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APASIONADAS POR JESÚS URGIDAS POR LA VIDA AUDACES EN EL COMPROMISO
PLAN GLOBAL 2005 – 2011 SIERVAS DE SAN JOSÉ
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SIGLAS
M.G. Modelo de Gobierno
T.M.O. Taller Modelo Operativo
N.P.H.M. Nuestra presencia hoy en el mundo
C. Constituciones
D. Directorio
V.C. Vita Consecrata
E.P. Encina y Piedra
P.F. Plan de Formación
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Coincidiendo con el año centenario de la muerte de nuestra Fundadora, Bonifacia Rodríguez Castro, celebramos el XX Capítulo General, tiempo de gracia y paso del Espíritu por la vida de la Congregación. Espacio de fraternidad, búsqueda conjunta y discernimiento que nos llevó a elaborar los documentos que orientarán nuestra vida a lo largo del sexenio.
El Equipo General Ampliado ha elaborado un nuevo Plan Global que, a través de sus líneas, trata de hacer operativo el documento Nuestra presencia hoy en el mundo y el proceso a seguir en la implementación del Modelo de Gobierno diseñado en el Capítulo General
ESTRUCTURA DE LA LÍNEA DE ACCIÓN
Justificación: Recoge los desafíos que nos presentan el mundo de hoy y la realidad de la Congregación.
Respuesta de acción: Responde a los desafíos expresados en la justificación, canaliza y da dirección a lo que queremos conseguir en la finalidad.
Enfoque: Es la orientación y el sentido profundo que le queremos dar a la línea. Favorece que toda la Congregación tenga una comprensión de la línea desde significados comunes.
Cómo: Es la manera concreta como queremos realizar la línea. Está relacionado con los enfoques; no se puede confundir con actividades.
Finalidad: Indica el resultado de la acción, es decir, aquello que pretendemos conseguir en un tiempo determinado, sexenio 2005-2011. La finalidad se expresa de forma concreta y da solución al desafío que tenemos.
INTRODUCCIÓN
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LÍNEA DE ACCIÓN
El presente Plan Global consta de siete líneas de acción:
1. Comunidad -Taller
2. Nuestra presencia hoy
3. Integración Siervas de San José–Laicas y Laicos Josefinos
4. Pastoral Juvenil Vocacional
5. Formación
6. Estructura de gobierno
7. Análisis de la situación económica
RESPUESTA DE ACCIÓN
ENFOQUE
JUSTIFICACIÓN FINALIDAD
CÓMO
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DINÁMICA INTERNA DEL PLAN GLOBAL
Este Plan Global orienta e impulsa el proceso de implementación de nuestro Modelo Orgánico de Gobierno, que exige la revitalización de la Comunidad-Taller como célula viva de la Congregación. Este proceso lleva a las Comunidades-Taller, inmersas en el mundo y afectadas por sus profundos cambios, a vivir una dinámica de discernimiento y reajuste permanente de nuestra presencia hoy, a avanzar en la integración Siervas de San José–Laicas y Laicos Josefinos y a comprometerse en la Pastoral Juvenil Vocacional.
Todo esto necesita una Formación integral, dinámica y experiencial y un cambio en la estructura de la Congregación, es decir, un nuevo funcionamiento y una nueva organización, y requiere un análisis de la situación económica y del uso de los bienes que lleve a cuestionar nuestro estilo de vida personal, comunitario e institucional.
Este Plan Global se ha elaborado desde la convicción de que somos un grupo vivo enraizado en Dios que sostiene y alimenta nuestra vida, un Dios que se encarna en Jesús trabajador en Nazaret, que nos llama a vivir en red entre nosotras y con otros, a dar fruto y a darlo comunitariamente.
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COMUNIDAD – TALLER
Tened los mismos sentimientos de Cristo Jesús que se despojó de sí mismo, pasando por uno de tantos.
(Cf Fil 2, 5ss)
Las Comunidades hemos avanzado en la conciencia de que formamos parte de una sociedad multicultural y poco a poco vamos tomando conciencia de la riqueza de la diversidad, del reconocimiento de la igualdad de todas las personas, del valor de la tolerancia y la participación que implica corresponsabilidad y postura crítica.
Somos más conscientes de que el fenómeno de la globalización ha expandido el sistema neoliberal generando nuevas y graves situaciones de exclusión social acelerando procesos migratorios a gran escala, lo cual produce nuevos desafíos a nuestra presencia en el mundo.
En este contexto, las Comunidades manifiestan la necesidad de una fuerte experiencia de Dios que fundamente la vivencia de la fraternidad y que permita vivir en actitud de discernimiento, en comunidades insertas que compartan fe y vida.
Hay un deseo grande de ahondar en el sentido profundo de la Comunidad-Taller y de vivir el discernimiento como actitud cotidiana. El Proyecto Comunitario-Apostólico ha sido un instrumento de participación corresponsable y se expresa el deseo de que sea un cauce revitalizador que lleva a un proceso de crecimiento grupal en discernimiento.
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Las Comunidades sienten la necesidad de vivir relaciones interpersonales de confianza mutua y de aprender a manejar los conflictos personales y de grupo; expresan su deseo de vivir una obediencia liberadora, creativa y piden mayor participación en la toma de decisiones. Se experimenta la necesidad de trabajar en red entre nosotras y con otros organismos.
La cultura actual propicia un fuerte individualismo que, con frecuencia, nos afecta poniendo un marcado acento en la libertad personal y produciendo una priorización de lo individual frente a lo comunitario. Se da entre nosotras cierta resistencia a la confrontación, al cuestionamiento y a la participación y nos cuesta hacer procesos conjuntos. Damos más importancia al hacer que al ser y funcionamos más como grupos de trabajo que de vida, quedando afectado el sentido de pertenencia.
A veces se perciben entre nosotras actitudes de protagonismo al interior de nuestras comunidades y en los proyectos apostólicos, problemáticas no resueltas que inciden en las relaciones interpersonales y las debilitan. No siempre nos sentimos corresponsables en la construcción de la Comunidad-Taller.
El fuerte secularismo y la pérdida de valores evangélicos están afectando la vivencia de nuestra fe y la centralidad de Dios en nuestra vida. Con facilidad caemos en la superficialidad que impide descubrir el paso de Dios en la Historia.
Potenciar Comunidades que vivan la fuerza profética de la Comunidad-Taller según el Modelo Orgánico, con una experiencia de Dios enraizada en la mística de la encarnación, comprometidas con los problemas de la humanidad.
RESPUESTA DE ACCIÓN
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• La Vida Religiosa, inmersa en este mundo, no vive ajena al proceso de profundos cambios de la sociedad actual. Llamada a ser signo del Reino, se siente afectada desde distintos frentes que le exigen una actitud de lucidez y de coraje evangélico para situarse en el mundo, redescubrir su identidad y dar respuesta a los retos que esta nueva sociedad le presenta. (M.G. p. 13) Las personas consagradas han de poseer una profunda experiencia de Dios y tomar conciencia de los retos del propio tiempo… (V.C. 73).
• Las casas de esta Congregación serán denominadas Talleres de Nazaret, siendo su modelo y ejemplar aquella pobre morada en donde Jesús, María y José ganaban el propio sustento con su trabajo y el sudor de su rostro (C. 1874, 2ª).
• El misterio de la vida oculta de Jesús que ora y trabaja en Nazaret, configura nuestro modo de vivir el Evangelio (C. 56).
• Nuestro Modelo orgánico de Gobierno se basa en la idea de un grupo vivo en proceso de crecimiento… Requiere el ejercicio de la responsabilidad compartida, de la comunicación y de la información y del discernimiento como actitud habitual de la búsqueda del querer de Dios… Se basa en los principios de Autoridad, Libertad responsable, Interdependencia, Participación y Dar cuenta mutuamente. Estos principios están entrelazados y hay que mirarlos como un todo (M.G. p. 25).
• Son Comunidades donde se asume la diversidad buscando la comunión y en las que cada hermana, desde sus propias posibilidades, se pone al servicio de las demás buscando el bien común y fortaleciendo la pertenencia congregacional (M.G. p. 31).
ENFOQUES
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• La obediencia fraterna es un estilo de relacionarse, una manera de caminar juntas y acogerse mutuamente en la fe. Cada miembro de la comunidad es mediación de la voluntad de Dios para el otro (M.G. p. 22). Expresa la comunión de todas las Siervas de San José en la búsqueda corresponsable de la voluntad de Dios, en una dinámica de Comunidad-Taller (M.G. p. 29-30).
• La obediencia religiosa se fundamenta en la obediencia de Jesús que vivió su condición de Hijo en disponibilidad absoluta a la voluntad del Padre. Jesús obedece al Padre y a su Plan Salvador, acepta las mediaciones y vive la obediencia en la inseguridad de la búsqueda, haciéndola centro de su Misión (M.G. p. 22).
• La Comunidad es la célula viva de la Congregación donde se recrea el Carisma y en la que cada hermana comparte la responsabilidad en la edificación de la Comunidad para la Misión. Inserta en una realidad cultural concreta, tiene autonomía en sus decisiones y en su organización según la misión recibida, que realiza con conciencia de cuerpo congregacional (M. G. p. 36)
• Formamos comunidades con identidad propia de Siervas de San José, que comparten la vida cotidiana de la gente pobre, oran con ella y se dejan interpelar y evangelizar; acompañan al pueblo sin protagonismo, viven en actitud de discernimiento para dar respuestas nuevas a situaciones nuevas (Cf. T.M.O., p. 59-60).
• Articula y dinamiza su vida y misión en el Proyecto Comunitario-Apostólico, elaborado a partir de las necesidades del entorno, teniendo en cuenta la realidad concreta de la comunidad y en conexión con las planificaciones provincial y general (M.G. p. 30).
• Posibilita la presencia de laicas y laicos en las diferentes estructuras según su grado de compromiso, teniendo en cuenta su vivencia laical del Carisma y su sistema de organización (M.G. p. 28-29).
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1. Revitalizando el seguimiento de Jesús en Nazaret y la vivencia del Evangelio en la vida cotidiana.
2. Descubriendo y asimilando la mística y el dinamismo del Modelo de Gobierno.
3. Favoreciendo una lectura creyente de la realidad que potencie una fe adulta y un compromiso con la historia.
4. Promoviendo la práctica del discernimiento compartido y la relectura de la obediencia fraterna.
5. Potenciando una formación integral con el aporte interdisciplinar de las Ciencias Humanas que ayuden a comprender y manejar los dinamismos que surgen en las relaciones interpersonales.
6. Posibilitando el crecimiento personal en las diferentes dimensiones, el trabajo en equipo, la participación, la corresponsabilidad y la comunión en la diversidad.
7. Recreando espacios comunitarios que propicien la reflexión, la comunicación, el conocimiento mutuo, la búsqueda conjunta y el consenso en discernimiento.
8. Alentando una dinámica de comunidades abiertas, acogedoras, orantes que comparten la vida con la gente, expresan la vivencia gozosa de su vocación, que convocan y avanzan en la integración Siervas de San José-Laicas y Laicos Josefinos.
9. Elaborando el Proyecto Comunitario-Apostólico desde los enfoques del Modelo de Gobierno a partir de las necesidades del entorno y teniendo en cuenta la realidad concreta de la Comunidad.
10. Elaborando el presupuesto económico con sentido de cuerpo congregacional y teniendo en cuenta el nivel de vida del mundo trabajador pobre.
CÓMO
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En la Congregación se ha fortalecido la Comunidad-Taller como célula viva donde se recrea el Carisma según nuestro Modelo de Gobierno y donde cada hermana comparte la responsabilidad de revitalizar Comunidades en Misión, interdependientes e interconectadas, comprometidas en la construcción de una sociedad alternativa.
FINALIDAD GLOBAL
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NUESTRA PRESENCIA HOY
No extingáis el espíritu, no despreciéis las profecías,
examinadlo todo y quedaos con lo bueno... (1 Tes 5,19-21)
Vivimos inmersas en una sociedad en la que se han producido grandes avances y logros pero, a la vez, se han generado también pobrezas y condiciones precarias de vida que traen consigo situaciones de marginalidad, desprotección y exclusión social.
En esta sociedad, la mujer pobre padece una doble discriminación: ser mujer y ser pobre. El trato que recibe en el ámbito social, familiar y laboral provoca con frecuencia situaciones de explotación, violencia, marginación, analfabetismo, desprotección y falta de oportunidades.
El sistema neoliberal salvaje ha incidido de una forma negativa en el desarrollo de los derechos humanos y en la distribución de los bienes económicos. Se ha agudizado la situación de injusticia en las relaciones sociales y laborales, crece el desempleo y aumentan los colectivos en situación económica y laboral muy precaria y con alto riesgo de exclusión social sobre todo entre mujeres inmigrantes, desplazadas… En este mundo conflictivo, injusto, competitivo y desigual, el Taller se presenta como una alternativa.
Al mismo tiempo en la Congregación se está viviendo un proceso de cambio, van surgiendo nuevas presencias en el mundo trabajador pobre, ha crecido el compromiso en línea del preservar, se han creado plataformas privilegiando el trabajo con la mujer pobre, hay deseo de búsqueda conjunta y de
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participar con otros organismos. Sin embargo la realidad concreta, muchas veces, no favorece el compromiso con un proyecto común ni el arriesgarnos a revisar nuestras respuestas y generar otras nuevas.
Impulsar y llevar a cabo en la Congregación un proceso de discernimiento y reajuste permanente de nuestra presencia en el mundo, a la luz de las Opciones y Decisiones del Capítulo General y del espíritu y dinámica del Modelo de Gobierno.
� La Vida Religiosa inmersa en este mundo, no vive ajena al proceso de profundos cambios de la sociedad actual. Llamada a ser signo del Reino, se siente afectada desde distintos frentes que le exigen una actitud de lucidez y de coraje evangélico para situarse en el mundo, redescubrir su identidad y dar respuesta a los retos que esta nueva sociedad le presenta (M.G. p. 13).
� La opción de vida desde el evangelio conduce a la Vida
Religiosa a una posición alternativa, que solo es profética si nace del apasionamiento por el Absoluto. Llamada a vivir de una forma contracultural se aleja de la búsqueda del prestigio, la eficacia, la competencia, lo rentable, el poder. Se siente impulsada a denunciar los sistemas que denigran la dignidad humana y socavan los valores evangélicos (M.G. p. 14).
� La Vida Religiosa quiere ser presencia de Dios en el mundo con unas relaciones marcadas por el amor, la igualdad, la búsqueda en común, la justicia, la liberación y la predilección por las pobres y los pobres (M.G. p. 19).
RESPUESTA DE ACCIÓN
ENFOQUES
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� Las Comunidades–Taller, llamadas a recrear la vida, se despojan de las formas que ya no responden a las nuevas presencias, adecuando su organización al contexto cultural y a la misión. Con sentido de justicia y sensibles ante las nuevas pobrezas se comprometen en la defensa de los derechos humanos privilegiando la opción por la mujer pobre, dando respuestas en colaboración con otras plataformas (M.G. p. 32).
� Queremos generar nuevos modelos de trabajo fraterno y
solidario desde dentro, siendo una de tantas. Promovemos así las actitudes y las prácticas de la participación en el mundo del trabajo, ofreciendo una respuesta significativa a través de las comunidades que participan o promueven diversas formas de economía solidaria (T.M.O. p. 60-61).
� Una mirada especial a la mujer nos lleva a impulsar su
promoción en la lucha por sus derechos, apoyar proyectos que respondan a sus necesidades prioritarias (T.M.O. p. 58).
� Llamadas a potenciar un estilo de vida incluyente, en
apertura a la diversidad, desde la perspectiva de género (N.P.H.M. p. 20).
� Estamos llamadas a la participación en redes con personas,
organizaciones, instituciones y congregaciones que amplían y refuerzan nuestra visión y compromiso (M.G. p. 28).
� Cada una de las Comunidades-Taller, en diálogo y
discernimiento fraterno, se deja cuestionar por la situación concreta del mundo trabajador y pobre, escucha sus gritos, hace lectura y análisis desde ese mundo y descubre y asume las respuestas que estamos llamadas a dar desde el Proyecto Comunitario-Apostólico.
� La Iglesia reconoce el papel de las laicas y los laicos y su
contribución en la edificación de la misma como Pueblo de Dios (M.G. p.19).
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1. Profundizando e interiorizando el documento “Nuestra presencia hoy en el mundo” y los elementos fundamentales del Modelo de Gobierno.
2. Acercándonos a la realidad del mundo pobre, escuchando
sus gritos dejándonos conmover por ella. 3. Revisando y reorientando en cada Comunidad-Taller su
presencia y acción apostólica desde la dinámica del Proyecto Comunitario-Apostólico.
4. Promoviendo espacios entre los distintos ámbitos para
compartir el discernimiento, desde un dar y recibir en la dinámica del Modelo de Gobierno.
5. Posibilitando la implicación y participación de las laicas y
laicos. 6. Tomando decisiones en los distintos ámbitos según el
discernimiento al que se ha llegado. 7. Potenciando el trabajo en red con otros organismos . 8. Buscando caminos creativos de participación activa de las
hermanas que entran en periodo de jubilación laboral. 9. Discerniendo la viabilidad de todos los centros educativos.
La Congregación va encarnando en su vida y misión las Opciones y Decisiones del Capítulo General y el espíritu y dinámica del Modelo de Gobierno y está dando respuestas significativas a las necesidades del mundo actual.
CÓMO
FINALIDAD GLOBAL
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INTEGRACIÓN SIERVAS DE SAN JOSÉ - LAICAS Y LAICOS JOSEFINOS
Vosotros sois la sal de la tierra... sois la luz del mundo. Brille vuestra luz ante los demás para que vean
vuestras buenas obras y alaben al Padre. (Cf. Mt. 5,13.14.16)
La Iglesia en el Vaticano II hizo una llamada a los laicos a que sean “sal y luz” en los lugares y circunstancias en que estén presentes. Así mismo, invitó a la Vida Religiosa a volver a sus orígenes. Esta llamada llevó a la Congregación a iniciar un proceso de acercamiento a nuestras raíces carismáticas. El conocimiento y profundización de la persona y proyecto de vida de nuestros Fundadores, así como del Don recibido, nos ha permitido ir descubriendo cada vez con mayor claridad que la vivencia laical del Carisma es dimensión nuclear del mismo.
A lo largo de estos años, hemos realizado un camino de crecimiento en la comprensión y sensibilidad de la vivencia laical del Carisma, pasando de un planteamiento de incorporación de las laicas y laicos en nuestra vida y misión a plantearnos el avanzar en la integración Siervas de San José – Laicas y Laicos Josefinos. Somos conscientes de que nuestro Carisma ha suscitado el deseo de ser vivido por laicas y laicos de distintas culturas, en lugares y realidades diferentes. Vamos descubriendo su identidad laical y nos cuestionamos nuestra manera de estar junto a ellos, reconociendo su autonomía y acogiendo su riqueza en reciprocidad.
No obstante, constatamos que, entre nosotras, existen distintas actitudes y sensibilidades ante la implicación y la
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presencia de las laicas y laicos en la vida de la Congregación. En ocasiones, el grado de conocimiento que tenemos de su existencia y realidad laical es muy débil generando una falta de acogida y aceptación. A su vez, el laicado vive también procesos diferentes en las distintas realidades.
El acercamiento a las Laicas y Laicos Josefinos en el último Capítulo General nos ha ayudado a perfilar los criterios para caminar conjuntamente en la vivencia del Carisma.
Avanzar en la integración Siervas de San José–Laicas y Laicos Josefinos.
� Los laicos están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos (L.G., 33).
� La Congregación de Siervas de San José, desde su fundación tuvo una gran apertura hacia al mundo femenino seglar. El Taller era lugar de trabajo y oración y por tanto de santificación de todas las que trabajaban en él, religiosas o no (E. P. p. 129).
� Urgidas por el Carisma y los signos de los tiempos nos abrimos a compartir con los laicos nuestro Don en la Iglesia: desde la comunitariedad, compartiendo la misión y haciéndoles participes de nuestra espiritualidad (T.M.O. p. 52-53).
� Los laicos que quieren participar de nuestro espíritu son también agentes, junto con las Siervas de San José, enriqueciendo con su dimensión laical la vivencia del Taller hoy (T.M.O. p. 53).
RESPUESTA DE ACCIÓN
ENFOQUES
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� La presencia de laicas y laicos en las diferentes estructuras según su grado de compromiso, teniendo en cuenta su vivencia laical del Carisma y su sistema de organización, se posibilita desde el nuevo modelo de gobierno de la Congregación (MG p. 28-29).
� Esta manera de concebir el trabajo configura un estilo de vida capaz de potenciar la auténtica fraternidad y nos abre a compartir la vida, el trabajo y los bienes con quienes quieren comprometerse a participar de nuestro espíritu (C.75).
� El proceso de integración lo realizamos con ellos y desde ellos, con la convicción de que nuestra tarea es de animación y acompañamiento.
1. Abriendo nuestras comunidades a laicas y laicos y favoreciendo un diálogo que nos ayude a conocernos y enriquecernos mutuamente.
2. Buscando conjuntamente en nuestras comunidades aquellos medios que ayuden a profundizar, acoger y alentar la vivencia laical del Carisma.
3. Dando pasos en el compartir la fe, la oración, la formación y los espacios físicos con las laicas y laicos.
4. Situándonos entre las laicas y laicos en un plano de igualdad que favorezca la autonomía y la madurez de los grupos.
5. Implicándonos a nivel personal y comunitario en el proceso de integración en la Familia Josefina.
6. Favoreciendo la participación de las laicas y laicos en proyectos y presencias congregacionales
7. Apoyando sus iniciativas e implicándonos en sus proyectos.
CÓMO
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8. Participando conjuntamente en la elaboración, realización y evaluación de aquellos proyectos apostólicos en los que estamos implicadas, Siervas de San José y Laicas y Laicos Josefinos.
9. Revisando la manera de relacionarnos con ellos reconociendo que somos compañeras de camino, con una vocación común en la Iglesia.
10. Posibilitando la presencia de laicas y laicos en las diferentes estructuras según su grado de compromiso, teniendo en cuenta su vivencia del Carisma y su sistema de organización.
11. Posibilitando la presencia de una Sierva de San José en los grupos locales y en los equipos de coordinación internacional y nacional.
La Congregación ha realizado un proceso de conocimiento, apertura y acogida a las Laicas y Laicos Josefinos. Se ha producido un cambio de mentalidad entre nosotras y potenciado una mayor sensibilidad de la vivencia laical del Carisma. Nos vamos situando entre ellas y ellos en plano de igualdad, asumiendo su propia autonomía. Participamos conjuntamente en diferentes proyectos apostólicos y estructuras, de manera activa y corresponsable, sintiéndonos parte de la Familia Josefina.
FINALIDAD GLOBAL
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PASTORAL JUVENIL VOCACIONAL
Venid y veréis.
Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con Él
(Jn 1, 39)
Nuestra Congregación, como parte de la Vida Religiosa, ha vivido esfuerzos de renovación y adaptación a los nuevos tiempos propiciados por el Vaticano II y esto ha producido en nosotras la vivencia de una espiritualidad más encarnada, una nueva manera de situarnos en el mundo avanzando en la inserción e inculturación entre los pobres y en el compromiso con la mujer trabajadora pobre. En nuestro deseo de recrear el Carisma hemos dedicado grandes esfuerzos y energías a la puesta en marcha de programas y proyectos que han fortalecido nuestra identidad.
En este esfuerzo de renovación no siempre se ha priorizado en las Comunidades la Pastoral Juvenil Vocacional a pesar de que los diversos Capítulos Provinciales y Generales la señalan como opción prioritaria. Reconocemos que existe bastante desconocimiento y distancia de la cultura juvenil y podemos tener el peligro de hacer propuestas de ayer a las situaciones de hoy.
Se ha producido una disminución notable de vocaciones y salidas de hermanas que han influido negativamente en la Pastoral Juvenil Vocacional. Nunca como ahora se ha sentido tanto la crisis vocacional y ha sido tan cuestionado el futuro y significatividad de la Vida Religiosa.
Por otra parte nuestras Comunidades no siempre tienen poder de convocación ni están abiertas a la acogida; faltan personas que trabajen con jóvenes y acompañen sus procesos
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de maduración en la fe. Aún en los mismos contextos, hay entre nosotras diferente concepción de la Pastoral Juvenil que dificulta la coordinación y la implicación de todas.
A veces se percibe el afán vocacional movidas por el deseo de que se prolonguen nuestras tareas apostólicas y se asegure el futuro de la Congregación y no tanto por la urgencia del anuncio del Evangelio y de hacer presente la fuerza profética de la Vida Religiosa en el mundo de hoy.
La Congregación está situada en realidades culturales con marcadas diferencias que requieren una atención específica y demandan de nosotras la elaboración de diferentes Planes de Pastoral Juvenil Vocacional.
Impulsar la priorización de la Pastoral Juvenil Vocacional en los diferentes ámbitos de la Congregación
• La primera tarea de todos los consagrados y consagradas
consiste en proponer valerosamente con la palabra y con el ejemplo el ideal del seguimiento de Cristo (Cf. V.C.64).
• La Pastoral Juvenil Vocacional en la Congregación está iluminada por los rasgos de nuestro Carisma y los Documentos Capitulares.
• Desde la dinámica de la Encarnación, el corazón de la inculturación está en el respeto y el amor por el otro diferente. Ya no se puede concebir una adecuada evangelización que no vaya precedida de un sincero proceso por el cual se asuma, respete, valore y ame la cultura, los valores, el estilo de vida de aquellas personas, pueblos o
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ENFOQUES
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etnias con quienes se quiere compartir la Buena Noticia del Evangelio.
• La misión de la Vida Consagrada y la fidelidad de los institutos depende indudablemente de la fidelidad con la que los consagrados responden a su vocación, pero tienen futuro en la medida en que otros hombres y mujeres acogen generosamente la llamada del Señor. El problema de las vocaciones es un auténtico desafío que interpela directamente a los institutos, pero que concierne a toda la Iglesia (V.C. 64).
• Los Agentes de Pastoral Juvenil tienen en cuenta nuestro sistema participativo de gobierno cuyas características fundamentales son la interdependencia y la interconexión de las distintas personas y de los distintos ámbitos de la Congregación, el ejercicio de la responsabilidad compartida, de la comunicación y la información y del discernimiento como actitud habitual de búsqueda del querer de Dios (Cf. M.G. p.25).
• Todas nos sentimos comprometidas en la Pastoral Juvenil Vocacional sobre todo por el testimonio de nuestra consagración religiosa vivida en comunión fraterna, por la fidelidad a nuestra misión evangelizadora y por la oración continua al Padre (C. 93).
• La Formación en la Pastoral Juvenil Vocacional debe ser integral y en proceso, con una pedagogía experiencial y personalizada, transformadora, liberadora, comunitaria y participativa.
• El Acompañamiento personal y grupal es un medio esencial en el trabajo pastoral. Requiere testigos fieles de Jesús que faciliten el crecimiento integral y el compromiso de los jóvenes.
• Los jóvenes son el sector más sensible a los cambios, manifiestan con un nuevo lenguaje los nuevos caminos por los que debemos transitar para reencontrarnos permanentemente con la vida. Son un desafío por ser fuerza
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renovadora de la Iglesia, de la Vida Religiosa y esperanza del mundo.
1. Promoviendo la elaboración de Planes de Pastoral Juvenil Vocacional diversificados que respondan a los diferentes contextos de la Congregación desde enfoques comunes.
2. Motivando la implicación de las Comunidades-Taller en la
Pastoral Juvenil Vocacional y animando a que los Proyectos Comunitario-Apostólicos recojan las líneas prioritarias de la misma.
3. Promoviendo la formación de comisiones o equipos de
Pastoral Juvenil Vocacional en los diferentes lugares. 4. Dedicando en las Comunidades-Taller personas a la
Pastoral Juvenil Vocacional. 5. Promoviendo la creación de espacios de acogida, de oración
y celebración con jóvenes en las Comunidades-Taller. 6. Impulsando el acompañamiento personal y grupal de
jóvenes. 7. Favoreciendo espacios de encuentro y conexión con otros
ámbitos en los que se comparten experiencias. 8. Trabajando con laicas y laicos en una acción pastoral
conjunta y cuidando la formación permanente de todos. 9. Propiciando el cuidado del propio proceso vocacional dentro
del Carisma y la Misión de la Congregación. 10. Potenciando Comunidades que, con un estilo que contagie
y convoque, son testigos coherentes y claros de nuestro particular ser en la Iglesia.
CÓMO
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11. Acogiendo a las jóvenes vocaciones Siervas de San José como un don de Dios.
12. Creando una página de carácter juvenil vocacional en
siervasdesanjose.org
Las Comunidades se han comprometido en la Pastoral Juvenil Vocacional impulsando una evangelización liberadora que ha llevado a los jóvenes a una opción por Jesús en Nazaret como centro de su vida y a un compromiso en la transformación de la sociedad desde valores evangélicos. Algunas jóvenes manifiestan el deseo de vivir el Carisma desde la vida consagrada y otras y otros desde la identidad laical. Esto ha producido en las Siervas de San José revitalización y entusiasmo vocacional.
FINALIDAD GLOBAL
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FORMACIÓN
Yo voy a hacer algo nuevo y verás que ahora mismo va a aparecer
(Is. 43,19ª)
En la Congregación se percibe una gran acogida e ilusión ante el camino trazado por el último Capítulo General. En la mayoría de las hermanas ha despertado y revitalizado una gran esperanza en el futuro. El deseo de comprometerse con este proceso congregacional ha generado una mayor toma de conciencia de la necesidad de una formación adecuada que ayude a un cambio de mentalidad y favorezca la vivencia del nuevo Modelo de Gobierno y de las Opciones y las Decisiones que conlleva Nuestra presencia hoy en el mundo.
Necesitamos comprender y asimilar los elementos fundamentales del modelo orgánico y captar la mística que encierra. Así mismo es necesario profundizar en el nuevo concepto de obediencia fraterna que supone una dinámica de Comunidad-Taller con una autoridad vivida como servicio.
Surge la necesidad de la fundamentación del nuevo modelo desde nuestra espiritualidad, explicitando los elementos carismáticos.
En la Congregación se vive con insatisfacción la práctica del discernimiento y se pide una formación que ayude a tenerlo como actitud habitual de búsqueda del querer de Dios.
Se percibe la necesidad de una formación que nos ayude a recuperar el sentido profundo del Proyecto Comunitario-Apostólico y su dinámica interna, y se manifiesta que, en
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ocasiones, se dan posturas de poca madurez que afectan a las relaciones interpersonales.
La apertura y la disponibilidad ante las nuevas presencias requieren una formación adecuada que prepare para las diferentes tareas.
La formación en los nuevos medios de información y comunicación se nos hace urgente porque el vivir en red nos exige la comunicación permanente.
Necesitamos una formación actualizada que nos ayude a vivir con responsabilidad el momento actual del mundo, de la Iglesia y de la Vida Religiosa.
Impulsar y promover en la Congregación una formación integral, en proceso, dinámica y experiencial
� Una formación integral, planificada, en proceso y que
armoniza los conocimientos teóricos con la experiencia de vida.
� La profundización del concepto de obediencia que hace la Vida Religiosa en su proceso de renovación, parte de que la obediencia sólo puede ser vivida por personas adultas, que viven un sano proceso de autonomía y libertad y tienen capacidad para hacer opciones (M.G. p. 21-22).
� Estamos atentas a la vida y, en actitud de discernimiento, escuchamos la Palabra que Dios nos comunica en los pobres (T.M.O. p. 52).
ENFOQUES
RESPUESTA DE ACCIÓN
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� Nuestro Modelo orgánico de Gobierno requiere el ejercicio de la responsabilidad compartida, de la comunicación y la información y del discernimiento como actitud habitual de búsqueda del querer de Dios (M.G. p. 25).
� Asumimos un proceso de formación continua, desde la vida y para la vida, con la que podamos responder a los retos de hoy y dinamizar nuestra respuesta en el seguimiento de Jesús (C. 98 y T.M.O. p. 52).
� Las Comunidades-Taller potencian la formación de todas en perspectiva de género, en lo humano, espiritual y apostólico, abiertas al mundo, a los avances de la ciencia, la técnica, la cultura, el arte y la ecología (M.G. p. 31).
� El ámbito privilegiado de la formación permanente es el acontecer diario, la Comunidad-Taller, el trabajo y el lugar social del pobre (P.F. p. 61).
� La Vida Religiosa, inmersa en este mundo, no vive ajena al proceso de profundos cambios en la sociedad actual. Llamada a ser signo del Reino, se siente afectada desde los distintos frentes que le exigen una actitud de lucidez y de coraje evangélico para situarse en el mundo, redescubrir su identidad y dar respuesta a los retos que esta nueva sociedad le presenta (M.G. p. 13).
� El Vaticano II, consciente de los valores positivos que estaban latiendo en este mundo moderno, motivó a la Vida Religiosa a abrirse a la realidad y acoger los aportes de las Ciencias Humanas (M.G. p. 21)
1. Facilitando la comprensión y la asimilación de los elementos
fundamentales y la mística que subyace en el Modelo orgánico de Gobierno.
CÓMO
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2. Propiciando la fundamentación teológica que sustenta la obediencia fraterna.
3. Fundamentando el Modelo de Gobierno desde nuestra espiritualidad con una dinámica participativa.
4. Promoviendo el discernimiento y su práctica en la vida cotidiana.
5. Revitalizando la vivencia del Proyecto Comunitario-Apostólico desde los enfoques del Modelo de Gobierno, de manera que articule la vida y misión de las hermanas en su realidad.
6. Promoviendo habilidades y destrezas para la vida en grupo.
7. Propiciando la comunicación y la sistematización de las experiencias vividas.
8. Promoviendo espacios de comunicación y reflexión entre los distintos ámbitos que potencien la vida en red.
9. Posibilitando aquellos recursos y medios para la formación en las diferentes tareas.
10. Planificando una formación que responda a las necesidades y desafíos que nos presenta el mundo de hoy.
Todas las hermanas en la Congregación se han implicado y participado en una formación que les ha ayudado a la profundización e implementación del nuevo modelo de gobierno y a hacer un proceso de cambio de mentalidad y de conversión. También se han capacitado para la realización de las nuevas tareas. Todo ello ha revitalizado nuestra presencia de manera significativa en las diferentes realidades.
FINALIDAD GLOBAL
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ESTRUCTURA DE GOBIERNO
Yo soy la vid y vosotras las ramas…
La gloria de mi Padre es que deis mucho fruto.
(Jn 15, 5.8)
Con la modernidad se produce una profunda revolución
social, aparece un nuevo paradigma de comprensión del poder, se pasa del absolutismo político enraizado en un concepto teocrático de la sociedad que genera dependencia y sumisión a la concepción de que el poder reside en el pueblo y se ejerce con autonomía y libertad. Es la democracia, en la que la autoridad es elegida y el poder se reparte.
La democracia se desarrolla dentro de una cultura en la que se cultivan unas actitudes: el reconocimiento de la igualdad y dignidad de todas las personas; la participación en la búsqueda del bien común que implica corresponsabilidad y postura crítica frente a la autoridad, la tolerancia aunque existan diferentes formas de pensar .
La Vida Religiosa, inmersa en este mundo, no vive ajena al proceso de profundos cambios de la sociedad actual. Llamada a ser signo del Reino, se siente afectada desde distintos frentes que le exigen una actitud de lucidez y de coraje evangélico para situarse en el mundo, redescubrir su identidad y dar respuesta a los retos que esta sociedad le presenta.
Frente al individualismo que caracteriza esta sociedad, la Vida Religiosa ofrece un mensaje alternativo: “somos individuos libres pero no estamos solos”; por tanto no podemos vivir aisladamente; somos interdependientes en nuestras decisiones y vivimos la libertad junto con los demás.
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El proceso seguido en la Congregación en estos últimos años ha favorecido la participación corresponsable en todas las hermanas. Hay un buen nivel de acogida por parte de todas al nuevo Modelo de Gobierno y gran expectativa. Las comunidades tienen el deseo de un gobierno que facilite la información y la participación real en la toma de decisiones, en el que se tenga en cuenta la persona, se respeten y favorezcan sus dones y capacidades.
Hay conciencia de que el nuevo Modelo de Gobierno aterriza y articula los deseos de descentralización, comunicación inculturación y corresponsabilidad expresados en la Congregación y que la puesta en práctica del mismo necesita las estructuras para vivir la experiencia en su integridad.
Sin embargo, gran número de hermanas posee todavía una concepción jerárquica de la autoridad. En ocasiones se percibe un cierto autoritarismo, no solo en quienes ejercen la autoridad sino como una manera de situarnos. Existe el riesgo de que se sobrepongan el modelo anterior y el nuevo modelo por la diferencia de mentalidades que hay entre nosotras y por la dificultad que conlleva todo cambio de paradigma.
Implementar de manera procesual en la Congregación la estructura del nuevo Modelo de Gobierno.
� El concepto de autoridad, a partir del Vaticano II, evoluciona llegando a reconocer que la autoridad reside en el grupo comunitario y la persona que la ejerce la recibe por elección de la comunidad. En este nuevo paradigma la “obediencia
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RESPUESTA DE ACCIÓN
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fraterna” es un estilo de relacionarse, una manera de caminar juntas y acogerse mutuamente. Cada miembro de la comunidad es mediación de la voluntad de Dios para el otro y todos viven corresponsablemente la búsqueda de la voluntad de Dios (M.G. p 22).
� Nuestro Modelo orgánico de Gobierno se basa en la idea de un grupo vivo en proceso de crecimiento. Es un sistema participativo que tiene como características fundamentales la interdependencia y la interconexión de las distintas personas y de los distintos ámbitos de la Congregación. Requiere el ejercicio de la responsabilidad compartida, de la comunicación y la información y del discernimiento como actitud habitual de la búsqueda del querer de Dios. Se basa en los principios de autoridad, libertad responsable, interdependencia, participación, dar cuenta mutuamente. Estos principios están entrelazados y hay que mirarlos como un todo (M.G. p. 25).
� El nuevo Modelo de Gobierno implica un cambio en la estructura de la Congregación, es decir, una nueva organización y un nuevo funcionamiento. La estructura no tiene fin en si misma sino que está al servicio de la vida y de los valores que se quieren trasmitir.
� El Modelo Orgánico exige flexibilidad, acogida y respeto a los pasos que se van dando, estar abiertas a aprender y desaprender a lo largo del proceso que se va viviendo. Se requiere revisión permanente para ver cómo se genera más vida y qué cambios hay que hacer para no matar esa vida. El principio que lo debe regir es la apertura y confianza de que la otra parte está haciendo su discernimiento. Sólo si estamos atentas a la diversidad y ayudamos a crecer en cada contexto y desde lo que se es en él, haremos posible que este modelo crezca.
� La implementación del nuevo Modelo de Gobierno requiere que cada hermana dé pasos en el ejercicio de la responsabilidad compartida, de la comunicación e información y supone reconocimiento de que la
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interdependencia y la interconexión son el modo de vivir la comunión congregacional. Al mismo tiempo nos pide ayudar a cada hermana y a cada grupo a conectar con su potencial, descubrir sus posibilidades y utilizarlas para el bien de las demás, es decir “empoderar”.
� El trabajo en red que exige el Modelo orgánico, además de la comunión, supone la comunicación; hay que discernir el tipo de comunicación que se necesita, crear espacios por los que circule la información y la comunicación entre los distintos ámbitos, pues acumular información es, de alguna manera, acumular poder.
� Puesto que estamos llamadas a dar fruto y a darlo junto con otras, …hemos de estar siempre dispuestas para dar una respuesta acertada a quienes nos piden cuentas de nuestra esperanza. (Cf.1 Pe 3,15)
1. Interiorizando y asimilando la estructura del Modelo de Gobierno y dando los pasos posibles en su aplicación a partir de la Comunidad-Taller.
2. Acompañando cada proceso desde los distintos equipos de gobierno teniendo en cuenta la diversidad de contextos y ritmos.
3. Fomentando en los distintos ámbitos el diálogo, la búsqueda conjunta, el discernimiento y el consenso en la toma de decisiones.
4. Realizando desde el comienzo del sexenio el ejercicio de la autoridad con el estilo del nuevo Modelo de Gobierno.
5. Realizando las elecciones de los distintos servicios en discernimiento y según lo acordado en el Capítulo General.
CÓMO
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6. Estableciendo un sistema interno de comunicación que facilite y potencie la comunicación en red.
7. Constituyendo comisiones en los ámbitos provincial y general que trabajen corresponsablemente con los equipos de gobierno.
8. Posibilitando la presencia de laicas y laicos en las distintas estructuras.
9. Diseñando en cada ámbito o en cada realidad el proceso de reorganización en Zonas y Provincias, con un fuerte sentido de pertenencia y teniendo en cuenta la diversidad
10. Evaluando y socializando los pasos que se van dando en cada ámbito
La Congregación va viviendo el espíritu y la dinámica del nuevo Modelo de Gobierno, se ha generado una comunicación en red posibilitando relaciones interdependientes e interconectadas y se ha reorganizado en Comunidades-Taller, Zonas y Provincias .
FINALIDAD GLOBAL
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ECONOMÍA
Donde esté tu tesoro, estará tu corazón.
(Cfr. Mt 6,21)
En el momento congregacional en que vivimos hoy, de revisar y rediseñar nuestras presencias, urge tener en cuenta la realidad económica con la que contamos. Es una necesidad sentida en toda la Congregación el hacer un estudio económico con visión de futuro.
La variedad de contextos sociales, culturales y políticos en que nos encontramos condiciona nuestro nivel de vida y que hace que la realidad de las Provincias sea diferente, unas con una economía muy precaria y otras con una economía más holgada. A veces en las comunidades donde se dispone de ingresos elevados, se pueden encontrar dificultades para mantener una opción real de vida sencilla y austera.
En general, en nuestra Congregación la gestión económica no ha sido realizada desde un trabajo en equipo. Con frecuencia no nos cuestionamos dónde colocamos nuestro dinero y en qué condiciones lo hacemos. Sentimos que ha faltado también una visión de futuro y que se necesita potenciar la formación de las personas responsables de la gestión económica desde el punto de vista profesional y carismático.
En la Congregación no todas las comunidades se pueden autofinanciar porque los sueldos que se perciben son muy bajos y en ocasiones, no existen. Quedan pocas hermanas en edad laboral y una gran mayoría ha entrado en edad de jubilación con pensiones bajas, cuando las tienen. Como consecuencia, en algunas Provincias los ingresos van disminuyendo progresivamente. Además, el campo de la formación y la atención a las hermanas mayores y enfermas conlleva gastos elevados.
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Los proyectos apostólicos insertos en el mundo trabajador pobre, en su gran mayoría, no reciben una ayuda del Estado u otras instituciones; como consecuencia, en muchas ocasiones, no se pueden autofinanciar. Así mismo, nuestros centros educativos no siempre están financiados por el Estado y cuando lo están no cubren suficientemente las necesidades de la obra, lo que supone un déficit prolongado.
Consideramos necesario revisar los cauces de comunicación de bienes y del compartir, a fin de hacer efectiva y real la solidaridad.
El uso que hacemos de los bienes a nivel personal, comunitario e institucional no siempre es signo profético ante la economía liberal y de consumo actual y, con frecuencia, no nos sentimos corresponsables en el uso de los mismos. Los contextos sociales en que nos encontramos condicionan nuestro nivel de vida y muchas veces, vivimos ajenas a la situación de pobreza y no mantenemos una actitud de lucidez y de coraje evangélico para situarnos en el mundo dejándonos afectar por la realidad que incide especialmente en la mujer pobre.
Impulsar en la Congregación un proceso de estudio y reflexión de la realidad económica y del uso de los bienes con criterios evangélicos y carismáticos que lleve al cuestionamiento del estilo de vida personal, comunitario e institucional.
� Las Siervas de San José estamos llamadas a prolongar y
actualizar en cada época y en cada lugar el modo de vida de Jesús que con María y José trabaja en Nazaret (C. 5).
� No se olviden las hermanas de que el trabajo es el principal recurso con que cuenta la casa para sostenerse y de que a
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RESPUESTA DE ACCIÓN
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imitación de la Sagrada Familia han de comer el pan, ganado con el sudor de su rostro (C.1881, 22).
� A nivel institucional nuestra pobreza nos exige: - una administración que evite la acumulación del capital - vivienda sencilla - administración independiente de los bienes de la
comunidad y de la obra apostólica - medios modestos para el apostolado - revisión constante de nuestras propiedades y demás bienes
para que estén de acuerdo con nuestra misión (D. 9).
� Mantenemos un nivel de vida personal, comunitario e institucional propio del mundo trabajador y pobre al que estamos llamadas a evangelizar (C. 25).
� Los bienes temporales deben ser administrados con fidelidad al servicio de las hermanas, especialmente ancianas y enfermas, de las obras de apostolado, de las necesidades de la Iglesia y de los pobres (C. 205).
� Manifestamos el amor y la vida fraterna también por la comunicación de bienes que comienza en la Comunidad-Taller y se extiende a los demás ámbitos de la Congregación (Cf. C. 204).
� Compartimos los bienes temporales con quienes los necesitan, llegando a privarnos de ellos si fuera necesario, voluntaria y gozosamente, para darlos a los demás (D. 8).
� La búsqueda de rentabilidad no puede ser a cualquier precio y es necesario conocer los objetivos que tienen determinadas instituciones financieras procurando garantizar que nuestro dinero se utilice con fines éticos.
� La vitalidad de la vida religiosa guarda estrecha relación con la vivencia de la pobreza evangélica mostrándose sensible a los dramas y esperanzas de la humanidad y abierta al contexto social y eclesial. Ésta no surgió para crear obras eficaces para el Reino de Dios, sino como alternativa de una manera de vivir y de ser.
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� Seguir a Jesús pobre es un camino de continua conversión, que nos impulsa a mantenernos vigilantes respecto a nuestro nivel de vida, a nuestro trabajo, a nuestra disponibilidad y al uso de los bienes.
1. Haciendo un análisis de la situación económica de la Congregación con sentido de cuerpo y visión de futuro.
2. Creando las Comisiones de Economía en los ámbitos provincial y general.
3. Contando con una asesoría técnico profesional.
4. Promoviendo la formación y el acompañamiento de las personas responsables de la administración económica.
5. Potenciando en los diferentes ámbitos congregacionales el compartir y la comunicación de bienes.
6. Colocando nuestro dinero en instituciones financieras éticas.
7. Haciendo la relectura del voto de pobreza.
8. Impulsando una actitud de discernimiento que nos ayude a revisar nuestro estilo de vida personal, comunitario e institucional.
9. Profundizando los criterios carismáticos y evangélicos que iluminan la gestión y el uso de los bienes.
10. Promoviendo espacios de reflexión en los distintos ámbitos para compartir criterios y tomar decisiones conjuntamente.
La Congregación ha tomado conciencia de su situación económica y se ha hecho cuestionamientos sobre su estilo de vida personal, comunitario e institucional y ha tomado decisiones con criterios evangélicos y carismáticos orientadas a cubrir las necesidades de las hermanas, mantener viva la misión congregacional y hacer posible la solidaridad.
CÓMO
FINALIDAD GLOBAL
