta l , va l ie rapara todos los hom bre s , inc luso los cris t ianos. E ste eje es-ta r a a l l donde ha germinado lo que desde en tonces e l hombrepuede ser, a l l donde ha surgido k fuerza fecunda ms potentede transformacin y configuracin del ser humano de ta lmanera que pudiera ser convincente, s in el apoyo de una de-terminada fe, para el Occidente y Asia y en general para todos

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    lo s hombres . No se neces i ta r a que fuera empr icamente con-

    cluyente y palpable; bastara que tuviera por base una intui-cin emprica en forma que ofreciera un marco comn deevidencia histrica para todos los pueblos . Este eje de la his-toria univ ersa l parece estar s ituado hacia el ao 500 antes de

    Jesucristo, en el proceso espiritual acontecido entre los aos800 y 200. All est el corte ms profundo de la . h istoria . All t i ene su o r igen e l hombre con e l que v iv imos has ta hoy .

    A esta poca la l lamaremos en abreviatura el t iempo-eje .

    A. Caracterstica del tiempo-eje

    En este t iempo se concentran y coinciden multitud de he-

    chos ext raord ina r ios . En Ch ina v iven Confuc io y Lao- ts ,aparecen todas las direcciones de la f i losof a china, meditanMo-T i , Chuang-Tse , L ie -Tse y o t ros muchos . En la Ind iasurgen los Upan ischadas , v ive Buda , s e desa rro l l an , como enChina, todas las posibles tendencias f i losf icas , desde el es-cepti cismo al mate ria l i smo, l a sof st ica y el n ihi l ismo. En elIrn ensea Zarathustra la excitante doctrina que presentaal mundo como el combate entre el b ien y el mal. En Pales-t ina aparecen los profetas , desde Elias , s iguiendo por Isa asy Jeremas , has ta e l Deutero is a a s . En Grec ia encontramos aHome ro , lo s f i l sofos Parmn ides , Herc l i to , P la tn,los t rg icos , Tuc d ides , Arqu medes . Todo lo que es tos nom-

    bres no hacen ms que indicar se orig ina en estos cuantos s i-g los cas i a l mismo tiempo en China, en la India , en el Occidente,s in que supieran unos de otras .

    La novedad de esta poca estriba en que en los tres mundosel hombre se eleva a la conciencia de la tota l idad del Ser, des mismo y de sus l mites . Siente la terribi l idad del mundoy la p rop ia impotenc ia . Se fo rmula p regunta s rad ica les . Asp i radesde el abismo a la l iberacin y sa lvacin, y mientras cobraconciencia de sus l mites se propone a s mismo las f inal idadesms a ltas . Y, en f in , l lega a experimentar lo incondicionado,tanto en la profundidad del propio ser como en la claridadde la t ra scendenc ia .

    Esto resulta de la ref lexin. Un da la conciencia se hace

    Origen y meta de la historia 101

    consc ien te de s misma , e l pensamien to se vue lve hac ia e l

    pensamien to y lo hace su ob je to . Se p roducen combates es -p i r i tua les por e l in ten to de convencer a lo s dems median teref lex iones , razonamien tos , exper ienc ia s . Se ensayan la s pos i -b i l idades ms contrad ic to r ia s . La d i s cus in , l a fo rmac in depar t idos , l a d iv i s in de lo esp i r i tua l , cuyas pa r tes , no obs tan te ,s e re lac ionan en tre s en l a fo rma de contrapos ic in , engen-dran inqu ie tud y mov imien to has ta l inda r con e l caos esp i -r i t u a l .

    En esa poca se c ons t i tuyen la s ca tegor a s fundame nta lescon la s cua les todav a pensamos , y s e in ic ian la s re l ig ionesmundia les de l a s cua les todav a v iven los hombres . En todoslos sentidos se pone el pie en lo universa l .

    Por v i r tud de es te p roceso , l a s concepc iones , cos tumbres y s i tuac iones quedan somet idas a examen y p rueba , pues ta sen cuestin, disueltas . Todo cae en el vrtice. Lo que de lasus tanc ia t ransmit ida t rad ic iona lmente todav a es taba v ivoen la rea l idad fue puesto en claro en sus manifestaciones y deese modo t ransmutado .

    L a Edad mtica con su inmov i l idad y ev idenc ia l l egaba asu f in . Bu da, l os f i ls ofos gri egos in dos y chino s, en sus deci-s ivas intuiciones , y los profetas , con su idea de Dios, erana -mt icos . Comenzaba e l combate contra e l mi to desde e l

    lado de la racionalidad y de la experiencia i luminada por larazn (el logos contra e l mi to ) , e l combate por l a t ra scendenc iade un Dios nico contra los demonios que no existen y elcombate contra las fa lsas f iguras de los dioses por la rebelintica contra el las . La divinidad fue elevada a ms a lto rangoa l impregnarse de t ica l a re l ig in . Pero e l mi to qued comomateria l de una lengua que con l expresaba cosa dist inta delo que conten a o r ig ina r iamente , conv i r t i ndo lo a s en a legor a .Los mi tos fueron t rans formados , en tendidos desde una nuevaprofundidad en es ta f a se de t rans ic in , que tambin era , aun-que de o tra manera , c readora de mi tos en e l momento que e lmi to en genera l quedaba des t ru ido . El v ie jo mundo mt icodecay len tamente , pero perdur en e l t ra s fondo de l con jun to

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    por virtud de la creencia efectiva de las masas populares

    (y por esto pudo triunfar ms tarde de nuevo en amplias zonas).Esta tota l t ransformacin de la exis tencia humana puedel l a m a r s e espiritualizacin. Del carcter cerrado e indiscut idode la vida se pasa al af lojamiento; de la quietad de las pola-ridades, a la inquietud de las contraposiciones y antinomias.El hombr e ya no est ocluso en s mism o. Est inciert o des mismo y, por tanto, abierto para nuevas e i l imitadas posi-b i l idades . Puede escuchar y comprender lo que has ta entoncesnadie ha preguntado n i nadie ha decla rado. Lo nunca o dose hace manif iesto. En su mun do y en s mis mo, el hom br eperc ibe e l ser , pero no def in i t ivamente : e l problema perdura .

    Por pr imera vez hay filsofos. Los hombres se a treven acons iderarse como indiv iduos . Pensadores eremitas y t ras

    humantes en China, ascetas en la India, f i lsofos en Grecia,profetas en Is rae l , se corresponden unos con otros por muchoque se di ferencien en creencias , conten ido y const i tucin n-t ima . El hombre puede oponerse inter iormente a l conjuntodel mundo. En s mismo descubre e l punto de part ida desdeel cual se alza sobre s mismo y sobre el mundo.

    En el pensamiento especulativo el hombre se eleva al ser mis-mo que queda aprehendido, s in dua l idad, a l desaparecer laescis in del sujeto y el objeto y en la coincidencia de los con-trarios. Lo que en la exaltacin ms alta es experimentadocomo ensimismamiento en el ser o como unin mstica conla div in idad o como un hacerse ins trumento de la vo luntad

    de Dios , es enunciado por e l pensamiento especu la t ivo y objet ivador de manera equvoca y errnea .

    Es e l verdadero hombre rea l que, l igado a l cuerpo y encu-bierto por l, pris ionero de sus instintos, s in ms que unaoscura conciencia de s mismo, aspira a la l iberacin y salvacinque ya puede alcanzar en el mundo, sea por la elevacin a laidea, o por la paz de la ataraxia, o por la inmersin en la me-ditacin, o por el conocimiento de s mismo y del mundo,como Atman, o por la experiencia del Nirvana, o por la ar-mona con el Tao, o por la entrega a la voluntad de Dios.Exis ten extraordinar ias di ferencias en e l modo de pensar y en la creencia, pero hay algo comn: que el hombre se elevasobre s mismo en cuanto que se hace consciente de s mismo

    Origen y meta de la historia101

    en la totalidad del ser y que entra en el camino que desde en-

    tonces ha de segu ir como indiv iduo. Puede renunciar a todoslos biene s del mundo , retirar se al desie rto, a la selva, a la mon -taa, descubrir como anacoreta la fuerza creadora de la sole-dad, retornar como in ic iado, como sab io , como profeta .En suma, en el tiempo- eje se hace manif iest o aquello qu e mstarde se l lamar razn y persona l idad.

    Lo que el individuo alcanza no se transmite a todos. La dis-tancia entre las cimas de las posibil idades humanas y la mul-t i tud se hace entonces extraordinar ia . Pero aquel lo en que seconvierte e l indiv iduo transforma indirectamente a todos .El ser del hombre en su totalidad da un gran brinco.

    * * *

    Al nuevo mundo esp ir i tua l corresponde una situacin so-ciolgica que en las tres zonas muestra analogas. Existe unamult i tud de pequeos Estados y c iudades , una lucha de todoscontra todos , en la cua l fue pos ib le , s in embargo, inmedia ta -mente una s orprendente pro sper idad, u n enorme desp l ieg uede fuerza y riqueza. En China, bajo el impotente reinado dela dinasta Tschou, las ciudades y los pequeos Estados co-bran vida soberana; el proceso poltico consista en el engro-samiento de los pequeos por la subyugacin de otros mspequeos. En la Hlade y en el Asia anterior los pequeos vivan independientes, aun en la parte sometida a los persas.

    En India haba muchos Estados y muchas c iudades indepen-dientes .

    E l trato mutuo pona en c i rcu lac in e l movimiento esp ir i tua lden tro d e cada uno de los tres mundos . Los f i l sofos chino s Confucio , Mo-t i y otros via jaban para t ras ladarse a lugaresfamosos , favorables a la v ida esp ir i tua l (donde es tab lec anescuelas que los s in logos l laman academias ) , lo mismo que viajan los sofistas y f i lsofos en la Hlade y Buda peregrindurante toda su v ida .

    Antes exis t a un es tado esp ir i tua l re la t ivamen te permanenteen que, a pesar de las catstrofes, todo se repeta; un estadode hor izontes l imitados , an imados por un movimiento esp i -

    ritual sose gad o y mu y lento, q ue no era cons cient e y, por tan-

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    to, no poda ser percibido. En cambio, ahora aumenta la ten-

    s in , a causa de un movimiento arrebatadoramente rp ido . Todo esto asciende a la conciencia. La existencia humana

    se convierte , como historia, en objeto de reflexin. Se percibey se sabe que en el propio presente comienza lo extraordina-rio. Pero con ello se tiene a la vez conciencia de que le precedeun pasado infinito. Ya al comienzo de este crecimiento delesp r i tu humano e l hombre es movido por e l recuerdo, t ienela conciencia del ser tardo, incluso del ser decado.

    L a catstrofe est ante los ojos, se la quiere remediar mediantela inteligencia, la educacin, la reforma. Se quiere tener enla mano el curso de los acontecimientos mediante planes, sepretende restablecer la buena situacin o crearla por primera vez. Se piensa la historia entera como una serie de Imperiosmundia les o como un proceso de cont inuo empeoramientoo como un ciclo o como una ascensin. Se medita sobre lamanera en que viviran mejor los hombres juntos y seranmejor adminis trados y gobernados . Las ideas de reforma do-minan la accin. Los f i lsofos andan de Estado en Estado, sonconsejeros y maestros, son respetados y buscados, compiten ydiscuten entre s . Exis te una ana log a socio lg ica entre e lfracaso de Confucio en la Corte del Estado Wei y el de Platnen Siracusa, entre la escuela de Confucio, donde se formabanlos futuros hombres de Estado, y la Academia de P la tn , enque aconteca lo mismo.

    La poca en que todo esto se desarroll a lo largo de siglos

    no fue una simple y nica evolucin ascendente. Haba a la vezdestruccin y nueva creacin. No se alcanz en absoluto laconclus in y remate . Las sumas pos ib i l idades del pensamientoy de la prctica, que se realizaban en algunos individuos, nol legaron a ser b ien comn porque la mayor a de los hombresno podan seguirlos. Lo que al principio era l ibertad de mo- vimie nto se tro c, al f in, en anarqua . Al perder la poca sufuerza creadora, se produjo en las tres zonas culturales laf i jacin de las doctrinas y ia nivelacin. Del desorden, que sehaca insoportab le , surg i e l impulso hacia una nueva su jec inmediante e l es tab lec imiento de una s i tuacin permanente .

    La conclusin es , en pr imer lugar , po l t ica . Surgen grandesy poderosos Imper ios hegemnicos por v i r tud de la conquis ta

    Origen y meta de la historia101

    casi s imult nea mente en China (Tsi n Schi huang -ti) , en la

    India ( la dinas t a Maurya) y en Occidente (e l re ino heln icoy e l Imper io romano) . Dondequiera aparece en e l desmorona-miento un a ordenacin tcn ica , una organizacin p lan if icada .

    Pero tambin dondequiera perdura la relacin con el espritude lo precedente, que se convierte en modelo y objeto de vene-racin. Sus obras y sus grandes personalidades estn constan-temente ante los ojos y se convierten en tema y contenidode la escuela y de la educacin. (La dinasta Han instituye elconfucionismo; Asoka , e l budismo; la poca de Augusto ,la cu l tura heleno-romana) .

    Los Imper ios universa les const i tu idos a l f in del t iempo-ejese cons ideran a s mismos como fundados para la etern idad.Pero su es tab i l idad era engaosa . Aunque esos Estados , com-

    parados con las formas es ta ta les del t iempo-eje , duraron la rgot iempo, t odos fuero n decayendo, par a acabar en la diso lucin .Los mi len ios aportaron desde entonces cambios extraordina-rios. Desde el f in del tiempo-eje la historia fue, en este aspecto,hundimiento y res tauracin de grandes Imper ios , como lohaba s ido antes , durante los mi len ios de las grandes cu l turasprimitivas. Pero en un distinto sentido, a saber: que en estasgrandes cu l turas ms ant iguas fa l taba aquel la tens in haciael espritu surgida en el tiempo-eje, la cual desde entoncesacta incesantemente , dando a todo hacer humano nuevoproblemat ismo y nueva s ign if icac in .

    B. La estructura de la historia universalsobre la base del tiempo-eje

    La indicacin de algunos hechos como los citados no bastapara convencer concluyentcmente de la verdad de una concep-cin histrica. Tan solo la actualizacin de toda la tradicinhistrica puede conducir a una creciente claridad de la tesiso su abandono. Esta actualizacin no puede ser asunto deun breve l ibro . Mis indicaciones son preguntas y requer imien-tos para ensayar la tesis .

    S i la suponemos verda dera parece proyectarse sobre lahistoria, grac ias a esta intu ici n del tiempo -eje, una luz que

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    dibuj a a lg o as com o una estructura de la histori a unive rsa l .

    He aqu un bosquejo de esta estructura .i . Los milenios de las grandes culturas ms antiguas t e rm in a n

    con el t iem po-e je que las derrite , las toma y las hunde, bi enporque e l p rop io pueb lo t ra jo l a innovac in , b ien porque lohicieron otros pueblos . Lo que exist i antes del t iempo-ejepudo ser g randioso como la c iv i l i z ac in bab i ln ica , l a eg ip -cia , la india , la primitiva cultura china, pero todas el las

    v iv an como dormidas . Esas v ie ja s c iv i l i z ac iones s e p ro longany pers isten solo en aquellos de sus elementos que ingresanen el t iempo-eje y son recogidos y admitidos por el nuevocomienzo. En comparacin con la claridad de la existenciahumana en el t iempo-eje, cae sobre las v iej s imas culturas pre-cedentes un velo espeso, como s i en el las el hombre no se

    hubiera descubierto rea lmente a s mismo. Sobre esto no pue-den engaarnos a lgunos cona tos pa t t icos que no tuv ieronefecto en el conjunto ni se continuaron posteriormente (eldi logo del cansado de la v ida con su a lma en Egipto, loscnticos de penitencia en Babilonia , el Gilgamesct). La monu-mental idad de la rel ig in y del arte rel ig ioso, y las correspon-d ien tes creac iones ju r d ica s y fo rmas au tor i ta r ia s de Es tado ,son pa ra l a conc ienc ia de l t i empo-e je ob je to de admirac iny venerac in , inc luso modelo (a s lo fueron pa ra Confuc ioy para Platn); pero en ta l forma que su sentido queda trans-fo rmado por l a nueva concepc in .

    As , la idea de Imperio, que a f ines del t iempo-eje cobra

    nueva fuerza y c ie r ra po l t i camente es ta poca , p roced a dela s g randes cu l tu ra s an t iguas . Pero , mien tra s o r ig ina r iamentefue el principio creador de la cultura , ahora se trueca en elprincipio de la estabil izacin y momif icacin de una culturadeclinante. Es como s i el principio que un da hizo levantarsea l a human idad , y que era despt ico de hecho , i r rumpiera denuevo , ya consc ien temente despt ico , mas pa ra en tumecery conservar como el hielo.

    z. De lo que en el t iempo-eje aconteci y fue creado ypensado ha v iv ido la human idad hasta hoy. Siempre que seremont a de nuevo , re to rn a ' nos t lg ic amente a aque l t i empoy otra vez se deja inf lamar por l . Desde entonces es vl idodec i r que toda rememorac in y nuevo desper ta r de l a s pos i -

    Origen y meta de la historia101

    b i l idades de l t i empo-e je (Renac imien tos ) p roduce una exa l -

    tacin del espritu . El retorno a este comienzo es un sucesosiempre repetido en China, la India y Occidente.

    3 . El t i empo-e je es t , a l p r inc ip io , c ie r tamente , l imi tadoen el espacio, pero histricamente es universal. Los pueb los queno pa r t ic ipan en e l t i empo-e je permanecen como pueb losprimitivos en la forma de la v ida ahistrica de los milenioso cienm nos. Los hom bre s que viv en fuer a de los tres mun-dos del t iempo-eje se quedan aparte o entran en contacto conalguno de estos centros de irradiacin. As es como fueronadmitidos en la historia . As ingresan en el la , por ejemplo,en Occ iden te , lo s pueb los germn icos y es lavos ; en Or ien te ,lo s j aponeses , ma layos y s i ameses . Pa ra muchos pueb los p r i -mitivos , el contacto ha s ido causa de su extincin. Todoslos hombres que v iven despus de l t i empo-e je , o b ien per -duran en ei estado de pueblos primitivos , o bien participanen e l nu tvo acontecer , que es e i n ico fundamento . Cuandoya hay h i s to r ia , lo s pueb los p r imi t ivos son preh is to r ia rema-nente, cada vez ms estrechada en el espacio, hasta que por l t imo desaparecen y es to so lo ahora def in i t ivamente .

    4 . Entre lo s mucho s mund os es pos ib le , t an luego comose encuentran unos con otros , una profunda comprensin reciproca.Cuando se tropiezan se dan cuenta de que en los otros setrata tambin de lo propio. El contacto entre los hasta en-tonces d i s tan tes p roduce un mutuo efec to . C ier tamente quetodav a no hay l a verdad ob je t ivab le en una verdad comn

    (esta no la hay ms que en la ciencia cult ivada metdicamente,con toda conciencia , la cual es capaz de extenderse por elmundo s in modif icacin y en la cual todos son l lamados aco labora r ) ; pero la au tn t ica e incondic ionada verdad que

    v iv imos los hombres , h i s t r icamente de d iversos o r genes , s eperc ibe y escucha mutuamente .

    Resumimos . De la concepc in de l t i empo-e je s e der ivanlas cuestiones y los criterios para toda la evolucin precedentey pos ter io r . Las g rand es cu l tu ra s an ter io res p ier den su conf igu -racin; los pueblos que las sostenan desaparecen de la v ista a lquedar inc lu idos en e l mov imien to de l t i empo-e je . Los pue-b los p reh is t r icos s iguen s iendo preh is t r icos has ta que sonabsorb idos por e l mov imien to h is t r ico emanado de l t i empo-

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    eje, o , en otro caso, se extinguen. El t iempo-eje se as imila

    todo lo dems. De l recibe la historia universa l la nica es-tructura y unidad que se mantiene f irme o se ha mantenidohasta ahora.

    C. Comprobacin de la tesis del tiempo-eje

    1. Es un hecho realmente dado?

    Las ind icac iones ms an t iguas que conozco sobre e l hechose encuentran en Lasaulx y en Viktor von Strauss .

    Lasau lx (en Neuer Versuch einer Vhilosophte der Geschichte,Munich, 1856, pg. 1x5) escribe: No puede ser una casuali-dad que aparezcan cas i a l mismo tiempo en el s ig lo vx antesde Jesucr i s to , como reformadores de l a re l ig in popu la r ,Zara thus t ra en Pers ia , Gautama-Buda en la Ind ia , Confuc ioen China, los profetas entre los judos , el rey Numa en Romay los primeros f i lsofos jnicos , dricos y eleatas en Grecia .

    En e l marav i l lo so Comentario a Lao-ts (1870 , pg . L X IV) d e V ik tor von Strauss , s e l ee : En e l mismo s ig lo en que Lao- tsy Kung s te v iv an en Ch ina , s e p rodu jo un prodi g ioso mov i -mie nto espirit ual en todo s los pueblo s cultos . En Israel pro -fe t iz aban Jeremas , Habakuch , Dan ie l , Ezequ ie l , y una nuevagenerac i n er ige (521 -516 ) e l s egund o temp lo de Jerusa ln .En Grec ia v ive todav a Ta les ; apa recen Anaximandro , P i t -

    goras , Herc l i to , Jenofonte ; nace Pa rmn ides . Entre lo spersa s pa rece tener lug a r una import an te re fo rma de l a v ie jadoctr ina de Z ara thus t ra . Y en la Ind ia su rge Schak ia -Mun i ,e l in s taurador de l budismo .

    Desde entonces no son raras las indicaciones del hecho,pero n icamente de pasada ; en con jun to , con la in tenc in deestablecer un para lel ismo universa l que atae a toda la v idaesp i r i tua l de l a human idad de aque l t i empo . Tra temos dehacernos a lgunas ob jec iones .

    1 . Una objec in es que lo comn de todos esos hechos esaparente. Las diferencias de lengua, de raza , de esti lo de losg randes Imper ios , de l ca rc ter de l recuerdo h is t r ico son tangrandes, que lo comn, en cambio, parece una serie de casua-

    Origen y meta de la historia 101

    l idades . Toda fo rmulac in concre ta de l e lemento comn ,

    en genera l queda contrad icha por hechos . Tambin se puedeobjetar con la tes is corriente de que, en el fondo, todo se pre-sen ta dondequ iera en tre lo s hombres como bro te e f ec t ivo ocomo posibil idad. En la rea l izacin de lo que hay de comnentre los hombres , dondequiera las diferencias son lo esencia l ,lo especf ico y lo histrico, mientras que el conjunto no sepuede en ninguna parte concebir como uno ms que en lasprop iedades genera les ah is t r ica s de l a ex i s tenc ia humana .

    A esta objecin se puede contestar: Precisamente en elt iempo-eje se trata del elemento comn en lo histrico, dela cris is * que l lev a los principi os funda ment ale s del serhuma no , v igen te s has ta hoy , en la s s i tuac iones l mi tes ** . Aqu lo esencia l es lo comn, que justamente no acontece

    al ser humano en toda la Tierra , s ino que histricamente solose produce en estos tres orgenes sobre un pequeo espacio.La cuestin es s i , a medida que aumenta nuestro conocimiento,y a pesar de todas las diferencias remanentes , la profundidaddel elemento comn se muestra cada vez ms convincente e

    * Siempre Jaspers usa la palabra alemana Durcbbruch (rompi-miento, irrupcin) para designar la transformacin radical del hom-bre y su existencia en el tiempo-eje. La hemos traducido por cri-sis, a la cual hay que quitar su corriente sentido peyorativo, pueses una crisis para mejor. (N. del T. )

    ** Concepto importante en la filosofa de Jaspers es este de

    las situaciones lmites. El hombre siempre est en una situacin;si sale de una es para entrar en otra; puede modificarlas, puedecrear nuevas situaciones. Pero hay situaciones lmites que no se mo-difican nunca esencialmente, sino en su manera de presentarse. Tie-nen un carcter definitivo, ltimo. No podemos mirar ms all deell as; son como un muro contra el cual tropezamos. No podemosmodificarlas, ni desvirtuarlas, ni explicarlas; solo cabe aclararlas, des-cribirlas. Tale s son: que tengo que vivir forzosamente en una situa-cin, que no puedo vivir sin ludia ni sufrimiento, que tengo quemorir. Son una misma cosa con nuestra existencia emprica. Para elu-dirlas no puedo hacer ms que ignorarlas, cerrar los ojos y odos,puesto que no hay manera de superarlas; se resisten al conocimiento,y solo podemos sentirlas existencialmente. Hacer la experiencia delas situaciones lmites y existir son una sola y misma cosa, o dichode otra manera: yo, como existente, no llego a.m mismo ms queen las situaciones lmites. (N. del T.)

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    impres ionante . Entonces la s imple co incidencia tempora l se

    convierte en un hecho del que nos admiramos tanto mscuan to ms clar ament e nos lo repres entamo s. Pero esto soloen una expos ic in ms ampl ia puede ser concluyente .

    2. Otra objeci n es que el tiemp o-eje no es, en absolu to,un hecho, s ino el resultado de un juicio de valor. Las obras deaquel t iempo son va loradas tan exageradamente por un pre-ju ic io .

    A esto se contesta: All donde se trata del espritu, el hechoest ante los ojos solo cuando se entiende el sentido. Peroentender es , por esencia , va lorar tambin a l mismo t iempo.Una imagen h is tr ica descansa empr icamente sobre una mul-titud de hechos particulares apilados, pero de ellos solos noresul ta nada. S olo medi ante el ente nder l lega mos a la intui -

    cin, como de todo espritu histrico, del tiempo-eje tambin. Y esta intuicin es a la vez comprensin y valoracin, es estarprendidos , cog idos por e l la , porque nos a tae directamente ,como nosotros mismos , porque nos importa como his tor ianuestra, pero no solo como pasado, del cual conocemos dequ manera ha actuado, s ino como pasado cuya amplia accinoriginaria que se repite y comienza una y otra vez, es incal-cu lab le .

    Por tanto, el hombre entero es el rgano para la investiga-cin histrica. Cada cual ve lo que trae en el corazn. Elpunto de partida de la comprensin es nuestro presente, elaqu y el ahora, nuestra nica realidad. Por esto, cuanta mayor

    a l tura a lcance nues tra propia e levacin ms c la ro vemos e lt iempo-eje .S i la ordenacin jerrqu ica del conten ido h is tr ico so lo

    pued e apre henderse mediant e la su bjet iv idad de la exis tenciahumana , esa subjet iv idad desemboca y se desvanece en laobjet iv idad, no en la objet iv idad de lo puramente objet ivo ,sino en la objetividad que consiste en ver desde el lado de lacomunidad, a la cua l e l hombre asp ira cuando no se encuentraya en ella ; entonces, verdad es lo que nos l iga.

    Mi tesis es que en la compre nsi n co mn y en la valo raci n,que es indisoluble con aquella, el tiempo-eje se nos hace pa-tente en su s ign if icac in , v l ida para la humanidad en genera lcomo tal. Pero por la naturaleza del asunto esta tesis se sustrae

    Origen y meta de la historia 101

    a una prueba concluye nte y def in i t iva , aunqu e no obstantepuede ser conf i rmada mediante la ampl iac in y profundizacin

    de la in tu ic in .3. Un a terce ra obje cin es que este paralelismo no tiene

    ningn carcter histrico, pues lo que no descansa en el comercioesp ir i tua l no pertenece a una h is tor ia comn.

    Ya cont ra Heg el, que reu na la China, la I ndia y el Occi-dente , como la serie dialcti ca de las etapas reco rrid as por laevolucin del esp r i tu , se formul es ta objec in de que nohaba contacto real entre una etapa y otra, como la hubodespus en las fases siguientes de la historia occidental.

    Pero en nuestra tesis se trata de algo esencialmente distinto.Nosotros negamos ab iertamente la gradacin desde Chinahasta Grecia que no existi ni en el tiempo ni en el sentido.

    Lo que exis t i fue ms b ien una yuxtapos ic in s in contactoen una misma poca . Pero los mlt ip les caminos , separadosentre s en el origen, parecen conducir a la misma meta. Eslo mismo, que se diversif ica en tres formas. Son tres racesindependientes de una h is tor ia que ms ta rde tras in terrum-pidos contactos a is lados l lega a la un idad, una unidad quesolo es definitiva desde hace algunos siglos; en realidad, solodesde hoy.

    La cuestin es, por tanto, de qu clase es el paralelismo.

    y : i A I2. De qu clase es el paralelismo afirmados OTPr

    El hech o pudie ra no ser ms que una sum a de curioso s sin-cronismos s in s ign if icac in h is tr ica . Es pos ib le indicar ungran nmero de sorprendentes s incronismos acontecidos enla h is tor ia . Por e jemplo :

    En e l s ig lo xv i , los jesu tas encuentran en e l Japn una sectabudis ta que ex ista desd e el s iglo XIII, asom bro same nte anlo -ga al protestantismo, y en realidad lo era. Segn la exposicindel japonlogo F lorenz (en e l compendio de Chantepie de laSaussaye) , su doctr ina era la s igu iente : Una act iv idad en comnde los hom bre s para gana r la s alvac in es ineficaz . La salva-cin depende de la fe, de la fe en la misericordia y auxil io de Amida . No hay buenas obras mer i tor ias . La p legar ia no es una

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    accin , s ino so lo e l agradecimiento por la sa lvacin que Amida

    ha concedido. Si ya los buenos deben entrar en la vida,cunto ms todava ocurrir esto con los malos! , dice Shin-ran , e l fundador de la secta . Contra e l budismo tradic iona lse formul a es ta prescr ipcin : Ning una obra , n ing una frmul amgic a n i conjuro , n in gn amuleto , n ing una peregr inacin n ipeni tencia , n ingn ayuno n i cua lqu iera otra c lase de asces is .El profano t iene las mismas perspect ivas de sa lvacin que e lsacerdote y el monje. Los sacerdotes no son ms que unacorporacin para e l adoctr inamiento de los profanos . No t ie-nen por qu di ferenciarse de es tos por su comportamiento enla vida, y han de l levar las mismas vestiduras que estos. Elcelibato queda abolido. La familia es el crculo ms eficaz parala v ida re l ig iosa . Los mie mbros de la secta deben conserv ar

    el orden, obedecer las leyes del Estado y cuidar del bien delpa s , como buenos c iudadanos .

    Este e jemplo , que l lega has ta la ident idad con la doctr inafundamenta l del lu teran ismo, es sorprendente . Exis ten anotros muchos paralelismos desde China hasta Europa a lolargo de los siglos, que han sido consignados en tablas s in-crons t icas .

    A esta objecin contestamos:Pr imero . De muchos para le l i smos h is tr icos se puede a f i r -

    mar que dejan ver una reg la , la cua l se ref iere exclus ivamentea fenmenos a is lados . So lo aqu , en e l t iempo-eje , encontramosun paralelismo que no sigue una ley general, s ino que es ms

    bien un hecho nico , autnt icamente h is tr ico , de un carcteruniversa l , en e l sent ido de que incluye todos los fenmenosesp ir i tua les . El t iempo-eje es e l n ico para le l i smo tota l , un i -

    versa l , h is tr ico-mundia l , y no una s imple co incidencia defenmenos s ingu lares . Los fenmenos y ser ies de fenmenospart icu lares no const i tuyen e l para le l i smo de que hablamoscuando nos refer imos a l t iempo-eje .

    Segundo. So lo en aquel los s ig los se reg is tran la semejanzade los t res movimientos para le los . El in tento de cont inuare l para le l i smo despus del t iempo-eje mediante tab las des incronismos que abarcan mi len ios s iempre resu l ta a r t i -f ic ioso . No hay evoluciones para le las , s ino ms b ien divergen-tes . S i or ig inar iamente parecen tres caminos que se dir igen

    Origen y meta de la historia101

    a la misma meta, acaban por separarse. Pero cuanto msretrocedemos hacia e l t iempo-eje , tanto ms emparentadosy afines nos hacemos unos con otros, tanto ms cerca nossent imos .

    Cada vez me parece ms inverosmil que este carcter totaldel tiempo-eje sea un juego ilusorio de la casualidad histrica.Ms bien parece patentizarse en ello la existencia de algo co-mn en la profundidad, un or igen , un punto de part ida delser humano. La crec iente divergencia poster ior todav a pre-senta a lgunas ana log as ocas iona les , indic ios de la procedenciacomn; pero , en conjunto , no muestra aquel la or ig inar ia y rea l comunidad de sent ido .

    El n ico para le l i smo de carcter h is tr ico-universa l compa-rable es el comienzo de las grandes culturas antiqusimas de

    Egipto , Mesopotamia , la cuenca del Indo y China . S in embar-go, en esta coinc iden cia te mpor al se regi stra n difer encias demilenios. Los comienzos de esas culturas oscilan entre loscinco mil y tres mil aos antes de Jesucristo (Mesopotamia yEgipto; a la misma poca pertenecen los restos ms antiguosencontrados en Creta y Troya) . En e l tercer mi len io comienzanlas culturas china e india.

    Comp arab les a estas viejas cult uras son la mejic ana y laperuana , que deben de haber surg ido en e l pr imer mi len iodespus de Jesucr is to .

    El elemento comn en este caso est constituido por altasorganizaciones y rea l izac iones tcn icas . En Egipto , en Meso-

    potamia, en la cuenca del Indo y en China, a oril las del Hoang-ho, engndranse en los valles de los ros civil izaciones anlo-gas , caracter izadas por un s is tema centra l de adminis trac inmuy desarro l lado para la proteccin de la v ida .

    Tambin es comn a es tas c iv i l izac iones una re l ig in mgica ,s in aclaracin f i losfica, s in anhelo de salvacin, s in portil lode salida a la l ibertad ante las s ituaciones l mites; un especialembotamiento e insens ib i l idad junto a un extraordinar io es t i loen las rea l izac iones art s t icas , especia lmente en la a rqu i tecturay la plstica, en muchas de ellas.

    Pero es te para l e l i smo carece , s in embargo, del mismo exactosincronismo del tiempo-eje. Por otra parte, no es ms que laanaloga de un tipo existente, no la de un movimiento espi-

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    r i tua l . Es un para le l i smo entre es tados notab lemente es tab lesque se restablecen del mismo modo despus de las destruc-ciones catastrficas. Es un mundo entre la prehistoria, queapenas penetramos , y la h is tor ia , que ya no permite n ingunaes tab i l idad esp ir i tua l . Es un mundo que pone los fundamentospara el tiempo-eje, pero que en l y por l se derrumba.

    3. Cules son las causas de este hecho?

    Si e l hecho del para le l i smo del t iempo-eje es indiscut ib le ,entonces el problema es de donde procede. Por qu en treslugares independientes entre s acontece lo mismo? A pr imera vista parece algo extrnseco que en el origen no sepan unos

    de otros; pero esto es un misterio de la historia que aumentaa medida que inves t igamos e l hecho. El t iempo-eje , con suextraordinar ia r iqueza de creaciones esp ir i tua les , que handeterminado la h is tor ia humana has ta ahora , a rras tra cons igoel enigma de que en tres territorios, independientes entre s ,se produzcan acontecimientos an logos que se correspondenunos con otros.

    El mis ter io de la contemporaneidad se reg is tra fuera deltiempo-eje acaso una vez (y, por tanto, solo estas dos veces)en la gnesis de las grandes culturas ms antiguas, como he-mos indicado. La cuestin es esta: Por qu casi al mismo tiem-po aun cuando con una dis tancia de has ta dos mi len ios-surge del estado general de los pueblos prehistricos en los

    va l les del Ni lo , de la Mesopotamia , de l Indo, del Hoang-hola evolucin hacia esas v ie jas cu l turas?

    Se responde que an logos problemas , a saber : la regu lac inde las corrientes f luviales (obras de irrigacin y de contencinde las inundaciones ) , tuv iero n an logos efectos . Bien ; pe roentonces, por qu al mismo tiempo? Por qu solamentejunto a esos ros? Por qu ms tardamente, y bajo otrascondic iones muy diferentes , en Amrica?

    Las re lac iones del t r f ico pueden haber ten ido efectosdestacados. En todos los tiempos, las conquistas de la civi-l izacin en la tcnica de los oficios se han difundido lentamentepor toda la tierra, a lo menos por todo el continente euro-

    Origen y meta de la historia101

    asitico. La invencin de la escritura probablemente se pro-dujo en un solo lugar, desde donde se propag al resto;sin ella , los cometidos de la administracin, sobre todo lostraba jos de regu lac in f lu v ia l , no podan ser cumpl idos .Estas no son ms que posibil idades. Pueden comprobarse lasrelaciones entre la civil izacin sumrica de la Mesopotamia y lacultura ndica en el tercer milenio, ya muy vivas tambin entreEgip to y Babi lonia en poca temprana , en e l segund o mi len io .

    Sin embargo, no es pos ib le expl icar las mlt ip les evolucio-nes que han conducido en los tiempos remotos a las viejasgrandes cu l turas por una trapsmis in desde un punto nico .Por esto dice E. Meyer (Geschichte des Altertums, I, z; p-gina 935): Debemos admitir que hacia el ao 5000 antes de

    Jesucr is to , e l genus homo l leg a un grado de desarrollo que

    permiti a todos los grupos de hombres o pueblos que porsus dotes (es decir, por las fuerzas espirituales en ellos ence-rradas), podan, en general, superar aquel estadio y entrarpor aquel los caminos que condujeron a la formacin de unacu l tura ms progres iva . As , pues , los fenmenos para le losser an brotes s imultneos producidos por la evolucin b io-lg ica de los hombres como miembros de una humanidadhomognea. Aquello que en ellos exista ya en estado de la-tencia por v i r tud de su comn or igen b io lg ico , se patent izabaindependientemente a l mismo t iempo como a lgo que ocurrea la vez en el curso de la vida de dos mellizos monovitelinosseparados uno de otro.

    Pero esta idea solo es una manera de decir lo mismo sinexplicarlo. Es una idea vaca, porque mediante ella no espos ib le n inguna inves t igac in ms . La evolucin del genushomo no es ninguna realidad aprehensible como tal que per-mita fundamentar algo con ella . Y, sobre todo, resultara queesa evolucin b io lg ica se habr a cumpl ido so lo por una peque-a parte dispersa de la humanidad, no por la humanidad entera.

    * * *

    A mi parecer, el misterio del comienzo simultneo delt iempo-eje se ha l la a una profundid ad completa mente dis -tinta que el problema del origen de aquellas viejas culturas.

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    39Karl Jaspers

    Con los azares, los riesgos y las catstrofes experimentarontambin el problematismo de la existencia, y desarrollaron

    como seores una conciencia t rg ico-hero ica que encontrsu expresin en la pica.

    Este viraje de la historia se produjo por los pueblos j ine-tes de los indoeuropeos que, a f ines del tercer milenio, l le-garon al Mediterrneo ya Europa. Hacia 1200, movidos porun nuevo y gran impulso, alcanzaron tambin el Irn y laIndia. De modo anlogo arribaron a China, a f ines del segundomilen io .

    Anter iormente exis t an desde Europa has ta China v ie jasculturas, sumidas y satisfechas en el presente, que se carac-terizaban en parte como matriarcales o como culturas deganaderos sedentar ios , o s implemente como masas de pobla -cin, que se extendan por los frti les territorios de las zonas

    de cultivo desde China hasta Europa, angostamente oclusasen s mismas.

    La historia se convirti en la pugna de estas dos potencias:la antigua del matriarcado, estabil izada, atada, todava s indespertar, y la nueva tendencia de los pueblos j inetes, mvil ,l ibertadora , despertando a la conciencia .

    La tesis de Alfred Weber indica una unidad real en el blo-que euroasitico. Pero en qu medida fue decisi .va la apari-cin de los pueblos j inetes es cosa dif cil de calibrar. Ciertoes que las s ituaciones geogrficas y las constelaciones his-tricas crean las condiciones; pero por qu entonces surge laobra creadora contina siendo el gran misterio.

    La tesis de Weber posee fuerza i luminadora por su sencil laexplicacin causal, partiendo del carcter humano de la exis-tencia nmad a. Sin emb arg o, no se refiere a lo sum o msque a una condicin. El contenido y riqueza del tiempo-ejees tan extr aordi nario y gene ral que cuesta traba jo reducirl oa tal causa, aunque solo sea como una condicin indispensa-ble. La contra prue ba es, por ejemplo , China, don de tamb insurgi la riqueza espiritual de contenido del tiempo-eje,pero sin darse en ella conciencia trgica ni pica alguna (enChina solo hay algo comparable a la pica en los siglos pos-teriores a Cristo, en la poca de sus largas luchas con nuevospueblos , correspondiente a nues tra poca de migraciones

    Origen y meta de la historia101

    de los pueblos ) . Contraprueba es tambin Pa les t ina , cuyapoblacin no se mezcl con los pueblos j inetes, y, s in em-

    bargo , produjo con sus profetas un momento esencia l en lacreacin esp ir i tua l de l t iempo-eje .

    La h iptes is p ierde tambin fuerza convincente por e lhecho de que ya durante s ig los , movimi entos , migrac iones ,conquis tas , hab an sobreveni do en las v ie jas cu l turas , apartede que e l per odo de incubacin entre la invas in indoeuro-pea a su vez esparcida en ms de un milenio y el comienzodel desarro l lo esp ir i tua l de l t iempo-eje es muy la rgo , y , noobstante , e l comienzo se produce en todas partes con uns incronismo asombrosamente exacto .

    El que se pregunte por la causa h is tr ica del t iempo-ejedescans a sobre el hecho de qu e se trata de una cris is *, l imi-

    tada a pequeos espacios , dentro de la humanidad; en modoalguno de todos los hombres. El hecho esencial no es unaevolucin genera l humana , s ino un acontecimiento espec -f icamente h is tr ico ramif icado.

    Mientras Alf red Weber ha as ido ingeniosamente e l pro-b lema con una respues ta concreta , suscept ib le de comproba-c in , que una pos ib le discus in puede hacer frt i l , de ordina-rio se ha encubierto el misterio de la mutua falta de contactode los t res puntos de part ida independientes mediante la vaga a f i rmacin de la conexin euroas i t ica . Probablemente as p iensa f r ivo lamente no han exis t ido ms inf lu josaccesibles para nosotros. Se alude a la unidad de la historiadel b loque euroas i t ico , determinada por s iempre repet idos

    choques , migrac iones , conquis tas part idas del As ia centra l ;se a lude a los para le l i smos demostrab les en los ha l lazgostcnicos y ornamenta les que remontan a la pr imera preh is to-r ia y permiten infer i r un constante intercambio por toda laextens in del cont inente . Pero contra es to debemos decir quela contemporaneidad y la r iqueza esp ir i tua l de l movimientodel tiempo-eje no puede ser explicada por tal gnero de mi-grac in e in tercambio .

    * Repetimos la observacin sobre el uso de esta palabra, cuandose refiere al tiempo-eje, aqu y en todo el resto de la obra. (N. del T.)

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    40 Karl Jaspers

    La explicacin ms sencil la de los fenmenos del t iempo-e je pa rece por l t imo , pos ib le , remontndonos a l a s condic io -nes generales sociolgicas que eran venta josas para la crea-c in esp i r i tua l : muchos pequeos Es tados y pequeas c iuda -des , una poca de discordia polt ica y lucha general , menes-ter o s idad y mi seria a c ausa de lo s com bate s y rev oluc ione sdentro de una p rosper idad s imu l tnea , ya que en n ingunaparte se registr una destruccin universa l y radica l , puesta encuestin de la s ituacin anterior. Estas son consideracionessoc io lg ica s muy s ign i f ica t iva s , pa ra s egu idas en una inves -t igac in metdica ; per o , en def in i t iva , so lo i lumin an e l hechosin explicarlo causalmente puesto que estas condiciones noson an tecedentes exter io res a l t i empo-e je , s ino que per tenecena l f enmeno to ta l esp i r i tua l de l t i empo-e je . Son condic iones

    que no conducen necesa r iamente a l resu l tado creador , res -pecto a las cuales hay que preguntar tambin de dnde les v iene esa genera l idad .

    Nadie puede conceb i r s a t i s f ac to r iamente lo que en toncesacont eci y se conv irt i en el eje de la historia universa l !Es preciso describir el hecho de esta gran cris is , capturarloen sus mltiples aspectos , interpretarlo en su s ignif icacin,pa ra de ja r lo p rov is iona lmente an te nues t ros o jos como unmis ter io crec ien te .

    Acaso parezca como s i yo quis iera mostrar una interven-cin de la div inidad s in expresarlo claramente. En modo al-guno. No solo sera un sa lto morta l del conocimiento en unseudoconoc imien to , s ino tambin una impert inenc ia contra

    la d iv in idad . Ms b ien qu is ie ra impedi r esa cmoda y f r ivo laconcepcin de la historia , que la presenta como un procesoin te l ig ib le y necesa r io de l a human idad ; qu is ie ra mantenerla conciencia de la correlativ idad en que, en cada caso, estnues t ro conoc imien to con los puntos de v i s ta y mtodos ,por un lado, y con los hechos, por otro, y, por tanto, la con-ciencia de la particularidad de todo conocer; y, en suma,quis iera dejar abierta la cuestin con margen suf iciente paranuevos conoc imien tos pos ib les que todav a no nos podemosrepresen ta r por an t ic ipado .

    El asom bro ante el misteri o es tambin, un fecund o actode conoc imien to en cuan to punto de pa r t ida pa ra l a inves t i -

    Origen y meta de la historia 41

    gacin posterior; pero acaso tambin la meta de todo nuestro

    conocer, a saber: por virtud del mximo saber penetrar en el verdadero no saber, en lugar de escamotear el ser a labsolu-tizarlo en lo que conocemos, en el objeto de conocimientocerrado en s mismo.

    4. El sentido del tiempo-eje

    Cues t in completamente d i s t in ta de l p rob lema de l a causadel t iempo-eje es el de su sentido.

    El hecho de la tr ip le aparicin del t iempo-eje es semejantea un milagro, por cuanto que una explicacin rea lmente sa-

    t isfactoria queda fuera del horizonte de nuestras posibi l ida-des en lo que por ahora vemos. Sin embargo, el recnditosentido de este hecho no es para encontrarlo empricamentecomo un sen t ido cua lqu iera . Pregunta r por l s ign i f ica msbien qu es lo que nos importa del hecho, qu es lo que nosconcie rne de l . Si entonces entre mezc lamos expres iones ,como s i penssemos en un plan de la Providencia , estas no sonms que met fora s .

    a) Ver rea lmente e l hecho de l t i empo-e je pa ra poner lecomo fundamento de nues t ra imagen de l a h i s to r ia un iversa lequ iva le a aprehender a lgo que es comn a toda la humanidad,por encima de todas las discrepancias de creencia rel ig iosa .Es cosa muy dist inta percibir la unidad de la historia , como

    creyen te , s acndo la exc lus ivamente de l p rop io fondo , quepensar la unidad de la historia en comunicacin con otro fondohumano que enlace la propia conciencia con la a jena. En este l t imo sen t ido puede dec i rse de lo s s ig los t ranscurr idos en -tre los aos 8oo y 200 antes de Crist o, que son el eje emp ri-camente vis ible de la historia universa l para todos los hombres .

    La historia trascendente de la creencia cris t iana de revelacinhabla de creacin, ca da , pasos progres ivos en la revelacin,p rofec a s , adven im ien to de l h i jo de Dios , redenc in y ju ic iof ina l . Como conten ido de f e de un g rupo h is t r ico de hombressubsiste intacta . Pero aquello en lo que todos los hombrespueden concordar y unirse no es la revelacin, s ino que t ieneque ser la experiencia . La revelacin es la forma de una par-

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    42 Karl Jaspers

    ticular histrica, mientras que la experiencia es accesible a

    los hombres como ta les hombres . Nosotros los hombrestodos podemos reconocer en comn la rea l idad de es tatransformacin universa l de la humanidad acontecida en e lt iempo-eje . Esta t ransformacin se l imita es c ierto aChina, India y Occidente; pero si bien al principio no existimutuo contacto entre es tos t res mundos , que fundaron lah is tor ia un iversa l , ha a rras trado esp ir i tua lmente a todos loshom bres .

    b) El hecho de que se d esa triple modificacin hist-rica del paso que fue el tiempo-eje, acta como exigencia deuna ilimitada comunicacin. Ver y comprender a los otros ayudaa verse claro a s mismo, a superar la posible angostura de

    toda histor icid ad oclusa en s mism a, a saltar a los ampl iosespacios . Este aventurarse a una comunicacin i l imitada estambin e l mis ter io de la humanizacin del hombre, no enel pasado prehis tr ico , inacces ib le para nosotros , s ino ennosotros mismos .

    La exigencia de es ta comunicacin por v ir tud del hechohis tr ico de la t r ip l ic idad de or igen es e l mejor remediocontra e l extrav o del exclus iv ismo de una verdad de fe .Pues la creencia so lo puede darse incondic iona lmente en laexistencia histrica, no como la verdad cientf ica en enuncia-dos de validez gen eral para todos. La pret ensi n de exclu -s iv idad ese ins trumento del fanat ismo, del orgu l lo humano,del propio engao por la vo luntad de poder , es ta desdicha

    del Occidente , pr incipa lmente cuando se ha secu lar izado comoen las f i losofas dogmticas y las l lamadas concepciones cien-t f icas del mundo, es superab le jus tamente por es to : porqueDios se ha mostrado h is tr icamente de mlt ip les manerasy se ha abierto muchos caminos. Es como si Dios avisarapor la lengu a de la h is tor ia un iversa l cont ra la pretens in deexc lu s i v ida d .

    c) Si , pues , en la misma medida que profundizamos enel t iempo-eje aumenta su s ign if icac in e importancia , entoncesse nos p lantea es ta pregunta : Es este tiempo, son sus creacionesmedida de valor para todo lo poster ior? Puede decirse acaso ,cuando no atendemos a la cuanta del efecto, ni a la amplitud

    espacial del acontecer poltico, ni a la primaca que durante

    Origen y meta de la historia 101 43

    s ig los han gozado los fenmenos esp ir i tua les ; puede decirse ,pregunto , que, por e jemplo , la rec ia grandeza , la c la r idadcreadora, la profundidad de sentido, la amplitud del salto anuevos mundos esp ir i tua les en los fenmenos del t iempo-eje s ignif ican la cima espiritual de la historia hasta el presente?Es que, con toda su altura y su insustituibil idad, palidece loposter ior ante lo anter ior , Virg i l io ante Homero, Augustoante Soln, Jess ante Jeremas?

    Indiscut ib lemente , una a f i rmacin mecnica a es ta preguntaseria falsa. Lo posterior tiene en todas las circunstancias su valor propio que todava no exista en lo anterior, su propiasazn, subido precio , profundidad esp ir i tua l , sobre todo enlo que es excepcin . En modo a lguno puede ordenarse la

    h is tor ia en una jerarqu a s implemente mediante una represen-tac in universa l que tuv iera una consecuencia automt ica .Pero de la intuicin del tiempo-eje resulta inevitablemente elplanteamiento de la cuestin y acaso un prejuicio desfavorablepara lo poster io ry precisamente por es to e l descubr i mientot ic lo verdaderamente nuevo y grande, aunque de otra manera ,que no pertenece a l t iempo-eje . Por e jemplo , qu ie n f i losofaha hecho a menudo la experiencia de que cuando se ha pasado varios meses sumido en los griegos, San Agustn parecedespus como una liberacin, como un salirse de la frialdade impersona l idad para entrar en cues t iones de conciencia ,extraas a los gr iegos , pero para nosotros ya imprescindib les

    desde entonces . Pero as imismo despus de una temporadade estudiar a San Agustn vuelve a crecer el deseo por losgr iegos pa ra l impiarse nue vament e de la impure za que parecedesarro l la rse cuando se acompaa e l curso de su pensamiento .No hay nada en la tierra que sea la ltima verdad, la verdaderasa lud.

    Incluso el tiempo-eje ha fracasado. Las cosas siguieronadelante .

    Solo tengo por cierto lo siguiente: Por la concepcin deltiempo -eje est det ermi nada la concie ncia de nuestra historiay de nuestra s ituacin presente hasta en consecuencias quesolo en parte puedo indicar, tanto si se admite la tesis comosi se la rechaza. Trtase, por tanto, de cmo se nos hace

    concreta la un idad de la humanidad.

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    Captulo 2

    ESQUEMA DE LA HISTORIA UNIVERSAL

    T)ARA darnos cuenta del asiento de nuestra existencia tome-

    mos e l g lob o terrqueo. No pode mos con suf ic iente f re-cuenci a , medi ante la con templaci n del g lo bo que move mosen la mano, orien tarno s sobre aquel lo que acerca de los ras gosfund amen tal es de la repartic in de mar es y tierras, de lasf iguras de los continentes y pases han hecho conocer los ge-grafos y los h is tor iadores .

    i) Una nica y gra n eme rgen cia de masas terrestre s seext iende desde las cos tas occidenta les de Europa y Afr icahas ta e l extremo Este en Amrica , es decir , desde e l Ocano Atlntico al Ocano Atlntico. Hasta Coln era este, a dife-rencia del Pacf ico, la gran superficie de separacin de la huma-nidad, mientras en todas partes , en e l t iempo prehis tr ico ,tenan lugar las emigraciones hacia el Este y el Oeste. (La

    l legada de los normandos a Norteamrica es una excepcins in consecuencias . )

    z) L a s ra^as: Hasta la Edad Moderna , b lancos , negros ,indios , mo goles , es tuv i eron repart idos so bre la t ierra en re-g iones bas tante cerradas , aunqu e con trans ic iones rac ia les .

    j ) Al l donde hay a lgu na pos ib i l id ad de v ida e l homb rese ha asentado. Se ven los inmensos terr i tor ios del norte de

    As ia , Afr ica y Amrica , donde c iertamente v iv an hombres ,pero donde nada se fund que tuv iera importancia h is tr icay esp ir i tua l . Se ven en las zonas ms exter iores poblac ionesque han sido empujadas al Norte y al Sur, las cuales, con susformas de existencia, muestran lo que es posible al hombre.

    Se perc ibe la s ign if icac in que los grandes tipos de paisaje44

    Origen y meta de la historia45

    tienen para la cultura: los valles de los ros, las costas medi-

    terrneas, las costas del Ocano, las is las, las l lanuras, las este-pas, los desiertos.4) El continente americano estaba poblado de Norte a Sur

    por la mi sma raza, los indi os. En l no se ha d ado nin gnha l lazgo preh is tr ico de huesos de carcter prehumano o dehombres pr imit ivos . El cont inente debi de haber s ido po-b lado re la t ivamente ta rde desde As ia en direccin Norte a Sur .

    5) El espacio donde nace la cultura, comparado con la super-f icie total de la tierra, se l imita a una estrecha faja que se ext iendedel At lnt ico a l Pac f ico , desde Europa , por Afr ic a del Nortey Asia anterior, hasta la India y China. Esta faja en longi-tud una cuarta parte del per metro terrqueo, en anchuramenos de la duodcima cont iene en su inter ior t ierra frt i l ,

    dispersa entre desiertos, estepas y montaas. En esta faja estntodos los lugares de origen de las culturas superiores. Estasson al principio independientes unas de otras, sus creacionesse extienden, entran en mutuo contacto y lo pierden otra vez.Incluso en es te c inturn la comunicacin cont inuada so lose produce tardamente y se interrumpe una y otra vez; solodesde hace a lgunos s ig los exis te , creada por los europeos ,

    en toda su ampl i tud.Dentro de la ampl i tud del asentamiento humano, e l espacio

    donde han nacido las cu l turas es muy pequeo. Lo mismo

    ocurre con e l t iempo.

    * * *

    La historia en sentid o estricto se pued e repre sentar aproxi-

    madamente de esta manera en un esquema:De la oscuridad de la prehistoria, que dura cientos de

    milenios, y de la vida de hombres semejantes a nosotros,que dura decenios de mi len ios , surgen , mi les de aos antesde Cris to , la s v ie jas grandes cu l turas en Mesopotamia , Eg ipto ,en la regin del Indo y a oril las del Hoang-ho.

    En la totalidad del globo terrqueo se ven como islas deluz en la amplia masa de todos los dems hombres, en el espa-cio de los puebl os primit ivos q ue lo rodean todo, hasta casi

    nues tros das .

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    46 Karl Jaspers

    De las v iejas culturas , en el las mismas o en su mbito

    surge en el t iempo-eje, del ao 800 a l 200 antes de Cristo, lafundamentac in esp i r i tua l de l a human idad en t res luga resseparados en tre s , en e l mundo occ iden ta l po la r izado enOrien te y Occ iden te , Ind ia y Ch ina .

    Desde f ines de l a Edad Media en Europa , e l mundo occ i -denta l desarrolla en Euro pa la ciencia mode rna, y con el lacomienza, a f ines del s ig lo XVIII, la Edad Tcnica el primeracontec imien to rea l y p lenamente nuevo , tan to en sen t idomater ia l como esp i r i tua l , despus de l t i empo-e je .

    Amr ica fue pob lada y fundada esp i r i tua mente desdeEuropa. Rusia , que t iene sus ra ces en el cris t ianismo orienta l ,fue dec i s ivamente in formada por lo rac iona l y tcn ico , mien-tras , por su parte, poblaba todo el norte as it ico hasta el ocano

    Pac f ico .El mundo actua l con sus g randes b loques de Amr ica y

    Rus ia , con Europa , Ind ia y Ch ina , con e l As ia an ter io r , Sud-amrica y las restantes regiones de la Tierra , por virtud deun lento proceso, a partir del s ig lo xvi , y gracias a la tcnica ,se ha convertido fe hecho en una unidad de comunicacinque, aun en medio de luchas y disensiones , empuja cada vezhac ia l a un i f icac in po l t i ca , s ea compu ls ivamente en un des -pt ico Imper io mundia l , s ea , por in te l igenc ia y acuerdo , enuna ordenac in ju r d ica de l mundo .

    Se puede decir : hasta ahora no hubo historia universa l ,s ino so lamente un ag regado de h is to r ia s loca les .

    Lo que l lamamos historia , que en el sentido que ha tenidohasta ahora est tocando a su f in , no es ms que el intervalode c inco mi l aos t ranscurr idos en tre l a pob lac in de l a t i e r ra ,a lo largo de los milenios prehistricos , y el comienzo actualde l a verdader a h i s to r ia un iversa l . Antes de l a h i s to r ia lo sg rupos a i s l ados de hombres s in conc ienc ia de su conex in

    vivan una vida en que no haca ms que repetirse todos iempre , muy pa rec ida a l a contecer na tu ra l . Pero despus ,en nuestra corta historia hasta el presente, los hombres seencontra ron , s e reun ieron pa ra ac t ua r en la h i s to r ia un iversa ly adqu i r ie ron e l baga je tcn ico y esp i r i tua l pa ra a r ros t ra r e l

    v ia je . Nosotros lo comenzamos prec i s amente ahora .

    Origen y meta de la historia101

    Siempre se incurre en g rosera s s imp l i f i cac iones cuando

    es t ructu ramos la h i s to r ia en unos cuan tos per odos ; pero ,no obstante, estas s implif icaciones deben apuntar a lo esencia l . Tracemos una vez ms el esquema de la historia universa lpa ra no quedarnos p r i s ioneros en la r ig idez de una in terpre-tac in n ica , f a l s amente un voca .

    Cuatro veces parece haber partido el hombre, por as decir ,

    de una nueva base:Pr imera , de l a p reh is to r ia , de l a poca p romete ica , inac-

    ces ible para nosot ros (ori gen del leng uaje , de las herra mien tas ,del empleo del fuego), a lo largo de la cual se convirt i enh o mb re .

    Segunda , de l a fundac in de l a s g randes cu l tu ra s ms

    an t iguas . Tercera , de l t i empo-e je , por l a cua l s e conv i r t i en hombre

    verdaderamente esp i r i tua l en p lena f ranqu ic ia menta l .Cuarta , de la poca tcnico-cientf ica , en la cual , como en

    un crisol , la humanidad se hal la hoy en estado de fus in.Correspondiendo a es tos cua t ro puntos de pa r t ida s e p lan -

    tean , pa ra nues t ra comprens in de l a h i s to r ia , cua t ro g ruposde pregunta s que hoy pa recen ser l a s cues t iones fundamenta lesde l a h i s to r ia un iversa l .

    1) Cules fueron los pasos decis ivos para el ser del

    hombre en la p reh is to r ia ?

    2 ) Cm o nac ieron la s p r imera s g randes cu l tu ra s a pa r -

    t ir del ao 5000 antes de Cristo?3) Cul es la esencia del t iem po-ej e y de dnd e le v ino ?4) C mo ha de entende rse la gnes is de la cienci a y de

    la tcnica y por virtud de qu l leg a convertirse en EdadTcn ica ?

    Este esquema tiene el defecto de que describe cuatro pasosde la h i s to r ia un iversa l ext raord ina r iamente operan tes , peroheterogneos por su sentido: la poca prometeica , la poca delas grandes culturas ms antiguas , la poca de la fundacinespiritual de la existencia humana, v igente hasta hoy, y lapoca tcn ica .

    Mas conforme a l s en t ido , pero an t ic ipando e l porven i r ,

    acaso podra trazarse el esquema de la s iguiente manera : Lah is to r ia humana , en la pa r te v i s ib le pa ra noso tros , ha hecho ,

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    por as decir , dos aspiraciones respiratorias, dos tomas de a l iento.

    La p r imera l l eva desde l a edad promete ica , pasando porlas v iejas grandes culturas , hasta el t iempo-eje y sus conse-cuenc ia s .

    La segunda comienza en la nueva poca prometeica , lacientf ico-tcnica , y acaso l leve, a travs de formas anlogas alas organizaciones y planif icaciones de las culturas ms an-tiguas , a un segundo tiempo-eje, todava lejano e invis iblepa ra noso tros , en que se p roduzca l a verdadera human iza -c in de l hombre .

    Pero entre estas dos aspiraciones hay diferencias esencia les .Pa r t iendo de l a s egunda , que p rec i s amente in ic iamos ahora ,podemos conocer l a p r imera ; qu iere dec i rs e que noso tros

    deseamos experiencia histrica . La otra diferencia esencia les que, mientras la primera estaba escindida en varias que sedesarrollaban unas junto a otras , la segunda es la de la huma-n idad en con jun to .

    En la primera, cada acontecimiento, incluso en forma degrandes Imperios , era local , no decis ivo para la tota l idad.Por esta raz n fue posible la pecul iari dad del Occident e y lanueva fundamentac in emanada de l , mien tra s que los o t rosmov imien tos de l t i empo-e je pa recen decaer cada vez ms ,s in mostrar nuevas grandes posibil idades en lo que se puedeprever por e l momento .

    Pero ahor a lo que acontece es unive rsa l , lo abarca todo,s in l imitarse exclus ivamente a China o a Europa o a Amrica .

    Los acontec imien tos dec i s ivos ocurren porque t i enen uncarct er tota l , incluso un carcte r fata l , comp let amen te dis-t in to .

    Las evoluciones derivadas de la primera aspiracin en suml t ip le fo rma nos pa rece , en con jun to , que habr an f raca -sado s i no hubiera come nzad o a lgo nue vo, part ido de Occi-dente. Ahora la cuestin es s i la futura evolucin queda abiertay a travs de terribles sufrimientos y perturbaciones , a travsde horribles abismos conduce a los verdaderos hombres .El cmo es lo que todava no podemos representarnos enabso lu to .

    * * *

    Origen y meta de la historia101

    El origen nico de la humanidad a l comienzo de la pre-

    historia es tan oscuro como el mundo futuro de la humani-dad que seorea todo el planeta ; mundo futuro en el cualla humanidad a lcanzara la unidad de su existencia jurdica-mente ordenada y movindose en el inf inito espiritual y ma-ter ia lmente .

    Entre e l o r igen (que no podemos represen ta r o imag ina ren abso lu to ) y l a meta (que tampoco podemos bosque ja radecuadamente en una f igura concreta) se desarrolla nuestrah is to r ia e f ec t iva .

    Pero origen y meta estn en conexin: segn se pienseuno, as es el otro. Mediante s mbolos se presenta ante losojos lo que como real idad no tiene ninguna forma intuibley convincente: en la creacin del hombre el origen

    y en el eterno reino de los espritus , la meta .

    * * *

    En los captulos s iguientes , la historia este acontecerentre el origen y el f in debe ser explicada, en cuanto pasado,presentando los hechos y las cuestiones fundamentales . Como vis in general anticipo un sencil lo esquema de esta historiauniversa l (que debe ser ledo de abajo arriba).

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    El mundo unitario de la humanidad

    America Europa Ruaia Islam India China-Negros y dems

    Edad tcnica ycientfica -

    Occidente Bizanc io Islam

    Extinguidos

    Per

    Mxico

    Oriente-Occidente India China

    Termina con laarticulacinen el mundo

    del tiempo eje

    "Nueva prehistoria"

    Grandes culturasantiguas

    Pueblos sin escrituraen el mbito de lasgrandes culturas Pue l ) l o s

    Meso pota mia Egi pto India Hoang-ho. anhguas. primitivos

    Preh is to r ia

    Origen nico de'la humanidad

    Captulo 3

    PREHISTORIA

    A. Historia y prehistoria

    T A historia se remonta tan atrs como la tradicin documen-^ tada verba lmen te. Dond e avanza hacia nosotro s una palabr aes como s i tocsemo s suelo f irme. En cambio , todos losartefactos tcitos de las excavaciones prehistricas perma-necen s in vida en su mudez. Solo un producto verbalpermite a los hombres sentir v ivazmente su interioridad,su modo de sentir , sus impulsos . La tradicin documentada

    verbalmente no remonta ms a l l del ao 3000 antes de Cris-to. Por tanto, la historia t iene una duracin de unos cincomil aos.

    Es cierto que la prehistoria es , objetivamente, una suces inde cambios; pero espiritualmente no es historia , puesto que

    esta solo existe a l l donde hay tambin un saber de la historia ,donde hay t rad ic in , t ransmis in , documentac in , conc ienc iadel futuro y de los hechos pasados. Es un prejuicio que dondefalta la tradi cin, s in em barg o, la cosa mis ma la historiapudo haber exist ido o incluso que exist i necesariamente.

    Historia es el pasado claro para los hombres , en cada caso;es el mbito de apropiacin del pasado, es conciencia delfu tu ro . La p reh is to r ia es c ie r tamente e l pasado , fundamenta lde hecho; pero no es pasado sabido, consciente.

    La evolucin prehistrica del hombre es la formacin delser humano en su constitucin fundamental ; la evolucinhistrica es el desarrollo de las capacidades y dotes espiritua-les y tcnicas adquiridas . La constitucin bs ica requiri

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    para su desarrollo enormes espacios de tiempo; por el con-trar io , la evolucin h is tr ica acta como un fenmeno pro-

    visorio en obras, representaciones, pensamientos, sobre elampl io y profundo fondo del ser humano formado en la pre-h is tor ia y todav a presente hoy.

    As, pues, historia y prehistoria han creado, una tras otra,los dos fundamentos del ser humano. La evolucin preh is -tr ica , es ta formacin de la na tura leza fundamenta l del hom-bre, con sus impulsos y propiedades elementales y todo sufondo inconsciente , const i tuye e l stock bsico de nuestro ser.La tradic in y ascens in h is tr ica consciente del hombre,que nos revela lo que era posible a los hombres, y con sucontenido es la fuente de nues tra educacin , nues tro creer ,saber y poder, es como una delgada pelcula sobre el suelo

    de volcn que es e l hombre. Puede parecer pos ib le que es tapel cu la sea a rrancada mientras que e l stock bsico de la na-tura leza humana , formado en e l t iempo prehis tr ico , nopuede ser a rrancado. Puede amenazarnos a lgo como s i pu-disemos volver a ser hombres pa leo l t icos , pues to que losomos todav a , sempiternamente . Entonces es tar amos ro-dead os de avion es en vez de hachas d e piedra, per o sera denuevo lo mismo que antes fue, como si los milenios de lah is tor ia se hubieran o lv idado y desvanecido . En e l derrum-bamiento de la h is tor ia e l hombre podra vo lver de nuevoal estado en que, s iendo ya y s iempre hombre, estuvo hacemilenios: s in saber y s in conciencia de su tradicin.

    Nada sabemos del a lma del hombre que v iv i hace veintemil aos. Pero sabemos que, en definitiva, en el curso dela h is tor ia conocida , en ese breve p lazo , e l hombre, tomadoen conjunto , no ha cambiado b io lg ica y ps icof s icamente ensus impulsos elementales e inconscientes en un grado que sepueda demostrar ( t r tase so lo de unas c ien generaciones ) .

    El resu l tado de la evolucin preh is tr ica es a lgo transmi-s ib le b io lg icamente , a lgo asegurado a t ravs de todas lascats trofe s histricas. En cambi o, las adquis icio nes de la his-toria estn enlazadas con la tradicin histrica y pueden per-derse . Lo que esp ir i tua lmente ,