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1 Roland Schimmelpfennig NOCHE ÁRABE DIE ARABISCHE NACHT Spanisch von Monika von Moldoványi de Goyeneche Santiago de Chile, 2001 Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom: All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals begin, to: S. Fischer Verlag GmbH THEATER & MEDIEN Hedderichstraße 114 60596 Frankfurt am Main Tel. 069/6062-271 Fax 069/6062-355 Email: [email protected] Die Rechte an der Übersetzung liegen bei Monika von Moldoványi de Goyeneche, Alonso de Camargo 5845, Las Condes, Santiago de Chile, Chile. Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:

Schimmelpenning, Ronald - La Noche Árabe

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La noche árabe

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Roland Schimmelpfennig

NOCHE ÁRABE

DIE ARABISCHE NACHT

Spanisch von Monika von Moldoványi de Goyeneche Santiago de Chile, 2001

Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom: All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals begin, to:

S. Fischer Verlag GmbH THEATER & MEDIEN Hedderichstraße 114

60596 Frankfurt am Main Tel. 069/6062-271 Fax 069/6062-355

Email: [email protected]

Die Rechte an der Übersetzung liegen bei Monika von Moldoványi de Goyeneche, Alonso de Camargo 5845, Las Condes, Santiago de Chile, Chile.

Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:

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Personajes:

Juan López Fátima Mansur Francisca Díaz

Kalil Pedro Carpati

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LÓPEZ Escucho correr agua. No hay agua, pero lo puedo escuchar. En pleno diciembre. Hace calor. Entran llamadas desde el octavo, noveno y décimo piso reclamando por el agua. La presión está bien. Pero desde el piso ocho para arriba no sale ninguna gota de agua. En el octavo, noveno y décimo piso no tienen agua. El agua parece perderse en el piso séptimo. ¿Y si una cañería estuviera rota? No me lo puedo imaginar. Una avería de tal magnitud, una ruptura de tubería, se descubriría muy pronto. El agua correría por las paredes, por los pisos, los pasillos. Pero puedo escuchar el correr del agua. Lo escucho detrás de las paredes. Lo escucho ascender. Suena como una canción. La huella de un canto en los pasillos. Un canto en la escala. La huella lleva al séptimo piso. Tomo el ascensor. Subo al séptimo piso, para revisar. Siempre acompañado por el sonido del agua. El chirrido del ascensor anuncia su pronta avería. Séptimo piso. A la derecha quince departamentos y el ascensor, a la izquierda dieciséis departamentos. Por ambos lados cada vez tres piezas, la cocina, el baño. Al final del pasillo a la derecha, frente al departamento 7- 32 se encuentra parada la señora Fatima Mansur, la amiga árabe de la señora Francisca Díaz; comparten el departamento 7- 32. 7- 32 significa balcón de servicio con ventanas hacia el sur-oriente, baños hacia el poniente. La amiga árabe trata de abrir su departamento cargando tres bolsas con compras, pero ¿porqué se complica tanto? ¿Por qué no deja las cosas simplemente en el suelo? FATIMA El ascensor chirrea, parece que se va a descomponer nuevamente. Es difícil abrir la cerradura con tres bolsas plásticas llenas en los brazos. No se puede. LÓPEZ Se le caen las llaves – mejor eso que las bolsas. FATIMA Se me caen las llaves, pero con el codo alcanzo el timbre. López, el conserje en su cotona grisácea se acerca por el pasillo. Hace calor. LÓPEZ Toca nuevamente el timbre. Con la fuerza de todo su cuerpo y él de las bolsas empuja el codo contra el botón del timbre. ¿Le puedo ayudar? FATIMA Ah, gracias, deje no más. ¡Qué calor hace hoy día! LÓPEZ El día más caluroso del año, salió en las noticias de las 19.00 h. FATIMA ¿y – usted todavía trabajando? LÓPEZ Así es... algo está sucediendo con la presión del agua en el octavo, noveno y décimo piso.

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FATIMA Menos mal que son sólo diez pisos. No se ríe. LÓPEZ Sí… FATIMA Parece ausente. Preocupado LÓPEZ ¿Cómo está usted de agua? FATIMA No sé todavía. Vengo llegando. Si tengo algún problema lo llamaré más rato. LÓPEZ Por favor. Puede ser que tengamos una rotura de cañería. Ella toca de nuevo. Pero nadie abre la puerta. Discúlpeme. FATIMA Se agacha y me recoge el llavero. Primero me lo quiere pasar pero enseguida se da cuenta que todavía tengo ambas manos ocupadas, se queda parado, indeciso. LÓPEZ Su llavero tiene tantas llaves. FATIMA Sonrío. ¿Qué más puedo hacer? – él se queda mirando mi llavero. LÓPEZ Tantas llaves… FATIMA Si usted fuera tan amable - Le cedo lugar – Es la llave con el camello. LÓPEZ Del llavero cuelga un camello de plástico gastado, no es muy bonito. FATIMA Él desliza la llave dentro de la cerradura. LÓPEZ ¿Le molestaría mucho si yo revisara de una carrera la presión de agua en su departamento? Para ver si corre normalmente. FATIMA

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No, no hay problema. LÓPEZ En el instante en el que hago girar la llave dentro de la cerradura, se abre la puerta desde adentro. Ante nosotros está Francisca Díaz, en ropa interior, transpirando. Es la dueña del departamento 7- 32. Oh – FRANCISCA Aaa – me pareció escuchar algo. Hola. LÓPEZ Buenas tardes, Señora Díaz. FRANCISCA Hola. LÓPEZ Mejor subo más ratito nuevamente – FATIMA Como quiera. ¿Cómo que no me escuchaste? Ya es la tercera vez que toco el timbre - LÓPEZ Se apoya con las bolsas en la puerta. FRANCISCA No sé - estaba descansando en el sofá. LÓPEZ Sus llaves están puestas todavía. Saco la llave de la cerradura y le paso el llavero a la Mansur. FATIMA Me pasa el llavero, lo engancho en uno de los dedos entre las bolsas. Muchas gracias nuevamente y pase cuando quiera no más para ver hacia dónde se escapó el agua. LÓPEZ Sí, podría ser necesario. Mientras tanto, muy buenas tardes. FATIMA Logro entrar con mis bolsas – ¡Gracias! Cierro la puerta. Ya no puedo sujetar más las llaves, se caen al suelo. LÓPEZ Cierra la puerta. Parece que se le volvieron a caer las llaves. FATIMA Voy a dejar las bolsas a la cocina. LÓPEZ

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Francisca Díaz dice en el letrerito debajo del plástico descolorido al lado del timbre. Escrito a mano. Jamás alguien se preocupó por eso. Y eso que ya vive aquí por algunos años. FATIMA ¿Por qué no abres la puerta? FRANCISCA Pero si la abrí – FATIMA Sí, - pero lo que te demoraste. Francisca vuelve al living. FRANCISCA Me quedé dormida - creo. En el sofá. Hace tanto calor. FATIMA Entonces cierra las cortinas – FRANCISCA No sirve. Me voy a duchar. FATIMA Hazlo - en los pisos ocho, nueve y diez no hay agua. FRANCISCA ¿Cierto? FATIMA Por eso estuvo aquí el López. LÓPEZ ¿Quizás debería haber entrado al tiro? No me parece. Ella no estaba ni vestida. FATIMA Siempre lo hace. LÓPEZ La cara enrojecida. El pelo corto y rubio mojado de transpiración. Cómo voy a molestar. FATIMA Viene de su trabajo en el laboratorio, se saca la ropa y se acuesta en el sofá. Y le da sueño. Y después se va duchar. FRANCISCA Estoy terriblemente cansada. ¿Me ducho o no me ducho? FATIMA Apúrate.

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FRANCISCA Sí, podría ser. ¿Qué fue lo que hice en todo el día? FATIMA Está parada indecisa en el pasillo y reflexiona. LÓPEZ La gente vuelve del trabajo a la casa y quiere cocinar. O ducharse. ¿Pero sin agua? FRANCISCA No me puedo decidir. ¿Quieres una copita? FATIMA No gracias, primero quiero sacar las cosas de las bolsas. FRANCISCA Mientras tanto te sirvo un trago. FATIMA Anda ducharte primero. Se vuelve hacia el sofá. FRANCISCA No sé. FATIMA Anda – FRANCISCA Sí, podría ser – KALIL Ya van hacer las ocho y media. El teléfono debería sonar en cualquier momento. LÓPEZ Ya van hacer las ocho y media. Estoy parado delante del ascensor pensando si debería o no tocar nuevamente en el departamento 7-32. FATIMA La botella de coñac está sobre la mesita junto al sofá. FRANCISCA No le queda mucho. FATIMA Traje otra. Se sirve. LÓPEZ No. Ahora no puedo volver.

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KALIL Va a llamar al tiro. Estoy sentado al lado del teléfono esperando. Yo sé que va a llamar. Como todas las noches. La amo. FATIMA Está con su vaso parada en el umbral sin saber que hacer. LÓPEZ Prefiero llamar más tarde y subir entonces para ver lo que sucede. FRANCISCA Creo que sí me voy a duchar. KALIL Ella llama todas las tardes. Antes de la puesta del sol. FATIMA ¿Te parece? FRANCISCA Sí, me parece. KALIL Miro por la ventana esperando que ella llame. LÓPEZ Viene el ascensor. Se demora demasiado. Mi mirada se vuelve al pasillo, revisa las paredes, hacia arriba, hacia abajo. Escucho correr el agua. En todas partes. FATIMA Se da vuelta. KALIL ¿Por qué no llama? FATIMA Y se vuelve hacia mí. FRANCISCA ¡Qué raro! FATIMA ¿Qué cosa? FRANCISCA ¿Qué habré hecho en todo el día? FATIMA ¿Trabajar? FRANCISCA

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Seguramente. FATIMA Ya – anda ducharte – FRANCISCA Sólo que no me puedo acordar de nada. FATIMA Por favor – FRANCISCA En fin – LÓPEZ Se abre la puerta del ascensor. FRANCISCA Me voy a duchar. FATIMA Hazlo. KALIL En el poniente el sol está rozando el horizonte. Y el teléfono no suena. FATIMA Ya es hora de llamar. LÓPEZ ¿Me subo? FRANCISCA ¿Me ducho de veras? KALIL Irá a llamar todavía. FATIMA ¿Te vas a ir a duchar ahora? FRANCISCA Sí, claro – LÓPEZ Me decido por tomar la escala. FRANCISCA Sí – FATIMA

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Va al baño. Yo tomo el teléfono. LÓPEZ Corro hacia abajo. Toda la caja de las escaleras parece resonar de canto. FATIMA ¿Vienes? KALIL Claro que sí – FATIMA Pero espera otro ratito – KALIL Sí, ya sé - FATIMA Hasta que oscurezca. KALIL Ya sé – hasta pronto. FATIMA Hasta pronto. LÓPEZ Sexto piso. CARPATI El atardecer. Yo miro por la ventana hacia la fachada del bloque C al frente mío. Estoy encandilado. Un reflejo de luz hiere mis ojos. Al frente en uno de los departamentos del séptimo piso la ventana de vidrio opalino del baño está totalmente abierta. El espejo sobre el lavamanos refleja los rayos del sol poniente. Logro reconocer hasta los cepillos de dientes en el vaso al lado del grifo. Una mujer rubia de pelo corto entra al baño. FATIMA Está en el baño. Así es todas las tardes, antes de la puesta del sol – ella vuelve a casa. Se desviste, le da sueño. Repentinamente no recuerda nada acerca del día transcurrido. FRANCISCA Estoy en el baño. A mi lado el lavamanos con los cepillos de dientes en el vaso de plástico. CARPATI Está en ropa interior. Se desviste, se da vuelta y se mete a la tina. Deja correr el agua y empieza a ducharse. FATIMA Se está duchando. LÓPEZ

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Quinto piso. Escucho el agua. KALIL Me llamó. Pronto va a oscurecer y podré ir donde ella. FRANCISCA El agua corre refrescante por mi espalda. CARPATI Tienen agua, que raro. Aquí en nuestro bloque B hace dos horas que ya no hay nada. Quizás haya una rotura de cañería. Pero en esta época del año eso es extraño. FATIMA Se ducha todas las tardes después de volver a casa. Le gusta ducharse largo, muy largo. CARPATI Está sentada dentro de la tina y se ducha. La mirada fija hacia adelante. Parece no darse cuenta que la ventana está abierta. Se ducha, sólo veo su cabeza y de vez en cuando su brazo derecho. LÓPEZ Cuarto piso. FRANCISCA Estoy sentada en la tina, la mirada fija hacia a delante. ¿Qué fue lo que hice hoy día durante todo el día? FATIMA Escucho como corre el agua en el baño. CARPATI No es por la mujer bañándose que me quedo en la ventana. Hay algo extraño. Un ruido. FRANCISCA La ventana está abierta – FATIMA Ella vuelve del trabajo, trabaja en un laboratorio, entra por la puerta, y a partir de ese momento con cada minuto su día se desvanece más y más hasta desaparecer de su memoria con la puesta del sol, no recuerda ni su propio nombre. CARPATI Escucho correr el agua. KALIL Guardo las llaves en el bolsillo y tomo el casco. CARPATI ¿Será posible? ¿De dónde viene el ruido? ¿De afuera? Abro la ventana – LÓPEZ

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Tercer piso. FRANCISCA En el edificio del frente, en el lado sombrío del bloque B se abre una ventana en el séptimo piso. CARPATI No viene de afuera. FRANCISCA Un hombre se inclina por la ventana, como buscando algo. CARPATI Parece un canto. FRANCISCA ¿Qué será lo que busca? CARPATI No viene desde adentro – agua. FRANCISCA ¿Me podrá ver? No creo. KALIL Hago partir la motoneta. FRANCISCA ¿Qué es lo que estuve haciendo hoy durante todo el día? – FATIMA Así es desde que estamos aquí. Desde hace cuatro años que vivimos aquí juntas. Con la puesta del sol se queda dormida finalmente en el sofá, todas las noches. Entonces viene mi amigo Kalil – ella no lo conoce – no tiene idea de él, porque siempre está dormida cuando él me viene a ver. LÓPEZ Segundo piso. KALIL Ya la conozco desde hace dos años. Es la única mujer de mi vida. Jamás la engañaría. Jamás. FRANCISCA Ahora cierra la ventana. El vidrio de la ventana refleja el atardecer azul del cielo. No creo que me pueda ver. CARPATI Corta el agua. Se levanta. Se seca. FATIMA

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Nunca le he contado de él. FRANCISCA Me seco, me envuelvo en una toalla y salgo. FATIMA ¿Pero por qué no? CARPATI Sale del baño. FATIMA No tengo idea. KALIL Es siempre lo mismo. Tengo que esperar la puesta del sol para poder ir donde ella. Me subo a mi motoneta y voy para allá. Entro al pequeño departamento. Ella me espera en la puerta. En el sofá está durmiendo su compañera de departamento. Nunca despierta. Ni me conoce, no me ha visto jamás. No sabe nada de mí. LÓPEZ Primer piso. FATIMA Y – ¿lo disfrutaste? FRANCISCA Mmmm. FATIMA ¿Te quieres recostar en el sofá? FRANCISCA El sol ya está por desaparecer. FATIMA ¿Quieres otro coñac? FRANCISCA Ahh – FATIMA Bosteza. ¿Cómo te fue hoy día? FRANCISCA ¿Hoy? FATIMA Sí –

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FRANCISCA ¿Dónde? FATIMA ¿En tu trabajo? CARPATI El sol desapareció. Pero sigo con ese ruido en mis oídos – el ruido del agua, es como si pudiera escuchar como se ducha. FRANCISCA ¿Qué trabajo? ¿De qué estás hablando? FATIMA Se le están cerrando los ojos. LÓPEZ Planta baja. KALIL El foco de mi motocicleta dibuja un cono de luz sobre la calle. Hace calor. Ya veo los edificios cerca. Falta poco para llegar. LÓPEZ De pura curiosidad aprieto el botón del ascensor en la planta baja. CARPATI El canto me lleva hacia afuera, me lleva hacia ella, al frente al bloque C, al séptimo piso. LÓPEZ Ya me lo imaginaba. Aprieto el botón del ascensor y no pasa nada. El ascensor está atascado en el séptimo piso y no se mueve de allí. Se echó a perder definitivamente. FATIMA ¿Estás dormida? FRANCISCA ¿Ah? FATIMA ¿Ya estás dormida? FRANCISCA ¿Qué? FATIMA ¿Acaso estás dormida? FRANCISCA Déjame –

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CARPATI Para afuera – tengo que ir donde ella. FATIMA Va a despertar recién al amanecer, entonces va a preparar café árabe, me va a despertar, buenos días Fátima, mi princesa oriental, tengo que salir enseguida al trabajo, parece que anoche volví a quedarme dormida en el sofá, dime ¿por qué no me despertaste? Me pregunto lo que sucedería si alguna vez ella se despertara durante la noche. CARPATI Corro por el pasillo al ascensor. Tengo que hablar con ella. FATIMA Si alguien lograra despertarla. CARPATI El ascensor ya está aquí arriba. Tengo que contarle lo del canto. Abro el ascensor, la puerta es de acero y tiene una ventanilla, me subo, presiono PB, la puerta de seguridad se cierra ruidosamente, y yo me deslizo hacia abajo. FATIMA A lo mejor si viniera alguien para despertarla con un beso, - quizás. CARPATI Seis, cinco. Resuena en mis oídos como si estuviera en un baño turco. Cuatro, tres. KALIL Los edificios están cada vez más cerca. En los innumerables departamentos hay luz detrás de las cortinas. Ahí vive Fátima. LÓPEZ Camino por el pasillo hacia mi departamento. En la puerta repentinamente recuerdo la voz de mi primera esposa. CARPATI Planta baja. Salgo del ascensor y cruzo el césped entre los dos edificios. Ha oscurecido. Los departamentos están iluminados. Las puertas de las terrazas están abiertas. LÓPEZ Recuerdo su modo de hablar. CARPATI Estoy frente a la entrada del edificio C y miro hacia arriba, los siete pisos. FATIMA Si alguien viniera y la besara, probablemente estas noches se acabarían, las noches en las que ella duerme en el sofá mientras yo a su lado estoy viendo televisión o estoy en compañía de Kalil.

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CARPATI La puerta de entrada está abierta. LÓPEZ Hace mucho que no pienso en eso – CARPATI ¿Tomo el ascensor o las escaleras? Detrás de las paredes rumorea el agua, lo puedo escuchar. Sigo en dirección del murmullo – subo las escaleras. KALIL Ya casi estoy allí. FATIMA Escucho la motocicleta de Kalil en el patio. LÓPEZ ¿Por qué ahora? CARPATI Primer piso KALIL Yo sé que ella ya puede escuchar mi moto. FATIMA Ahí está. LÓPEZ Mejor ni recordarlo. KALIL Me detengo frente a la entrada del edificio, pongo el motor en neutro, acelero una vez más para después detener el motor. El casco lo aseguro con un candado a la parrilla, como siempre. LÓPEZ No debo recordarlo. KALIL Estoy frente al edificio y miro para arriba, los siete pisos. Ella vive allí arriba. FATIMA Enseguida va a tomar el ascensor. KALIL La puerta de la entrada está abierta. CARPATI Segundo piso.

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KALIL ¿Tomo el ascensor o las escaleras? Estoy parado frente a la puerta oscura del ascensor, indeciso. LÓPEZ La veo en frente de mí hablándome. KALIL Presiono el botón para llamar del ascensor. No sucede nada. Presiono nuevamente. Ahora. FATIMA En seguida. KALIL El ascensor viene. Suena extraño. CARPATI Tercer piso. FATIMA Francisca está durmiendo. LÓPEZ Olvídalo. KALIL Ahí viene. Adentro se abre la puerta de seguridad. Abro la puerta de metal con la ventanilla y me subo al ascensor. Presiono el siete. Capacidad hasta 400 kilos o cinco personas, año de construcción 1972, Lübbes & Peters. LÓPEZ Olvídalo simplemente. KALIL La puerta de seguridad se cierra chirreando. El ascensor se pone en movimiento. Primer piso. FATIMA Voy a ir a encontrarlo a la puerta. KALIL Segundo piso. El ascensor hace un ruido extraño. Tercer piso. CARPATI Cuarto piso. KALIL Cuarto piso. Poco antes de llegar al quinto piso se tranca el ascensor. No puede ser cierto. Está trancado. LÓPEZ

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Imposible. FATIMA ¿Pero, dónde se queda? KALIL El ascensor atascado. No puede ser. Nada funciona, ni el botón de alarma. LÓPEZ Ahora se me ocurre: debo colocar un letrero en la puerta del ascensor: Fuera de servicio. Para evitar que alguien se altere o lo espere en vano. KALIL Me voy a volver loco. ¡Alooo! LÓPEZ Sácate la cotona cuando estás en la casa, eso me hubiera dicho ella. CARPATI Quinto piso. Estoy ansioso. KALIL ¿Habrá alguien que me escucha? LÓPEZ Y tengo que llamar al servicio técnico de Lübbes & Peters. FATIMA Pero si era su motocicleta, Corro al balcón de servicio y miro hacia abajo. Sí, allí está – y el casco rojo lo tiene asegurado al portaequipaje, como siempre. Pero ¿dónde está Kalil? KALIL ¿¡Alooo!? LÓPEZ Pero ya no los voy a llamar hoy día. Mientras el ascensor está atascado en el séptimo piso, no puede pasar nada. FATIMA Salgo del departamento, dejo la puerta abierta y corro por el pasillo. ¿Kalil? No puede ser - CARPATI Sexto piso. FATIMA El ascensor no viene. Entonces tomó las escaleras. Voy a corre a encontrarlo. KALIL ¿Alooo? Nadie me escucha.

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FATIMA Escucho pasos en las escaleras – debe ser él. CARPATI Se acerca alguien desde arriba. FATIMA No, no es él, es otra persona. CARPATI Una mujer, de rasgos árabes y de mirada nerviosa se apresura en bajar los peldaños. Nos cruzamos. FATIMA Jamás lo he visto. LÓPEZ Tú sabes que no me gusta la cotona esa. FATIMA Sexto piso. KALIL Si Fátima escuchó la motocicleta, se va a preocupar y va a salir a buscarme. ¡Holaaa! CARPATI Séptimo piso. Estoy aquí arriba. El departamento de la mujer de la ducha debe estar al final del pasillo. No tengo idea lo que le voy a decir cuando ella abra la puerta. LÓPEZ Silencio. Nunca me ha gustado. KALIL ¿Fátima? FATIMA Quinto piso. LÓPEZ Voy a subir de una carrera y ver lo que sucede. Voy a subir para preguntarle cortito si puedo revisar las cañerías. CARPATI Corro por el pasillo. Me zumban los oídos. KALIL ¿Qué hago si nadie me encuentra aquí? FATIMA

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Cuarto piso. Corro hacia abajo. ¿Kalil? LÓPEZ Más vale ahora que más tarde. CARPATI La puerta del departamento está abierta. LÓPEZ O mejor más tarde – andaba con tan poca ropa. KALIL ¿Me puede escuchar alguien? FATIMA Tercer piso. CARPATI El departamento se encuentra abierto – FATIMA ¿Kalil? ¿Dónde estás? CARPATI ¡¿Hola?! KALIL ¡¿Hola!? FATIMA ¡¿Hola?! Segundo piso. LÓPEZ Mejor será subir más rato. CARPATI ¿Hay alguien aquí? Entro al departamento. LÓPEZ ¿Sí o no? KALIL Sigo presionando todos los botones del ascensor. Inútil. FATIMA Primer piso. CARPATI Me late el corazón.

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FATIMA Estoy sin aliento. Planta baja. Recuerdo que dejé el departamento arriba abierto. CARPATI Allí está. Está recostada en el sofá y duerme. Es preciosa. Duerme profundamente. En mis oídos el rumor del agua, en mi cabeza el canto cada vez más nítido. KALIL Ni esperanza. FATIMA Ni rastros de Kalil. No puede ser. Salgo al patio. Allí está su motocicleta - Se levanta una brisa. Detrás de mí se cierra la puerta de entrada. Y yo no tengo llaves. LÓPEZ Ahora subo. FATIMA La puerta está cerrada. CARPATI ¿Qué es lo que estoy haciendo aquí? Estoy en un departamento desconocido junto a una mujer, que prácticamente está desnuda. FATIMA No tiene sentido tocar el timbre - Francisca no va a despertar jamás. KALIL Hace tanto calor aquí adentro. FATIMA Nadie sale ni entra. LÓPEZ Ahora ya tuvo tiempo suficiente para vestirse. Avanzo por el pasillo del subterráneo. CARPATI Me hinco junto a la mujer dormida. Junto a sus blancos hombros. Sobre la mesita junto al sofá se encuentra una botella de coñac casi vacía. LÓPEZ Se apaga la luz. FATIMA Se apaga la luz del pasillo. Nadie viene con llaves para entrar. Por encima los balcones de los diez pisos y el despejado cielo nocturno. KALIL Tengo que salir de aquí.

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CARPATI Voy a tomar un trago. LÓPEZ Avanzo por la oscuridad hasta las escaleras. FATIMA Enfrente de mi toda esa batería de nombres y timbres. Las columnas de nombres ordenadas paralelamente. Riquelme, Amenábar, Reyes, Silva, Tompson, Méndez, Pérez, Marín, Hernández, Pulido, Winter – CARPATI Toco su melena corta y rubia. Perdón yo – FATIMA Hevia, Romero, Bustamante, Zárate, Hermosilla, Lizana, Molina, Viani, etc, etc, ¿por dónde empezar? La luz en el pasillo se vuelve a encender, quizás viene alguien. LÓPEZ El agua desaparece en el séptimo piso – y desde que se puso el sol, las paredes rumorean más que antes. CARPATI Hace un rato, cuando fuiste al baño para ducharte yo te estaba observando desde el frente. LÓPEZ Planta baja. CARPATI ¿Entiendes? Yo vivo en el edificio del frente y cuando entraste al baño te vi. La ventana estaba abierta y el sol se reflejaba en el espejo sobre el lavamanos con los cepillos de dientes. LÓPEZ En la planta baja coloco el letrero en la puerta del ascensor: Fuera de servicio. KALIL Estoy sentado en el piso del ascensor y tengo la vista fija sobre la puerta de seguridad. FATIMA Ahí está López - ¡Oiga! CARPATI Yo te vi – tú estabas echando a correr el agua. Y tú lucías como – FATIMA ¡Oiga! CARPATI Tú lucías como – no sé como explicártelo –

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LÓPEZ Siete pisos a pie. KALIL ¿Y si abro la puerta de seguridad ala fuerza? FATIMA ¡No me ve! CARPATI La ventana estaba abierta y el sol se reflejaba en el espejo – FATIMA Desaparece en las escaleras – se fue. KALIL ¿Me escucharán más fácilmente? – CARPATI Y entonces quise besarte – pero eso todavía no lo sabía en ese momento. FATIMA No lo va a escuchar, pero voy a tocar el timbre de nuestro departamento: Díaz –Mansur. el timbre suena CARPATI Suena el timbre. LÓPEZ Primer piso. CARPATI Tocan el timbre pero ella no despierta. FATIMA Sigue durmiendo. CARPATI Sigue durmiendo el timbre suena largamente FATIMA Lógico – CARPATI Debe haber alguien abajo en la entrada, porque aquí la puerta está abierta todavía – LÓPEZ

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Segundo piso. KALIL Trato de introducir los dedos en la estrecha rendija de la puerta de seguridad. FATIMA Reviso la columna de arriba hacia abajo. En el sexto piso debajo de nosotros, vive Carolina Hevia, la que lava su ropa los viernes en la lavandería del subterráneo. De ahí la conozco. Los viernes por la noche a esta hora siempre está en el subterráneo. Hoy es viernes. KALIL Pero la puerta no cede ni un centímetro, ninguno. LÓPEZ No entendiste nada, absolutamente nada - ¿porque se me ocurren estas cosas ahora? CARPATI La mujer en el sofá duerme, parece ser poco complicada, optimista, curiosa - FATIMA Carolina no abre. Puedo probar entonces con los Hernández del quinto piso. Pero él sale a trabajar de noche y ella no abre la puerta cuando él no está. KALIL Presiono mi espalda contra la pared al lado de los botones y trato de abrir con los pies la puerta interior. LÓPEZ Tercer piso. KALIL Resbalo – CARPATI Los domingos por la mañana podrían ser agradables con ella – sobre todo al comienzo - descubrir algún Café-bar desconocido de la ciudad - KALIL Otra vez – FATIMA Marion Reyes del cuarto piso, ella por lo general ve tele los viernes por la noche con su amigo Andrés. Ella debería estar. CARPATI Y sobre la mesa nuestro capuchino o un café cortado. KALIL La puerta está cediendo.

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FATIMA O cocinan y después se toman un baño de tina juntos. KALIL Pero sólo un poco. FATIMA Ya pues vamos – comienzo a hablarle al citófono aunque no hay nadie contestándome. ¿Aló? ¿Aló? KALIL De nuevo. FATIMA Toco de nuevo - Vamos – abre ya. KALIL Lo intento de nuevo - Vamos - ábrete ya. LÓPEZ Cuarto piso. FRANCISCA Mi mamá está en la cocina. Luz eléctrica. Otoño. Los colores de las paredes de las escaleras. El departamento de mis padres cuando yo era chica. Todo es especial. KALIL Doy una patada a toda fuerza. Algo se quiebra. Me da igual, la puerta interior cede. FATIMA Marion no abre. No está y su amigo tampoco. Puede que estén verdaderamente en la tina. CARPATI A mediodía caminamos por las calles. Nos detenemos en la mitad de un puente y juntos observamos el río. ¡Qué verano! KALIL La puerta de seguridad está abierta. Pero para mi sorpresa no estoy en frente del muro pelado sino frente a la puerta de acero del ascensor del quinto piso. Por la ventanilla de la puerta veo el pasillo, pero la puerta no se deja abrir. Algún mecanismo lo impide. FRANCISCA A la izquierda la pieza de los niños, a la derecha la cocina, el baño, al frente se llega al living, detrás está el dormitorio de mis padres. Tengo cuatro o cinco años. LÓPEZ Nada – la manera en que lo decía.

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FATIMA El timbre del tercer piso no tiene nombre, aunque estoy segura de que allí vive alguien. KALIL Por la ventanilla no puedo ver las escaleras, pero parece que alguien viene subiendo las escaleras. LÓPEZ Quinto piso. FATIMA Puedo escuchar el timbre del tercer piso hasta aquí. Seguramente tienen abierta la puerta de la terraza. ¿Sí? Pregunta una voz por el citófono, una mujer. Se escuchan voces, música, una fiesta probablemente. ¿Aló? Buenas noches, perdone la molestia, pero me quedé afuera y - KALIL ¿Aló? LÓPEZ También: Eso si que no te la creíste. FRANCISCA Si me pongo en puntillas, puedo ver por sobre la barandilla del balcón de la cocina. Entre los edificios se ven autos, personas. KALIL Nadie me escucha. FATIMA La mujer me habla en un idioma desconocido. ¿Aló? Yo – Crujidos. Colgó. Toco de nuevo. suena el timbre Esperar. CARPATI Todo va a ser nuevo y especial. FATIMA ¿Aló? Pregunta una voz de hombre por el citófono. KALIL ¿Alooooo? FATIMA ¿Aló? Me quedé afuera y me encantaría – nuevamente voces, música, y nada más. LÓPEZ

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Sexto piso. Ya no puedo. KALIL Nada. CARPATI Debajo de sus párpados se mueven los ojos. Está soñando. FRANCISCA Tengo seis años. Mis padres tienen una oficina de Corredores de Seguros. Soy una niña feliz. En marzo voy a ir al colegio, y todo huele a pasto. Ese verano salimos de vacaciones. Estamos en Turquía. En la playa. Mi mamá me pone crema en la espalda. La arena está tan caliente que uno se quema. Eso no me había pasado nunca. CARPATI Observo las líneas de sus labios. FATIMA El señor del segundo piso ya no vive aquí, aunque su nombre todavía sigue ahí. Dicen que se murió y su hija lo encontró así. No tengo idea – KALIL Con un desatornillador podría abrir el mecanismo – o con un bolígrafo. Yo tengo un bolígrafo en el bolsillo. FRANCISCA A la vuelta pasamos por Estambul, visitamos las mezquitas, de lejos parecen tortugas grandes, paseamos por un basar. Es un basar techado. En este basar hay de todo, dice mi padre, todo lo que te puedas imaginar. Mi mamá me dice que no suelte su mano, pero yo salgo corriendo lejos y miro hacia las arcadas y miro hacia mis zapatos. CARPATI Quiero besarla – FRANCISCA Los hombres están sentados delante de sus tiendas tomando té de unos vasos pequeños. Mis padres ya no se encuentran cerca de mí, no sé dónde están, los perdí. Por delante en medio del basar, en una especie de café, se encuentra un camello inmenso. LÓPEZ Estoy aquí en el séptimo piso. Algo rumorea. CARPATI La beso. FRANCISCA Alguien pone su mano sobre mi boca. Casi no puedo respirar. CARPATI Mis labios sobre los suyos y mi mano por un instante en su cabellera.

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KALIL El mecanismo cede, pero no se abre. LÓPEZ Camino por el pasillo hacia el 7- 32. Si la Mansur dijo que yo podía pasar más rato – FRANCISCA Y alguien me alza y me lleva consigo. Veo las arcadas pero ya no veo mis zapatos. CARPATI Pero ¿por qué no te despiertas si yo te beso? LÓPEZ Todo el pasillo suena como un río. FATIMA En el primer piso está todo oscuro, puedo verlo desde aquí. Suena el timbre En el letrerito dice Bustamante, pero los Bustamante no están, Quizás fueron al cine. O qué sé yo dónde – total no hay mucho para elegir. CARPATI Bésame – LÓPEZ El pasillo rumorea como un torrente. FRANCISCA El correr de una fuente. Agua. Casi suena como el cantar de los pájaros, Risas lejanas. Es temprano por la mañana. Y mi sirvienta Fátima me pone una bandeja con té y frutas junto a mi cama. Y con galletas de sésamo. Ya no tengo seis años, sino doce. CARPATI Algo me tironea, me arrastra, me tira violentamente - ¿qué es esto? LÓPEZ G-32- Llegué. Qué extraño – la puerta está abierta. CARPATI No lo puedo evitar – FATIMA Los de la planta baja se llaman Lizana. No tengo idea quienes son. LÓPEZ ¿Aló? ¿Hay alguien? ¿Señora Díaz?

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FATIMA Suena el citófono- ¿Sí? Pregunta una voz de mujer. LÓPEZ No contesta nadie. KALIL El mecanismo finalmente cede y la cerradura de la puerta se abre. FATIMA Soy yo Fátima Mansur del séptimo piso, siento molestarla, pero sin querer me quedé afuera y sin llaves, ¿tuviera la amabilidad de abrirme la puerta? KALIL Estoy afuera. LÓPEZ Entro al departamento. ¡Aló! FATIMA Suena el automático de la puerta de entrada. Estoy adentro del edificio. KALIL ¡A Dios gracias! LÓPEZ Allí está en el sofá. Casi desnuda, envuelta sólo con una toalla – duerme y no hay nadie. ¿Señora Díaz? En la mesita junto al sofá hay una botella de coñac casi vacía. Qué manera de estar allí - piel húmeda, la melena rubia transpirada, respiración acelerada, probablemente está soñando KALIL Corro para arriba al departamento de Fátima – con seguridad ya me está buscando. LÓPEZ Estoy parado aquí junto a ella, la miro. Duerme. FATIMA Corro por las escaleras de vuelta al departamento LÓPEZ ¿Señora Díaz? - No despierta. FRANCISCA Soy la amante del jeque Al Harad Barhadba, pero el jeque me ama como a una hija, soy virgen todavía. Desde mi secuestro en Estambul vivo en el harén del jeque en su residencia de la ciudad Kinsh el Sar en el desierto. Miro por la ventana de arquitectura morisca hacia el patio de los naranjos, el regador despide su frescura hacia el cielo azul. Es bellísimo, todo es maravilloso.

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KALIL Sexto piso. LÓPEZ No me lo puedo explicar, pero repentinamente me encuentro de rodillas a su lado, toco sus hombros desnudos – FRANCISCA Hoy es un día especial. Voy a cumplir veinte años y dentro de poco el jeque, que por su edad podría ser mi padre, me desflorará. Jamás pienso en mi antiguo hogar, en mis padres, nunca. CARPATI El olor a alcohol me punza la cabeza. LÓPEZ Y la beso. Hace tanto tiempo que no he tocado o acariciado a una mujer, la beso. FRANCISCA Pero Kafra, la primera mujer del jeque está enferma de envidia porque soy rubia y niña, ayer me maldijo a toda boca en medio del harén. FATIMA Primer piso. FRANCISCA Por eso hoy día el jeque la mandó a decapitar. LÓPEZ Ella sigue durmiendo. Nada sucede. Yo me levanto y sigo sintiendo sus labios sobre los míos. Qué está sucediendo, tengo ganas de gritarle, qué estás haciendo conmigo - KALIL Séptimo piso. Corro por el pasillo hacia el departamento de Fátima, número 7-32. LÓPEZ Hay tanto ruido. ¿Por qué no despiertas? Entonces duerme pues, sigue durmiendo en el sofá de tu departamento de tres ambientes en el séptimo piso, yo no te quise besar, sucedió no más, me quiero ir, salir de este departamento, del 7-32, tropiezo hacia la puerta, está abierta todavía - KALIL La puerta del departamento está abierta, que extraño – LÓPEZ Cruzo el umbral y me encuentro bajo una luz radiante. Un viento caluroso me envuelve y la arena arde en mis ojos. CARPATI Alguien grita. ¿Dónde estoy?

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FATIMA Segundo piso. KALIL Entro al departamento. ¿Fátima? Nadie contesta. ¿Hola? Cierro la puerta detrás de mí. ¿Fátima? FRANCISCA Pero incluso decapitada y cubierta de arena, su lúgubre cabeza me lo grita: Te maldigo. Desaparecerás y te perderás, no recordarás nada de aquello de lo que fuiste alguna vez. Él que toque tus labios será colmado de desgracias y nunca más verás la luna hasta que llegue la noche en la que volverás a ser lo que eres de verdad. CARPATI Estoy rodeado de un vidrio. Y me encuentro parado dentro de un líquido. Huele a trago. Estoy parado dentro de coñac. KALIL Corro por el vestíbulo. En el suelo encuentro el llavero de Fátima con el camello. LÓPEZ Alrededor mío nada más que arena, hasta el horizonte. FRANCISCA Hagan algo, grita el jeque; hagan algo gritan las mujeres. CARPATI Estoy dentro de una botella. Estoy dentro de la botella de coñac que se encuentra sobre la mesa al lado del sofá y de la cual acabo de tomar. LÓPEZ Por encima de mi cabeza el sol. CARPATI A través del vidrio veo en forma distorsionada la mujer que duerme sobre el sofá y a quién acabo de besar. Está soñando todavía. Todavía se mueven sus ojos debajo de los párpados. FRANCISCA Tan sólo entonces el verdugo parte con el hacha su cabeza en dos. Silencio. KALIL ¿Hola? ¿Hay alguien? FATIMA Tercer piso. KALIL

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En el sofá del living se encuentra durmiendo - como siempre cuando vengo – Francisca, la compañera de Fátima. CARPATI Estoy pequeñísimo. Mis zapatos miden un centímetro y están bañados en coñac. Sobre mi cabeza el cuello de la botella, se me olvidó taparla, se ve inalcanzable. En la boca de la botella la corriente de aire se atasca con un zumbido. ¿Hola? LÓPEZ Estoy parado en el desierto. La luminosidad es tal, que apenas puedo abrir los ojos. Me examino – no he cambiado en nada – los zapatos, la cotona gris, todo como siempre. El calor seco no permite ninguna gota de sudor sobre mi frente. KALIL Está casi desnuda. FRANCISCA Qué pesadilla. KALIL Es bella. CARPATI Un hombre entró en la habitación. Está junto el sofá FRANCISCA ¿Dónde estoy? KALIL Está despertando – hola. FATIMA Cuarto piso. FRANCISCA Estoy acostada en un sofá en una pieza. A mi lado una mesa. Encima una botella de coñac casi vacía. Prácticamente estoy desnuda, envuelta sólo en una toalla. ¿Dónde me encuentro aquí? Un desconocido está parado junto a mí y me mira. ¿Cómo llegué hasta acá? KALIL Hola – parece confundida. Quizás estuvo soñando. CARPATI Cómo llegué a parar dentro de ésta botella - FRANCISCA Mi vista recorre velozmente el espacio. En vez de las ventanas moriscas veo ventanales rectangulares, debajo un radiador, cortinas. Afuera la noche. Sobre la alfombra muro a muro

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color arena hay un televisor. En las paredes afiches y estampas, unos estantes baratos y fotos de personas que no he visto en mi vida – KALIL ¿Se encuentra bien? CARPATI ¿De qué forma podré salir de aquí adentro? ¡Auxilio! LÓPEZ ¿No pretenderás andar todo el día con esa cotona gris? CARPATI La mujer despertó, pero no me escucha. A su lado ese hombre inmenso. ¡Hola! ¿No me ven? ¡Estoy aquí adentro! FATIMA Quinto piso. LÓPEZ ¿Porqué no? FRANCISCA No me sale ninguna palabra. LÓPEZ Esa cosa se ve ridícula. Tú eres ridículo. KALIL Ella no habla. Yo soy Kalil – el amigo de Fátima. La puerta de entrada estaba abierta. ¿Sabes por casualidad dónde fue Fátima? Acabo de quedarme atascado en el ascensor - en el quinto piso – pero logré salir. Mejor que no lo uses en el futuro. FRANCISCA Sonríe y me habla de un ascensor. CARPATI Se levanta tapándose cuidadosamente con la toalla, y camina hacia la ventana. ¡Hola! ¿No me escuchan? KALIL Se levanta y camina hacia la ventana. FRANCISCA Estoy parada junto al ventanal del frontis de un edificio, probablemente en el séptimo u octavo piso. CARPATI Mira hacia fuera. FRANCISCA

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Yo me crié en un edificio de departamentos como este. En un departamento como éste pasé mi infancia. Dios mío. Por encima de la aglomeración de edificios está la luna y me parece que no la había visto desde hace mucho tiempo. KALIL Es extraña. FATIMA Sexto piso. CARPATI Un sonido agudo dentro del cuello de la botella. FRANCISCA Es como si me estuviera desintegrando. LÓPEZ Las cumbres agudas de las dunas hacen aullar el viento que las roza. FRANCISCA Necesito ayuda. LÓPEZ Eres ridículo. Y tú me haces pasar de ridícula. KALIL Repentinamente se lanza a mis brazos. CARPATI Ella corre hacia él. FRANCISCA Por favor sálvame. Estoy a punto de desaparecer. Es la maldición de la mujer del jeque – sácame de aquí. LÓPEZ Son esos recuerdos que me hacen sacar puños. KALIL ¿Qué cosa? FRANCISCA No te conozco pero por favor no te arranques. Ayúdame, llévame de vuelta a la ciudad en el desierto llamada Kinsh el Sar. El jeque Al Harad Barhadba te lo recompensará con riquezas, no me dejes sola en esta pesadilla. LÓPEZ Y eso que yo estaba tan orgulloso de poder mostrarle todo. Los sistemas de ventilación y de calefacción, el colector de basura y los motores de los ascensores. CARPATI

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Ella se aferra de él – KALIL ¡Para! CARPATI Y no lo suelta. FRANCISCA No, por favor - CARPATI La toalla se desliza de sus hombros. KALIL Deja – CARPATI Está desnuda. FATIMA Séptimo piso. Llegué. FRANCISCA Quédate – KALIL ¿Qué te sucede? Está desnuda y se aferra de mí. FATIMA Camino el pasillo hacia nuestro departamento. KALIL Me quiero zafar de ella. CARPATI Se quiere zafar de ella. FRANCISCA No te vayas. KALIL Córtala – FRANCISCA Por favor – LÓPEZ ¿Acaso tenías proyectado pasar así toda tu vida? Yo no –

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FATIMA La puerta del departamento está cerrada, aunque yo la había dejado abierta. CARPATI Por un segundo aprieta sus labios sobres los de él. KALIL Me besó – no sé cómo pudo suceder eso. FATIMA ¿Porqué está cerrada ahora? Toco el timbre. Suena el timbre CARPATI Está sonando el timbre. KALIL Está socando el timbre. FRANCISCA Algo está sonando. KALIL Trato de alcanzar la puerta. FRANCISCA No te vayas. FATIMA No pasa nada. Pero escucho voces adentro. KALIL ¡Suéltame! FRANCISCA ¡No! CARPATI Él logra quitársela de encima. Corre a la puerta, ella detrás – no puedo ver más allá. FATIMA La puerta se abre. KALIL Delante de mí Fátima. Detrás de mí Francisca aferrándose a mí, desnuda – LÓPEZ En la cima de una de las colinas se vislumbra la silueta centellante de una tienda de beduinos. Camino hacia ella.

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Porque todo lo haces mal, había dicho ella. FATIMA Francisca – FRANCISCA En la puerta está una mujer – FATIMA Delante de mí está Kalil – detrás de él está Francisca, desnuda – KALIL No sé qué decir – FATIMA Cerdo – KALIL No, no – FRANCISCA La mujer me parece conocida – FATIMA Cerdo asqueroso. FATIMA No – FRANCISCA Quédate conmigo, por favor – FATIMA Me mira fijamente, tremendos ojos. Lo voy a matar – KALIL Fátima – LÓPEZ Porque siempre haces todo mal. Mis pies se hunden en la arena, me tropiezo, me levanto, sigo dirigiéndome a la tienda. FATIMA Un cuchillo – lo voy a descuartizar. Necesito un cuchillo. KALIL Ella se precipita al interior atropellándome. FRANCISCA Ella se precipita al interior atropellándonos.

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CARPATI Una mujer entra precipitadamente a la habitación y desaparece en la cocina. LÓPEZ La duna está tan empinada que casi no avanzo. CARPATI La mujer vuelve. KALIL Ella vuelve. En su mano tiene un cuchillo. FATIMA Él arranca. KALIL Me quiere matar. FRANCISCA Él se arranca. KALIL Ella me persigue. FATIMA Francisca me sigue – desnuda. KALIL Aprovecho mi ventaja y corro por el pasillo. ¡Auxilio! FATIMA Te voy a matar, tú me tendiste esta trampa para poder tirarte a mi compañera mientras ella dormía y yo te buscaba. FRANCISCA Corro detrás. La mujer grita. FATIMA Está por alcanzar las escaleras. LÓPEZ Estoy a punto de alcanzar la cima. A unos quince metros de distancia veo la tienda. KALIL Me siguen las dos. Corro por las escaleras hacia abajo. FATIMA Para – FRANCISCA

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¡Qué lugar éste, en él que me encuentro! CARPATI Nadie más se acerca. No hay nadie en el departamento. LÓPEZ ¡Hola! ¿Hay alguien allí? El viento canta, aúlla, chirrea, se enreda en la carpa. KALIL Sexto piso. Ahora ellas llegan arriba a la escala. CARPATI El borde de la mesa se ve encorvado a través del vidrio. La alfombra color arena. El televisor. Los radiadores. La estantería barata. El sofá. Su toalla en el suelo. KALIL Atrás al fondo del pasillo se abre la puerta de un departamento. Entra, escucho decir una voz de mujer, como si estaría parada junto a mí. LÓPEZ Desde adentro se abre la tienda y una mujer me invita a pasar. KALIL Corro por el pasillo hacia la puerta. No doy más. FRANCISCA No te apures tanto. KALIL Número 6-32. El nombre en la plaquita al lado del timbre es Hevia. La puerta está abierta. FATIMA Sexto piso. Desapareció. Dónde se habrá ido. Ese cerdo se esconde en algún lugar. LÓPEZ Paso al interior de la tienda. Mis ojos se tienen que acostumbrar a la oscuridad. En el centro de la tienda parada la mujer. Está sola. CARPATI Estoy solo dentro de una botella en un departamento que es como cualquier departamento. FRANCISCA Desapareció. KALIL Cierro la puerta detrás de mí. Respiro profundamente. Frente a mí está parada una mujer joven. Justo quería colgar la ropa, dice desabrochándose los botones de su blusa. Después se da vuelta y se inclina sobre el colgador. Ven. LÓPEZ

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La mujer se ve terrible. Una cicatriz de color violeta se extiende alrededor de su cuello y otra cicatriz parte su cara desde la frente y por la nariz hasta el mentón en dos. CARPATI Esto todo me parece familiar: la pieza, los muebles. Yo también vivía así. Solo o de a dos. KALIL Ven, me dice. FATIMA No encuentro a Kalil. Me voy a devolver, hasta aquí llegó la cosa. FRANCISCA El hombre se fue. Me está dando frío. La mujer se devuelve sin decir una palabra. La sigo. Qué más puedo hacer – FATIMA Eso fue todo – KALIL Ven para acá – CARPATI Detrás del vidrio de la botella pasan como espejismos los rostros de las mujeres que alguna vez conocí. Pero como han cambiado. Se ven viejas. Como antaño sus madres. FRANCISCA Espera – FATIMA Olvídalo. FRANCISCA Pero – FATIMA Cállate, mierda. CARPATI Con el puño golpeo el vidrio. No sucede nada. Recuerdo todas esas esperanzas, comienzos, similitudes que se dibujan en las caras, los primeros besos, las noches de verano en los parques, las terrazas y los balcones. La generosidad, el entendimiento que repentinamente se desvanecen, desaparecen, aunque contábamos el uno con el otro – en habitaciones como ésta o la mía o aquella con el walking closet o con ese baño tan extraño del que nos reíamos tanto. FATIMA Séptimo piso. KALIL No quiero –

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CARPATI Es el infierno: uno piensa que finalmente logró la felicidad, pero nada, incluso sucede que sea mucho peor que cualquier relación antes. FATIMA Corro por el pasillo hacia nuestro departamento. CARPATI Inexorablemente nos convertiremos en aquello, que seremos al final – todo se oscurece ante mis ojos. LÓPEZ Que bueno que estés aquí, dice la mujer de las cicatrices. KALIL Pero no me queda otra – LÓPEZ ¿Qué es lo que suena tanto aquí? ¿Es el viento? No, dice ella, tú sabes, es el agua. ¿El agua? Sí – ¿Cuál agua? El agua que has estado buscando todo el día, por eso estás aquí. ¿El agua que desapareció en el séptimo piso? Exactamente, dice ella, y hace una mueca con su boca partida. Detrás de mí, frente a la entrada de la tienda brota el agua desde el suelo desértico, un chorro de veinte metros. ¡El agua! KALIL Gime fuertemente, grita casi – LÓPEZ El agua te trajo hasta acá y te llevará hasta donde tu novia, grita la mujer de las cicatriz ¡adiós! KALIL Ella grita y por poco bota el colgador de ropa. LÓPEZ La mujer y la tienda beduina se desvanecen en el aire - ¿qué quiso decir? Qué novia - no responde. FATIMA Estoy aquí en mi departamento, corro a mi pieza, saco el bolso y empiezo a empacar. FRANCISCA ¿Dónde quieres ir? FATIMA

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¿Dónde quiero ir? Francisca está parada desnuda en el umbral de mi pieza. ¡Qué te importa? ¡Ponte algo! FRANCISCA Solamente quería preguntarte, si podía ir contigo - FATIMA Jamás. Córrete. Y ponte algo. Y por si se te ha olvidado, el armario con tu ropa está en la pieza del lado. LÓPEZ El desierto se está llenando de agua. FATIMA Se va. Sigo empacando mis cosas. Mis cosas que algún día debo haber desempacado aquí y guardado en el armario. Así como todos lo hacen con sus cosas y sus armarios. No tengo idea como fue que llegué hasta aquí, no lo recuerdo. LÓPEZ El desierto se transforma en un río. FATIMA Un día estaba parada abajo delante de la puerta con una llave en la mano y sabía: ahora vivo aquí. Este es el buzón del correo, esta es la puerta del ascensor, así subo al séptimo piso, aquí está la alfombra color arena y las ventanas, y los estantes baratos y Francisca, mi compañera, la que siempre duerme y la que en la noche jamás recuerda lo que sucedió por la mañana. LÓPEZ El desierto se trasforma en un estrecho. Estoy parado en un trasbordador cruzando el Bósforo. Ante mis ojos veo los minaretes de Estambul. Aquí estuve para nuestra luna de miel. Hace veinticuatro años. ¿Te acuerdas? Me dice una voz de mujer. A la derecha a mi lado se encuentra una mujer idéntica a Elli, mi primera esposa. Tiene puesto el mismo vestido de antaño, no ha cambiado nada, sólo que tiene una cicatriz que le parte la cara desde la frente, pasando por la nariz hasta la barbilla en dos – FATIMA Agarro mis cosas que están en el armario, las faldas, los pantalones, los chalecos, las poleras, etc, todo. KALIL Se retuerce, gira debajo de mí. FATIMA No puedo dejar de pensar en Kalil y como me engañó con mi compañera. FRANCISCA ¿Quién habrá sido el hombre que estuvo aquí hace un momento? KALIL

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Esto tiene que terminar – FRANCISCA En la pieza que me indicó la mujer hay un armario. LÓPEZ ¿Te acuerdas como fue esa vez cuando viniste a mi departamento del séptimo piso porque tenía un problema con el agua? Era en medio de una noche de verano, la luna llena iluminaba los techos de ese condominio recién construido. Lograste controlar la situación, tuvimos una tremenda inundación y tu estabas parado en el balcón, con las mangas de la camisa arremangadas – no usabas la cotona todavía. Quizás tus planes para esa noche habían sido otros, pero eso nunca me lo confesaste más tarde cuando comentábamos cómo nos habíamos conocido. A la gente le gusta eso. Recuerdan cómo se conocieron. O el primer beso. ¿Te acuerdas? Tú querías fumar y saliste al balcón, y repentinamente me parecías tan bello, tan fuerte y al mismo tiempo tan poco liberado, que decidí que quería compartir toda mi vida contigo, porque te quería a ti, a nadie más que a ti. Allí fue que te besé por primera vez, en el balcón de la cocina en el séptimo piso. FRANCISCA Abro el armario. LÓPEZ Tú no puedes estar aquí, grito, tú no estás aquí, por qué me persigues – ¡déjame! KALIL Me libero de ella. FATIMA El aire está pesado. Voy a la ventana. FRANCISCA En el armario hay ropa que me parece conocida – KALIL Sigue, grita ella, yo tambaleo hacia la puerta, vuelve, grita ella – LÓPEZ Si no te estoy haciendo nada, dice ella – sólo quiero evitar que me seas infiel – déjame, pierdo el control, y con mi desatornillador que siempre ando trayendo en el bolsillo de mi cotona le perforo los ojos, una y otra vez. Pero ella solamente susurra ¡oh! - después se ríe – y después se desvanece – igual que hace un momento – KALIL Sigue, sigue, grita ella – y cuando abro la puerta de la entrada, comienza a aullar como un lobo. FRANCISCA Una blusa, una falda, zapatos angostos pero cómodos – todo parece estar a la medida –

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FATIMA Un aullido a traviesa los edificios del condominio. Unos gritos como los de un lobo o de una loba. KALIL Huyo por el pasillo hacia la escala y casi me caigo escalera abajo. Los aullidos penetran por todos los pisos. FRANCISCA Es la ropa de una asistente técnico médico, una MTA. FATIMA La que grita así es una mujer LÓPEZ Usted debe saber, dice a mi lado a la izquierda una mujer, nosotros ya habíamos estado antes aquí. El hombre a su lado asiente con la cabeza. Íbamos con nuestra hija, la que perdimos esa vez. FATIMA El bolso está listo. KALIL Quinto piso, atrás al fondo, se abre una puerta. FRANCISCA Con cada prenda que me pongo puedo recordar más claramente: soy asistente técnico médico. Trabajo en un laboratorio, todos los días desde las ocho y media hasta las diecisiete horas. KALIL Entra, ya te estoy esperando, dice la voz de mujer, como si estuviera parada a mi lado. No lo quiero hacer, pero corro por el pasillo hacia el departamento LÓPEZ La perdimos aquí en Estambul en el bazar hace veinticuatro años, dice la mujer – una niña rubia, desde entonces no hemos sabido nada de ella, como si ella jamás hubiera existido. Y la mujer sacude la cabeza. FATIMA Se acabó. KALIL Hernández dice en la plaquita junto al timbre. La puerta está abierta. Allí está parada. FATIMA No me voy a llevar nada más. KALIL Hola, dice la mujer – la señora Hernández. Debe tener unos treinta y tantos años.

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FRANCISCA Mi tarea principal es analizar los exámenes de sangre. La mayor parte del trabajo lo hacen las máquinas. KALIL Y en eso desata el cinturón de su bata – FATIMA Me voy. Pero me voy a llevar el cuchillo por si se me atraviesa ese cerdo de Kalil en la escalera. FRANCISCA Y la mujer recién era Fátima, con la que vivo aquí desde años. No recuerdo desde cuando, ¿dónde está ella? Y ¿por qué estoy parada aquí semidesnuda frente al ropero? ¿Fátima? KALIL No tiene puesto nada debajo. LÓPEZ El hombre al lado de la mujer junto a la borda dice: Quizás fue mejor así. Piensa lo que nos hubiera costado esa hija en todos estos años, sólo sus estudios, nunca podríamos habernos dado todos estos gustos. Todos estos viajes – Y después me pasa su tarjeta de visita: Jorge Díaz, agente de seguros. FATIMA En el suelo del departamento todavía está mi llavero con el camello, tal como se me había caído cuando regresaba de las compras. No tengo idea porqué tengo todas estas llaves, como que fueran de una mansión. KALIL Gime tan fuerte - FATIMA ¿Me despido de Francisca? LÓPEZ El sol desaparece detrás del Cuerno Dorado y de la mezquita Süleyman, se oscureció. FATIMA ¿Por qué lo debería hacer? Cierro la puerta del departamento y camino por el pasillo. El aullido sigue estremeciendo el edificio. LÓPEZ La baranda del trasbordador está por encima de un conglomerado de edificios de departamentos. Estoy parado en la ventana de un departamento igual al mío. Aquí ya estuve una vez. Qué pesado está el aire aquí dentro, el sofá está vacío pero en la mesita está la botella casi vacía de coñac, me la voy a llevar para afuera, necesito aire, aire, un trago y un cigarrillo. CARPATI

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Recobro el conocimiento. Una fuerza me arroja de lado a lado. Estoy empapado de coñac, me golpeo la cabeza contra el vidrio, apenas puedo respirar – alguien sostiene la botella. FATIMA No tengo idea para dónde voy. LÓPEZ Me apresuro a salir al balcón de la cocina. CARPATI El piso se desliza rápidamente debajo de mí, la alfombra color arena, el piso de plástico de la cocina… LÓPEZ Allí están todavía las bolsas de las compras de hace un rato. CARPATI … el umbral de la puerta, cemento. LÓPEZ Debajo de mis ojos está el condominio. Estoy junto a la baranda del balcón de la cocina. Cigarrillo. Un aullido extraño traspasa el edificio - ¿qué será? Y ¿dónde estuve hace unos instantes? Me doy cuenta que todavía tengo la tarjeta de visita del hombre del trasbordador en la mano, Jorge Díaz, agente de seguros. FRANCISCA ¿Dónde está Fátima? KALIL Esto no es posible. LÓPEZ Necesito un trago – CARPATI Dios mío. KALIL O mejor – LÓPEZ O mejor no. Alguien se acerca. CARPATI Alguien me sostiene a mí y a la botella por encima de la baranda del balcón. FATIMA Al llegar a la escala me detengo y miro pasillo abajo. Desde las paredes se escucha el crujir de las cañerías – puede ser que ahora tengan agua en el octavo, noveno y décimo piso.

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FRANCISCA Hay alguien en el balcón de la cocina. LÓPEZ Es la Díaz. FRANCISCA Ah, es López, el conserje, seguro que todavía tiene que revisar lo de la presión del agua. Está fumando. CARPATI Debajo de mi el precipicio de siete pisos de profundidad, entremedio solo el fondo de vidrio de la botella. KALIL Yo no quiero esto. LÓPEZ Viene y se para a mi lado. FATIMA Corro las escaleras abajo. Con cada peldaño aumentan los aullidos. KALIL Fuera de aquí. Desesperadamente trata de retenerme, pero yo la empujo. De rodillas me grita: ¿Qué estás haciendo conmigo? CARPATI Abajo veo los postes del alumbrado, el patio delante del edificio, los autos estacionados y el paradero de buses. FRANCISCA ¡Qué linda noche! Y la luna cómo brilla - CARPATI ¡Escúchenme! LÓPEZ Así que despertó – FRANCISCA Yo – yo estuve – yo no sé – ¿está aquí hace rato? LÓPEZ Algunos minutos. FRANCISCA ¿Y? KALIL

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Logro llegar a la puerta del departamento. Ella se queda atrás y empieza a aullar como una loba. CARPATI Bajo la esfera iluminada de un farol, veo fumar unos jóvenes. Puedo escuchar sus risas. LÓPEZ ¿Y qué? FRANCISCA ¿Pudo descubrir algo? LÓPEZ ¿Qué cosa? KALIL Devuelta por el pasillo a la escalera - FRANCISCA Acaso pudo descubrir dónde desaparece el agua en el séptimo piso – LÓPEZ Ah , sí - sí. FRANCISCA ¿Sí? LÓPEZ Sí. FATIMA Sexto piso. Los aullidos son cada vez más fuertes. ¿Qué será? Me detengo. KALIL Bajo las escaleras corriendo. LÓPEZ Está como nueva. FRANCISCA Él está apoyado sobre la baranda del balcón de la cocina fumando y observa el condominio bajo la noche. En la mano sostiene la botella casi vacía de coñac. LÓPEZ Parece que durmió profundamente – FRANCISCA Sí, sí – LÓPEZ

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Está a mi lado apoyada sobre la veranda del balcón de la cocina y observa el condominio bajo la luz de la luna. Detrás de las cortinas de las innumerables ventanas hay luz. Parece no haberse dado cuenta que la besé. FRANCISCA Tuve un sueño muy extraño KALIL Cuarto piso. Al fondo, al final del pasillo se abre una puerta. LÓPEZ ¿Sí? La noche está cálida y ya nada rumorea. Sólo los aullidos. Como el viento en el desierto. CARPATI Un aullido surca la noche, como un viento que se enreda en el cuello de la botella. Pero no es así – KALIL Ven con migo, me susurra una voz femenina al oído, como si estuviera parada junto a mí. FRANCISCA Sí – soñé como que un hombre me besaba mientras yo dormía y como que al rato desapareció -no sé en dónde – en una tienda beduina, o dentro de una botella similar a ésta, ya no me acuerdo. KALIL A pesar de no quererlo, camino por el pasillo hacia el fondo, hasta la puerta abierta. FATIMA Quinto piso. KALIL Marion Reyes sale en la plaquita con el nombre. CARPATI Juega nerviosamente con la botella en su mano. Si me deja caer o se le desliza la botella de entre los dedos me precipito por siete pisos hacia una muerte segura. KALIL No puedo evitarlo. Entro al departamento. LÓPEZ La botella de coñac en mi mano la había olvidado completamente. Ay, discúlpeme, llegué y me serví no más, pero – FRANCISCA No, no, por favor, ya que tiene que trabajar a estas horas, por lo menos debería – LÓPEZ

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En realidad no quería nada – KALIL Hola, dice la mujer parada frente a mi en el pasillo. Yo soy Marion, justo me iba a meter a la tina, ¿o prefieres ver televisión? Mi amigo Andrés no está hoy día en la noche. O si quieres, podemos cocinar algo antes. FRANCISCA Y después todo se llenó de agua, y había un hombre parado junto a mi en el living, cuyos labios rocé casualmente, pero el salió corriendo. ¿Por qué le cuento todo esto? KALIL Ven, vamos a la cocina. LÓPEZ Esta parada a mi lado y de vez en cuando me lanza unas miradas inseguras. Es bonita. CARPATI No quiero morir – FRANCISCA Es buen mozo. ¿Por qué nunca antes me había dado cuenta? Sólo la cotona me molesta un poco. KALIL La mujer empieza a desvestirse frente al refrigerador. FÁTIMA Cuarto piso. FRANCISCA ¿Le molestaría sacarse la cotona por un momento? LÓPEZ Yo – no, de ninguna manera, ¿le molesta? FRANCISCA Yo sólo quería un segundo – LÓPEZ Por favor – Me saco la cotona y hago desaparecer la tarjeta de visita en mi bolsillo. ¿Cómo se lo podría haber explicado? CARPATI Por favor – FATIMA Sigo bajando los pisos corriendo.

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CARPATI ¡Hey! FRANCISCA Espere un poco, yo sostengo la botella mientras tanto. LÓPEZ No, no - no hace falta. CARPATI Coloca la botella en el angosto borde de la baranda y se saca la cotona. Si en este instante uno de los dos chocara contra la botella, soy hombre muerto. LÓPEZ Ya. FRANCISCA Sólo quería ver cómo se ve sin la cotona. FATIMA Algo anda mal. Me devuelvo y subo la escalera corriendo otra vez. LÓPEZ Sonríe. FRANCISCA Seguramente usted tenía otros planes para esta noche que buscar roturas en las cañerías KALIL Gime. LÓPEZ Usted cree, que hubiera salido esta noche todavía – de ninguna manera. FRANCISCA Confiéselo no más…no tema, no voy a preguntar con quién. Se ríe. Es fuerte y tan – CARPATI Presiono mi cara contra el vidrio. ¿Por qué no me ve nadie? FATIMA Cuarto piso. ¿Qué es esto? Corro por el pasillo. LÓPEZ Ella me gusta. FRANCISCA Tan poco liberado. Me gustaría besarlo.

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LÓPEZ Si me besaría ahora – FATIMA La puerta de Marion Reyes en el 4-32 está entreabierta, FRANCISCA Se vuelve hacia mí. LÓPEZ Hace un movimiento en mi dirección. FATIMA Entro al departamento. CARPATI Él se vuelve hacia ella. Al mismo tiempo ella hace un movimiento en dirección a él. FATIMA Estoy parada en la entrada del departamento desconocido. Desde la cocina escucho ruidos. FRANCISCA Mi codo roza sin querer la botella de coñac que todavía está parada sobre la baranda del balcón. CARPATI Ella choca con el codo contra la botella. La botella se inclina. KALIL Gime fuertemente. CARPATI La botella se vuelca y cae desde la baranda al vacío. Caigo. La botella cae atravesando siete pisos hacia abajo. Caigo siete pisos al vacío. FATIMA Estoy parada en la cocina en un departamento ajeno. Los mismos muebles como en la cocina de Francisca. Veo a Kalil y Marion Reyes apoyados en el refrigerador. Ella está desnuda. Y él – no se dan cuenta que estoy ahí. Ella gime. CARPATI Sexto piso. En el balcón una mujer, que le aúlla a la luna. El pavimento se acerca vertiginosamente. Y al mismo tiempo todo va muy lento. LÓPEZ Está muy cerca de mí. FRANCISCA

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Estoy muy cerca de él. FATIMA Estoy parada detrás de ellos. No me ven. CARPATI Quinto piso. En el balcón una mujer que le aúlla a la luna. Las luces de las ventanas se transforman en rayas. LÓPEZ Apenas me atrevo a respirar. FRANCISCA Pongo mis manos suavemente sobre su pecho. KALIL Un reloj suena. En la puerta del refrigerador pegados stickers de colores. FATIMA Le entierro el cuchillo en la espalda. KALIL Ella grita. ¿Qué es esto? Tiene sangre en la cara. CARPATI Cuarto piso. Una mujer acuchilla a un hombre. Sangre en el vidrio de la ventana. LÓPEZ Ella me besa. FRANCISCA Él me besa. CARPATI Tercer piso. Una fiesta, música. KALIL ¿Qué es esto? FRANCISCA Es el primer beso de mi vida. CARPATI Segundo piso. Oscuro. LÓPEZ Nos besamos. Por primera vez. La sujeto con toda mi fuerza. CARPATI Primer piso.

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- Estoy muerto. FRANCISCA Nos besamos. Aunque tenga los ojos cerrados, puedo sentir la luz de la luna. CARPATI grita. KALIL grita. Desde arriba cae una botella sobre el escenario y se hace pedazos.

-----FIN----

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