Menemismo y Kirchnerismo

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    Menemismo y kirchnerismo en Argentina: un anlisis

    poltico discursivo de su construccin hegemnica

    Sebastin Barbosa1

    Resumen. El problema del que parte este trabajo reside fundamentalmente en dar respuesta acmo operaron, tanto en el menemismo como en el kirchnerismo en Argentina, las lgicas deconstruccin hegemnica que les permiti legitimarse y re legitimarse en el poder. Tal proble-mtica es abordada desde un enfoque terico metodolgico poltico discursivo que intenta

    analizar las formas de construccin hegemnica en el marco de una trama poltico discursivaespecfica, a partir de la cual, se articulan y se constituyen identidades sociales y polticas queconfiguran operaciones diferenciales y equivalenciales de sentido que dan lugar a la particularmodalidad de construccin de poder en los citados gobiernos. Se analizan distintas lgicas deldiscurso en cada caso y diferentes formas de articular identidades.

    Palabras clave: hegemona, discurso, significante vaco, significante flotante.

    Menemism and Kirchnerism in Argentina: a discursive political analysis of their hege-monic construction

    Abstract. The aim of this work is to search the answer to how hegemonic construction logicsoperated during Menems and Kirchners administrations, which allowed them to legitimize andre-legitimize their power. The political-discursive approach will be our theory and method forthe analysis of the ways of the construction of hegemony in the context of a specific discursiveweft, from which social and political identities emerge and are articulated and shape equivalen-tial and differential logics of sense, allowing the existence of a particular way of power-

    1 Socilogo y Politlogo por la Universidad de Buenos Aires, Magister en Poltica Social yDoctorando en Ciencias Sociales, opcin Ciencia Poltica de la Universidad de Buenos Aires.Es diplomado en Ciencias Sociales y Psicoanlisis por la Facultad Latinoamericana de Cienci-as Sociales (FLACSO) y el Laboratoire de psychanalyse et pratiques sociales- CNRS, Universi-ts de Paris 7 et d Amiens, Pars.

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    construction throughout both administrations. In each case, different discursive logics anddiverse ways of articulate identities are analysed.

    Key-words: hegemony, discourse, empty Signifier, floating signifier.

    1 Introduccin

    El problema del que parte este trabajo reside fundamentalmenteen dar respuesta a cmo operaron, tanto en el menemismo como en elkirchnerismo, las lgicas de construccin hegemnica que les permitilegitimarse y re legitimarse en el poder. Entendemos por construccinhegemnica, una trama poltico discursiva especfica, a partir de lacual, se articulan y se constituyen identidades sociales y polticas queconfiguran operaciones diferenciales y equivalenciales de sentido quedan lugar a la particular modalidad de construccin de poder en loscitados gobiernos.

    En pos de abordar tal lnea de trabajo, para el perodo mene-mista, se indaga, teniendo en cuenta las transformaciones realizadaspor el llamado menemismo, cmo este logra constituir hegemona, y

    en el marco de sta, relegitimarse en primera vuelta en las eleccionespresidenciales de mayo de 1995 a partir de operar determinadas lgicasdel discurso: lgicas discursivas de inclusin poltica, procesos dereactivacin poltica, formacin de mitos, y fluctuaciones discursivas.

    Respecto de la modalidad de construccin de poder en el per-odo kirchnerista, la operacin de anlisis consiste en desagregar unaserie de contenidos poltico discursivos que lo diferenciaron del pero-do precedente e indagar el tipo de lgica de construccin a partir del

    cual ste logr hegemonizarse, el tipo de transformacin de identida-des realizado y la formacin de mitos sustentadores.

    La hiptesis de este trabajo consiste en afirmar que, por un la-do, perviven dos lgicas contrapuestas que explican la articulacin y ladesarticulacin de identidades bajo el tipo de construccin hegemni-ca en el menemismo. sta se caracteriza en primer lugar por la existen-cia de un sesgo neo-populista, que permiti la articulacin de unaserie de demandas equivalenciales con un fuerte trabajo de regeneraci-

    n del sentido social y poltico, y en segundo lugar, la existencia de unsesgo conservador que oper como escansin de esa misma prolifera-cin de demandas que remiti a satisfacerlas absorbindolas institu-cionalmente. En ese marco, la operacin de vaciamiento y redefinicin

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    de la propia identidad peronista colaps a su propia efectividad yoperatividad. A la vez que, la va institucional slo pudo absorber a

    aquellas demandas que la propia lgica del vaciamiento haba genera-do, impidiendo tal cuestin, la posibilidad de sostener la creacin decadenas equivalenciales ms amplias y slidas.

    En el caso del kirchnerismo, creemos que la lgica poltico dis-cursiva de construccin de poder reside, en un principio, en la con-formacin de un arco amplio de identidades que trasciende la propiaidentidad peronista y que opera bajo la lgica de construccin designificantes vacos y flotantes que encuentran lmites precisos, no en

    los rasgos de una identidad particular, sino en el propio campo ideo-lgico poltico. A pesar de ello, forma una base electoral que le permiteconsolidar una identidad, aunque no mayoritaria, s ms perdurable,llamada kirchnerismo.

    La lnea de trabajo propuesta adquiere relevancia en la medidaen que apunta a desentraar y a revisar analticamente una serie deconstrucciones polticas y sociales de sentido que configuran prcticasde representacin poltica y prcticas sociales democrticas complejas.

    En este sentido, es pertinente pensar los marcos en los cuales se cons-truye el poder y cmo a partir de ste se instituyen sedimentaciones yreactivaciones que dan un contenido especfico a la dinmica social.

    Por otro lado, se espera contribuir a una literatura especficaque ha venido desarrollando aplicaciones de modelos categorialesrelativos a la construccin poltico discursiva de los llamados nuevosgobiernos, a la vez que, se proponen aportar lneas de anlisis novedo-sas teniendo en cuenta la necesidad de trascender los estudios de tipoms macropolticos que responden a interrogantes similares.

    2 Neo liberalismo y nuevos gobiernos en perspectiva

    histrica

    Si tenemos en cuenta que el punto nodal en torno a la cons-truccin de un pueblo permanece indefinido, esto es, siguiendo aLaclau (2005), podemos tener variaciones populistas, por ejemplo unpopulismo jacobino, regional, tnico, etc., cuestin que diferenciar alos significantes que unifiquen las cadenas equivalenciales, debemospartir indagando acerca del tipo de construccin poltica que tuvolugar en el menemismo y en el kirchnerismo e identificar ciertas con-

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    diciones relativas a la construccin de lo que Laclau llama pueblo. Eneste sentido, cabe preguntarse el tipo de cercana terica e histrica de

    ambos gobiernos respecto de la nocin de populismo.Siguiendo a Laclau (1997) podemos sealar que histricamente

    los populismos de Amrica Latina fueron movimientos que intentabanreforzar el papel del Estado frente a las oligarquas terratenientes. Prin-cipalmente, movimientos urbanos vinculados a la emergencia de clasespopulares y medias desde 1910 hasta 1950. As, con la urbanizacinincipiente y la expansin de las clases medias se comienzan a deman-dar polticas redistributivas y un mayor grado de participacin poltica

    que el imperante, controlado por terratenientes locales y por sectoresurbanos controlados por redes clientelsticas.

    All surge lo que Laclau punta como situacin de ruptura. Esdecir, la emergencia de demandas insatisfechas cristalizadas en tornode los nombres de lderes populares asociado a un sistema clientelsticoresistente a cualquier tipo de ampliacin poltica en trminos de repre-sentacin. Laclau destaca que al comienzo las demandas democrticas

    y liberales no eran antagnicas, en tanto stas se orientaban a democra-

    tizar internamente los sistemas liberales. Surgen de este marco lasgeneraciones reformistas: Yrigoyen en Argentina, Battle y Ordez enUruguay, Madero en Mjico, Alessandri en Chile y Ruy Barbosa enBrasil.

    Teniendo en cuenta la supervisin histrica desarrollada porLaclau en La razn populista (2005) se puede observar cmo hacia ladcada del 30, como producto de la crisis econmica, los populismosen Amrica Latina se vuelven ms radicales, en la medida que los sis-temas liberales encuentran sus propios lmites econmicos y polticosal no absorber demandas democrticas. Este escenario, produce unadistancia entre liberalismo y democracia que es lo que signa la polticalatinoamericana de los siguientes veinticinco aos. As, el peronismoen Argentina, el varguismo en Brasil, el MNR en Bolivia implementanreformas redistributivas desde regmenes antiliberales. Laclau destacaque las movilizaciones asociadas a estos regmenes posean un fuertecomponente estatista opuesto al poder oligrquico.

    Cuando pensamos en los nuevos gobiernos en Amrica Latinanos encontramos con la emergencia de movimientos sociales caracteri-zados en algunos casos como neopopulistas y en otros como nuevos

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    gobiernos. Se trata de gobiernos caracterizados en trminos generalescomo portadores de las demandas y las inquietudes de los sectores

    excluidos de la sociedad y la poltica de los aos 90. Tabar Vzquez enUruguay, Lula da Silva en Brasil, Kirchner en Argentina, Lagos yBachellet en Chile, Evo Morales en Bolivia, Chvez en Venezuela.

    Teniendo en cuenta este marco histrico general resulta intere-sante pensar las formas que adoptaron las relaciones entre democracia

    y liberalismo tanto en el menemismo como en el kirchnerismo, y eneste sentido indagar cules fueron las formas de construir identidadespopulares que ambos utilizaron. Cabe indagar cmo se articula esa

    relacin entre demandas democrticas y liberales en un modelo neoli-beral y en uno de corte ms populista.

    3 Revisando el estado de la cuestin

    Cuando se analiza la produccin bibliogrfica que ha tratado laproblemtica del neoliberalismo argentino y en especial del menemis-mo se observan algunos trabajos que tienden a caracterizar al posicio-

    namiento hegemnico del menemismo en relacin a la relevancia de lafigura del lder carismtico en un rgimen poltico determinado. Enesta lnea, encontramos trabajos como los de Kauth (2005) entre otros,que ponen el acento en la nocin de la personalizacin de la poltica.Esta perspectiva destaca, antes que nada, la capacidad de mediatizacinque los lderes pueden ejercer ante la ciudadana trascendiendo losmedios tradicionales de representacin poltica. En ese marco, nocio-nes como las de metamorfosis de la representacin de Manin (1995)

    son utilizadas para abonar esa hiptesis.Por otro lado, siguiendo a Fair (2007) los enfoques como los

    de Palermo (1992) y Novaro (1996) intentan dar cuenta de la legitimi-dad neoliberal y su produccin de poder, desde la tesis que destacaque, el liderazgo presidencial viene a garantizar seguridad econmica ycertidumbre, implantando un consenso que se proyecta hacia el futu-ro. All, las condiciones sociales adquieren un valor profundo, entanto, son las que posibilitan la emergencia menemista. La idea de

    superar el conflicto mediante un orden hobbesiano, es decir que supereel estado de desintegracin social, abona esta tesis y la profundiza. Estaltima lnea es la desarrollada por Aboy Carles (2001a).

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    Otra mirada, como la de Basualdo (2006), sostiene como factorexplicativo de la construccin de poder y legitimidad, que el apoyo

    empresarial en que se bas el menemismo constituy un elementocentral, mientras que otros enfoques ponen el acento explicativo en elapoyo sindical.

    Una perspectiva de corte distinto centra su explicacin en elapoyo de las clases de corte popular como el reflejo de la rememora-cin de la llamada poca de oro del peronismo. Autores como Gruner

    y Born (1991) han contribuido en este sentido a explicar la legitimi-dad alcanzada por el menemismo.

    Otros enfoques sostienen que el apoyo y construccin de podermenemista debe ser entendido como un dilema del prisionero desdeun enfoque de eleccin racional, en donde la mayor individuacin queimplica la figura del consumidor, junto con la reduccin de los hori-zontes temporales de los actores cuando fracasa una poltica especiali-zada, encauzan a los individuos en la direccin de estrategias de nocooperacin, como as tambin, se destacan explicaciones psico - pol-ticas que apuntan a resaltar la tolerancia al ajuste y desmovilizacin

    social, con su concomitante legitimidad pasiva, como producto de laviolencia del golpe de 1976 y la violencia econmica de la hiperinfla-cin de 1989. Factores ambos que repercutiran en una forma subjetivade legitimidad social (BARBOSA, 2001).

    En cuanto a las referencias de los abordajes relativos a las for-mas en que el kirchnerismo logr consolidarse y relegitimarse en elpoder encontramos trabajos con enfoques ms macro como el de No-

    varo, Cherny y Feiherger (2008) quienes sealan que a partir de unaconcentracin de la toma de decisiones en el Poder Ejecutivo y unfuncionamiento del Congreso similar al de los regmenes mayoritarios,ste logro diferenciarse del rgimen anterior y canalizar polticas que lepermitieron cierto despliegue a la economa y a la estabilizacin sociopoltica.

    Otros trabajos como el de Moreira (2010) apuntan a explicar laforma de construccin de poder y legitimacin en los factores relativos

    al estratgico manejo de la realidad del federalismo fiscal y a su situa-cin de ventaja mediante el llamado proyecto poltico de la transversa-lidad en el marco de un sistema de partidos fragmentado y un movi-miento populista de fuerte tradicin como el peronismo.

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    Sin descartar las explicaciones precedentes para ambos procesosgubernamentales, el enfoque de Teora de la Hegemona propuesto en

    este trabajo para abordar la modalidad de construccin hegemnica enambos gobiernos, centra su atencin en aspectos relevantes, a saber,intenta captar la forma en la que ambos gobiernos se perfilaronhegemnicos sobre la base de construir, segn sea el caso, la absorcinde demandas democrticas o populares. Sobre la base de dicho prismaanaltico, se intenta abordar un anlisis ms dinmico de la relacinentre lo social y lo poltico en pos de trascender las explicaciones msmacropolticas de corte economicistas o puramente basadas en la co-rrelacin de fuerzas que ambos gobiernos construyeron.

    As, desde la perspectiva sealada se hace hincapi en el papelfundante que juegan las formas de sedimentacin y reactivacin polti-ca que implican los juegos hegemnicos en poltica. En tal sentido, sehace necesario analizar estas formas y los rituales que sostienen lasprcticas como encarnaciones de un sistema de ideas que logra insta-larse y proclamarse como hegemnico ante otras identidades.

    La referencia a la produccin de significantes vacos y flotantes

    constituye otra forma de anlisis de la produccin hegemnica. Entanto, es all donde se ve la produccin poltica y sus lmites a la signi-ficacin oscilando entre cadenas diferenciales y equivalenciales.

    4 Aspectos tericos

    La perspectiva terica de referencia en este trabajo es la del An-lisis Poltico del Discurso y la Teora de la Hegemona propuestas por

    Laclau y Mouffe (1985), las cuales parten del rechazo a las concepcio-nes esencialistas de las relaciones sociales y polticas que han guiado eledificio conceptual de gran parte del discurso filosfico poltico clsi-co y moderno. Desde esta perspectiva la sociedad no es concebidacomo una totalidad fundante de sus procesos parciales, en tanto, noexiste un espacio social definido y cerrado que pueda ser concebidocomo una sociedad in totus. A la vez, la inexistencia de lo social encuanto tal implica que la identidad de los elementos mismos que la

    componen nunca sea completa ni plena. El carcter inacabado y con-tingente de toda sociedad define el carcter precario de las identidadesy la imposibilidad de fijar el sentido de estas en ninguna literalidadltima.

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    Las relaciones sociales tienen un carcter simblico, sobrede-terminado. En este sentido, el lenguaje cumple un papel clave en la

    estructuracin de las relaciones sociales. Todo elemento de lo social esdiscursivo en tanto que toda accin est cargada de sentido y significa-cin: es por el hecho de que toda accin social tiene un sentido queella se constituye bajo la forma de secuencias discursivas, las cualesarticulan elementos lingsticos y extralingsticos (LACLAU, 1996,p. 59).

    El carcter simblico de lo social no implica asumir una posi-cin idealista, en tanto, la realidad existe pero resulta inaprensible en

    la medida que no sea significada en el marco de un sistema de reglasque le d un sentido. As, la separacin entre elementos lingsticos yno lingsticos pierde sentido en tanto ambos forman parte de unaoperacin global que es el discurso mismo.

    Como parte de esa totalidad simblica las identidades socialestienen un carcter relacional en donde cada identidad se constituye apartir de su relacin con otra. El carcter no esencial de lo social per-mite otorgar una especial importancia a la nocin de hegemona en

    cuanto a la especificidad del espacio de conformacin de las identida-des colectivas mediante el juego particular entre equivalencias y dife-rencias que estructuran las prcticas sociales y polticas.

    El concepto de hegemona presupone el carcter incompleto yabierto de lo social, que slo puede constituirse en un campo domina-do por prcticas articulatorias. Todo grupo social es en este sentido elresultado de una prctica articulatoria. Los diversos rdenes socialesson intentos precarios y en ltima instancia fallidos de domesticar elcampo de las diferencias. Lo social entonces admite cierres parciales. Lasociedad debera ser vista bajo esta acepcin como una totalidad par-cial que pone en evidencia a su vez, la imposibilidad de constitucinde identidades plenas, otorgndoles a stas mismas un carcter inaca-bado y contingente.

    Con la insercin del anlisis en el nivel discursivo, es posiblepesquisar relacin entre discurso, poltica y prcticas, fundamental

    para nuestra perspectiva. As al ingresar en la arena poltica, ingresa-mos en la lgica de la dominacin. El consenso y la legitimidad juntocon la coercin en cualquier relacin de dominacin. La imbricacinde estos elementos es justamente a lo que hace referencia el concepto

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    de hegemona. La categora proviene de la herencia marxista, en espe-cial del terico italiano Antonio Gramsci (1985). La idea de hegemon-

    a, desde esta perspectiva supone pensar una relacin de dominacinque no se sustancia slo en el aspecto coercitivo, sino que se recuestafuertemente en el consenso creado en los dominados, y orientadodesde aspectos principalmente culturales.

    Es en el espacio poltico, donde la articulacin discursiva puedea travs de ciertos significantes, aglutinar creencias y valores que pres-ten el consenso y la legitimidad necesaria para la perdurabilidad deuna relacin de dominacin.

    Hegemona se convierte en la categora fundamental del anli-sis, en tanto brinda el respaldo necesario para describir la lgica parti-cular en que se sutura un discurso hegemnico. Desde esta corrienteterica los significantes vacos son el aspecto fundamental dentro deesta lgica. Una relacin hegemnica es aquella donde un contenidoparticular pasa a ser significante de la plenitud comunitaria ausente.En otras palabras, una clase o grupo es considerado hegemnico cuan-do no se cierra en una estrecha perspectiva corporativista sino que se

    presenta a amplios sectores de la poblacin como el agente realizadorde objetivos ms amplios tales como la emancipacin o la restauracindel orden social. Una operacin hegemnica sera la presentacin de laparticularidad de un grupo como la encarnacin del significante vacoque hace referencia al orden comunitario como ausencia, como objeti-

    vo no realizado.

    Un significante vaco es, en el sentido estricto del trmino, unsignificante sin significado. En este sentido los significantes vacos sonla condicin misma de la hegemona. En la medida que son llenadoscon una inmensa cantidad de referentes que nuclean mltiples diversi-dades, la instancia universal a la que apelan estos contenidos (muchas

    veces redefinidos en forma permanentemente) permite aglutinar enforma equivalencial la oposicin que aqullas diversidades puedengenerar. Pero en rigor, en tantos vacos no pueden tener existencia real.La presencia fenomnica de los significantes vacos solo puede realizar-se a travs de significantes flotantes, los cuales constituyen un conjun-

    to de significados particulares, concretos, singulares, que en circulacinpermanente, dan contenido a ese lugar vaco del discurso. Y es ascomo se articulan con la apelacin a un universal una pluralidad dedeterminaciones.

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    Cmo opera este mecanismo? Consideremos la situacin ex-trema de una desorganizacin radical del tejido social. En tales condi-

    ciones la gente necesita un orden y el contenido factual del mismopasa a ser una consideracin secundaria. El orden como tal no tienecontenido, ya que solo existe en las varias formas en que en los hechoses realizado; pero en una situacin de desorden radical, el orden estpresente como aquello que est ausente; pasa a ser un significante

    vaco, el significante de esa ausencia. En tal sentido, varias fuerzaspolticas pueden competir en su esfuerzo por presentar sus objetivosparticulares como aquellos que llenan ese vaco. Hegemonizar algosignifica, exactamente llenar ese vaco. Cualquier trmino que en ciertocontexto poltico pasa a ser el significante de la falta, desempea elmismo papel. La poltica es posible porque la imposibilidad constitu-tiva de la sociedad slo puede representarse a s misma a travs de laproduccin de significantes vacos.

    5 Desplazamientos discursivos en el Menemismo

    Una forma interesante para abordar la lgica de construccinde poder en el menemismo, desde un punto de vista poltico discursi-

    vo, consiste en explicar las sucesivas operaciones significantes a partirde las cuales l mismo logr abrochar o vincular semnticamente lasimbologa y la iconografa del peronismo clsico2 con un modelopoltico, econmico, social y cultural claramente opuesto al conocido.3

    Siguiendo la tesis desarrollada por Burdman (2009) resulta im-portante analizar cmo el menemismo, a pesar de romper con la im-

    pronta del peronismo tradicional apel, a partir de una lgica de des-plazamientos discursivos, a la propia identidad peronista para signifi-car y legitimar su accin poltica. Se observan en este sentido despla-zamientos de sentido al interior de la propia identidad peronista quepasan a adquirir un valor diferente al histrico.

    Desde el comienzo de sus discursos Menem tendi a extenderlos significantes del peronismo tradicional hacia significados opuestos

    2

    El emperador Julio Csar cuando estaba en un barco y hallndose en peligro con su tripula-cin dijo: No temis, porque vais con Csar y su estrella. Yo les digo: No temis, porque vaiscon Pern y su doctrina (Palabras de Carlos Menem en el acto de cierre de campaa de lainterna justicialista en River Plate, 23 de junio de 1988).3 Menem est cambiando todo lo que hizo Pern despus de la segunda guerra mundial(Domingo F. Cavallo, diario La Nacin, 11 de febrero de 1992).

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    a lo conocido. Se presenta en tal sentido como un seguidor de la doc-trina y discurso peronista. La causa que presenta Menem para diferen-

    ciarse del discurso peronista tradicional es slo por una razn tempo-ral. El discurso del 21/7/89 en la Bolsa de Comercio de Buenos Airesexpresa que los valores de la soberana poltica, la independencia eco-nmica y la justicia social deben adaptarse a los nuevos tiempos y queel imperativo es actualizarlos ya que despus de 40 aos cambi la

    Argentina y el mundo.4

    La operacin de sentido que da sustento a la argumentacinexpresada consiste en dar cuenta que no se trata del abandono, la mo-

    dificacin o reinterpretacin del peronismo, sino que es la mismarealidad histrica sobre la que estos valores operan la que ha cambia-do.5 La posibilidad de diferenciar entre doctrina y realidad permiten almenemismo volver eficaz la resignificacin de los significantes tradi-cionales pero no por una causa interna sino por el propio peso de larealidad. Incluso los cambios que propone en la propia doctrina justi-cialista vienen exigidos por la necesidad de mantenerla viva, de que ladoctrina no muera.6 Es interesante resaltar el valor de lo temporal en

    el discurso menemista, ya que ste opera como un exterior avalorativo.Se trata de una operacin de resignificacin del sentido entendida porLaclau como fluctuacin significante, en tanto, estos se ven sometidosa rearticulaciones que tienden a redefinir las identidades polticas.

    Si se analiza el valor que tom el significante trabajo, se pue-de apreciar cmo su connotacin predominante asociada a trabajadorse desplaza y comienza a ser vinculado a mltiples mbitos como el de

    4 La soberana poltica, la independencia econmica y la justicia social son irrenunciables.Pero son instrumentos, como su nombre lo indica, son justamente herramientas para la accin.Deben adaptarse a los nuevos tiempos (Discurso de Carlos Menem en la Bolsa de Comerciode Buenos Aires, 21 de julio de 1989).5 Creemos en la justicia social, la soberana poltica y la independencia econmica. Quargentino no comparte esos postulados? Cuntos compatriotas no rescatan esas esencias?Pero tambin creemos en imprescindibles actualizaciones y en el enriquecimiento de ideasnuevas y de iniciativas creadoras (Discurso de Carlos Menem ante la Asamblea Legislativa, 8

    de julio de 1989).6 El justicialismo cambia porque es una doctrina viva. Cambia para no traicionar su naturaleza.Cambia para mantener su esencia. Cambia porque lo que no cambia perece. Y el justicialismono naci para morir, sino para vivir y triunfar en la vida y darle felicidad a los pueblos (Discursode Carlos Menem en el acto del 40 aniversario de la Comunidad Organizada, Mendoza, 17 denoviembre de 1989).

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    la empresa, la industria, fuerzas armadas, poltica, etc.7 De esta manera,pierde su asociacin tradicional de clase y se lo liga con una totalidad

    ms amplia. Asimismo, es notorio cmo las apelaciones del menemis-mo tienden a despolitizar las categoras politizadas y unificarlas a unaunidad nacional amplia e indiferenciada.8 La lgica expresada tiende a

    vaciar la politizacin de categoras polticas tradicionales al punto dedejarlas sin sustancia. As se integra al trabajo armnicamente comoparte de una totalidad social amplia quitndoles todo carcter de clase.

    En esta misma lnea de anlisis, el significante soberana polti-ca, que tradicionalmente se asociaba a una manifestacin de autono-

    ma individual respecto de los pases potencias, va a pasar a ser asocia-do a una dimensin individual, interna, vinculada con males generalesde la humanidad como hambre, pasividad, etc.

    Por otro lado, se la asocia al aprovechamiento de oportunida-des con el comercio exterior. En el discurso del 8/7/89 Menem desta-ca, respecto de la soberana poltica, que slo se consigue con la parti-cipacin de todos en la construccin del pas, ya que el pilar de larevolucin est dentro de cada argentino.9

    Lo mismo sucede cuando pensamos el significante justicia so-cial. Lejos de asociarla a la libertad e igualdad, se va a extender y aso-ciar con libertad de mercado. Si el discurso de Pern se diriga con elsignificante justicia social a los obreros para que reivindicaran su per-tenencia de clase, el menemismo la va a ligar a la produccin, a refor-mas del estado y al accionar de un mercado ms eficiente.10

    7

    Vamos a otorgar facilidades y ayudas crediticias para que los trabajadores hoy desocupadosy subocupados, puedan impulsar su propia produccin, puedan acceder a sus propias herra-mientas de trabajo y estn en condiciones de comercializar y colocar de un modo adecuadosus productos (Discurso de Carlos Menem en el acto de presentacin del Plan Llamcay -Trabajar- , 7 de diciembre de 1989).8 () slo as, nuestras banderas tendrn un ejrcito de hombres y mujeres detrs. Un ejrcitode ancianos, de jvenes, de nios, de obreros, de empresarios, de estudiantes y trabajadoresque estn siendo mucho ms que mudos participantes del cambio (Discurso de Carlos Menemen el acto del 40 aniversario de la Comunidad Organizada, Mendoza, 17 de noviembre de1989).9 La soberana pasa por la participacin de todo argentino en la construccin del pas. La

    primera y la ms esencial revolucin nace en el interior de cada hombre y cada mujer ()Estamos diciendo si a una soberana constructiva que nos integre al mundo con ms oportuni-dades que riesgos, con ms beneficios que amenazas, con ms ilusiones que recelos (Discur-so de Carlos Menem ante la Asamblea Legislativa, 8 de julio de 1989).10 La justicia social para nosotros se va a conjugar con un solo verbo: producir, producir yproducir. La justicia social va a establecer un sistema de premios y castigos y con las reformas

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    Estas operaciones muestran diferentes subversiones del signoque el discurso menemista produjo respecto de significantes claves del

    peronismo tradicional. En trminos tericos esto se debe a que noexiste formacin discursiva alguna que consiga abarcar la totalidad desu sentido, en tanto la correspondencia plena entre significante y signi-ficado es imposible. El exceso de significacin que el discurso no lograarticular es pasible de ser apropiado por otra formacin discursiva. Lapolisemia del significante permite entender el atravesamiento de ml-tiples discursos y la articulacin con una formacin discursiva deter-minada lo que permite poner lmite a esa polisemia y fijar el sentidoevitando la infinita diseminacin radical.

    6 Dos lgicas del discurso poltico: sintagma y paradigma,

    hacia un peronismo integrador

    Para Saussure (2006) los signos lingsticos se encuentran atra-vesados por dos tipos de relaciones. Por relaciones diferenciales quedeterminan su valor en el sistema de la lengua y por relaciones asocia-

    tivas que hace que los signos sean susceptibles a la subversin de suvalor. La primera relacin, diferencial, corresponde al polo sintagmti-co de la lengua. Es un polo que aporta estabilidad al sistema lingsti-co asignando a cada uno de los elementos una posicin en la totalidad,mientras que el segundo polo, el paradigmtico, marca el punto dedisrupcin de esa totalidad. Sobre la base de tal disquisicin tericaLaclau denomina, ya en el seno mismo del anlisis poltico, a la di-mensin sintagmtica del discurso como lgica de las diferencias y a ladimensin paradigmtica como lgica de las equivalencias.

    Con la lgica de la diferencia se hace coincidir a las interpela-ciones polticas con la totalidad de la comunidad situando a los secto-res sociopolticos en una posicin diferencial dentro del sistema. Conla lgica de las equivalencias se articulan una serie de demandas unifi-cndolas en relacin a un polo antagnico que las niega. Las dos lgi-cas sealadas forman parte del discurso poltico. Si en el discursoprevalece la apelacin a cada uno de los sectores sociales por fuera dela posicin antagnica prevalece la posicin diferencial, mientras quecuando se interpela a los sectores como unidad indiferenciada en con-

    que el pas necesita (Discurso de Carlos Menem ante la Asamblea Legislativa, 8 de julio de1989).

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    traposicin con un enemigo comn que la niega lo que prevalece es laposicin equivalencial.

    Si tenemos en cuenta el desarrollo de lo que implic el mene-mismo como una globalidad discursiva podramos afirmar que en esteprevaleci la lgica diferencial. La despolitizacin,11 el vaciamiento delcarcter polmico del discurso,12 la interpelacin discursiva al conjun-to de los actores sociales,13 lograr hacer coincidir la estabilidad con losintereses del conjunto de la comunidad significando a la hiperinfla-cin como un mal impersonal;14 las apelaciones a un Pern concilia-dor global15 dan cuenta de ello.

    Siguiendo a Aboy Carles (2001b) podemos sealar que el me-nemismo rompi con la tradicin rupturista del peronismo clsicopresentndose como el partido del orden. Sin embargo, es precisoaclarar que la dimensin equivalencial tuvo peso en la campaa electo-ral y hacia el fin de su gestin como forma ya defensiva del discursoque tendi a personalizar lo excluido, la hiperinflacin.

    Segn la perspectiva de De Ipola (1983) los discursos electorales

    tienen un tinte ms categrico, polmico y efectista mientras que losde los perodos no electorales son ms pedaggicos y cuyos efectos sondidctico formativos. Esta afirmacin parece coincidir con lo sucedidoen el menemismo y muestra la lgica de la diferencia y equivalencia enun cierto aspecto. Sin embargo, esta afirmacin parece no ajustarse a

    11 La Patria no tiene ideologas (). La Patria tiene intereses (Mensaje de Carlos Menem enel Da de la Industria, 2 de septiembre de 1989).12

    Como Presidente de la Nacin yo no pienso si una determinada poltica es de derecha, deizquierda o de centro. Yo pienso si una poltica es buena o mala para mi Patria. Yo pienso siuna poltica es buena o mala para nuestros hijos, y para los hijos de nuestros hijos (Discursode Carlos Menem ante la Asamblea Legislativa con motivo de la apertura del 108 perodo desesiones ordinarias del Congreso de la Nacin, 1 de mayo de 1990).13 El pueblo argentino vot por la epopeya de la unidad nacional. Por eso nuestro gobierno esun gobierno de unidad nacional (). El gobierno de unidad nacional es de todos los argentinos.Nadie puede sentirse indiferente. Nadie puede sentirse no convocado (Discurso de CarlosMenem ante la Asamblea Legislativa, 8 de julio de 1989).14 () la hiperinflacin no es un tigre de papel, sino una amenaza latente en nuestras socieda-des empobrecidas. Por eso les pido que me acompaen de un modo responsable y patritico

    en esta lucha a fondo que estamos encarando (Discurso de Carlos Menem en la celebracindel Da del Comercio, La Rioja, 4 de noviembre de 1989).15 El General Pern lo dijo con claridad: cuando en la marcha justicialista se repite combatien-do al capital se refiere al capital usurario y rentstico, al capital parasitario (Discurso de CarlosMenem en el 135 aniversario de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, 24 de octubre de1989).

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    los gobiernos que emprenden reformas integrales o que intentan hacerprevalecer la lgica de las equivalencias. Es tal vez este el caso del

    kirchnerismo que se ver ms adelante.

    7 El discurso del adentro (estabilidad econmica) y del

    afuera (hiperinflacin), mito y reactivacin poltica

    Cabe interrogarse en este punto qu papel jugaron los signifi-cantes vacos como puntos nodales de produccin de sentido al interi-or del menemismo. Para Laclau el significante vaco se caracteriza por

    su funcin dentro de un sistema, en tanto es, el que le otorga la siste-maticidad o la posibilidad de existencia del sistema en cuanto tal. Elsignificante vaco es un centro que fija la identidad de los elementos deun sistema deteniendo la flotacin significante. En ese marco y sigui-endo a (ZIZEK, 2003) resulta importante captar en la lucha ideolgicacul de los puntos nodales totalizar e incluir en su serie de equiva-lencias a los elementos flotantes. As el significante vaco de Laclauconsiste en aquel que soporta el nombre de una totalidad. Un signifi-

    cante vaco es, en el sentido estricto del trmino, un significante sinsignificado. En este sentido los significantes vacos son la condicinmisma de la hegemona. En la medida que son llenados con una in-mensa cantidad de referentes que nuclean mltiples diversidades, lainstancia universal a la que apelan estos contenidos (muchas vecesredefinidos en forma permanentemente) permite aglutinar en formaequivalencial la oposicin que aqullas diversidades pueden generar.Pero en rigor, en tantos vacos no pueden tener existencia real. Lapresencia fenomnica de los significantes vacos solo puede realizarse a

    travs de significantes flotantes, los cuales constituyen un conjunto designificados particulares, concretos, singulares, que en circulacinpermanente, dan contenido a ese lugar vaco del discurso. Y es ascomo se articulan con la apelacin a un universal una pluralidad dedeterminaciones.

    Cuando observamos la lgica del discurso menemista nos en-contramos en el marco de la construccin equivalencial con la dico-tomizacin del discurso entre un exterior que adquiere el valor de lasruinas del pasado, de la destruccin. Pero la lgica utilizada no puedeapelar a la negacin de un marco ideolgico especfico en tanto elmenemismo, como se seal previamente, no utiliza en sus apelacionesa un discurso polmico sino a uno impersonal y abstracto. All el

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    paradigma de la economa liberal se configura como el que marcaralos lmites de la comunidad bajo la referencia a la estabilidad econ-

    mica. En el discurso del 12/8//89 Menem destaca los valores de laestabilidad de los precios y de la moneda y sugiere que su mantenimi-ento redundar en bienestar para el pueblo.16 En el menemismo elsignificante estabilidad pasa de ser algo meramente econmico a trans-formarse en algo cultural que asegurara el porvenir diferenciado delpasado ruinoso.

    Por otro lado, encontramos en el afuera a la hiperinflacin. Sila contraposicin en el peronismo clsico tena que ver con la oligar-

    qua aqu el signo es distinto y responde a una entidad ms abstractaque adquiere el valor de un mal para toda sociedad.17 Pero lo que seobserva claramente en la antinomia estabilidad e hiperinflacin, aden-tro y afuera, presente eficaz y pasado ruinoso es la propia resemantiza-cin del rol del Estado.18 El Estado es visto por el menemismo con elpasado ruinoso y en este sentido debe ser modernizado para estar a laaltura de un pas proyectado como potencia.19

    Hay un espacio heterogneo que deja la hiperinflacin del ao

    1989 que permite la estructuracin de una resedimentacin, asociada laidea del pas como potencia, progreso, a la idea de consumo enmasca-rando las polticas que lo sustentan y los efectos en el mediano y largoplazo.20 En ese marco, se produce un proceso de naturalizacin de la

    16 El logro de la estabilidad total y permanente de precios y de nuestra moneda no es negocia-ble, como no es negociable el bienestar de nuestro pueblo. La batalla contra la inflacin es labatalla por el pueblo (Discurso de Carlos Menem en la inauguracin de la 103 exposicin de

    Agricultura, Ganadera e Industria, Sociedad Rural Argentina, 12 de agosto de 1989).17 La primera y fundamental batalla que deber ganar esta economa de emergencia es labatalla contra la hiperinflacin. El principal enemigo contra la justicia social es la hiperinflacin,que devora salarios y bienestar en millones de hogares argentinos (Discurso de Carlos Menemante la Asamblea Legislativa, 8 de julio de 1989).18 Estamos empeados en una profunda reorganizacin: detener la hiperinflacin, redimensio-nar el Estado y sustituir una ruinosa economa especulativa-financiera por lo que llamamosRevolucin Productiva para lograr que el creador de bienes sea el beneficiario del sistema(Discurso de Carlos Menem ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, 25 de septiem-bre de 1989).19 La Argentina est pasando por un momento muy difcil pero hemos puesto manos a la obra

    () para salir de esta situacin y devolverle a la Argentina el lugar que se merece en el con-cierto de las naciones (). Y lo vamos a conseguir (Discurso de Carlos Menem en las 1ras.Jornadas Internacionales sobre Privatizacin, Desregulacin y Competencia, 14 de noviembrede 1989).20 Con la inflacin bajo control, cabe esperar que los cambios estructurales emprendidosestimulen la actividad del sector privado y eleven las tasas de crecimiento econmico a un nivel

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    economa y de un discurso neoliberal. Es posible observar cmo en elmenemismo se combinan dos grandes mitos como el del pas potencia,

    que es un mito sedimentado basado sobre todo en el nacionalismo,21

    con un mito del futuro como la globalizacin.22 El menemismo triun-fa en cierta medida en producir una serie de desplazamientos de senti-do que van naturalizando operaciones discursivas de significacin quetienden a cargar de contenidos, desde el propio rgimen poltico y suliturgia, cierta lgica del discurso social.23 Es un discurso que basa suotredad en el atraso econmico y carga su sentido en la necesidad deeficientizar la economa y la regulacin social en funcin de esa mismaeconoma y la sociedad en su conjunto.24

    8 La construccin de una frontera rgida en el discurso

    kirchnerista

    La primera de las acciones simblicas en pos de refrendar lavictoria electoral del primer gobierno kirchnerista estuvo relacionadacon presentar a la figura presidencial como uno ms del pueblo bajo

    el intento de atravesar la frontera delineada por la propia ciudadanaen la crisis del 2001. Tal operacin de sentido estuvo ligada a la nece-sidad de presentarse por fuera de la poltica, la cual por ese entonces,formaba parte de un exterior constitutivo de la Argentina. Reflotandoel discurso de la llegada de Pern luego de su exilio en Espaa (SIGAL

    y VERN, 2004) donde expresaba que llegaba del otro extremo del

    que permita un aumento significativo del ingreso real por habitante en el mediano y largo plazo(Discurso de Carlos Menem ante la Asamblea Legislativa con motivo de la apertura del 108

    perodo de sesiones ordinarias del Congreso de la Nacin, 1 de mayo de 1990).21 Vengo a despertar a una Argentina dormida, una Argentina de tierras frtiles, de trabajado-res generosos, de cosechas abundantes, de esfuerzo compartido (Discurso de Carlos Menemen la inauguracin de la 103 exposicin de Agricultura, Ganadera e Industria, Sociedad Rural

    Argentina, 12 de agosto de 1989).22 No queremos ser un Tercer Mundo a la cola de la justicia y el progreso. No queremos serel subsuelo de la humanidad. No queremos ser un universo en vas de subdesarrollo comomodo de perpetuar nuestra pobreza. Queremos ser parte de un Nuevo Mundo. De un NuevoMundo ms justo, ms libre, ms soberano (Discurso de Carlos Menem en la IX ConferenciaCumbre de Pases No Alineados, Yugoslavia, 4 de septiembre de 1989).23 Alguien est en contra de la libertad de mercado? Alguien est en contra del libre juego

    de las variables econmicas? Alguien est en contra de la desregulacin, de la reformaestatal, de la insercin internacional, de la competencia? (Discurso de Carlos Menem en laUnin Industrial Argentina, 3 de septiembre de 1990).24 Es hora de que cada uno de nosotros se pregunte como nos fue con las recetas anteriorespara concientizarnos a fondo de la necesidad de esas transformaciones (Discurso de CarlosMenem en la Unin Industrial Argentina, 3 de septiembre de 1990).

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    mundo, Kirchner parafrasea en su llegada el venir del sur del mundoposicionndose por fuera de toda cercana y responsabilidad ante la

    crisis del 2001.25

    Se presenta discursivamente como un hombre humil-de que ocupa un lugar extraordinario y que va a basar su legitimidaden el trazado de una frontera respecto del pasado que resea una con-tinuidad entre el golpe de estado del 1976, el alfonsinismo y el mene-mismo. Siguiendo la tesis de (SLIPAK, 2007) puede afirmarse que seproduce el trazado de una frontera radical frente a un pasado, no sloinmediato sino tambin de mediano plazo, proponiendo un principiode lectura del mismo que dar cuenta de una nica lnea de continui-dad poltico y social al perodo 1976-2001. As por ejemplo, en el dis-curso del 21/8/03 Kirchner apela a dejar atrs a la vieja Argentina delproyecto poltico de los aos 90, iniciado por la dictadura militar en1976 y continuado en democracia hasta 2001.26

    Este discurso crtico del pasado constituye un punto fuerte enla creacin de hegemona del kirchnerismo, en tanto esa frontera seperfila extremadamente rgida y establecida, operacin que genera unaidentidad muy fuerte hacia adentro del propio gobierno.27 Es tal vez

    este uno de los rasgos que van a permanecer inmodificables en todo elperiodo kirchnerista y el mismo que tambin va a posibilitar la cons-truccin de cadenas alternativas excluidas del arco poltico ideolgicoque esa misma frontera impuso.

    El primer kirchnerismo puede ser caracterizado desde aquellacorriente poltico discursiva como aquel que produjo un significante

    vaco ante el que se vayan todos, basado fundamentalmente en la cons-truccin de cadenas equivalenciales amplias de distintos sectores socia-

    25 Venimos desde el sur del mundo y queremos fijar, junto a ustedes, los argentinos, lasprioridades nacionales y construir polticas de Estado a largo plazo para de esa manera crearfuturo y generar tranquilidad. Sabemos adonde vamos y sabemos adonde no queremos ir ovolver (Discurso de Nstor Kirchner ante la Asamblea Legislativa, 25 de mayo de 2003).26 () dejar atrs esa vieja Argentina que hasta hace muy poco tiempo martiriz a todos losargentinos en el marco de la conduccin y el proyecto poltico que tuvo este pas lamentable-mente de manera fundamental en la ltima dcada del 90, pero que se inici en el marco de

    1976 hasta la explosin de 2001 (Discurso de Nstor Kirchner en la localidad de Juregui, 21de agosto de 2003).27 Hemos dicho afuera y adentro del pas que no somos el gobierno del default, que no somosel gobierno de la convertibilidad, que no somos el gobierno del endeudamiento eterno (Discur-so de Nstor Kirchner ante la Asamblea Legislativa con motivo de la apertura del 123 perodode sesiones ordinarias del Congreso de la Nacin, 1 de marzo de 2005).

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    les y en la exclusin basada en los destructores de la patria,28 milita-res, iglesia, y empresarios. Se observa una apertura en trminos de

    formacin de cadenas equivalenciales desde las propias demandas ydesde el rgimen poltico.29 Hay una tendencia a formar una cadenaamplia.

    9 Tensiones entre la lgica diferencial y equivalencial

    Si en el anlisis del discurso menemista observamos que la lgi-ca diferencial primaba por sobre la equivalencial, en el kirchnerismo

    vamos a encontrar el reverso de esta primaca y a la vez, la tensin depretender un discurso amplio con el trazado de una frontera fija yfuertemente delimitada. Adems, es posible afirmar que mientras que,el menemismo semantiza abstractamente el exterior constitutivosobre el cual posa su identidad, el kirchnerismo lo hace sobre actoresconcretos de la poltica, la economa y hasta la religin.30

    Por otro lado, cuando se apelan en los discursos a la necesidadde una inclusin total de todos los argentinos,31 indefectiblemente se

    produce una tensin con el principio de exclusin. Es interesante eneste sentido plantear cmo esa lgica permite organizar un discursoopositor cuando el gobierno excluye de esa frontera interna a los sec-tores de la produccin agricologanadera y de los medios de comunica-cin, por ejemplo.32

    28 Tenemos que dar los pasos que nos permitan dejar atrs un pas del que se aduearon losintereses y proliferaron los genocidas, ladrones y corruptos, para ser una Nacin que sobre la

    base de un proyecto nacional que reinstale la movilidad ascendente de modo que los hijospuedan aspirar a vivir mejor que los padres (Discurso de Nstor Kirchner ante la AsambleaLegislativa con motivo de la apertura del 123 perodo de sesiones ordinarias del Congreso dela Nacin, 1 de marzo de 2005).29 En este nuevo milenio, superando el pasado, el xito de las polticas deber medirse bajootros parmetros en orden a nuevos paradigmas. Debe juzgrselas desde su acercamiento a lafinalidad de concretar el bien comn, sumado al funcionamiento pleno del estado de derecho yla vigencia de una efectiva democracia (Discurso de Nstor Kirchner ante la Asamblea Legisla-tiva, 25 de mayo de 2003).30 Sectores de la sociedad, de la prensa, de la Iglesia, de la clase poltica argentina, ciertossectores de la ciudadana tambin tuvieron su parte cada vez que se subverta el orden consti-

    tucional (Discurso de Nstor Kirchner en el acto del Da Nacional por la Memoria, la Verdad yla Justicia, Colegio Militar de la Nacin, 24 de marzo de 2006).31 Vengo a proponerles un sueo, que es el de volver a tener una Argentina con todos y paratodos (Discurso de Nstor Kirchner ante la Asamblea Legislativa, 25 de mayo de 2003).32 Estos minsculos sectores [refirindose a algunos economistas y periodistas] de hablardifcil, cuando reclaman un plan econmico estn en verdad pidiendo medidas concretas que

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    Siguiendo a Laclau (2005) puede sealarse que la operacin po-pulista consiste en la construccin de un pueblo a partir de una cade-

    na de demandas heterogneas que necesariamente excluye otras y sucristalizacin en una identidad popular a partir de la investidura deuna demanda particular como la demanda del pueblo, como aquellademandas que, de ser satisfecha, promete restituir la mtica plenitud ala comunidad. En este sentido, siguiendo la lnea de anlisis, es posibleinteligir que esa tensin entre diferencia y equivalencia sign la cons-truccin de identidades propias y opositoras del kirchnerismo. As, lascadenas equivalenciales basadas en la produccin y el pueblo democr-tico entran en tensin cuando entrecruzan sus propias lgicas entre s.

    10 Conclusiones: los lmites a la construccin del pueblo

    en el menemismo y el kirchnerismo

    Sobre la base del planteo terico de (LACLAU, 2005) cabeafirmar que, cuanto ms logren los significantes vacos unificar a lacomunidad ms fuertemente sern las interpelaciones populistas moti-

    vo de investidura radical. Mientras que, cuando existe una sociedadfuertemente institucionalizada las lgicas equivalenciales tienen menosterreno para operar y all la retrica populista se transforma en unamercanca carente de toda profundidad hegemnica. All el populismose vuelve trivial.

    Si se tiene en cuenta que el populismo es un arsenal de herra-mientas retricas, significantes flotantes que pueden tener usos ideol-gicos diversos, en el caso del menemismo su contenido populista ad-

    quiere el valor de intentar lograr una cadena equivalencial sobre la basede extender una identidad poltica lo ms posible (la identidad pero-nista es una carencia y la menemista es una exceso) haciendo utiliza-cin del arsenal retrico flotante producto de desplazamientos desentido de la identidad peronista.33 Esos significantes flotantes pasan a

    responden a un plan hecho a la medida de los intereses de sus mandantes (Discurso deNstor Kirchner en el acto de celebracin del Da de la Industria, 2 de septiembre de 2003).33 Los que dicen que esto no es peronismo, no slo no han percibido la esencia del peronismohistrico, sino que imaginan un peronismo que jams existi. O que ellos hubieran queridoconvertir en otra cosa. (Carlos Menem, reportaje de la Revista Noticias, 8 de abril de 1990)

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    depender de articulaciones coyunturales y poseen la caracterstica deadquirir un uso manipulativo y cnico del poder poltico.34

    Tanto el menemismo como el kirchnerismo logran funcionardesde un principio como unificadores de una cierta experiencia comu-nitaria, como significantes vacos, pero en la medida que la hegemonase extiende en el largo plazo ambos comienzan a sufrir la presinestructural que intenta revincular los significantes centrales a sus signi-ficados comunitarios tradicionales limitando la expansin hegemni-ca. En el caso del kirchnerismo esto es ms refrenado en la medida queposey rasgos ms asociados a la identidad comunitaria tradicional del

    peronismo, como las reiteradas apelaciones al progreso social, la movi-lidad social ascendente, la generacin de riqueza y su justa distribu-cin, etc.35 Esta cuestin lo lleva a consolidar ya no un proceso hege-mnico singular sino un grupo de apoyo social que lo pueda posicio-nar a futuro como una fuerza poltica. Si bien el hecho de limitar elalcance del movimiento del concepto al nombre est en la esencia deuna prctica contra hegemnica el efecto de esta operacin no obtienesiempre la misma eficacia.

    El problema que involucra la construccin hegemnica en am-bos gobiernos reside en si los significados asociados iban a ser perifri-cos con respecto al ncleo que iba a permanecer idntico o si los signi-ficados asociados iban a poder contaminar el momento de la determi-nacin conceptual, penetrar la sustancia, para dejar de ser un concepto

    y convertirse en un nombre, un significante vaco, una singularidadhistrica, y en este sentido el kirchnerismo, a diferencia del menemis-mo, parece haber estabilizado la operacin diferencial con la equiva-

    lencial en mayor medida aunque no haya logrado encarnar esta ltimalgica en una entidad determinada.

    34

    Nosotros hemos liberado la economa, pero no por eso somos liberales. O lo somos, ade-ms de justicialistas. (Carlos Menem, reportaje de la Revista Noticias, 8 de abril de 1990)35 Recuperar el progreso social y la perdida movilidad ascendente, recuperar la produccin, eltrabajo, generar riqueza y distribuirla con justicia, son bases fundamentales para construir unanueva y gloriosa Nacin que hoy nos convoca. (Discurso de Nstor Kirchner en el acto delDa del Ejrcito, 29 de mayo de 2003)

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    Sebastin BarbosaE-mail: [email protected]

    Artigo recebido em abril/2010.Aprovado em junho/2010.