Max Weber y Thomas Mann

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    Ma Carmen Rodriguez RodriguezMax Weber y Thomas Mann

    Nmadas, nm. 11, enero-junio, 2005, p. 0,

    Universidad Complutense de Madrid

    Espaa

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    Nmadas,

    ISSN (Verso impressa): 1578-6730

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    Universidad Complutense de Madrid

    Espaa

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    M Carmen Rodriguez RodriguezM Carmen Rodriguez Rodriguez

    CV

    RESUMEN.-Este artculo se centra en analizar la mirada weberiana en la obra de Thomas Mann"La muerte en Venecia" (1913) a partir de ciertas perspectivas que recoge Max Weber en "El

    poltico y el cientfico" (1919). Pero va ms all, recupera las lneas maestras del pensamientoalemn del que ambos comulgan.

    Nada descubrir diciendo que Max Weber y Thomas Mann fueron figuras principales de laSociologa y de la Literatura a nivel mundial. Por eso lo que emprendo ahora no es una tarea dereconocimiento de su importancia individual sino de reconocimiento del pensamiento que

    comparten.Para ello me servir de dos de sus obras entre las que encuentro especial afinidad,"La muerte en Venecia"(1913) de Thomas Mann y "El poltico y el cientfico" (1919) de MaxWeber.

    Weber y Mann se conocieron personalmente. Alemanes y coetneos, compartan un acervocultural que se reflejara en sus obras. Un sentimiento anlogo atraviesa sus creaciones, lapreocupacin ante el contexto alemn de principios del siglo XX y la influencia de autores comoNietzsche y Goethe marcarn sus visiones del mundo.

    Como reconocer Mann, l mismo (y nosotros podramos aadir que tambin Weber) seconsidera hijo y heredero de un siglo XIX alemn empapado de, "En primer trmino, el amor a laverdad, un sentido de la verdad, una sensibilidad y receptividad para los encantos y amargurasde sta, el amor a la verdad que se expresa sobre todo como sensibilidad y como clarividencia

    psicolgicas, hasta tal punto que el concepto de verdad queda casi absorbido en el concepto depercepcin y de conocimiento psicolgicos. Y en segundo trmino el sentido de la enfermedad,

    una cierta afinidad -compensada por la salud- con la enfermedad, as como la vivencia de suimportancia para la productividad." (1) (pp.171-172) El pulso "romntico" entre la voluntad y elespritu que se juega en esos aos de la mano de un Schopenhauer o un Nietzsche, y quereflejar Freud en su teora psicoanaltica al dibujar las tensiones entre el ello y el yo, ser unaconstante de ese poso cultural comn, que Mann reconoce como tal al subrayar la coincidenciade ideas entre estos autores a pesar del desconocimiento de Freud de estos filsofos.

    Pero abandonemos por un momento el contexto, que no dejaremos de vislumbrar como teln defondo a lo largo del anlisis, para centrarnos en las obras a tratar en esta ocasin.

    La novela "La muerte en Venecia" trata del viaje realizado en verano de 1911 por el escritorGustav Aschenbach en donde descubrir la fascinacin que le produce la idea de la Bellezapersonificada en el objeto amado, Tadzio, un joven de 14 aos. La ciudad de Venecia, destinodel insigne artista, se convierte en testigo de la pasin perturbadora que literalmente destruye alprotagonista.

    No resulta fcil dejar pasar el paralelismo de la vida del protagonista de la novela GustavAschenbach y el propio Weber. Ambos, en medio de una crisis creativa, dejan su mundo ensuspenso y emprenden un viaje a Italia. Se produce un creciente desgaste de las fuerzas enAschenbach por culpa de su trabajo metdico y continuado. El laureado escritor se presentacomo "Excesivamente ocupado con las tareas que le imponan su Yo y el alma europea, gravadoen exceso por el imperativo de producir, y demasiado reacio a la distraccin para enamorarsedel abigarramiento del mundo exterior (...)" (2) (pp.13). Esta situacin le hace dar un paseo enel que surge la idea de un viaje higinico en el que el aire y el movimiento le ayudaran acalmarse y a recuperarse. Weber tambin sufrir un colapso debido a su excesiva laborintelectual y a sus problemas personales (con su padre sobre todo) que le supondrn laincapacidad para dedicarse a la labor docente e investigadora durante un perodo de varios aos.

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    Los dos, ejemplo del trabajador seguidor de la tica protestante, tienen una sexualidadproblemtica (homosexualidad reprimida). Incluso, segn la ltima biografa de Mann "ThomasMann. La vida como obra de arte" de Hermann Kurzke, podramos llegar a considerar que esteescritor de rgida formacin prusiana y protestante dejara traslucir en los desasosiegos deGustav Aschenbach sus propias cuitas. El autor alemn, a travs de los personajes de suproduccin literaria, no duda en "cantar, con ese deje neoplatnico tan propio del escritor, lasexcelencias del cuerpo juvenil masculino como emblema universal de una belleza absoluta,

    puramente esttica, ajena a la reproduccin y en cierto modo extraa a la propia sexualidad."(3) Adems en Mann/ Aschenbach, cuyas madres "haban aportado a la familia una sangre msclida y sensual" (4) (pp. 18), "la fusin de un sentido del deber austero y escrupuloso conimpulsos ms oscuros y fogosos, dio origen a un artista, a ese peculiar artista." (5) (pp. 18)

    Veamos las caractersticas en esta novela que acercan a Mann y a Weber.La idea de Destino aparece en ambos autores. De ello tratar Weber a la hora de hablar de lajaula de hierro de la burocracia, aparente futuro en el que desemboca la lnea de desarrollo, deburocratizacin y de la racionalizacin que parece observar en el mundo moderno. Esta ideaweberiana contrasta con el nfasis con que este autor se opone a la interpretacin de la historiaque sujeta a esa historia a una fuerza directora que no se puede eludir. La sociedad estcompuesta por un delicado equilibrio de fuerzas opuestas. Para Weber, es "en el desencantadomundo moderno donde el destino no nos viene inexorablemente impuesto desde fuera, sino quecada uno elige dentro de ciertos lmites su propio destino: el sentido de su obrar y el sentido desu ser (...)Para Weber la nica salida posible es la bsqueda del daimon (destino) aunque slonos quede tomar valientemente las riendas del carro de nuestro destino y desviar las ruedas de

    piedras y cadas." (6)(pp.168) Ese Destino que segn Sneca "conduce a quien se somete yarrastra a quien se resiste" (7) atraviesa la obra de Mann (8) para conducir a Aschenbach a sudesenlace final (9). La aparicin del enigmtico forastero en el cementerio ser el punto de

    arranque que le empujar hacia el renacimiento de "ganas de viajar, nada ms; pero sentidascon una vehemencia que las potenciaba hasta el mbito de lo pasional y alucinatorio"(10)(pp.11) que encaminar sus pasos a la ciudad italiana, no sin antes realizar un frustradointento de establecerse en un lugar de vacaciones que en ese momento estaba de moda. "Notard en enmendar el falso destino." (11)(pp.31) El contacto visual con el otro despierta laapetencia de lo extico, desata el deseo de algo ms. Premonitorias resultan las palabras delgrotesco viejo disfrazado de joven que le acompaar en la travesa que se despide deAschenbach con "cordiales saludos a su amorcito, al ms precioso y preciado de los amorcitos!"(12) (pp.40) antes del primer encuentro con Tadzio.

    Es un destino trgico que le llevar al destino de su viaje, Venecia. La parada del tranvadesierta, al lado del cementerio en donde el forastero se le presenta como un espectro, acerca laidea de la muerte como preludio de lo que ha de venir. Escapa de la muerte para ir a Venecia(13) y encontrarla all o que sta le encuentre all. La siniestra sombra de enfermedad que secierne sobre la ciudad de los canales (14), las advertencias del peligro y el sentido comn no

    bastan para alejarle del ser amado. Sus frustrados intentos de abandonar la ciudad sonabortados (por la casual (?) prdida de sus maletas) gracias a una afortunada intervencin deldestino que alivia los irracionales remordimientos (15) que suscita la huida. "Enmudeci ante laverdad de su corazn; sinti el entusiasmo que lata en sus venas, la alegra y el dolor quecolmaban su alma, y comprendi que si la partida le haba resultado tan penosa, era debido aTadzio." (16)(pp.77)

    El Pesimismo y la Decadencia, propios de la poca del fin de los Imperios en la que viven,laten en el fondo de su discurso. Este sentimiento, Weber lo concentra en este augurio defuturo: "Lo que tenemos ante nosotros no es la alborada del esto, sino una noche polar de unadureza y una oscuridad heladas, cualesquiera que sean los grupos que ahora triunfen" (17). ParaWeber, el destino de nuestro tiempo, cargado de intelectualizacin y racionalizacin retira losvalores ms sublimes a la esfera de lo ntimo y de lo privado. El futuro se presenta lleno de

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    incertidumbres pero el ambiente de Munich en 1913 tampoco es en la novela de Mannprecisamente halageo: "Era una tarde de primavera de aquel ao de 19... que durante mesesmostr a nuestro continente un rostro tan amenazador y cargado de peligros." (18)(pp.7)

    Mann convierte el viaje en un proceso degenerativo fsico e intelectual de Aschenbach desde elpunto de vista inicial del protagonista. "La pasin paraliza el discernimiento y cede, con totalseriedad, a incentivos que una mente lcida aceptara slo con humor o bien rechazaradisgustada" (19)(pp.111) La vida como tragedia es un reflejo del alma torturada, elenfrentamiento crtico nietzschiano con lo que se quiere y se respeta que sern una constante enAschenbach. Al principio ste se nos presenta como un seor de porte elegante, de faccionesdistinguidas, ennoblecido, de reconocida fama y prestigio. Pero terminar convirtindose en elpattico anciano perseguidor de la juventud que tanto le repugnaba en el barco de ida a

    Venecia. Se transformar en ese falso joven que tanta angustia le haba suscitado almaquillarse, teirse el pelo y acicalarse para su amado Tadzio del que no se sientesuficientemente digno. Los iniciales temores a verse sorprendido en su estado de dependenciaamorosa con Tadzio se ven disipados a medida que avanza la novela, llegando en suatrevimiento a acosarlo, a perseguirlo de forma descarada por las callejuelas de la ciudad. "Sucabeza y su corazn estaban ebrios, y sus pasos seguan las indicaciones del demonio, que secomplace en conculcar la dignidad y la razn del ser humano" (20)(pp.104) y llega a considerarque "ninguna humillacin era tal si la infliga el dios" (21)(pp.108).

    Se produce un Desencantamiento del mundo. Porque, aunque segn Gonzlez Garca elmundo mgico y encantado corresponda a Thomas Mann (al que llamaban El Mago) y el mundodesencantado y desmitificado sea propio de Max Weber, hay que reconocer que los universos deMann siempre terminan chocando brutalmente con la cruda realidad (slo nos basta recordar elterrible punto y final que supone la Guerra Mundial en su novela La Montaa Mgica).Si bien escierto que Aschenbach vive en un mundo onrico (la vida en Venecia le parece un sueo, es " la

    ciudad mitad fbula y mitad trampa de forasteros" (22)(pp.105-106)), salpicado de visionesexticas y de sentimientos y pensamientos fantsticos (23), a lo largo de la narracin se imponeuna violenta vuelta al mundo real que sirve de contrapunto a todas sus ensoaciones. Pareceentonces que la racionalidad se impone pero slo por un efmero instante, pues la voluntad devivir o de amar en este caso (que sin duda son lo mismo), este impulso interior le impele aseguir a su deseo.

    Weber, por su parte, considera que la modernidad ha desterrado a los dioses del mundo. Laracionalidad, el clculo y la prediccin se han apropiado de lo que antes haba sido gobernadopor el destino, la pasin y el sentimiento.

    Tanto la idea de Destino como la de Pesimismo tienen relacin con las Consecuencias noqueridas de la accin (de lo bueno no siempre resulta el bien y de lo malo slo el mal). " Lahistoria es la tragedia de una humanidad que hace su historia, pero no sabe la historia quehace." (24)(pp.35) Esto es resultado de las complejas relaciones entre el bien y el mal, entre los

    vicios y las virtudes. Es, sin duda, fruto de las distintas consideraciones de los medios y de losfines y de su utilizacin.

    "El mismo acto resulta bueno o malo segn el sentido que el actor d a su vida " (25)(pp.73),considerar Weber, que opina que el individuo ha de crear sus valores y adopta la postura ltimade realizar una sntesis entre conviccin y responsabilidad. "Desde este punto de vista la tica dela responsabilidad y la tica de la conviccin no son trminos absolutamente opuestos, sinoelementos complementarios que han de concurrir para formar al hombre autntico, al hombreque puede tener `vocacin poltica." (26)(pp.177), concluir Weber. Raymond Aron recogereste pensamiento en su prlogo de El Poltico y el Cientfico: "El peligro es tanto ms real cuantoque Max Weber parece proponer como ideal, como suprema realizacin de su propia eleccin, laobediencia de cada cual a su propio dios o a su propio demonio." (27)(pp.55-56) (28). Esta ticapersonal, en parte es lo que har el superhombre de Nietzsche: "Mientras que el hombre

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    aristocrtico, el hombre trgico, el hombre heroico pisotea esos valores vulgares y dbiles; esehombre es necesariamente un guerrero, un guerrero duro para consigo mismo y para con losdems, dispuesto a sacrificarse a s mismo y a los dems." (29)(pp.117) Podramos observar enel comportamiento de Aschenbach un cierto cambio de una tica de la responsabilidad inicialhacia una tica de la conviccin (analizas por Weber) (30). Esta traslacin cambia el sentidode su existencia "La infamia ms monstruosa le pareca llena de promesas y encontraba caducala ley moral" (31)(pp.131), concluir Aschenbach. As, inmerso en la esfera del sentimientoamoroso, una especie de mundo al revs, Aschenbach considera que "acciones que, de haberobedecido a otros fines, hubieran sido censuradas como muestras de cobarda -genuflexiones,

    juramentos, splicas fervientes y gestos serviles-, no slo no le resultaban oprobiosas alamante, sino que hasta le valan elogios"(32) (pp.108) y se desinteresa por las consecuencias desu accin.

    A pesar de ser un artista, nuestro protagonista, al comienzo de la narracin, sigue la ticaasctica de trabajo duro y riguroso que caracteriza la tica protestante de Weber. "Vive eldestino de su estamento", que dir Freud. Lepenies seala: "Gustav Aschenbach, en quien el

    poeta se describi a si mismo, encaja mejor que cualquier otra de sus figuras en el universo deMax Weber; enemigo de toda ociosidad, marcado por el servicio y el autocontrol, `perseverares su palabra favorita: `Gustav Aschenbach era el poeta de todos aquellos que trabajan al bordedel agotamiento, de los recargados de trabajo, de los ya extenuados, de los que an semantienen en pie, de todos esos moralistas del rendimiento que, delgaduchos en crecimiento yesquivos de medios, se ganan mediante xtasis de la voluntad y sabia administracin, por lomenos durante algn tiempo, los resultados de la grandeza. De ellos hay muchos, son los hroesde la poca." (33) Con su viaje/viraje vital recupera la pasin, la sensualidad (34), se la lamanta a la cabeza y sigue a su corazn de un modo enfermizo hasta las ltimas consecuencias.

    La lucha de la Voluntad o el instinto y el Espritu o intelecto ocupa un lugar destacado a la

    hora de explicar la represin que sufren los dos autores alemanes en su vida personal (35) y quetoma cuerpo en Aschenbach que asume que "aquel capricho que tan tarda y sbitamenteacababa de asaltarlo no tard en ser morigerado y rectificado por la razn y una autodisciplina

    practicada desde sus aos juveniles" (36) (pp.13) La tentacin aparece a la vuelta de cadaesquina, impidiendo proseguir el trabajo, la obra para la cual viva. "Afn impetuoso de huida -Por qu no confesrselo?- era esa apetencia de lejana y cosas nuevas, ese deseo de liberacin,descarga y olvido, ese impulso de alejarse de la obra, del escenario cotidiano de una entregainflexible, apasionada y fra. Cierto es que la amaba, como tambin amaba o casi- esaenervante lucha, diariamente renovada, entre su orgullosa y tenaz voluntad (37), tantas veces

    puesta a prueba, y una creciente lasitud que nadie deba sospechar en l y que nada, ningnsntoma de flaqueza o de incuria, deba dejar traslucir en el producto de su labor" (38) (pp. 14).

    Animado por la influencia del pensamiento de Schopenhauer y Nietzsche, Mann introduce en eldiscurso inicial de Aschenbach una especie de oda a la voluntad de vivir que contrasta con sucomportamiento racional en un principio. Pero siguiendo la concepcin pesimista de

    Schopenhauer "La voluntad, que es lo contrario de una satisfaccin en reposo, es en s mismaalgo fundamentalmente desdichado; es inquietud, es apetencia de algo, es ansia, es nostalgia,es avidez, es anhelo, es padecimiento." (39)(pp.32-33) La contraposicin schopenhaueriana,excluyente, torturante y hostil entre instinto y espritu, pasin y conocimiento, voluntad yrepresentacin es pesimista porque es bipolar. "Qu habra ocurrido si Schopenhauer hubieraencontrado la unidad de esas cosas en su naturaleza de artista, en su genialidad?Si hubieracomprendido que el genio no es en modo alguno sensualidad en reposo y voluntad ensuspenso?Qu el arte no significa objetividad espiritual, sino que es la unin, la mutua

    penetracin, productora y elevadora de la vida, de las dos esferas, algo ms fascinante quepueda serlo cada una de esas dos esferas, el sexo y el espritu, por s solas?" (40)(pp.75)Es unaforma de reconocer la cuerda floja sobre la que anda el artista atormentado, que, en este casoest fuertemente influenciado por una frrea educacin protestante pero a la vez es un creador,en quien la sensibilidad ha de jugar un gran papel. Nos cuenta el autor alemn que Aschenbach

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    en su juventud estaba "entregado por completo al espritu, haba agotado el conocimiento,molido la simiente y revelado secretos, poniendo en duda el talento y traicionando al arte; s,mientras sus obras distraan, exaltaban y animaban a un grupo de crdulos admiradores, el

    joven artista haba embelesado sin tregua a los lectores de veinte aos con sus cinismos sobre ladudosa esencia del arte y del quehacer artstico mismo. Pero se dira que nada embota tanrpida y radicalmente las capacidades de un espritu noble como la amarga y sutil fascinacindel conocimiento; y es un hecho que, por melanclica y concienzuda que sea, la escrupulosidaddel adolescente queda minimizada si se la compara con la slida resolucin del hombre que,dueo al fin de s mismo, decidenegar el saber y lo rechaza, prescindiendo altivamente de l enla medida en que amenace con paralizar, entorpecer y deshonrar la voluntad, la accin, elsentimiento e incluso la pasin." (41)(pp.24-25) El equilibrio lo consigue advirtiendo lamoralidad de la forma como resultado de una disciplina pero tambin su inmoralidad, al implicar

    una indiferencia tica y una aspiracin a sojuzgar la moral bajo su mirada. "La impetuosidadverbal con que se condenaba all lo condenable, proclamaba el rechazo de cualquier equvoco enel plano moral, de cualquier simpata por el abismo, la renuncia a ese relajamiento condensadoen la indulgente divisa `comprenderlo todo es perdonarlo todo." (42)(pp.25) Consigue en lasatisfaccin esttica, introducir un orden que le brinda una metafsica con lgica.

    Una visin freudiana tambin puede resultar esclarecedora. La represin, las pulsiones, losdeseos, los sueos... son palabras del vocabulario psicoanaltico que usa Mann y que el propioMitzman, en su obra La jaula de hierro: una interpretacin histrica de Max Weber, tambintiene en cuenta al analizar la figura del propio Weber. La tensin constante y el rendimiento almximo que produce la tica protestante del trabajo seguida en un principio por Aschenbach, setraduce en una insatisfaccin interna que mantiene esclavizada su sensibilidad. El autodominio yla contencin son la frmula de su vida hasta que libera sus demonios interiores. El punto deinflexin es el primer encuentro con Tadzio. A partir de ese momento un Aschenbach hechizadotendr que lidiar una lucha interna (un querer y no querer simultneo) por un deseo imposible

    que le obsesiona, le llena de angustia y lo transforma en un pelele. La represin en sucomportamiento inicial ante la presencia de Tadzio se va disipando a medida que el argumentoavanza. "Pues la pasin, al igual que el crimen, se aviene mal con el orden establecido y elbienestar de la vida cotidiana, y cualquier dislocacin del sistema burgus, cualquier confusin ocalamidad que amenace al mundo le resultarn forzosamente gratas, porque conserva una vagaesperanza de sacar provecho de ellas." (43)(pp.102) Del amor al orden pasa al amor al caos(44). Su oscuro secreto sirve de pretexto para no descubrir el de la ciudad, porque la posibilidadde la marcha de Tadzio le infunde el temor de no poder seguir viviendo. As resuelve el dilemade desvelar el secreto de Venecia a la madre del joven polaco: "Pero al mismo tiempo se sabainfinitamente lejos de querer dar ese paso en serio, un paso que lo hara retroceder, que lodevolvera a s mismo. Pues quien esta fuera de s nada aborrece tanto como volver a s mismo."(45)(pp.125-126)

    Lo onrico y el mundo de los sueos son utilizados por Mann para recrear el estado de nimo desu protagonista. Es enormemente grfico el sueo terrible de barbarie que anuncia El dios

    extranjero. "En su corazn retumbaban los redobles del timbal, el cerebro le daba vueltas, y,presa de la furia, la ceguera y una voluptuosidad embriagadora, su alma ansi integrarse alcorro del dios." (46)(pp.129), "Lo animalmente primitivo penetra en su espritu (o simplementees elevado a la conciencia algo que estaba soterrado?) a pesar de que "grande era surepugnancia, grande tambin su miedo, y sincera su voluntad de proteger, hasta el final, lo suyocontra lo de fuera (47), contra el enemigo del espritu digno y sereno." (48)(pp.129) En relacincon su posicin intermedia entre la naturaleza (animal) y el espritu, se producen intensastensiones internas del hombre, que por ello es llamado "el animal enfermo"por Nietzsche. Sonlas luchas entre las pulsiones y deseos del ello y la represin que sobre ellas ejerce el yo y elsuperyo en palabras de Freud.

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    Por su parte, menos artista y ms cientfico("algo puede ser verdadero aunque no sea ni bello, nisagrado, ni bueno." (49)(pp.218)), Weber resuelve de otra manera el dilema de lo racionalversus lo emocional. El propio libro El Poltico y el Cientfico, es, en su conjunto, unaconsideracin sobre esta idea, tiene en cuenta este planteamiento. La de Weber es unasociologa comprensiva- explicativa que indaga sobre los significados subjetivos que los actoreshumanos dan a sus acciones, en las orientaciones mutuas en contextos especficossociohistricos. Incluso llega a hablar de cuatro tipos fundamentales de accin social que pasande la accin orientada por la razn a la emocional-afectiva, reconociendo al existencia de ladualidad razn-sentimiento en el hombre (50). "No dej jams de subrayar que la poltica notena nada que hacer en las aulas, repiti continuamente que las virtudes del poltico sonincompatibles con las del hombre de ciencia; pero su preocupacin por separa ambas

    actividades no era ms aguda que su conciencia del vnculo que entre ellas existe." (51)(pp.10)La problemtica surgida en este aspecto la trata Weber separando la figura del cientfico de ladel poltico, delimitando la tica propia de cada actividad (52):"El vnculo entre la ciencia y la

    poltica de Max Weber aparece igualmente estrecho si se considera el otro aspecto; no ya larelacin causal, sino los valores: referencia a los valores en el caso de la ciencia (53), afirmacinde los valores en el de la accin." (54)(pp.12)

    Curiosamente, Aschenbach pasa de tener un alto concepto de si mismo a detestarse fsicamentey considerarse indigno de Tadzio. De ser reconocido y laureado a ser el portador de un oscurosecreto (55) que le hace autodenominarse el solitario, el que se oculta y huye del mundo.

    Cercano su final, Mann lo retrata as: "Y all, sentado, estaba el maestro, el artista que accedieraa la dignidad, el autor de El miserable, que, en forma tan ejemplarmente pura, haba abjuradode la bohemia y las profundidades turbias, denegando su simpata al abismo y abominado de lo

    abominable; el escritor encumbrado que, superando su propio saber y emancipndose de todairona, se haba habituado a los compromisos impuestos por la confianza de las masas; el artistade fama oficial, cuyo nombre haba sido ennoblecido y cuyo estilo serva de modelo a losadolescentes: all estaba sentado, entornando los prpados, y slo a ratos permita que pordebajo de ellos se escurriera, para volver a ocultarla a toda prisa, una miradaburlona y confusa,y sus flccidos labios, realzados por el maquillaje, modulaban palabras sueltas, extradas de laextraa lgica del sueo que su cerebro adormecido produca." (56)(pp.136-137) El augustoescritor termina siendo vctima de su propio delirio, apareciendo en las ltimas pginasenloquecido y trastornado. Y es que es la palabraperturbadora, la que mejor define la belleza deTadzio. De ser un i n s i d e r , el famoso escritor pasa a convertirse en un o u t s i d er ( 5 7 ) .

    Trayectoria parecida a la que sigui Weber pero en otro sentido. Weber, por la fidelidad que setiene a si mismo y por lo consecuente que era con sus ideas no duda en criticar y en sealar lomejorable de las posturas polticas de su tiempo (ya sean conservadoras, liberales, nacionalistaso socialistas) sin despreciar lo positivo. Como cientfico no se ata a unos valores que le

    conduzcan hacia el abismo. No se casa a ciegas con nadie. De ese modo, Weber, reconocidodesde temprana edad como un reputado profesor, ser blanco de las iras que su espritu crticoconcita al final de su vida.

    Para Thomas Mann, el tico del rendimiento era, en principio, el Hroe de la poca moderna. Encambio Weber considera que la racionalidad echa a los hroes del mundo, por eso clama por unafigura carismtica que sea el lder que nos libere de la burocratizacin. Segn Weber, "escompletamente cierto, y as lo prueba la historia, que en este mundo no se consigue nunca lo

    posible si no se intenta lo imposible una y otra vez. Pero para ser capaz de hacer esto no slohay que ser un caudillo, sino tambin un hroe en el sentido ms sencillo de la palabra ." (58)(pp.179) Aschenbach en cierto modo recupera el hroe en la figura de Tadzio (59). l es el lderde su grupo de amigos, es un prodigio, es un Eros, es la Belleza, es una obra de arte (60).

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    Primus inter pares Tadzio, el objeto amado, sufre un doble proceso de mitificacin/ mistificacinpor parte de Aschenbach. Esto le produce temor ante unos sentimientos que no puede y noquiere replegar. Adems de recurrir a la mitologa clsica a la hora de calificar a Tadzio comoNarciso, como Jacinto, Aschenbach establece una comparacin entre su relacin con el jovenpolaco y la que Scrates estableci con Fedro, " la del sabio junto al digno de ser amado"(61)(pp.86)

    En un dilogo entre Scrates y Fedro, aquel dir: "Porque la Belleza, Fedro mo, y slo ella, es ala vez visible y digna de ser amada: es, tenlo muy presente, la nica forma de lo espiritual que

    podemos aprehender y tolerar con los sentidos. Pues, qu sera de nosotros si las demsformas de lo divino, si la Razn, la Virtud o la Verdad quisieran revelarse a nuestrossentidos?Acaso no pereceramos y nos consumiramos de amor como Semele al contemplar a

    Zeus? La Belleza es, pues, el camino del hombre sensible hacia el espritu... slo el camino, unsimple medio, mi pequeo Fedro..." (62)(pp. 87). El concepto de Verdad relacionado con laBelleza (63), el estado esttico como conocimiento intuitivo de la verdad, tiene que ver con elpensamiento platnico que nos eleva a lo ideal sobre la realidad, enfatizando lo espiritual y loeterno sobre lo sensible y lo temporal. A travs de lo bello se trasluce la Idea (aunque una cosapuede ser bella precisamente porque no es buena, o porque es el fruto prohibido, loinalcanzable). Esta referencia a la filosofa de Schopenhauer que considera al artista y al artecomo intermediarios entre la Idea y la realidad aparece tambin en las siguientes palabras:"Qu disciplina, qu precisin en las ideas se expresaban a travs de ese cuerpo cimbreo y

    juvenilmente perfecto! Pero la voluntad pura y severa que, operando en la oscuridad, habalogrado sacar a la luz esa estatua divina no le resultaba acaso a l, el artista, algo ya familiar yconocido?No operaba tambin en l, cuando impulsado por una sobria pasin, liberaba de lamasa marmrea del lenguaje la esbelta forma que haba contemplado en su espritu y la ofrecaa los hombres como imagen y espejo de la belleza espiritual? Imagen y espejo! Sus ojosabarcaron la noble figura que se ergua all abajo, en las lindes del azul, y en un arrebato de

    entusiasmo crey abrazar la belleza misma con esa mirada, la forma como pensamiento divino,la perfeccin pura y nica que vive en el espritu y de la cual, para ser adorada, se haba erigidoall una copia, un smbolo lleno de gracia y ligereza" (64)(pp.84)

    Lo convierte en arte al compararlo con "Efebo sacndose una espina", al recordarle a laestatuaria griega por su perfeccin y belleza divina. La visin del joven efebo, que participa delesteticismo dionisaco, "suscit en su observador evocaciones mticas: era como un mensaje

    potico llegado de tiempos arcaicos, desde el origen de la forma y el nacimiento de los dioses"(65)(pp.64). Su carcter efmero ("es probable que no llegue a viejo" (66)(pp.66)) aportafragilidad a su aura.

    Tambin Weber recurre a Platn para explicar el descubrimiento griego del concepto,instrumento esencial del trabajo del cientfico. De la vivencia de los discpulos de Scrates"pareca necesariamente deducirse que una vez que se hubiese encontrado el concepto de lobello, de lo bueno, de la bravura, del alma o de cualquier otra cosa, tambin podra encontrarse

    su verdadero ser, quedando as abierto el camino que permitira ensear y aprender cul es elmodo justo de comportarse en la vida y, sobre todo, de comportarse como ciudadano ." (67)(pp.205)

    Como en un sueo, Aschenbach observa a su querido e inalcanzable Tadzio en la playa. Sabeque el final est cerca porque le acaban de comunicar la partida del joven polaco. Su fantasa sederrumba y l con ella. Como ltimo legado de su aprendizaje vital, pone en boca de Scratesun pequeo discurso que nos trae a la mente el parentesco profundo entre sufrimiento y belleza:"Porque la Belleza, Fedro, tenlo muy presente, slo la Belleza es a la vez visible y divina, y porello es tambin el camino de lo sensible, es, mi pequeo Fedro, el camino del artista hacia elespritu. Pero crees acaso, querido mo, que algn da pueda obtener la sabidura y verdaderadignidad humana aquel que se dirija hacia lo espiritual a travs de los sentidos?O crees msbien (te dejo la libertad de decidirlo) que es ste un camino peligroso y agradable al mismo

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    NMADAS. 11 | Enero-Junio.2005

    Max Weber y Thomas MannM Carmen Rodriguez Rodriguez

    (31) LMV.(32) LMV.(33) Lepenies, Wolf: Las tres culturas. La sociologa entre la literatura y la ciencia, Mxico, FCE,1994.(34) Incluso el lenguaje de Mann pierde la formalidad inicial para tomar cada vez un carcterms sensual.(35) Y que en su vida intelectual se observa en su crtica al excesivo intelectualismo.(36) LMV.(37) Aqu voluntad es capacidad de represin.(38) LMV.(39) Mann, Thomas: Schopenhauer, Nietzsche y Freud, Madrid, Alianza, 2004.(40) Mann, Thomas: Schopenhauer, Nietzsche y Freud, Madrid, Alianza, 2004.

    (41) LMV.(42) LMV.(43) LMV.(44) Hay un proceso de desintegracin de la cultura de su vida.(45) LMV.(46) LMV.(47) O contra lo que l no saba que estaba en su interior? El concepto de la represin que nosbrinda Freud permite plantear estas preguntas.(48) LMV.(49) PC.(50) No hay unicausalidad.(51) PC.(52) Ajustada esta tica propia a la finalidad de cada actividad.(53) Pero hasta que punto se pueden limar los juicios de valor en la ciencia?(54) PC.

    (55) La conversin en paria sera el resultado de desvelar su amor prohibido.(56) LMV.(57) Pasa de la plena integracin en su mundo inicial al un progresivo desapego de ste y de susvalores.(58) PC:(59) Evoluciona su discurso en este sentido "Una vida basada en el autodominio y en laobstinacin, una vida ardua, hecha de perseverancia y abstenciones, transformada por l ensmbolo de un herosmorefinado y tempestivo, bien podra ser calificada de viril y valerosa; y elEros que se haba posesionado de l le empez a parecer en cierto modo, particularmenteidneo y afecto a semejante gnero de vida", pp. 107-108 de LMV.(60) Responde aqu a esa preocupacin del pensamiento alemn sobre la forma y el arte.(61) LMV.(62) LMV.(63) Lo bello y su contemplacin como liberacin de la esclavitud de la voluntad.(64) LMV.

    (65) LMV.(66) LMV.(67) PC.(68) LMV.

    BIBLIOGRAFA

    (1997)COSER, Lewis A., Masters of Sociological Thought: ideas in historical and social context,Harcourt Brace Jovanovich, New York(1992)GONZLEZ GARCA, Jos M, Las Huellas de Fausto, Tecnos, Madrid.(1994)LEPENIES, Wolf, Las Tres Culturas. La Sociologa entre la Literatura y la Ciencia, FCE,Mxico.

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    NMADAS. 11 | Enero-Junio.2005

    Max Weber y Thomas MannM Carmen Rodriguez Rodriguez

    (2002)MANN, Thomas,La Muerte en Venecia, El Pas. Clsicos del siglo XX, Madrid.(2004)MANN, Thomas, Schopenhauer, Nietzsche y Freud, Alianza, Madrid.(1976)MITZMAN, Arthur, La Jaula de Hierro: una Interpretacin Histrica de Max Weber, Alianza,Madrid.

    (1998)WEBER, Max, El Poltico y el Cientfico, Alianza,