(GEORGESCU-ROEGEN Nicholas) Energia y Mitos económicos

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  • 8/2/2019 (GEORGESCU-ROEGEN Nicholas) Energia y Mitos econmicos

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    ENERG IAY M ITO S ECONOM lCO S:de Nicholas GEORGESCU-ROEGEN

    Este articulo apareeid en el Southern Journal(Enero 1975) y retine las ideas expresadas pOl' elautor en una confereneia pronunciada en la Uni..versidad de Yale, con anterioridad.

    I. Introducci6n canica en astronornia y aceptabunla famosa apoteosls de la rnecanicade Laplace [53, 4] como el evan-gelio del sa be r-cie ntiflc o su perio r.En su case, todo ella puedc bienscr una clrcunstancia atenuante. N oasf, sin em bargo, para quienes apa-recieron mucho despues de que cldogm a m ecaniclsta fucra proscritode la fislca [23. 69-122; 5].Los cconornistas m as recientes,sin pensar en clio dos vcces, se hancontentado can desarrollar su disci-plina siguiendo las huellas dejadaspar SU S antcccsores, luchando fe-ro zrn ente co ntra cualq uier sug ercn -cia de que la 'cconom la pueda serconccbida como a lg a d is tin to de lacicncia de la mectinica. L a p ostu racs , .naturulmcntc, utractiva. Todocconornista recuerda siernpre en cl

    fonda que U rbain Levcrrier y JohnC ou ch A dam s d escub riercn el pla-~l;,'ta Neptuuo, no buscando en clfi rrnarnento. sino con un lapiz y unpapel, Seriu, sin dudu, un sueiio es-olendido el nredccir del rnismo:n~do cual scrfa la cotizacion de unvalor en la scsion de la Bolsa de'm anana, o, mas aun, dcntro de un!i.o.L a co nsecu cn cia d e esta fid elidad

    Hay un mucho deverdad en laobscrvacion de Percy Bridgman so-bre la profesion econ6mica comola mas oportunista de todas. Vcr-daderamente, la atcncion de loscconornistas se ha ido m oviendoconstanternentc de un problema autro, sin qu e a menudo hubieragran rclacion entre uno y otro, S ibuscarnos en las revistas econ6-m icas anteriorcs a 1950, par ejern-pia, sera raro cncontrar una refe-renda al terrnino "desarrollo eco-nomico". Es curiosa, pues, que loscconornistas sc hayan obstinado du-rante mas de den nfiosen perrna-necer licles a In cpisternologfa me-canicista im plantadu por los funda-dores de la Escuela.Neoclasica. Enpalabras de elias m ism os, su m ayorambiclon eraconstruir una cicnciacccnornica que s e ajustara a l mo-delede la mecanlca; dicho en bocadc W, Stanley Jcvons, una a modode "rnccanica de Iautilidad y cl lu-cro" [48; 23 J . Al igual que casi to-dosIos estudiososy filosofos de laprimcra m itad dcl 'sigh diccinueve,cstaban fascinadospor el exito es-pectacular de la clencia de' la me-941ICE-MAVO 1975

    indiscriminada al d ogma mc ca nic is-ta, sea explicita 0 in ;p licita, es q uecl prcceso econornico viene a se run mecanisme rcgido por un prin-.Ipio de conservacion (transform a-cion) y una norma de maximiza-cion. L a ciencla econornlca qucdaasf reducida a un a kiuetica intern-poral, E ste e nfo qu e ha conducido auna prollf'eracion de ejercicios canpapel y lapiz y a modclos ccono-me t ri cos progrcs iva rnen tc mas com-p.ejos que a menudo s610 sirvcnpara oscurecef los plnnteam icntosi', ndamcntales. Todo se reduce aun movim iento pendular. U n "ci-cio cornercial cs scguido par otro.La base de In teoria del equilibriaes que, si lo s h cch os a ltc ran c 1 cursede la dcmanda y de Ja ofcrta, encuanto los rnismos dcsapnreccn, clproceso econornico vuclve sicm prca sus condiciones previas. U na in-t'!acion . u na sequ ia catastroficn 0un "crash" bursjitil no dcjun huellnaluuna en la cconornin. La rcula ue-ne-ral cs que todo cs rev';-rsil;le,cnrno en la mccanica (I).

    La rncjor iIustrncirin de la epis-tcrnologia basica de In cconorniap rcv alcn tc cs cl g nil'lco h ab itu al CDnque cualq uicr manual describe cl

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    R E V I S T A D E E C O N O M I Aproceso econ6micocomo un flujoautonorno y circular entre "produc-cion" y "consumo" (2). Pero nisiquiera el dinero circula eterna-mente dentro del procesoecon6--mica, pues tanto la rnoneda meta-lica como la de papel se deteriorany tienen que ser sustituidas desdefuera [31]. EI punta crucial es ,pues, que el proceso economico noes un proceso aislado y autcnorno.y nopuede funcionar sin un inter-cambio continuo que altera el en-tomo de modo acurnulativo, nitarnpoco sin verse influido por csasalteraciones. Loseconomistas cla-sicos, y Malthus en particular, in-sistieron en la irnportancia econo-mica de este hecho, Sin embargo,tanto los economistas ortodoxoscomo los .marxist as han preferidoignorar completamente el tema delos recursos naturales [75, 17].Una idea fundamental domino laorientacion de arnbas escuelas, A.

    C. Pigou 1 0 expreso de modo muycxpllcito: "En un estado estaciona-rio, los factores de produccion sonel "stock", invariable cuantitativa-mente, del que emerge un flujo con-tinuo, tambien invariable en canti-dad, de renta real" [68, 19]. La. misma idea de que un flu]o cons-tante puede emergerde una estruc-tura invariable, esta en la base delesquema marxista de reproduccionsimple [61, II, ch. XX]. En el es-quema de reprcduccion arnpliada[61, II, ch. XXI], Marx se anticlpoen realidad a los modelos rnoder-nos (como el de W. W. Leontieff)que ignoraban el problema de lafuente primaria del flujo aun en elcaso de unaeconomia en creci-miento. La i in ic a d if er enc ia es queMarx predic6 abiertarnente que lanaturaleza nos ofrece todo gratis. entanto que los econornistas ortodo-xos 1 0 asumieron tacitamente. Am-bas escuelas, por tanto, camp artie-ron la nocion de Pigou de un es-tado estacionario donde un flujomaterial emerge de una fuente in-variable. En esta idea yace el ger-men de un rnito econ6mico que,como verernos (VIII) es sostenidopor muchos ecologistas serios y al-

    gunos econornistas conscientes. EImito es que un mundo estacionario,can una poblacion en crecimientocera, terrninarfa con el conflictoecologico de la hurnanidad. Ya n?habra preocupacion. sabre escasezde recursos 0 contaminaci6n. Nirnenos otro programa milagrosoque nos llevara a la Tierra Prome-tida. .Los mites han ocupado siemprcun lugar preeminente en la vida delhombre. La caracterfstica que dis-tingue al hombre del resto de losseres vivientes ha sido la sensacionde seguridad que Ie ha conferida elactuar deacuerdo con un mito.

    Muchos mitas taicianan 1 0 que esla mayor locura del hombre, sutendencia intima a creer que estapar encima de todo el resto deluniverso real y que sus poderes notienen .limites. En el Genesis, elhombre proclarno que estaba hechea imagen y semejanza de Dios mis-mo. En un tiempo, sostuvo que eluniverso entero giraba en torno asu pequefia morada en otro, quesolo el sol 1 0 hacia. Tarnbien creyoantes que podrla mover las casassin consurnir energia, 0 mito delmovirnienta perpetuo de primer or-den (sin duda un rnito esencialrnen-te economico). EI mito del movi-mienta perpetuo de segundo orden,a sea que podemos utilizar la mis-rna energfa una y otra vez, tcdavia

    sc conserva disfrazado bajo diver-sas formas.Otro mito econornico -que elhombre podra siempre encontrar

    can exito nuevas fuentes de ener-grU y nuevas tecnicas de adaptarlasen beneficia propio- acaba de serpropuesto .par algunos cientificos,pero especialmente por economista~afiliados tanto a la linea ortcdoxacomo a la marxista. Venga 1 0 quevenga, dicen, "siernpre Idearernosalga" [4,338]. La idea es que, siel hombre individual es mortal, par10 menos la especie hurnana es in-mortal. Aparentemente, esta pordebajo de la dignidad hurnana claceptar el veredicto de una autori-dad en biologia, tal como J. B. S.Haldane, que el destino mas segurode la humanidad es el misrno queel de- las otras especies, a sea, litextincion. Loque no sabemos cscuando y par que vendra. Ouizamas pronto de 1 0 que los optimls-tas creen a mucho mas tarde de10 que temen los pesimista~. Pued~producirla las consecuencias acu-mulativas del deterioro del entomo;pero asimismo podria causarla al-gun virus persistente 0un extrafiogene infecundo.EI hecho es que sabernos pocodel por que otras especies desapa-recieron en el pas ado y ni siquierapa r que algunas se estan extin-

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    de energfa mecanica que entra enn proeeso debe salir de el exac-tamente en la rnisrna cantidad y ca-lidad, La loccmoclcn no puedcalterar ni una ni otra,Igualar el proceso economico aun prcceso mecanico de tipo ami-logo supone, par tanto,' asurnir e lmito de que el proceso econdrnicoes circular y no puede afectar en

    modo alguno al entorno de materiay energia, La conclusion obvia esque no hay necesidad de Incluir elentorno en el cuadro analltico delproceso (4). EI viejo credo de SirWilliam Petty, el hurnanista que in-sistia en que el trabajo es el padrey la naturaleza la madre de la ri-queza, ha side relegado hace tiernpoa la condicion de pieza de museo.Ni siquiera la acumulacion de prue-bas palpables del papel que losrecursos naturales desernpefian enla historia de la hurnanidad huimpresionado a los econornistas aluso, Pensernos en la Gran Migra-cion del primer rnilerrio, que fue lurespuesta desesperada al agotamien-to de la Tierra de Asia Central trasun periodo de cultivo persistentc.Civilizaciones notables -como hiMaya- desaparecieron de la histo-ria porque sus pueblos fueron in-capaces de ernigrar 0 d~ contra-rrestar can un progreso tecnologicoadecuado el deteriora de su enter.no. Sobre todo, esta el heche in-discutible de que todas las luchasentre los grandes imperios no hangirado ociosarnente en torno a ideo-logias a prestigio nacional sino entorno al control de los recursos na-turales. Y aun siguen,Como en la mecanica no se con-sidera que exista carnbio cualitativosino solo cambio de lugar, cual-

    quier proceso rnecanico puede serinvertido, tal como sucede, parejemplo, can un pendulo. Si latierra se hubiera nuesto eurnovi-miento en direcci6n opuesta no schubiera violado ninguna ley de Inmecanica. No hay modo de que unespectador descubra si una peliculuo un pendulo rnecanico son proycc-tados en la direcci6n en que fuc-ron tornados 0 en sentido contra rio.

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    guiendo hoy ante nuestros propiosojos. S i podernos predecir aproxi-madamente cuanto vivira un perroconcreto y tarnbien 10 que proba-blemente causara su muerte es por-que hernos ten ida ocasiones repeti-das de observar Ia vida de un perrodesde su nacimiento hasta su muer-teo EI trance del biologo evolucio-nista es que nunca ha observadootra especie humana que nace, en-vejece y muere [29, 91; 32, 208-210]. Sin embargo, una especieUega al fin de su existencla par unproceso analogo al envejecimientode eualquier organismo individual.Y aunque el envejecimlento estetcdavia rodeado de muchos rniste-rios [32, 205], sabemos que lascausas que provoean el fin de unaespecie trabajan lentamente, pewcon persistencia y de modo acumu-lativo desde el primer momenta desu nacimiento. EI hecho es quecada uno de nosotros envejece cancada minuto, mas aun, con cadaparpadeo, aunque .somos incapacesde apreciar la diferencia.Es totalmente ingenuo el argu-

    mentar -como hacen implicita-mente algunos economistas- quepuesto que la humanidad no se haenfrentado con ninguna dificultadecologica desde la edad de Peri-cles, no va a tener que hacer frentea ninguna. Can solo dejar los ojos. abiertos podemos detectar, can elpaso del tiempo, algunos sintomassuficienternente c1aros que nos ayu-daran a eonseguir una idea generalde las causas probables del enveje-cirniento y, posiblemente, de lamuerte. Es verdad que las necesi-dades del hombre y el tipo de re-curs as que requiere para satisfacer-las son mucho mas complejos quelos de las otras especies. En cam-bia, nuestro conocimiento de estos{adores y de sus interrelaciones esnaturalmente, mas extenso. E1 re-sultado es que un simple analisisde los aspectos energeticos de laexlstencia del hombre pueden ayu-darnos a conseguir al rnenos unaperspectiva general de los proble-mas ecologicos y llegar a unas con-clusiones relevantes, aunque sean961ICE-MAYO 1975

    escasas. Esto y nada mas que estoes 1 0 que me he esforzado par 10-grar can este articulo.

    11. Mecanica versusTerrnodlnamleaNo hay analisis sana de un pro-ceso material, sea en las cienciasnaturales 0 en Ia economla, sin unadescripcion analltica clara y com-prensiva del propio proceso. Estadescripcion debe ante todo Incluiruna delirnitacion del proceso -elelemento abstracto que separa elproceso de su entorno- as! comosu duracion. Despues vendra la

    descripcion analitica de las necesi-dades y el funcionarniento del pro-ceso, can el detalle del modo ymomenta en que cada "input" y"output" que interviene en el rnis-rna cruza la frontera entre el exte-rior y el interior del proceso. Perc1 0 que compete a la ciericia en ge-neral y al estudioso en particulares el determinar donde se traza ellimite abstracto, que duracion scconsidera, que "espectro' cualita-tivo utilizamos para clasificar loselementos del proceso (3).La mecanica distingue solarnentemasa, velocidad y posicion, sobrelos que basa el concepto de ener-

    gia kinetica y potencial. E1 canicterconstante de la energia mecanicatotal (kinetica mas potencial) y eligualmente constante de la masason los principios de conservacionmas primitivos reconocidos par laciencia. Algunos economistas cuida-doses, como Marshall [60, 63], lle-garon a observar que el hombre nopuede crear ni materia ni energla.Pero, al hacerlo, s610 Ipensabanaparentemente en los principios me--g,nicistas de conservacion, pues ac-to seguido afiadfan que el hombrepuede no obstante' producir utili dadrnoviendo y reorganizando la mate-ria. Este punta de vista ignora unproblema fundamental: lC 0 m 0puede el hombre hacer ese movi-miento? Para todo el que se quedaal nivel de los fenomenos mecani-cistas, toda posicion de materia a

    .(!i

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    R E V IS T A D E E C O N O M I AAhara bien, los Ienomcnos realesse rnueven en una direccion con-creta e irnplican cam~io cualitatlvo.Esta es la Iccci6n de la termodina-mica. una rama particular de I nIisica, tan particular que los purls-tas prefieren no considerarla partede la flsica par su caracter antra-pom6rfieo. Aparte de que serladificll imaginar c ualq uie r cie ncia sincaracter antropornorfico, el caso dela termodinamica cs iinico.La terrnodinamica naci6 de IaMemoria de un ingeniero frances,Nicolas Sadi Carnot, sabre Ia efi-cacia del motor terrnico (1'824).Uno de Ios primeros hechos deriva-des de esta in ve stig ac io n fu e que elhombre puede usar s610 un tipoparticular de energia. Asi, se dis t in-guio entre energia disponible 0 Ii-bre, que puede ser transforrnada entrabajo, y energia no disponible 0lirnitada, que no puede ser trans-forrnada en el (5). Esta divisi6n dela energla es clararnente una distln-cion antropornorfica sin igual en laciencia.La distinci6n esta intimarnenteunida a otro concepto especffico dela termodinarnica, concretamente ala entrap/a, concepto tan complejoque algun especialista ha juzgadoque "ni los fisicos 1 0 entienden f a -cilmente" [40, 37] (6). Para n05-

    otros, vamos a Iimitarnos a una de-f in ic io n s imp le de la en tropia comoel lndice de la cantidad de energiano disponible en un sistema terrno-dinarnico dado en un memento desu evolucion.La energia, sea cual sea su ca-Iidad (7 ) es ta sujeta a una ley es-tricta de conservacion, [a PrlmeruLey de fa Termodlndmica, que esformalmente identica a la conserva-cion de energia mecanica rnencio-nada antes. Y como el trabajo esuna de las multiples forrnas de

    energla, esta ley pone enevidendael mito del movimiento perpetuode primer orden. Sin embargo nosoluciona la distincion entre ener-gla disponible y no disponible; ensi misma la ley no excluye /a posi-bilidad de que una cantidad de

    trabaja sea trans/armada en calory este calor a su vez reconvertidaen la cantidad inlcial de trabaio, LaPrlrnera Ley de la Termodinamicuperrnite, pues, que cualquier procc-so pueda producirse hacia adelantoo hacia atras, de modo que todoquede otra vez como al principio,sin ninguna huella de 1 0 sucedido.Can esta ley solamente seguirnosatin en la mecanica, y no en elcampo de los fenomenos reales,entre los que sin duda se encuentruel proceso econornico.La oposicion irreductlhle entrela rnecanica y la terrnodinamicuarranca de la Segundo Ley, Ia Leyde fa Entrap/a. Su mas vieja for-

    mulaci6n es tambien la mas sen-cilla para el profane: HEI calor, porsf solo, fluye unicarnente del cuerpomas caliente al cuerpo mas calido,y nunca a la inversa", Otra Iormu-lacion mas compleja pero equiva-lente es que la entropia de un sis-tema cerrado aumenta continua ej rrevocablemente hacia un puntnmaximo, 0 sea, la energia disponi-ble es transform ada contfnuamentcen cnergfa no disponible hasta quedesaparece cornpletamente (8).En terrninos arnplios, la historiaes relativarnente simple: Todos losiipos de energla se transjormangradualmente ell calor y el calortermina par disiporse hasta un pun-ta en que e / hombre yo no puedeutilizarla, Ciertarnente, ya Carnot

    expuso que ningun motor terrnicopuede trabajar si existe la mismatemperatura, par rnuy alta que sea.en la caldera y en el refrigera-dar (9). Para ser disponible, Inenergia debe ser distribuida des-igualrnente; toda energia disipadaya no es disponible, Una ilustra-cion clasica es la inmensa cantidadde calor disipado en el agua delmarque no puede ser utilizada parningiin barco. Aunque los bareosnavegan sobre ella. necesitan ener-gla disponible, la energia kinetic aconcentrada en el viento a la ener-gia nuclear 0 qulmica concentradaen el curnbustible. Asi, vernos parque la entropia fueconsiderada co-mo Indice de desorden (0 disipa-

    ci6n) no solo de energia sino tam-.bien de materia, y por que In Leyde la Entropia en su forma actualexpresa que In materia, tambien,csta sometida a una disipacion irre-vocable. De acuerdo con ella, el finultimo del universo no es la "muer-te por calor" (como se crey6 en unprincipia) sino un estado mas scm-brio: "el caos" (10). Sin duda, estareflexion no es satisfactoria intelec-tualrnente. Pero ]0 que nos interesaes que, de acuerdo con las pruebasexistentes, nuestro entorna inrne-diato, el sistema solar. tiende a unamucrte terrnodinamica (l1), par 1 0rnenos par 10 que respecta a lasestructuras vivientes.

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    III. La ley de la entropiay la econornlaSin duda alguna, no hay ley queocupc una posicion tan singular enJa ciencia como la Ley de la En-tropia. Es Ia unica ley natural quercconcce que incluso el universematerial esta sujeto a un cambiacualitativo irreversible, a un proce-so evolucionista (12). Este hecho

    condujo a sospechar a algunos cien-tificos y fil6sofos que existia unaafinidad entre esta ley y los feno-menos vitalcs, Hoy por hoy, pocosnegaran que la economic de. cual-quier proceso vital esta gobernada,y no por las leyes de la mecanica,sino por la Ley de la Entropia [32,XIII. 191-1947]. El heche es aiinmas patente en el casa del procesoecon6mico.Los economistas han mantenidoen ocasiones que, puesto que algu-nos cientfficos invaden su camposin saber mucho del terna, eIlostambien estan justificados cuandohablan sabre ciencia, a pesar de suignorancia en ese terreno [4, 328,f.].argumentaci6n que revela unerror, que, desgraciadamente, estagcneralizado entre los cconornistas.

    Pcro sean 0 no expertos en econo-mla los otras cientfficcs, los ceo-nornistas se def'enderan mal en supropio campo si no adquieren unconocimiento solido de la Ley de laEntropia y sus consecuencias (13).La termodinamica es, en el fonda,una ffsica can valor econ6mico-tal como Carnot la formula in-conscientemente- y la Ley de laEntropfa es par naturaleza la maseconomica de todas las leyes natu-rales [29, 92-94; 32, 276-283].EI proceso economico, com 0

    cualquier otro proceso vital. es irre-versible (y 1 0 es irrevocablemente);de ahi que no pueda ser explicadoen terrninos mecanicos unicarnente.La terrnodlnamica, a traves de laLey de la Entropfa, es la que reco-noce la distincion cualitativa quedebian haber heche los econornlstasdesde un principia entre "inputs"de recursos valiosos (can baja en-tropia) y los "outputs" finales de98/ICE-MA YO 1975

    residues sin valor (con alta entre-pfa). (N. T. Recordarernos aquf quebaja entropfa significa que el indicede .energia no disponible cn estesistema concreto es bajo y que, partanto, es rico en energfa disponi-ble), La paradoja que evoca estepensamiento, de que 1 0 que el pro-ceso econornico haec es transforrnarmateria valiosa y energla en resl-duos, se puede resolver de modofacit e instructivo. Nos fuerza a rc-conocer que el "output" real delproceso econ6mico (yen general decualquier proceso vital) no es clituio material de residues, sino eltodavfa misterioso jtuio inmaterialdel goce de la vida (14). Sin reco-nocer este hecho no podremos si-tuarnos en el terreno de los fend-menos vitales.Las actuales leyes fisicas y qui-micas no explican la vida com-pletarnente. Pero no se concibecientfficarnente que la vida puedaviolar alguna ley natural, Sin em-

    bargo, se ha observado desde haectiernpo (y mas recicntemente parErwin Schrodinger) [7], 69-72],que la vida parece evadirse de ladegradacion entr6pica a la que es-ti sometida la materia inerte. Laverdad es que cualquier organismoviviente se esfuerza en todo mo-menta par compensar su propia ycan t f n II a d eg radaclo n en tro picu

    succionando baja entropla y expul-sando alta entropia. Claramcn teesre Ienomeno no esta excluldo porla Ley de la Entropla, que unicn-mente requiere que crezca la entre-pia del sistema en su canjunto (elcntorno y el arganismo). Todo esuien regJa en tanto en cuanto Jaen-tropia del entorno crezca mas queIa entropla compensada del orga-nisrno.Igualmente irnportante cs el he-cho de que la Ley de la Entroplaes [a unica ley natural que no prc-

    dice en terrninos cuantitativos. Noespecifica cuan grande ha de ser elaumento en un momenta futuro oque esquema entropicoconcrcto re-sultara. Preclsamente par eSD, ha yuna indeterrninacion entropies enel rnundo real que permite a la vi-da el adoptar un espcctro intermi-nable de formas y. mas aiin, per-mite que las acciones de un orga-nismo vivo disfruten de una ciertadosis de libertad [32. 123]. Sin cs-ta libertad, no podrlarnos elegirentre comer lentejas 0 carne, entrecomer ahara a mas tarde. Ni po -drlarnos aspirar a instrurnentar pla-nes econornicos (a cualquier nivel}elegidos par nosotros.Tarnbien, par esa indeterrninu-cion entropica, la vida no tiene ill1-portancia en el proceso cntropico.Y ello no porque busquernos una

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    explicacion rnlstica sino en virtudde los simples hechos. Algunos or-ganisrnos retrasan la dcgradaclonentr6pica. Las plantas verdes alma-cenan parte de la radiacion solarque, sin ello, se disiparia inrnedia-tamente en forma de calor, en altaentropia, Por ello podemos quernarahora la energfa solar salvada de Indegradacion haec millones de afiosen forma de carbon 0 unos afiosantes en forma de un arbol. Losdemas organismos, al contrario,aceleran la marcha de la entropia.EI hombre ocupa el puesto masalto en esta escala, y cste es cIpunto crucial de los problemas delmedia ambiente.La Ley de la Entropia, y estQes de suma lrnportancia para el es-tudiante de economia, es la raiz dela escasez economica. De no serpar esta ley, podriamcs usar laenergia de un trozo de carbon una

    y otra vez, transforrnandolo en ca-lor, el calor en trabajo y el trabajode nuevo en calor. Asimismo, me-tores, casas e incluso los organ is-mos vivientes (si de alguna manerap ud iera n e xistir en tales condicio-nes) nunca scdesgastarfan. Nohabrla diferencia economica entrelos bienes materiales y laTierrasicerdlana, En tal rn un do irn ag in a-rio, purarnente mecanico, no habriaverdadera escasez de energla ybienes materiales. Una poblaciontan grande como la que perrnitlerael espacio de nuestro planeta po-dria vivir indefinidamente. Un au -menta en la rentu real per capita seconseguiria parcial mente con unamayor velocidad de usa (como enel caso de la circulacion monetaria)y en parte can una extraccion (rni-nera) mayor. No surgirfa ningunalucha real ni intra ill entre las es-pecies. ~LJs economistas han venido in-sistiendo en que "I a comida no seregala", con 10 que se refieren aque el precio de cualquier cosa de-be ser izua] a su coste. EI creer

    que esta -igualdad tam bien rige enterrninos de entropia constituye unode los rnltos econornicos mas peli-grosos. En el contexto de 10.entro-

    R E V I S T A D E E C O N O M I Apia. toda aCCLOn, de hombre 0 deorganismo. mas aun, todo procesoen 10.ruuuraleza debe dar como re-sultado un deficit para el sistema ellsu conjunto. No solo aumenta Inentropia del sistema en una canti-dad adicional, par cada litro degasolina en el deposito de un ca-che, sino que tarnbien una partesustancial de la energia libre con-tenida en esa gasolina, en vez deaccionar el cuche, derivara direc-tamente a un aurnento adicional deentropia. En tanto en cuanto hayaa mana recursos abundantes y fa-cilmente accesibles, no habra quepreocuparse de la cuantfa de esaperdida adicional. Asimismo, cuan-do producimos una lamina de cobrea partir del mineral. reducirnos luentropfa (el desorden) del mineral.perc solamente 0 .1 coste de un au-menta de entropia en el resto deluniverso. Si no existiera este deficitentropico, serfarnos capaces de con-vertir trabajo en calor e, invirtiendoel proceso, podrfamos recuperar I I Icantidad iniciaJ de trabajo en su to-tali dad -como en el mundo imagi-nario del parrafo anterior-. Ental mundo, los economistas ortodo-xos reinarfan de modo soberanoprecisamente porque no funcionariala Ley de la Entropla,

    IV. Energia accesibley materIa acceslbleComo hemos visto, se ha distin-guide entre energla disponible y nodisponible (generalizada como ladistincion entre baja yalta entre-pia) porque a sf In term od in arn icapuede partir del hecho de que el

    hombre puede utilizar solamentcuno de los estados en que aparecela energla. Pero 1a distincion nosignifica que el hombre puede hoyusar cualquier energfa disponiblesea eual sea el lugar y la forma enque se encuentra. Para que Ia ener-gfa disponible tenga un valor paraIn h urn an id ad debe ser tarnbienaccesible. La energia solar y sus de-rivados nos sou accesibles sin es-fuerzo ni consumo de una energia

    disponible adicional, Pero, en todoslos dermis casas, tenemos que gas~tar trabajo y materiales para ponera punto un surninistro de energiadisporiible. La cuestion es que, aun-que podarnos aterrizar en Marte yhallar alii depositos de gas, esaenergfa disponible no nos sera ac-cesible si el traer de alla a luTierra un metro cubico de gas noscuesta una cantidad mayor de laequivalencia en energia de un me-tro cubico de gas en estado accesi-ble en la tierra. Tarnbien hay en lutierra pizarras bituminosas de la sque se podrfa extraer una toneladade petroleo, s610 que ello costariuun gasto de energia mayor que unatonelada de petroleo. El crudo enla pizarra serla, sin duda, energiudisponible, pero no accesible. Senos recuerda hasta la saciedad quelas verdaderas reservasde cornbu s-tibles fosiles son, sin duda, mayorescue las conocidas 0 estimadas [5R33J. Perc tambien es cierto queuna parte sustancial de las reservasreales no constituye energfa acce-sible,La distincion considera la efi-

    ciencia en terrninos de energia. noen terminos de econornfa. La efi-ciencia economica implica eficicn-cia energetics pero la inversa no esverdad. EI uso del gas, par ejemplo,es energeticamente m a s eficienteque el usa de electricidad, perc I nelectricidad resulta ser mas baratuen muchos cases [79, ]52]. Tam-bien, aunque podemos hacer gas 0 .partir del carbon. es mas baratoextraer gas de depositos naturales.De extinguirse los recursos natura-les de gas antes que los de carbon.sin duda recurririamos al metodoque hayes econornicamentc inefi-ciente. La misma idea deberia esturpresente cuando discutimos el futu-ro de la utilizacion directa de luradiacidn solar.Los econamistas, sin embargo.insisten en que "los recursos semiden correctarnente en terrninos

    econ6micos, no fisiccs" [51, 663:3, 2473]. EI consejo refle]a uno delos mitos mas duraderos de la pro-Iesion (compartido por otros tam-

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    bien). Es el mito de que el rneca-nismo de precios puede cornpensarcualquier escasez, sea de tierra, deenergia 0 de materiales (15). Exa-minarernos este mito mas tarde,aqui solo sefialarernos que a largoplaza, 1 0 iinico que cuenta paraestablecer la accesibilidad de laenergia es la eficiencia. Si quere-mos jifinar mas, la eficiencia realdepende en cualquier momento delestado de la tecnica, Pero, tal co-mo sabernos par Carnot, en cadasituacion particular hoy un limitetedrlco independiente del estado dela tecnica, que nunca puede serverdaderamente alcanzado. En dec-to, generalmente nos quedamos rnuypor debajo de 61. .La accesibilidad, tal como Ia de-finirnos, tiene que contar can el

    heche de que aunque la humani-dad flota en un caudal de energiadisponible fantastico, s610 una par-te infinitesima de ese caudal cspotencialrnente accesible al hombre.Porque incluso si llegararnos a via-jar en el espacio a una velocidadmayor que la de la luz, seguiriamosconfinados en una pequefia irnan-cha .del cosmos. [Un viaje explore-torio a nuestro sol mas proximo100JICE-MAYO 1975

    fuera del sistema solar en busquedade posibles satelites del tipo de Jatierra duraria nueve afiosl Si el ate-rizaje en la luna nos ha ensefiadoalga es que no hay prornesas derecursos en los viajes interplaneta-rios y menos aun en los interside-rales,Nuestra propia naturaleza biolo-

    gica establece lfmites mas estrechosa laenergia accesible, y es que nopodemos sobrevivir a una tempera-tura demasiado alta 0 baja 0 cuan-do nos exponernos a determinadasradiacicnes, Por esta razon, la mi-nerfa del combustible nuclear y suusa en. gran escala ha despertadapolemicas que hoy dividen tanto alos especialistas como al publico engeneral, Hay tambien lfmites esta-blecidos par obstaculos puramente

    . fisicos. EI sol no puede ser traba-jado ni aun par un robot y s610podemos con tar can la pequefiaporcion de su inmensa energia ra-dioactiva que llega a la Tierra.Nitampoco podemos captar la inrnen-sa energia de los relarnpagos terres-tres. Tambien obstaculos ffsicosmuy unicos hacen imposible el usapacifico de la energia terrnonuclear.La fusion del deuterio requiere lafantastica temperatura de 200 rni-llones de grados Fahrenheit, un or-den de magnitud mayor que la tem-peratura del interior del sol. Ladlficultad esta en obtener el conte-nedor material donde pudiera pro-vocarse esta reaccion, Tal como hasido explicado en terminos profa-nos, la solucion que se busca enla actualidad es parecida a la depretender contener agua en unared, Tambien podriamos recordarque la energia quimica de la dina-mita y Ia polvora, aunque usadadurante mucho tiernpo, no puedeser controlada de modo que pueduaccionar una turbina 0 .un motor.Quizri el usa de Ia energia terrno-nuclear quedara confinado a Ia fa-bricacion de una "bornba' (I6).Sea [0 que sea, con 0 sin energiatermonuclear, la cantidad de ba]aentropia energetica disponible es fi~nita.Consideraciones sirnilares nos Ile-

    van a concluir que la eantidad dematerial accesible de baja entropiaes finito tarnbien. Pero aunque enambos casas s610 interesa la can-tidad de baja entropia, es impor-tante que separemos las dos cosasen cualquier discusion del proble-ma del media ambiente. Como sa-bemos, la energla disponible y la sestructuras materiales ordenadascurnplen dos papeles muy precisosen la vida de la humanidad. S inembargo, esta distincion antropo-morfica no nos obligaria en simisrna.En primer lugar 'existe el hechofisico de que, a pesar de la equi-

    valencia einsteniana de masa Venergia, no hay razon para creerque podemos convertir energia enmateria excepto a la escala atornicaen un laboratorio y solo para al-gunos elementos precisos (17). Porejernplo, no podemos producir unachapa de 'cobre con energia soJa-mente. Todo el cobre en esa chapadebe existir antes como cobre (enforma pura 0 en forma de COlTI-puesto quimlcc). Por tanto, la afir-macion de que "la energia es con-vertible en la mayor parte de lasnecesidades vi tales" (83,4123) puc-de equivocarnos, formulada en estuforma poco calificada.En segundolugar, ninguna macroestructura ma-terial (sea un clavo 0 un avian su-perscnico) cuya entropia sea masbaja que la de los objetos que larodean puede durar por siempre ensu forma original. Ni siquiera losorganismos singulares caracteriza-des par la tendencia a evadir ladecadencla entropica (las estructu-ras vivientes) pueden durar tanto.Los artefactos que son ahora par-te esencial de nuestro modo de:vida tienen, por tanto, que ser rc-novados constantemente de la fuen-te que sea.EI punta final es que InTierra es un sistema terrnodinarni-co abierto solo can respecto a Inenergfa, La cantidad de materiarneteorica, aunque no sea despre-ciable, nos llega ya disipada.El resultadoes que solo podernoscontar con los recursos rnineralcs

    que, sin embargo, son irreernplazu-

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    R E V IS T A D E E C O N O M I Ables y agotables. M uchos tipos ~eelias han side agotados en un pillStras otro (56,1200 (18). Hoy, rni-nerales importantes como plomo,estafio, zinc, mercuric, rnetales pre-ciosos son escasos en el mundo, . -entero (17,72-77; 567). La nocionampliamente compartida de que lo~oceanos constituyen una Iuente casiinagotable de minerales y puedeincluso convertirse en un sistemaperpetuo y natural de "reciclaje"(3,239; 69,1) es denunciado parlos geologos expertos como unamera hiperbole (17,B5-B7) (19).El tinico modo de conseguir

    energia a partir de m_aterial co.nbaja entropfa es a traves de marn-pulaciones Iisico-qufmicas. Usandocantidades cada vez mayores deenergia disponible podemos separarcobre de minerales mas y mas po-bres, mas y mas hondos en }a Tie-rra. Pero el costo en energia paraextraer minerales can bajo conteni -:do aumenta muy rapldamente(56,122f). Tambien podemos recu-perar de lachatarra. Hay, sin em-bargo, algunos elementos que, de-bido a su naturaleza y al modo enque participan en los pro~~sos na-turales y humanos, se disipan enalto grado. La recuperacion en estecaso es de escaso valor. La situa-cion es particularrnente penosa pa-ra aquellos elementos que, ade~as,existen en la naturaleza en cantida-de~ muy Ilmitadas. El fosforo, unelemento altarnente critico en pro-cesos biologicos, pertenece sin dudaa esta categorfa. Asimismo, el he-lio, otro elernento can un papelmuy especffico (17, IB; 38).Un punto importante -aparen-temente ignorado por los econo-mistas (49,9 69,42)~ es que larecuperacion no puede ser cornple-ta (20). Aunque podemos recoger

    del suelo todas las cuentas y re-construir un collar rota, no hayproceso conocido que pueda volvera unir todas las. molecules de unamoneda cuando esta se ha desgas-tado.La imposibilidad no deriva direc-tamente de Ia Ley de la Entropfa,

    como cree Solow (75,2). Tarnpocoes exacto el decir, como Boulding(8,7), que "afortunadamente nohay ley de entropia material ere-ciente". La Ley de In Entropia nodistingue entre materia y energia,Esta ley no excluye (par 1 0 menosen principia) una desintegracioncompleta de una estructura mate-rial parcial, siempre que haya bas-tante energia libre para realizarla,Y si tenemos bastante energia, po-driarnos incluso separar las mole-culas frlas de un vasa de agua yreunirlas en cubos de hielo. Si, enla practica, tales operaciones sonimposibles, es sola mente porquerequeririan un tiernpo practicamen-te infi n i to (21).

    V. Reslduos para desechoComo Malthus no percibi6 queel residuo tarnbien plantea proble-mas econornicos, era normal pamescuelas de pensamlento econdrni-co que ignoraron incluso los "in-

    puts" de los recursos naturales elno prestar atencion al "output" enforma de residuo. De ahf que este,al igual que los recursos naturales.

    no es representado de manera al-guna en In fu nc io n de produccioual usa. La unica mendon de CO[1-tarninacion que se encontraba oca-sionalmenteen los libros de textoera el ejemplo de I n c rn pr es a ell'lavanderfa que sufre perdidas parlos hurnos de una c hir ne ne a v ec in a.Los economistas sin duda dcbcnhaberse senti do sorprendidos cuan-do 10. contarninacidn empezo aecharseles encima. Sin embargo.no habia de qu e sorprenderse. Da-da fa naturaleza entropica del pro-ceso econornico, el residua es un"output" tan inevitable como el"input" de los recursos naturales.Mas y mejores motes, coches, avio-nes, refrigeradores, etc., causartinno solo mas y mayor agotamicntode recursos naturales, pero tarnbicnmas y mejor contarninacion. Hoypar hoy, los econcrnistas ya no pue-den ignorar la existencia de la con-taminaci6n. Mas atin, incluso handescubierto de pronto que "en rea-lidad tienen algo importante quedecir al mundo" y es que si Josprecios son correctos no hay con-tarninacion (74,49f; tarnbien 10.12, 17; 49,1 If; BO, 120f) (22) ~loque es otra faceta del mito de loseconomistas sobre los precios.El residua es un Ienorneno fisi-co que es generalrnente nocivo ula vida hurnana. Deteriora constan-temente el , entorno de rnuchas rnu-neras: quimlcarnente, como en lacontaminacion de mercurio 0 aci-

    do; nuclearrnente, como en el dC5-echo radioactive: fisicamente, comoen la mineria a cielo abierto 0 enla acumulacion de dioxido de car-bono en la atmosfera. Hay algunospocos ejernplos en que una partesustancial de alaun elernento contu-minante ---eI e]emplo claro ies eldioxldo de carbono- se "recicla"par algiin proceso "natural" del en-torno. La mayor parte del desechomolesto -basura, cadaveres y ex-crementa- tarnblen se reduce gra-dualmente por procesos naturales.Estos desperdicios s610 requiercnun espacio en que permanecer ais-lados hasta que se complete su re-duccion, Hay problemas higienicos,

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    incornodos, pero 10 importantc esque estes dcsperdicios no causanun dufio pcrrnancnte e irrcductiblea nuestro entorno.Sc puedc un o dcshacer de otros

    despcrdicios 5610 en el sentido dequcpueden ser convcrtidos en me-nos nocivos can cicrta actuacionpor nucstra parte; asf, cuando par-te del monoxide de cnrhono cstransfnrrnado en dioxido de carbo-no y calm por medic de un a COIll-bustion mas pcrfcccionada. Unagran parte de la conturninacion dedluxido de azufre, y este cs otrocjcrnplo, pucde scr cvitada can ins-talaciones cspeciulcs. S in embargo.otros dcsperdicios no pucdcn serrcducidos asi, Un ejemplo tipico esI n d i fi cul tad de rcduci r la alta y pe-ligrosa radioactividad de IDS resi-duos nucleates (46,233). Su activl-da d disrninuye par si rnisrna co n eltiernpo, pem muy lentarnente, Enel caso del plutonia-239. la rcduc-cion en un 50 par 100 tarda vein-tieineo m il ail o s, y, sin embargo, cldafio qu e la conccntracion radioac-tiva ,puedc cjerccr sobre la vidapucde ser irreparable.Aqui, asl como en el caso de to-des lo s dermis residues. no s enfrcn-

    tames ca n otra dificultad: la li mi-tacion de cspncio acccsible. Lahumanldad cs como una familiaqu e consurne un os suministros lim i-tados qu e ha y en In despcnsa yarro]a lo s inevitnhlcs despcrdiciosen un cuba de basura finito: el es-pacio en torno a nosorros, Inclusola basura ordinaria es una arnena-za; en viejos ticrnpos en que solosc pad Ian dcshaccr de ella conarandes dificultadcs, alzunas ciudu-des celebres qucduron cnterradusen basura acumulada. Hoy tcnCI11L lSmejores medias para sacarla. pemla c ua ntia en contin uo aurncnto pi-de pa r mas y miis zonas de acurn u-lacion. En Estndos U nidos, In can-tidad anual de dcsperdicio es cuslde dos toncladas "per capita" y an ny siguc en aumcnto (14.11 f). Tam-bien debcmos tener en cucnta quepo r cnda barril de petroleo de pi-zarras cargamos can m,ls de unatonelada de cc niz ns y qu e para oh -

    10211CE-MAYO 1975

    tener cinco onzas de urania debe-mos triturar un metro cubico .demen. Ct11 l l0 desprenderse de estesresidues "neutros' cs un problemaque qucda vividum cntc ilustmdopor las consecuencius de I I I rnincriuu cielo ahierto. E I cnviar los resl-duos mas alia en el espuciu nn coru-pcnsaria a escala cunstantc y UIl1-plia (2 .3).

    L o Iirnitndo de nuestro espaciohaec mas peligrosos 105 re sid u usqu e persisten po r un Iargo pcrlodode ticrnpo y cspecialrncntc los queson cornplctarncntc irrcd uctiblcs.Tfpica de csta ultima cutcgoria csla contnmlnacion tcrm ica, cuyospeligros no son tcdnviu cornplctu-mente aprcclados, El calor adicio-nal en qu e s e t ra ns fo rm a finalrncn-te toda la energia de origen tcrrcs-tre cuando es utilizada par clhombre puede af'ectar el dclicadocquilibrio termodlntlmico de nues-tro planeta de dos modes, Primerc.la s Islas de calor creadas por lasplantas industriales de encrgia puc-den no 5610 (10 que es bien cone-cido) alterar In fauna y flora localde rfos, lagos e incluso mares ribe,refios, sino tam bien altcrur In cs-tructura clim aticn. U na sola plantunuclear puede calcntar el agua delrio Hudson tanto como 7 F. Noes extrafio que sc origincn polcrni-cas trcrneudas cuando hay que de-cidir deride se va a cnnstruir Inproxima planta nuclear y lucgo laproxima. Segundo. el calor adicio-nal total producido "in situ" porIn planta rrnis cl producido en lospuntas dondc la encrgla se usa.pucde aurncntar In temperatura dela tierra hasta fundi r los casquctcshelados. [0 que podria scr un VCf-dndcro cataclismo. Ya que la Leyde la Entropia no pcrrnite modoalguno de rcfrigcrar contin uamcntcun plancta caliente. la contarninu-cion tcrrnica podria rcsultar scr clobstaculo mas crucial 0 1 crccirnicn-to , mas que la Ii rni m elon de recur-50S acccsibles nY,160) (25).

    Aparentemente, ereeillos qu e bas-tft haecr las eosas diferentem enlL:pnra librarnos de la contam ination.La verdad cs que, al igual que ca n

    la recuperacion, el dcshaccrnos dela contamlnacion no dejn de tcncrun coste en term inus de cncruiu,Mas aun, a mcdidn quccl purccn-taje de reduceiL'l11 de contaminucionaurncnta, el coste crcce uun milsnipido que en la rccupcrucion [(1:'.134s).Deberncs, pues, vigilar III quc

    hacernos -como ya algunos hanadvertido(6,9)- a fin de no su~-tituir una coruarnlnacion de puruvalor local con u na c on tamin ac io nnub grande, aunque rruis distunte.Al rnenos en principia. un lugopuede ser revltaliado sin duda me-diante la inyecci6n de oxigeno, co-mo sugiere Harry Johnson (49,Xs).Perc tarnbien es igual de cicrto quela s opcraciones adicionnlcs qu e su-pone esta inyecclon no s610 rcq uic-ren cantidades enorrnes de buja CIl-tropia adicional, sino que tarnbicncrean contam inacion adicional. Enla practica, lo s esfucrzcs rcalizadospo r recuperar tierras y corricntcsdegradadas por la .m incria a cieloabierto han tenido rncnos exito de10 esperado (14,12). La construe-cion lineal -par pedir prcstado uncalificativo a Bormann (7,706)-estti sin duda de rnoda hoy. pewprecisamente, en tanto que ecuno-rnistas, debiamos rcspetar el prin-cipio de que 1 0 que cs vcrdadcropara un lago muerto no 1 0 cs purutodos los luuos rnuertos si su nu-rnero aum enta nuls alia de ciertolimite. El sugcrir encima que clhombre pucdc construir con cicrtocoste un nuevo entorno adaptadoa sus deseos cs ignornr cornpictu-mente que cl coste consistc escn-clalrnente en baja cntropiu, no endinero, y csta sujcto a las lirnitu-clones impucstas por Ins leycs na-turales (26).

    A mcnudo nuestros argurncn tosarrancan de la crccncin en una uc-tividad industrial libre de contarni-nacidn. Es un m ito tan tcntadorcomo la crccncia en que alga va adllrar cternamente. La verdad es-cucta es que, a pcsar de Ilucstrnse~ fuerzos, la acumulaci6n de IneOl1wminacion pO ddn. bajo eicrtmsupucstos. engcndrar la pri IIIer a

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    R E V I S T A D E E C O N O M I A

    crisis ccolcgica seria (62,1265). Laque estarnos expcrirnentando hoycs solo una clara advertcncia deun a tendencia que puedc convertir-sc en alno mas definido en un fu-tu ro d is ta nte .

    VI. Mitos sobre el problemaentr6pico de la humanidadPocas personas habra hoy quecrcan abiertarncnte en 1

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    ejemplo, es accesible, Las estirna-ciones de recursos naturales se hanrevel ado constantemente como muybajas, Tambien, el argumento deque los metales contenidos en laprimera milla de esfera de la su-perficie de la tierra pueden ser unmillen de veces mayores de las re-servas conocidas en la actualidad(4, 338,58, 331) no prueba la in-agotabilidad de los recursos, pero,tipicam ente, ignora las cuestionesde aeces ib il idad y disponibilidad(29). Cualesquiera recursos 0 tierraarable que necesitemos hoy 0 ma-nana, consistinin siempre en recur-sos accesibles de baja entropla 0en tierra accesible, Y puesto quetodos estos tipos existen en canti-(lades limitadas, no podremos olvi-darnos de esa finitudni con esca-moteos taxonomicos (*).

    La tesis favorita, tanto de los eco-nomistas tradicionales como de losrnarxistas por igual, es t sin embar-go, que el poder de la tecnologiano tiene limites (3, 4, 10, 49, 51,74, 69). Siempre podremos no solohallar un sustituto para un jecursoque escasee, sino tambien aumen-tar "la produetividad" de cualquiertipo de energia y material. Si senos acaba algun recurso, siemprepeosaremos en algo, at igual quehemos heeho desde los tiempos dePericles (4,332-334). Nada maspuede interponerse en el caminohacia una existencia m a s feliz parala especie humana, Serla diffcilimaginar una forma mas franca depensamiento lineal. Siguiendo esa16gica,ningti.n joven COD salud de-beria jamas preoceparse por el reu-rnatisrno 0 cualquier otm tipo deaflicion de vejez: tampoco deberiamorir nunea. Los dinosaurios, cuan-do desaparecieron de este mismoplaneta, tenian detras de ellos, nim a s ni menos, ciento cincuenta mi-Ilones de afios de existencia verda-derarnente prospera (y eso que nocontaminaron el media ambientecon residues industriales). Pero hayuna logica aiin mas susceptible deser saboreada: la de Solo (73;516);Si la degradaci6n entr6piea va aponer a la humanidad de rodil1as

    en un futuro, ya 1 0 hubiera hechoen una fecha en torno al ana mil-d. C. N unca se ha dado la vueltaal viejo dicho del Seigneur de laPalice (30), de modo tan gracioso.En apoyo de la misma tesis, haytambien argumentos asociados di-

    rectamente a ella. Primero, existela aflrmacion de que solo algunostipos de recursos son "tan resisten-tes al avance tecaologico que sonincapaces de rendlr finalmente pro-ductos de extracci6n a un costeconstante a decredente"{3, 10),(31). Mas recientemente, algunoshan salido con una ley especfficasobre recursos que es, en ciertosentido, contraria a la de Malthus.La idea es que la tecnologia me-jora exponencialmente (4, 236; 51,664; 74, 45). La [ustificacion su-perficial es que un avance tecnolo-gico induce otro. Aunque esto esverdad, no opera cumulativamentecomo en el crecimiento poblacional.Y es totalmente erroneo argumen-tar,como hace Maddox (59, 21),que insistir en la existencia de unlimite a la tecnologia es negar elpoder del hombre de influir en elprogreso. Inc1uso si la tecnologfacontinua progresando, no va nece-sariamente a hacerlo sin Hmites;una secuencia en aumento puedetener un limite Dar arriba. En elcaso de la tecnologla, este limite 10estableeen el coeficiente te6rieo deeficiencia (IV). Si el progreso fue-ra ciertamente exponencial, enton-ces el "input" i por unidad de"output" seguirfa la ley i= ic(l + r)-t y se aproximarla constan-temente a cera. La producd6n seconvertiria en incorp6rea en ultimotermino, y la tierra, en un nuevoEden.Finalmente, existe Ia tesis quepodriarnos Hamar la "falacia' . 'de

    la sustitucion interminable:'~'Haypocos componentes devla: "n'r',,.7"terrestre, inc1usolable, .queseal[ln~!:;~t~an~'~~ ; ;~ :~B~~ \~~ I~~~ 'esaffenla' s,... la:

    (10,8). esto ~ "un truco conjura-do por economlstas". Es verdadque soloalguDOS pocos elementos"vltaminicos" tienen un papeJ espe-clfico unico-comoel que el fosforodesempefia en los organismos vivos.Elaluminio, par ejemplo, ha reem-plazado al hierro y al cobre enmuchos usos,aunque no en to-dos (33). Sin embargo, /a sustitu-cion dentro de un "stock" iinito debaja entropia accesible euya degra-d acio n irre vo cab le s e ac elera c on eluso no puede seguir por siempre.En las manos de Solow la sus-tituci6n se eonvierte en el factorclave quesostiene el proceso tee-nologlco incluso a medida que losrecursos se vueiven m a s y mas es -casos. Habra, en primer lugar, unasustitucion dentro del espectro delos bienes de consumo. Con unosprecios que reaccionen a una esca-

    sez creciente, los consumidorescompraran "menos bienes can altaproporcion de recursos y mas deotros productos" (74,47) (34).Mas recienternente extendio lambien la idea a la producci6n. Po-demos, dice, sustituir "los reeursosnaturales por otros factores" (75,11). Hay que tener un a vision muyerronea del proceso economico ensu conjunto para no ver que nohay factores materiales que no seanlos recursos naturales, Si encima seva mas aIla y se mantiene que "elmundo puede, en efecto, desenvol-verse sin recursos naturales" , esque seIgnora .la diferencia entre elrnundo real y el.Paralso Terrenal.Quizii .impresionen .mas los datosestadfstlcos.Invocados en apoyo dealguna de las lesis anteriores. Losdatos aducidospor Solow (74, 440muestran . iie.en.IosEstados Uni-

    C y '1970 el consu-U..... "...rie ' de elementos mi-P O t . U J 1 1 < 1 ~ 1 c 1 dePNB dismi-"':c,.'''' ..~ . Las excep-

    a procesos des f i t i i C i i o n ; , p l ! t O se'esp'eraba que se. r a tendencia ante-mas tarde. Es-"; los datos nomismo perfodoprogresado1041ICE-MAYO 1975

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    R E V IS T A D E E C O N O M I Anecesariamente hacia una mayorcconomia de recursos. EI PNB pue-de aumentar mas que un "input"de minerales, incluso si la tecno-logia perrnanece igual, 0 incluso sise deteriora. Pero tarnbien sabe-mas que durante el rnismo periodo,1947-1967, el consume "per capi-ta" de materiales bsslcos aument6en los Estados Unldos, Y en elmundo, y s610 durante una decada,1957-1967, el consumo de acero"per capita" creci6 en un 44 por100 (12, 198-200). Lo que impor-ta, a fin de cuentas, es no solo elimpacto del progreso tecnol6gicosobre los recursos par unidad dePNB, sino especialmente el aumen-to en la tasa de agotamiento derecursos, que es un efecto secun-darla del progreso.Todavfa Impresiona mas-y as!han resultado ser realmente- losdatos usados par Barnett y Morsepara mostrar que, de 1870 a 1957,

    las proporciones de coste de traba-jo y de capital can la producci6nneta disminuyeron apreciablementeen la agricultura y la mineria, losdos sectores criticos en 1 0 que COD-cierne al agotamiento de recursos(3, 85, 167-178). A pesar de algu-nas incongruencias aritmeticas (35),el cuadra que resulta de estos da-tos no puede ser repudiado. Unica-mente debe ser corregida su inter-pretacion.A efectos del problema del me-dio arnbiente, es esencial compren-der las formas tlpicas bajo las queel progreso tecnologico puede pre-sentarse. Un primer grupo COID-prende las lnnovaciones-ecotuimi-cas, que consiguen una economfaneta de baja entropfa -sea poruna combustion mas completa, pordismin uir la friccion, par conseguiruna luz mas intensa del gas 0 la

    electricidad, por sustituir materia-les que cuestan mas en terminos deenergia par otros que cues tan me-nos, etc, Baja este titulo deberia-rnos incluir tambien el descubri-miento de como usar nuevas tiposde baja entropia accesible. Un se-gundo grupo consiste en innovacio-

    nes-sustitutivas, que simplernentesustituyen energia humana parenergia ffsico-qufmica. Una buenailustraci6n es la innovaclon de lapolvora, que permitki prescindir dela catapulta. Tales innovaciones nosp erm ite n g en era lm en te no 0010 elhacer las casas mejor, sino tambien(y especialmente) el hacer casas queno se podian hacer antes -volaren aviones, par ejemplo--. Final-mente estan las innovaciones-espec-tro, que nos proporcionan unos bie-nes de consumo, como el sombrero,las medias de nylon, etc. La mayorparte de las lnnovaciones de estegrupo son al mismo tiernpo inno-vaciones-sustitutivas. De heche, lamayor parte de las innovaclonespertenecen a mas de una categoda.Pero la clasificacion nos sirve aefectos anallticos.Hoy la historia econ6mica con-firma un hecho mas bien elemen-tal: el heche de que los grandesavances en el progreso tecnologicose han praducido al descubrir comousar un nuevo tipo de energia ac-cesible. Por otra parte, un gran

    avance en el progreso tecnologicono puede materializarse a no serque la correspondiente nueva inno-vad6n sea seguida par una gran

    expansion en la extracci6n minera.Incluso el descubrimiento de unatecnica que hiciera posible un usamas eficiente de la gasolina comocombustible palideceria en compa-rad6n con un aumento amplio decampos de petroleo de una riquezasimilar a los conocidos hoy en dla.Este tipo de expansion es 10 queha sucedido durante los ultlmoscien aiios. Hemos pinchado petro-leo y descubierto nuevos depositosde carbon y de gas en una propor-cion mucho mayor de la que po-driamos usar durante el mismo pe-riodo (ver nota 38, mas adelante).Mas importante a im, todos los des-cubrimientos minera16gicos 10 hansido, en una proporcion sustan-cial, de recursos facilmente accesi-bles. Esta fortuna excepcional porsf misma ha bastado para hacer ba-jar el coste real de extracci6n derecursos minerales "in situ". Debi-do a que la fuente mineral ha re-sultado mas barata, las innovacio-nes-sustitucion han tenido comoconsecuencia una baja de la pro-pardon entre trabajo y producto("output") neto. EI capital tambienha debido evolucionar hacia for-mas que cuestan menos, pero usanmas energfa para conseguir el mis-

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    R E V I S T A D E E C O N O M I Asores del mcdio urnbicnte de opo-nerse ul desarrollo (39). R calm cnte,unu pusicion ccologicu uutcntlcadebe ccntrurse en la tusa total deugotam icnto de recursos (y la tasade In cunsiguicntc contaminacion).Prccisumente porq ue en el pasadoel crccirniento econom ico ha deri-vado hacia una tasa de uzoturnlcn-to nuis alta y, m as nun, hacia unaurncnto de l consume "per capita"de los recursos, el arzumento se hadesviado tanto que 11a sacado dequicio la iden guia del econornista:el PN B "per capita". E l rc sultud oha sido que la cuestlon real haquedado cnterrada debajo del con-junto de sofismas mencionado en laseccion precedente. Porque, aunqueen un terrene purarnente logico, elcrccimlento cconornico puede pro-ducirse incluso con una disminu-d{1I1 en 101 tasa de agotamiento derccursos, el crecim iento puro nopuede exceder uncierto lfmite (sibien desconocido) sin aumento encs a tasa, a no ser que haya unadisrninucion sustancial en la po-blacion.Era natural para los econornis-tas, que sin ccjar se ha n apoyadoen su esquema mecanlcista, el per-

    m anecer com pletarnente indifercn-tes cuando, en diversas ocasiones,el rnovirniento conservacionistn 0algunos intelectuales aislados, comoFairfield Osborne y Rachel Carson,llam aron la atencion sabre el danaecolcgico del crecirniento y la nc-cesidad de arninorarlo. Pero haceunos pecos aiios el movirnicnto eco-logico gano Iuerza en torno al pro-blema de la poblaci6n ("Ia bornbade la poblacion", como Paul Enr-lich 1 0 sintctizo).Tambicn unos pocos cconornis-

    ta s no ortodoxos se desviaron a unaposicion fisiocnitica . aunque en unaforma. mLly rnodificada, 0 intenta-ron conjugar . la ecologla con lacconomla IB, 9, 19, 29, 32). Algu-nos pasaron a preocuparse par l a ocull dad de la vida, en vez de Inabundancia (8, 65). Mas aun, unalarga serie de incidentes dcrnostra-ron. a satisfaccion de todos, que la

    contarninncion no C~ u n p usu tic rn -po invcntudo pur los ecolugistus.Aunque el ngctum icntu de rccursosse ha vcnido producicndo COil unain tcnsidud crecicnte en todas la sepocas, ell si cs unu cucstion delvolumcn cntcrrudo bajo In supcrfi-cic de ln tierra, dondc nadie pue-de vcrdaderumente vcr. La conta-rninacion, por otru parte, cs un fc-norneno de superf'icic cuya cxistcn-cia no pucde ser ignorudu y rnuchorncnos ricgadu. Los cconornistasqu e han rcaccionado ante estesacontccimicntos han tratudo Qcne-talrnente de endurcccr mas a~n Inposicion de qu e la racionalidad ceo-nornica y un esquema corrccto demecnnisrno de precio puedc solu-clonar rectos los problemas ccolo-gicos.Perc, curiosarnente, la publica-cion recicntc de "Los lirnites al ere-cimiento" (62), un informe realiza-do para el C lub de Rorna, causa

    una conrnocion desacostum bradadentra de lu profesi6n cconornica.De heche, la critica del inforrne hap ro ven id o p rinc ip alrne nte de eco-nornistas. Un maniflesto de un te-nor similar, "U n proyccto para lasupervivencia" (6), no ha cornpar-tido esta g lo ri a a pa re nt cme nt e per-que cstaba endosado par un gruponumeroso de acadernicos altamen-te respetados. La raz6n de esa di-ferenda de trato es que "Los limi-tes al crecimiento" cmpleo ruodelosanaliticos del tipo uti lizado en eco-nometrla y trabajos d e s im u la cio n,Este parece huber sido el heche queirrito a los econornistas hasta elpunto de que recurrieron a insul-tos dircctos 0 vclados en su ataquecontra el Caballo de Troya, Inclu-so The Economist (55) se olvid6de los buenos modales britanicosproverbiales y en el editorial "U-mites a la mala cornprension' call-fico el inforrne como el "summumde la cstupidez pasada de moda".Beckerman tarnbien se olvido de lasolemnidad de una conferenciainaugural y ataco el estudio como"una osada cxpresion de la estu-pidez y de un equipo de nifiosprodigio del MIT" (4, 327) (40).

    Ernpeccrnos par recorder, prime,ro, qu e los cconornistas, especial-mente durante los ultirnos trcintuaires, IU1I1 predicado a diestro y si-nicstro que 5610 co n rnodclos rna-tcnuiticus sc pucde construir unavcrduderu cicncia, Con lu llcgudude l cornputudor, el uso de model oscconometricos y trabajos de si m u-lacion se convirtio en una rutinurnuy extcndida. La fnlsedad deapoyatse en modelos aritrnomorfi-co s para predccir la rnarcha de Inhistoria ha sido dcnunciada ocasio-nalrnente can argurnentos tecni-cos (41). Pero todo fue en vane.Ahara, sin embargo, los econornis-tas culpan a "Los lirnitcs [II creel-miento". par ese rnisrno pecado ypor buscnr "una aureola de autori-da d cientffica" mediante el uso delcomputador; algunos han llegadotan lejos que han impugnado elusa de las maternaticas (4, 331-334;10,225; 51, 660; 52; 69, 15-17).Observernos, en segundo lugar, queIn agregaci6n siernpre ha sido con-sidcrada en la macroeconornia co-1110 un procedimiento rnutilador,perc inevitable, con 1 0 cual aquellaignora en gran medida In estructu-fa. Sin embargo, los economlstasdenuncian ahara el informe parusar un m odel a agregado (4, 3385;52; 69.615, 74).En tercer lugar, un articulo de

    fe cornun en econornia conocidocon el principle de aceleracion, csqu e la producci6n es proporcionalal "stock" de capital. Sin embargo,algunos economistas han acusadode nuevo a los autores de Los Ii-mites" por asurnir (irnplfcitarnentc)que la misma proporcionaJidadprevalece en el caso de I n conta-mination, qu e tam bien cs un "out-put" (4, 3495; 52; 69; 475) (42).En cuarto lugar, la existencia de unsistema de precios no ha impedidoa los econornistas el desarrollar yusar modelos cuy os proy ectos nocontienen precios explicitamentc:los modclos estatico y dinarnico deLeontieff, el modele Harrod-Do-mar. el modelo Solow. por citnralgunos de los mas famosos, A pe-sar de esto. all!un(ls crfticos (inch]-

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    .yendo el rnismo Solow) han criti-cado el valor de "Los lfrnites" so-bre la mera base de que el modeleno tiene en cuenta los precios(4, 337; 51, 665; 74, 46f 69, 14).El factor final y mas importantese reflere al heche innegable que,con la excepcion de algunas vocesaisladas en los tiltimos afios, loseconomistas han sufrido siempre de

    "mania de crecimiento" (65, capi-tulo 1). Tanto los sistemas comolos planes economicos han sidosolo evaluados en relacion con sucapacidad para sostener una grantasa de crecimiento econ6mico. Nohay plan econornico conocido queno este orientado a ello, La propiateoria del desarrollo economicoesta ancJada en los modelos expo-nenciales de crecimiento. Perocuando los autores de "Los llmites"asumieron, a su vez, un crecimientoexponencial, el cora de econornis-tas grit6: [juego sucio! (4, 3325;10, 13; 51, 661; 52; 74, 425; 69,585). La que es tanto mas curiosaporque algunos de los mismos cri-ticos mantuvieran de modo similarque la tecnologia crece exponen-cialmente (VI), Algunos, aunquepor fin admitieron que el crecimien-to econ6mico no puede continuarpar siernpre al ritmo actual, sugi-rieron, sin embargo, que podrfa se -guir a tasas algo mas bajas (74,666),100/iCE-MAVO 1975 .

    Pero la concl usi6n tan .airada deque a 1 0 sumo den afios separan ala bumanidad de una cettistioiecoI6@ca'{62;231carecede una so-Iida basecientffiea. Apenas hay es-pacio paradiscutir el esquema ge-neral derelaciones asumidas en lasdistintas slmulaciones que cubre eltraba]o, Sin embargo, las formascuantiuuivas de dichas relacionesno han side sornetidas a ningunaverificaci6n practlca,Adernas, par su rigidez, los mo-delos arltmomorficos utilizados sonincapaces de predecir los cambios

    evolucionistas que estas relacionespueden sufrir can el tiempo.La prediccirin, que suena como

    el famoso temor de que el mundoterminaria en el afio 1000, esta encontradiccion can todo 10 que co-nocernos sobre la evolucion biolo-gica. La especie hurnana, menosque eualquier otra especie, no pa-rece que vaya a hundirse de prontoen un coma acelerado, Sufin noesta ni slquiera distante; y cuandollegue sera despues de una muy lar-ga serie de crisis subrepticias y pro-longadas. Sin embargo, como apun-t6 Silk (72), serfa una locura elignorar las advertencias generalesdel estudio sobre crecimiento po-blacional, contaminacion y agota-miento de recursos. Ciertarnente,cualquiera de estos factores puedehacer sentir a la econornla del rnun-do cierta falta de aliento,Algunos criticcs han disminuidomas aun la irnportancia de "Los If-mites", par usar un instrumentala na litic o me ra rn en te para enfatizaruna tautologia sinfnteres: que uncrecimiento exponencial continuado

    es imposible en un entorno finito[4, 3336; 51, 661; 74, 428, 69,55]. .Lacrltica es correcta, perc 56 -10: superficialmente, pues nos en-contrarnos en una epoca en que 10obyio-tienequeiser enfatizado por-. ... .. durante larzo

    el pecado'autores de "Los.han: ocultado la

    " : : : " , h i . ' , , ' j " : : \ t ( ' : : " : : : ' : . ; p : a ; ' i ; t , ~ i ~ i t i [ s j ; \ i h l PD 1rtantede 1 0 obvio

    Al repasar estas criticas peculia-res, uno tiene la impresion de quelos criticos econornistas se estabanajustando al adagio latina: "quodIicet Jovi non licet bovi" (1 0 quese perrnite a Zeus no se perrniteal buey).Sea 10 que sea, la economia pre-valente no se recobrara sin dificul-

    tad de las debilidades que desvelocon estos esfuerzos par autodefen-derse.Fuera de estos cfrculos, el infer-

    me ha sido recibldo can la debidaapreciaclon y ciertamente no en ter-minos vituperativos (43). EI vere-dicto mas sensato es que, a pesar desus imperfecciones, no es pura fri-volidad (44). Es verdad que supresentacion esta a media hacer, ytraiciona un afan por publici dadpronta y rapida (34). Pero inclusoalgunos econornistas han reconoci-do su meri to en llamar la atenciona las consecuencias multiples de lacontaminaci6n [69, 585]. EI estu-dio ha sacado a la luz tamblen laimportancia de la "duracion" en elcurso real de acontecimlentos [62,183], un punto subrayado a menu-do por los clentificos [43, 144; 56,131]; pero olvidado generalmentepor los economistas ,[32,'2735}Necesitamos un margen depara alcanzar un nivel mcrecimiento economlco..'bien ,para descenderbajo.

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    B E Y lS T A D E _ E C O N O M lA _ _ . ~al centrar su atenci6n en el creci-rniento exponencial, al igual quehicieron Malthus y casi todos losdernas ecologos,

    VIII. EI eslado continuado:Un espejismo t6pico

    Malthus, como sabemos, fue cri-ticado sabre todo porque asumi6que la poblacion y losrecursos ere-dan de acuerdo con leyes materna-ticas simples. Pero esta critica nolIeg6 a percibir el verdadero errorde Malthus (que aparen tern en te si-gue sin ser advertido). El error esla a sunc ion implicita de que la po-blacion puede crecer sin llmitestanto en numero como en tiempocot! tal de que no crezca demasiadottipidamente (45). Un error similar,t ar nb ie n e se nc ia l, ha sido cometidopar los autores de "Los limites",par los auto res del "Proyecto parala supervivencia" (informe no rna-ternatico pero mas articu lado) asicomo par varios autores anteriores.1\1 partir como Malthus del deseode pro bar la tesis de la irnposibili-dad del crecim iento , fueron victi-mas faciles de un silogismo simplepero falso, hoy muy extendido:puesto que el crecimiento exponen-cia] en un mundo finito conduce adesastres de todo orden, la salva-cion ecolozica esta en el estadocstacionari; [42; 47; 62, 156-184;6; 35, 8, 20J (45). H. Daly preten-de incluso que "el estado eco no rn i-co estacionario es, por tanto, unanecesidad" [2 I, 5].Esta vision de un rnundo feliz enel que tanto la poblacion como el"s t 0 c k" de capital perrnanecenconstantes, que en otra ocasion ex-puso John StuartMill can su habi-lidad habitual [64, libra 4, cap. 6],fue echado en olvido hasta epocareciente (47). Debido al renaci-rn ien to e spec ta cular de este mito dela salvacion ecoI6gica,. rio esta de

    mas apuntar sus variadas deficul-tades teoricas y practicas. EI error

    crucial esta en no ver que en unmedia ambiente finito ni el creci-miento puede existir par siempre,ni tam poco un estado can creci-miento cero. Y ni siquiera un esta-do en decadencia que no se dirijaa la aniquilaci6n. El error arrancaquizas de cierta confusion entrestock finito y tasa de circulacion Ii-nita, como sugiere la dimensionali-dad incongruente de algunos es-quem as [62, 62, 648, 12488; 6, 6].Y en contra de 10 que algunosdefensores del estado estacionariopretenden [21, 15], este estado noocupa una posicion privilegiada vis--a-vis de las l ey e s f fs ic as .A fin de llegar al fonda de lacuestidn, llamemos S a la cantidadreal de recursos accesibles en lacorteza de la tierra. Pi y si seran,res pe ctiv arn en te, la p ob lac io n y lacantidad de recursos agotados par. persona en iel afio i. La "cantidadde vida total" media en afios de

    vida la definiremos como L =Z ; Pi(considerando i desde 0 a oo). S es-tableee un limite por arriba a L atraves de la limitaci6n obvia quesupone :E Pi ;, S. Pues aunquej es una variable historica, no pue-de ser eera ni insignificante (a noser que la h um an id ad consiga ali-rnentarse s610 de moras). Par tanto,Pi sera igual a cero para un valorde imayor que un mimero finito n,y Pi > 0 en los otros casos. Esevalor de n es la maxima duracionde la especie hurnana (31, 12S; 32,304).La tierra ta rn bien tie ne una ca-pacidad de duracion, que dependede un complejo de factores, entrelos que esta la dimension de i (48).Esta capacidad establece un limitesobre cualquier Pi concreto. Perceste limite no convierte a los otrasIimites (de L y de n) en superfluos.Es, par tanto, in ex acto el a rg urn en -tar -como el grupo de Meadowsparece hacer (61, 91S)- que el es-tado estacionario puede seguir porsiemprc mientrasPi no exceda esacapacidad. Los que proponen la sal-vacion can el estado estacionariodeben admitir que tal estado puedetener solarnente una duracion lirni-

    tada -a no ser que esten dispues-tos a unirse al Club de los "Sin If -mites" manteniendo que S es inago-table 0 casi-, como hace, de he-cho, el citado grupo Meadows (62,172). Su unica alternativa seria po-der explicar el enigma de por quetoda una economfa, estacionaria du-rante una larga epoca, se terminade improviso.Aparentemente, los abogados del

    estado estacionario 1 0 igualan a unestado continuado abierto termodi-ruimico. Este estado consiste en unmacrosistema abierto que mantienesu estructuraentr6pica eonstante atraves de intercarnbios materialescan su "entorno". No es dificil adi-vinar que el concepto resuita uninstnrm ento altarnente iitll para elestudio de los organisrnos biologi-cos. Debemos observar, sin embar-go, que el concepto se apoya encondiciones especiales introducidaspar L. Onsager (50, 89-97). Estascondiciones son tan delicadas (selas denominan el principio del equi-libria "detallado") que en la actua-lidad son validas s610 "dentro. deuna desviacion de un pequefio por-centaje" (50, ] 40). Par esta razonun estadc continuado puede existirde heche s610 de un modo aproxi-mado y en un periodo de tiernpofinito. La i rn pos ib il id ad d es cr it a deun macrosisterna que no este en unestado de caos de durar perpctua-mente puede ser reconocida cxpli-citamente un dia par una nuevaley de la termodinarnica tal comola imposibilidad del movimientoperpetuo 10 fue en otra ocasi6n. Losespecialistas reconocen que las le-yes actuales de la termodinarnicano bastan para explicar todos losfen6menos no reversibles, incluyen-do especialmente los pracesos vi-tales.Can independencia de estas difi-cultades, hay razones simples contrala cre en cia de que Ia humanidadpuede vivir en un estado estaciona-rio perpetuo. La. estructura de talestado perrnanece identica en todomomenta; no contiene en s i m lsrn ala semilla de la muerte inexorablede todos los rnacrosisternas abler-

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    - - I . : :I.

    i.JIIX. Alga de bioeconomia!

    baslca (50)!tus, Per otra parte. can una pobla-cion estucionuria se vcriu. par elcontrario, coruinuumcnte Iurzudo- acarnhiur su tccnoloula. asi como sumodo de vida cnm~l rcspucsta a Ininevitable rcduccion de sus rccursosucccsib lcs. Auuquc soslaycrnos lacuestion de C61110 podrti cambinrclc ap ital c uu litativ um cntc y scguirperm anccicndo constuntc, tendria-1lI0S que asum ir que: cl dcsccnso il11-predcciblc en ucccsihilidnd scrfac or np cn sa do r ui lu gr us urn cn tc ca n la sinnovaciuncs corrcctns en cl mo-menta oportuno. Un mundo esta-clonario pucdc qucdar momenta-neumcnte enlazado con cl cntornocumbiuntc a truves de un sistemade rcgcnerucion cquillbrador arnilo-go a los de un orgunism o vivicntcdurante una tase de su vida. Perucomo no s recuerda Bormann (7.707), el rnilugro no punic dura rpur siernpre; rntis pronto IImas tar-de e! sistema equilibrador sc rom -pera. En es c memento, cl cstadoestaclonurio e n t r a r a en una c r i s i s .que echara par tierra su prctcndidoproposito y nuturnlcza.

    O tro principia que puedc condu-cirnos a otrn hache y contra dqu econvicne qucdur advertidoes clque. en npoyo del cstado cstacio-narlo, declara que cl minimo deenrropia prnducido por un sistematerrnodinnruicu ahicrto del tipo deOnsagcr sc nlcunza cuando cl sis-tema sc vuclve cstablc (50. capi-tulo XVI).No nos dice nada sobre como

    e s t a u l t i m a cntropln rcsulta C O I 1 1 -pnrada con In producidu par otrossistemas termed iruirnicos a b i c r-tos (49).

    Los argumcntos hubitualcs adu-cldos en favor de un estudo cstu-cionariu SOil. sin embargo. de unanarurulczn dilcrcntc. rntis dircctn,Sc urgumcntu, POf cjcmplo. que enla l ~ S tlld ll hllhrll Il1lis tk illpo paraf~dlleir la clliltaillinacillll pnr pro-C C ~ l l S naturales. asi C 0 l 1 1 0 para 'luCI~lCCllllkll!ill se llllllllldapte a la dis-minllCil)1l "d e III ac'C esibiiidud de re-l'lII'sm (62. 16(1), Estll darn qlleptldriam ns allllra LisaI' Clln mlls I , . - f i -110!ICE_:MAYO 1975

    ciencia el carbon qu e quernarnosen c l pasudo. EI escollo cs que qui-zas no hubicrarnos dornlnudo lastecnicas claburndns de hoy de nohaber quemado tanto carbon "incfi-cientcmcntc". El punto de- que enun estudo cstaclonario In gcntc notcndra que tr a bn ja r u di ci on alr nc nt epam acurnular capital (Ill qLle a Invista de 1 0 q ue cxpusc en los ulti-IllOS piirrafcs no es totulrncnte cxac-to) esui relucionudo can I n p re te n-sion de Mill de que In gente podriadedi ca r nuts tiernpo a nctividadcsin telectualcs. Cesanin "los pisoto-ncs, apretoncs, co dazus y e l p is ar sclo s talones" (64. 754). La hlstoria.sin embargo. ofrccc multiples cjcrn-plos (In Edad Media, sinir mas lc-jos) de sociedadcs casi estucionariusdonde l a s a r t e s y In c i e n c i a estabanpractlcamcntc estancadas, En unestado cstacionario, asimisrno, I..gente puedc estar ocupada todo c Idia en el campo 0en la tienda, S eael cstado que sea, cl tiernpo lihrcpara cl progreso intclectual dcpcn-de de l a i ntc ns id ad de la presionde la p ob la ci6 n sabre l os r ec ur su s.Ahi esta cl punto dchil de In visionde Mill. lnvoquernos como testigo(como adm ltc expllcitarnente D aly)(21, 6-1\) cl hecho de qu e sus cscri-to s no ofrecen una base para deter-rnlnar los nivelcs optirnus de po-blacion y c a p i t a l . Todo c l i o sacu ala luz el punta irnportantc. aunqucinadvcrtido. de qu e la conclusionnecesarla de los argumentos ('11 fa-vor de csta vision (',I' que c! rstadmas dcseable 110 es 11110 cstacionu-rio, sino un esuula decadente.

    Si n duda el creel micnto prescn-tc ticnc que cesar o, mas nun. cam-biar de signa. P cr o q uic nq uic rn L]L1L 'p rctcnd a instrurncntnr lin proycctopara la snlvucion ccologicu de IIIcspccic IlUIl1

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    R E V I S T A D E E C O N O M I Acontorno dcpcndc de las multiplesusi mctrias qLie cxistcn entre lastrcs Iucntcs de buju entropia qu..:coustituyen juntas In dotacion de luhurnanldad: In cncruia librc recihi-dn del sol. de un lado. y I n c nc rg iulibrc y la s estructuras rnntcriulcs or -dcnadas, almacenndas en cl interiorde la tierra, de otro.

    La prin.era usirnctrin S~ rcficrcal heche de qu e la componcntc ic-rcstrc cs un stock, rnicntrus la so-lar cs un fflljo. Cnnvicnc cntcndcrbien la difcrencia (32. 2266}. EIcarbon "in situ" cs UI1 stock por-qu e somas llbrcs de usurlo tcdohoy (al m cnos teorlcnrncnte) 0 a lulargo de siglos. Pcro en . ni ngull rno-mente pcdcmus USiH cualquicr par-te de un f'lujo futuro de rudiacionsolar. M{lS min. In tasa del fI ujo deesta radiacion cstti tntalrnentc fuernde nuestro control; vicnc dctcrrni-nnda completamcute por condicio-nes c osmo lo gic as , e ntre las que csuiln dimension de nuestro plane-ta (52). Una aeneracion. haaa 10qu e haga, no p ucd e alterar la pro-porci6n de radiacion solar de cual-q uicr gencrncion futura. Dchido ala prior i dad de l prcsente sabre clfuturo y In irrevocabilidad de la de-g ra da cic n e ntro pic n, 1 0 opucsto esvcrdad en el casn de l as p ropo rc io -nes de cncrula tcrrcstre. Estas seven atecradas po r Ta cantidad dedotacion terrcstre cons urnldas pa rla s g en cra cio ne s p as ad as .En segundo lugar, pucsto que noha y proccdimlento pnictico dispo-nible a cscala hurnnna para trans-form arla cncrgia en materia (IV).

    la ba j a entropia material accesiblces can mucho cl elernento mas crl-tieo desde un punto de vista bio-econornico.E s verdad qu e un trozo de car-bon quemado po r nuestros padres

    desaparecio para siem prc, tal comopaso, po r ejernplo, con u na p or cio nde plata 0 de hierro cxtraido porelias. S in embargo, l as z cn er ac io ne sfuturas seguiran teniendo su parte.inalienable de energia solar (que,como verernos ahora, es enorme).o sea, qu e podrlan, pa r 10 menos,

    usur cudu uno unu cuntidud de 111;)-d cru c qu iv alc ntc al crccirnicnto vc -getnl anunl, No hay curnpcnsaclons im] l a r para la p la ta 0 cl 11kI'm d i-s ip ad os p ar ge nc rn cio ncs an tcrio rcs.POl' ello, en la blocconornin dchc-IllOS subrnyar que cada Cadillac l)cada Zirn, par no citur los instru-mentes de guerra. implican menusrejus de arndo para gcneraciouesfuturas. e, lrnplfcltarncntc, menosseres humanos tambien (31, 13. 32.304}.

    Tercero. hay una dif'ercncia as -tronornica entre la cantidad del flu-jo de cnergia solar y la d im en si onde l stock de encruia lihre tcrrcstrc.Al coste de Ll!ll~ disminucion enmasa de 131 X I ()1~ toncludus. cl501 irradia cnda afio 10 ~ Q (un soloQ equivale a 101~ BTU} (*). D~este Ilujo fnnnistico. solo unns5.300 0 so n intcrccptados en IllSlfrnites de la a tmo sf era te rr cs trc . yaproxirnadamente In m i tad de cs acantidad es a SL I vez reflejada otruvez hacia el espacio. A cscalu ]lUCS-tra, incluso esa cantidad cs Ianuis-tica; pues el consumo total 1 1 1 un -dial de energia sc eleva corricntc-.rncnte a no mas de 0,2 Q anualcs.D e 101encrgia solar q u e llega al sue-10 , la fotosintesis absorhc s L ' l I D1, 2 Q. De saltos de agua podrlamosobtener a 10 sum o 0.08 Q, pem enla actualidad usarnos s610 una de-cima parte de cse potencial. Pen-sernos, adernas, en el heche de queel sol continuara brillante pnictica-mente con la rnisrna intcnsidadotros cinco mil mill o nes dc aries(antes de convcrtirse en un gigantcincandescente qu e elevara la tern-peratura de la tierra a 1.0000 Fl.Sin duda, Ia especie hurnana no vi-vini para beneficiarse de toda estaabundancia.

    Pasando a 1a dotacion terrestre.encontramos que. segun la s mejo-res e s ti rnacione s, la dotaci6n iniciald e c ombu stib le f6sil se eleva s610a 2 I 5 Q. Las reservas rest antes re-cuperables (conocidas y probablcs)se elevan a unos 200 Q. Estas re-servas, por tanto, podrian producirs610 dos semanas de lu z solar en e1

    ulobo (53). Si SLi auoturnicntu cun-limb aumentando ;1 ritrno actual.cstns reservas pueden soportnr lauctividad industrial del hom bre porapenas unas peens decadus nuis,Incluso las reservas de uranill-235110 duraran po r lin periodo mayorsi se usan en los reuctorcs ordina-rios. Todas las cspcranzas cstanpuestas en el reactor rcgencru-dor ('~ ), que con la ayuda del urn-nio-235 podra "extraer" In energiud el u ra ni o- 23 8 y del torio-232. ele-mentos fertiles perc no suceptiblesde fision. Algunos cxpertos prctcn-den q Lift esta fuente de energfa cs"esericialmente lnagotable" (83.412). En lo s Estados Unidos 501a-mente. se cree que ha y ampliusa re as c ub ie rta s co n pizarra y gra-nitos ncgros qu e contienen sescntnaramos de urania 0 torio naturalpor tonelada metrica (46. 226 s.).Sobre esta base. W einbera v Ham-mond (83. 41 5 '5.) ofrece~ ~m uranplan. Con extraccion y trituraciona cielo abierto de estas rocas po -driam os obtener bastante com busti-ble nuclear para unos 32.000 rear-tores regeneradores repartidos en4.COO parques costeros y capacesde surninistrar a una poblaci6n deveinte mil m illones durante m illo-nes de arras el doble de Ia energiaque hoy se consume en los Esta-do s Unidos. Este plan ingente esun ejemplo tipico d e p en sarn ien to

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    lineal, scm in el cual todo 10 queSe n cc cs it a para la cxistcncia de un apcblacion (incluso "rnucho mayorde vcinte m il m illones") es aurnen-ta r todos lo s suministros proporcio-nulrnentc (54). No es qu e los auto-res n ic gu en que ha y otras cuestio-nes no tccnicas; 5610 que las mini-rnizan C all cuidado (83, 417 s.). Lacuestion mas irnportante, In de sise puede conseguir una organizu-ciun social compatible can la den-sidad de poblacion y la manipula-cion nuclear a nivel de tierra, esbarrida a un lado por Weinbergcomo "trans-cientificn" (82) (55).Los tecnicos se inclinan a olvidarque, debido a su s propios cxitos,hoy serla mas Iacil llcvar la mon-tana a Mahorna que hacer ir aMahorna a la montana. Hoy parhoy, cl obstaculo es muy palpa-ble. Coma algunos clrculos respon-sables adrniten, un regenerador pre-senta todnvia riesgos sustancialesde catastrofes nuclcares, y el pro-blema del transparte seguro de loscombustibles nucleares y especial-mente el del almacenarnicnto segu-ro de los residues radiactivos estiina im e sp eran do un a soluci6n inclu-so para una escala de operacionesmoderadas (/ 35; 36; espcclalmen-te 39 y 67).Solo queda el suefio legendariodel fiske: la reaccion terrnonuclear

    cnntroladu, Para que llcgue a cons-tituir un a autcntica brecha, debeser [a reacclon deutcrio-deuterio, launica que podria abrir una fucnteform idable de enerzia terrcstre du-rante una larga er; (56). S in em-barge, debido a las dificultadcs aque he aludido antes (I V), Inclusolo s cxpcrtos que tr abajnn en cliono cncucntran razones para estardc rnn sia do e spe ra n zados .

    Para cornplctar el cuadro, men-cioncrnos tarnbien las encrgfas gee-tcnnica v de las marcus, q l ie, nun-que no' dcsprcciablcs (en total0.1 0 par ana), 5(110 pucdcn serinstrumcntadas en situacioncs muylimitadas.EI cuad TO uencral estu ahora cla-

    rn. Las eller-gins tcrrcstrcs en Ius1121ICE-MAYO 1975

    qu e se pucde confiar efectivarnenteexistcn en cantidudcs muy peque-flus, rnientras que cl USLl de las queexistcn en cantidndes arnplias esuirodcado de urandes ricsaos v deobstaculos t6cnicos for-mid.ibles.Par otra parte, existe la inrncnsaenergfa del sol qu e nos l lega sinfallar. Su uso directo no se pmc-lira todavia a una escala significa-tiva dcbido sabre toda a qu e la sindustrias alternativus son muchomas eficientes economicarnente.Pcro desde varies puntos nos lleganresultados prornetedorcs (37; 41).Desde un punta de vista bioecono-mica. 1 0 qu e cucnta cs que el Pll-~\I//';=-=- - .::.::::.."1~~~~-_ -_~ ,_ .r~_

    siblc uso de In energiu solar no csuircdcudo de riesgos 0 intcgruntcs:esto es un hecho probado.La conclusi6n es que la dotacion

    entropica de la hurnanidad prcscntaotra escasez diferencial lrnportnntc.A un rnuy largo plaza la energialibre terrcstrc es mucho mas escasuque In rccibida del sal. Este puntodcmuestra la locum del grito devictoria de que finall11l::ntc pede-mcs abtener prutcinns de cornbusti-blcs Iosilcs. M as sensuto seria ir enIn dircccion opucstu. cs dccir, CDIl-vcrti r la materia vegetal ('ILIe p 1'0-ducc In radincion 5 1 1 1 a r -N. de lT,-) en com bustible hidro-carbo-

    nudo. una linea natural obvia yuperseguida por varios invcstigado-res (:21.311-313) (57).

    Cuarto ; desde el punta de vistade la utilizaclon ind ustrial, la cncr-gia solar tiene un inrnenso incon-veniente en cornparacldn con 1(1deorigcn terrcstre. Esta lilti rna cst,]disponible en una forma cunccn-trada (en algunos. casas demasiadoconcentradn), Como resultado. nuspermite obtener casi instannineu-mente enorrnes cantidades de trabu-jo , gran parte de l cual no se po-drla obtener de otro modo. En con-traste, el flujo de energia solar no sllega can una intensidad extrema-darnente baja, a modo de una llu-vi a fina, casi un a n ieb la m icro sc o-pica. La dif'erencia im portante canla verdadera lluvia es que esta llu-via radioactlva no es recogida, 1111-turalrnente, en forma de arroyos yrlos y finalmente en lagos, donde 1

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    R E V I S T A D E E C O N O M I Atierra depcndc, dircctu 0 indi recta-mente, de la radlaclon solar (adc-nuis de aluunos elementos de Incupu de recubrim iento superficial).El hombre 5610, por su adicioncxusornatica, depcnde lam bien delos rccursos m inerales. EI hombre11 0 cntru en competicion con otrasespccies par el us a de estes rCCUf-50S; sin embargo, su uso pone enpcligro huhitualrnente rnuchas for-mas de vida, incluyendo la suyapropia . A lgunas especies estan, deheche, al borde de la extincion me-ramen te por las ncccsidades exoso-mCllicas de l hombre 0 su anhelo parcl dcspilfarro. Peru nada en la na-turulcza se puedc cornparar a In fe-rocidad con que el hombre cornpiteporia energia solar (en su formaprirnaria a en s us p ro du cto s deriva-dos), E I hombre no se ha desviadoun apicc de 1:1 l ey de la jungla: entodo caso la ha heche mas sin pie-da d can sus sofisticados instrum en-tos exosornatlcos. EI hombre habuscado abiertarnente el exterrniniode cualquier especie que pueda ro-bark su alimento 0 que intente ali-mcntarse con el: lobos, conejos,hierbas, insectos, micro bios, etc.

    Pero csta Iucha po r alirnentos,en Clltimo terrnino por encrgia so-lar, entre el hombre y las otras es-pecies, tienc tam bien algunos as -pectos peculiares, Y , curiosarnente,uno de estos aspectos tiene algunasconsecuencias de largo alcance ade-mas de sum inistrar una refutacionmuy instructiva ala creencia co-rruin de que cad a innovaci6n tecno-lo gic a c on stit uy e un paso en la di -rcccion correcta hacia una econo-rnla de su s recursos, EI caso per-tencce a la economia de l as t ec ni ca sagricolas modernas.

    x . Agricultura moderna:Un despilfarro energeticoDado el espectro de plantas ver-d es e xi st en te s y SL l distribucion geo-

    grafica en un momenta .. dado.ilacapacidad productara bial6gica de

    In tierra cs dctcrminndu, uunq w e :.soil) POdClllOS cumputurla con difi-c u lta d y en tcrminos aproximudus.En el marco de est a .cupucidud csdonde el hombre torccjca Call otrasestructuras vivlentes pm alimentos.Can elticmpo clhornbre apreudioa arar m as hondo, a rotar cultivos,a Ierti lizar cl suclo conubono. etc.En su nctividadacricola . el hombretambien-dcrivo b;neficios inrnensosdel usa de an i males d e ti ro do-m csticudos. .

    D os Iactores evcluclcnlstas haninf'luido 'en la tccnologta agricola a10 largo de los aiios. La mas nnti-gun es In presion continua de In po-blacion scbrcTa. tierra en cultivu :existerite. La proliferacidn de al-deas, primero,y mas adclante luemlgraclon, fueron rclajando esapresion; Tnrnbien ayudaron a ali-viar la tension nuevas mctodos deaurnentar el rendimiento de la tie-rra . La principal f'uente de ali via.si n embargo, sizuio siendo la ill-corporacion al c~ lltivo de nuevas yvastas areas de tierra. EI segundofactor, un producto derivado de luRevolucion Industrial, fue la incur-poracion a la agricultur a de I p ro-ceso par el que la baja cntropiade naturaleza biologica fue sustirui-da po r atra 'd e Fuente mineral. EIproceso es nun mas conspicuo enazricultura. T ractores v otras m a-quinas agrfcolas ha n ocupado el lu -gar del hombre y los an i males detiro, y lo s fertilizantes quirnicos: eldel abono y e l b ar be ch o.S in embargo, la azricultura me-canizada no ~ncaja e~ las unidadesagricolas E am i1iures pequefias qu etienen a su disposicion una ampliaoferta de brazos libres, Perc, au nen este case, tuvo que llegar. Elagricultor que practica una agricu 1-tura organics, que usa animalespara fuerza y abono como fertili-zante, tiene quecultivar no soloalirnentos parasu familia, sino tam-bien Iorraje para sus ayudantes. Lapresion creciente de la poblacionforzo asiIncluso al pequefio agri-cultor, practicarnente en todas par-tes, a prescindir de las bestias decarga para poder usar tcda. su tierra

    para ulim entos {17 . 526; 31. II F ;32, 302FJ.Lo que 110 ticnc dudn ulgUI111 cS

    que, dada la presion de In poblu-cion en III mayor parte del glllb~l.no hay otra salvacion de las calu-.midades de subnlimentucion y hum-bre que el furzar cl rcndlmlcnto li ela tierra en cultivo con una agricut-tu ra p ro gre siv arn cn tc 1l1{IS mccuni-zada. un usa creciente de Iertilizn 11 -tes qulm icos c insccticidas y 1 I11cultivo crccicntc de fns.nuevns vu-riedades de ccrcales de alto rcndi-m ie n to . Sin embargo. frentc 'a luopinion compartid'_l- de modo gene-ral e iudiscri Illi nudo, esta tecnicuagricola modcrnn sc 1 1 1 ueve a largnplaza en contra tie' los interescsbioeconcrnicos mas elementules d~IL l cspecie hum ana.

    Primero,la sustitucinn de l bucypor el tractor. del Iorraje por Cl1111-bustibles de motor, de abono y bar-becho par fertilizantes quimicos.produce un a sustituciou de un ck-mente abundante (In rndiacion SLl-lnr) po r otros escascs. Segundo. csiusustitucion tarnhien representa lIlldespilfnrro de baja cntropla terrcs-Ir e dcbido a sus rendimientos fucr-ternente dec recientes (59). La ( I l l : : :la tecnica naricola modernn haec esaurnentar 1; cantldad de f'o toslntc-sis en un rnisrno trozo de tierra.Pero este aumento es conseguidocon otro aurnento nuis que proper-clonal del agotarniento de baja ell-tropia de origen tcrrcstre, que csel unico recurso criticnmcnte escnso(dcberiamos anotur qu e lo s reridi-rnientos decrecicntes, al sustitu irenergia terrestre porenergla solar.constitu irian, por el contrario , unbucn negocio energctico). La quequiere decir que si cada afio se usa-fa la m itad de l "input" de energiuterrestre (contada dcsdc la opera-cion rninera) requerido po r la agri-cultura para un acre (par ejernplo.cultivado con trigo), en dos afios Inazricultura rnenos industrializaduproducira mas del doble de trigo enel rnismo trozo deterreno. Estades-econornia -por rn uy so rp re n-denteque sea a los adoradores dela r na qu in ari a- c- e s e sp ec ia lr ne nt e

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    ~- . . . .- logfa es mas amplio que el cubiertopO T Ia econornia), 1a econornfa ten-dria que fundirse can la ecologia, sies que Ia fusion ocurre alguna vez,Pues, como hemos vista en las dossecciones precedentes, la actividadeconomica de